viernes, 3 de julio de 2009

Estudios sobre el fenómeno religioso, las religiones comparadas y el diálogo interreligioso

Estudios sobre el fenómeno religioso, las religiones comparadas y el diálogo interreligioso


Iván F. Mejía Álvarez, i.c.d., th.d.





I. RELIGIONES Y RELIGIÓN



Es muy posible que conozcas jóvenes pertenecientes a grupos de oración, a los «cursillos de cristiandad» o a otros grupos o movimientos espirituales o apostólicos, estudiantes que buscan al Señor. Familias enteras que se hacen responsables del acontecimiento del reino de Dios en el mundo de hoy.

Por el contrario, conocerás también personas de prestigio que son indiferentes a todos estos asuntos religiosos. Compañeros de curso, alegres y simpáticos, que en sus discusiones ponen en duda tu fe y te encuentras, ante sus objeciones, sin saber qué responder, desconcertado... Debemos conocer mejor el fenómeno religioso.


Primera comprobación: EL HECHO RELIGIOSO





El Mithraeum en Roma, localizado directamente debajo de la Iglesia de San Clemente.












Visitando la Iglesia de San Clemente, en Roma, te sorprenderá encontrar en su cripta una primitiva basílica del siglo IV, que está edificada a su vez sobre un antiguo templo dedicado a la diosa Mitra (siglo I a. C.). La Ciudad Eterna nos ofrece, en este corte arquitectónico, la ilustración sobre el hecho religioso. Desde los templos mayas y aztecas al Sol hasta las pagodas budistas; desde la Kaaba de La Meca hasta la modernas catedrales de Brasilia o Barranquilla; desde las sepulturas prehistóricas hasta la cruz de los cementerios, la historia nos permite constatar este hecho: millares de hombres de todas las razas y de todos los tiempos y lugares, han pensado que el hombre no es la medida de todas las cosas. Han buscado y reconocido una Trascendencia.


Segunda comprobación: EXPANSION DE LA IRRELIGIOSIDAD.


Cada vez con más fuerza, el hombre no cree más que en el hombre: los progresos que realiza la inteligencia humana afirman, sin género de duda, la grandeza y el poder del hombre. El hecho científico cambia el centro de interés del mundo: de teocéntrico se hace antropocéntrico. Esta doble comprobación plantea a toda conciencia un dilema vital:

• Dios existe: Por lo tanto, la experiencia religiosa de tantos miles de millones de hombres es una experiencia auténtica, y toda religión una aproximación real a Dios.

• Dios no existe: Por lo tanto, la experiencia religiosa de esos miles de millones de hombres no es más que una ilusión y toda religión es pura invención humana.

Dos formas bien diversas, como se ve, de resolver el dilema:

• Por la metafísica. Dios existe o no existe. Problema que ningún filósofo honrado podrá eludir.

• Por la fenomenología: La religión ¿es explicable, o no, por factores puramente humanos?

La segunda forma de proceder será ahora nuestro objeto de trabajo.







  1. El fenómeno religioso visto por el incrédulo.

No hablaremos aquí de los que respetan la fe de los demás:


«Yo no parto del principio de que la verdad cristiana es ilusoria; yo no me he ocupado nunca de esas cuestiones, esa es la verdad.» (Albert Camus: reunión con «los intelectuales católicos»).


Estudiaremos la postura del incrédulo que se pronuncia abiertamente contra toda religión y que, sin embargo, ha tenido que buscar una explicación del fenómeno religioso.




a. Augusto COMTE (1798-1857): la explicación positivista.


“Si cada uno reflexiona un poco sobre su propia historia, ¿no nos daremos cuenta que hemos sido un poco teólogos en nuestra infancia, metafísicos en nuestra juventud y físicos en la edad viril? Esto mismo ocurre a la humanidad: al principio politeísta ante los enigmas de la naturaleza que teme, después monoteísta por la fuerza de la razón, y finalmente racionalista cuando ha llegado a penetrar en todos esos enigmas”.



Es exacto que los progresos filosóficos y científicos de la humanidad provocan una purificación de la mentalidad religiosa. El monoteísmo de Sócrates es más puro que el politeísmo de los Pigmeos; Teilhard de Chardin tuvo una visión cristiana del universo más exacta que la de Copérnico. Pero, ¿qué diría Comte de los físicos cristianos actuales? ¿Es cierto que un retroceso de la religión ante la física haría progresar el pensamiento y el bienestar del hombre? ¡Maldita sea la física nuclear que no sirva para acrecentar el amor!

Pascal ponía a la física en el lugar que le corresponde en su célebre jerarquía de valores. Este sabio distinguía tres órdenes de realidades: el orden de los cuerpos (materia), el orden de los espíritus (pensamiento), y el orden del corazón (amor) (caridad).




«Todos los cuerpos, el firmamento, las estrellas, la tierra y sus reinos, no valen lo que el menor de los espíritus; porque éste conoce todo aquello y se conoce a sí mismo; y los cuerpos, nada. Todos los cuerpos juntos y todos los espíritus juntos, y todas sus producciones, no valen lo que el menor impulso de caridad. Esto es de un orden infinitamente más elevado. De todos los cuerpos juntos no se puede lograr un mínimo pensamiento: es imposible y de otro orden. De todos los cuerpos y los espíritus no se puede obtener un movimiento de verdadera caridad; es imposible, y de otro orden, sobrenatural» (Pascal).





b. Émile DURKHEIM (1858-1917): explicación sociológica.



«El individuo se da cuenta de que existen fuerzas que lo dominan y lo sostienen... Así pues, las solas fuerzas morales, superiores a las de los individuos son las fuerzas colectivas, la divinidad no es más que la sociedad transfigurada».



Es exacto: ciertas formas de religión no son más que la proyección, en lo «sagrado», de las leyes de la sociedad. Pero no hay que despreciar el papel esencial de los héroes y de los santos dentro de estas sociedades; de las grandes personalidades religiosas de la historia: profetas, fundadores y reformadores. La sociedad de su tiempo los ha despreciado y perseguido, precisamente porque hacían una llamada a los valores que trascienden la sociedad. ¿Podría Durkheim explicar el Islam sin Mahoma, y el Cristianismo sin Cristo?





c. Karl MARX (1818-1883): alienación religiosa.



«El proletario se halla encerrado en un sistema económico donde ha perdido su libertad. Sin poder, sin bienestar y sin amor, toma entonces una especie de revancha: intenta una di-vinidad imaginaria, coloca en un más allá también imaginario ese poder, ese bienestar y ese amor que él desearía tener aquí abajo, y del cual se ve privado. La religión seria una mistifica¬ción que el hombre oprimido o subdesarrollado se construye para si mismo.» «La religión es el opio del pueblo».





Es cierto que existe relación entre el estadio económico y el estadio religioso. Una economía primitiva (recolección, caza, vida nómada) queda fácilmente en un estadio politeísta demasiado elemental. A una economía más desarrollada puede corresponder un politeísmo más refinado (Grecia antigua). Pero no existe unión de casualidad entre economía y religión. Prueba de ello: el monoteísmo estricto del Judaísmo es la religión más depurada de la antigüedad, no obstante haber nacido en una economía primitiva de pastores nómadas que la civilización sedentaria de Egipto, mucho más rica y más desarrollada, en esta misma época, estaba aún en un estadio politeísta. Tampoco existe unión causal entre alienación económica y compensaciones religiosas artificiales. A la ecuación marxista religión = alienación, la Juventud Obrera Católica interesada por el sindicalismo y la política opone esta otra: religión = promoción integral humana.



d. Sigmund FREUD (1856 - 1939): la ilusión religiosa.



Sigmund Freud




Frente a sus fracasos, a sus limitaciones, todo hombre siente la necesidad de consolación, de seguridad. Esta seguridad se la proporcionaba en sus primeros años su padre. Ahora bien, el hombre se hace adulto, afirmando su independencia frente al padre, de algún modo «matándolo». Pero el hombre guarda siempre en su complejo de culpabilidad, la nostalgia del padre. La religión cristiana satisface esta necesidad. Mantiene en el hombre culpable y angustiado el estado psíquico del niño que, solo, «no se atreve a avanzar en el universo hostil.» Freud ataca con esta teoría un punto esencial del cristianismo. Sí, nos atrevemos a decir a Dios: «Padre nuestro», y el cristiano no se realiza sino viviendo esta filiación divina. Pero Freud era médico. Investigó sobre todo entre sus pacientes, neuróticos y acomplejados, por efecto de deformaciones afectivas patológicas. Estos mismos estados provocaban, por supuesto, deformaciones de las actitudes religiosas frente a Dios.

Sin embargo, uno de los más célebres psicoanalistas del siglo pasado, Karl Jung, opuso sus propias experiencias a las teorías de Freud:

«Entre mis pacientes... ninguno quedó verdaderamente curado antes de encontrar una actitud religiosa».

Dios, más que Padre es un misterio Trinitario. Este Amor, absolutamente trascendente, sobrepasa y desorienta toda imaginación humana. Un cristiano se hace adulto cuando ha depurado su sentido de Dios, y se da al servicio de los hombres «sus hermanos».



2 - El fenómeno religioso vivido por el creyente

Cuando te arrodillas en una iglesia, ¿qué sentimientos podrías analizar en el fondo de tu ser? «Yo me siento en paz, dichoso, pequeño, protegido, pecador, lleno de remordimientos, lleno de respeto». Todos estos sentimientos tan mezclados y complejos se orientan hacia dos polos: temor y amor. Sabes que estás en presencia del Ser a la vez grande y próximo, santo y bueno. En el milagro de la pesca milagrosa, Pedro, anonadado de estupefacción, dijo al Señor: «Aléjate de mí, porque soy un pobre pecador». Pero después de haberlo negado tres veces, Pedro podrá afirmarle con un corazón sincero: «Señor, Tú sabes que te amo». Este doble sentimiento de amor y de respeto, lo encuentras en todas las religiones sin excepción. Es la esencia misma del sentido religioso, a pesar del lastre humano en que necesariamente va envuelto. Original e irreductible a cualquier realidad humana, es el «Sentido de lo Sagrado».

El reflejo de la divinidad en la conciencia humana será más o menos explícito; la grandeza y la proximidad no se captan nunca en dosis iguales. Así, para el Indígena, Dios es un Ser lejano y misterioso; para el musulmán, es Alá, el Grande, el Único; para el cristiano: Nuestro Padre. Pero de siempre, en el corazón de cada creyente, existe la certidumbre de un Ser Diferente, inmanente y al mismo tiempo Trascendente. El incrédulo se ha condenado a no comprender la religión, por haber negado «a priori» la posibilidad de un Ser Trascendente. Así, queda en la superficie de la realidad, la desnaturaliza, la reduce a algo humano.




Mircea Eliade (derecha) con Karl G. Jung en 1952
















Escribía el investigador de las religiones Mircea Eliade (1907-1986):

«La ciencia moderna ha rehabilitado un principio que ciertas confusiones del siglo XIX habían comprometido gravemente: la escala es la que crea el fenómeno. Henri Poincaré se preguntaba no sin ironía: «un naturalista que sólo conociera al elefante por sus experiencias hechas al microscopio ¿pensaría que conocía realmente a este animal?» El microscopio revela la estructura y mecanismo de las células, estructura y mecanismo idénticos en todos los animales pluricelulares. El elefante, en efecto, es un organismo pluricelular, pero ¿es sólo eso? A escala microscópica, se puede esperan una respuesta falaz. Sólo a escala visual humana no es posible la duda. Lo mismo ocurre con el fenómeno religioso. No se llega a conocer, sino a condición de captarlo en su propia modalidad, es decir, a condición de estudiarlo a una escala religiosa. Querer estudiar un fenómeno religioso por la fisiología, la psicología, la sociología, la economía, la lingüística, el arte, etc. es traicionarlo. Es dejar escapar, justamente, lo que hay en él de único y de irreductible, es decir su carácter sagrado». (Mircea Eliade: Tratado de historia de las religiones, Instituto de Estudios Políticos de París 1949, Ediciones Cristiandad Madrid 2007).


El problema de la religión es vital: de él depende el sentido que des a tu existencia. Como creyente, estudia con simpatía todas las religiones en su marcha, con frecuencia vacilante, hacia Dios. Tú, que probablemente eres cristiano, no debes permanecer en la superficie de las costumbres y ritos religiosos. A pesar de todas las dificultades y con plena libertad, toma parte en conferencias e investigaciones organizadas para instrucción religiosa, profundiza en tu fe, en la contemplación del Señor. Sólo así serás un auténtico testigo de Cristo. «Yo soy el camino. El que me sigue no anda en tinieblas».


BIBLIOGRAFIA adicional:

Henry De LUBAC: Por los caminos de Dios Lohlé

Jean DANIELOU: Dios y nosotros Taurus.

Franz KÖNIG: Historia de las religiones BAC.

Francisco DÍEZ DE VELASCO: Historia de las religiones, en: BIBLIOGRAFÍA GENERAL Universidad de La Laguna (Canarias, España) Versión: febrero de 2008: http://webpages.ull.es/users/fradive/bibliohr.pdf

PONTIFICIO CONSEJO PARA LA CULTURA: DOCUMENT FINAL DE L'ASSEMBLÉE PLÉNIÈRE 2006: La Via pulchritudinis, chemin privilégié d’évangélisation et de dialogue, en:
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/cultr/documents/rc_pc_cultr_doc_20060327_plenary-assembly_final-document_fr.html

PONTIFICIO CONSEJO PARA LA CULTURA: Documento final de la Asamblea Plenaria 2004:
¿Dónde está tu Dios? La fe cristiana ante la increencia religiosa, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/cultr/documents/rc_pc_cultr_doc_20040313_where-is-your-god_sp.html


LUIS F. LADARIA: «El Cristianismo y las Religiones». Presentación del Documento de la Comisión Teológica Internacional, en: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_cti_20120308_ladaria_sp.html

COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL: El Cristianismo y las Religiones, 1996, Texto del documento aprobado «in forma specifica» por la Comisión Teológica Internacional, en: http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/cti_documents/rc_cti_1997_cristianesimo-religioni_sp.html#_ednref*




Audiencia a los representantes de diversas religiones
El diálogo y hoy muy especialmente la colaboración entre las mujeres y hombres pertenecientes a las diversas religiones no han sido, para nada, extraños a las inquietudes y actividades desarrolladas por el Papa Francisco durante su ministerio. En el contexto del Año de la Misericordia - 2016 - efectuó, por ejemplo, un encuentro con unos doscientos miembros de algunas de dichas religiones, entre las que se pueden mencionar Hinduistas y Budistas en varias de sus tradiciones, Musulmanes, Hebreos y, por supuesto, Cristianos. todos ellos empeñados en diversas obras de caridad y de misericordia. A ellos les dirigió el siguiente discurso (3 de noviembre), que encontramos en sus versiones italiana e inglesa:
http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2016/11/03/0792/01769.html





II. EXPRESIONES RELIGIOSAS TRADICIONALES


1. Indígenas de hoy y de antes, de aquí y de allá

Contrariamente a lo que se cree, el aborigen actual, americano, asiático, polinesio o africano, no es el tipo mejor conservado de los representantes de nuestros primeros padres. Ningún pueblo se presenta ante la historia como el tipo puramente "original", sino como descendiente de otros pueblos numerosos y lejanos. Los bantúes de África Central dicen que los pigmeos del Congo « ¡son la raíz del mundo!»; y éstos a su vez, para justificar sus ritos, declaran: «Nuestros antepasados hacían esto», o: «Estas son palabras de nuestros antepasados.» Un salvaje de la Tierra de Fuego afirma: «nuestra estirpe se remonta a épocas muy lejanas».

El término "primitivo", que evitamos, se ha empleado con frecuencia no sólo en sentido cronológico sino, sobre todo, peyorativo. El aborigen no es un «salvaje», sin religión, ni moral, ni organización social, ni conocimientos prácticos. Los exploradores, etnólogos, antropólogos y misioneros, saben que existe una civilización y, màs aùn, una cultura entre los aborígenes, pero verdadera cultura, carente, quizás, de aquellos signos de desarrollo económico y de modernidad con los cuales nosotros hoy "nos las damos", tan acostumbrados y condicionados a ellos como estamos.

¿Qué es, pues, una cultura? Es una manera de vivir, una herencia social, que comprende, entre otros factores, el aspecto religioso así como el moral, artístico y científico. Sin embargo, los aborìgenes nos hablan de esas culturas milenarias, algunos de cuyos rasgos permanecen en expresiones actuales.

Entre las culturas aborìgenes todavìa se pueden distinguir diferentes tipos: de cazadores, de domesticación y de agricultura; estas tres a menudo están muy mezcladas entre sí. Hay otro tipo mucho menos evolucionado: la cultura de la pura recolección de frutos: pigmeos, algonquinos, fueguinos, etc.

Si los comparamos a unos y otros desde el punto de vista religioso, algunas de estas culturas poseen creencias y ritos más simples que emanan de lo más profundo de su naturaleza, prácticamente sin investigación filosófica ninguna. No parecieran haber alcanzado aún un estadio «prelógico» (incapacidad de reflexionar) y por eso parecieran haberse mantenido en un estadio «precrítico»: piensan no por conceptos sino por medio de símbolos o conjuntos de símbolos: los llamados "mitos".

Expliquemos un poco el sentido del término «mito». Para el historiador moderno de religiones, el mito no es lo que los antiguos diccionarios definían: «fábula alegórica especialmente en materia religiosa.» Más exactamente: «los mitos cósmicos y toda la vida ritual se presentan como las experiencias existenciales del hombre arcaico» (Mircea Eliade). Son expresiones culturales. Tanto el conocimiento mítico como el conocimiento racional son los dos válidos y complementarios. Por eso el testimonio religioso del hombre de hace cuarenta mil años atrás y màs, como el de hoy, tiene un gran valor histórico.


2. Sus creencias


a. Existencia de un poder superior, invisible y lejano:




«No podéis ver al Gran Espíritu. Ni siquiera rastrear sus huellas... Yo no veo al Gran Espíritu. Ni siquiera sé a qué se parece. Pero todos sabéis que existe el Gran Espíritu. Es él lo que sentimos en nosotros cuando hacemos lo que debemos. Si seguimos este camino, llegamos a comprender que el Gran Espíritu es verdaderamente grande.» (De un algonquino del Canadá).










Pintura corporal en ritual Selkman.














«Antes de los primeros hombres, existía ya Temaulk. No tiene cuerpo. Ha hecho el cielo y la tierra, pero aquí, en la tierra, no ha estado jamás... Vive muy lejos, detrás de las estrellas, que son su universo y donde él permanece siempre... Sabe lo que pasa aquí; ve a todos los Selk’nam (conocido también como Ona, los de la Tierra de Fuego)... Lo que él nos manda debemos ejecutarlo... El es espíritu, él ha existido siempre». (De un fueguino).







Pigmeo Mobobuti del Congo.
















Para los pigmeos, el Gran Dios es Khmvoum: «Dueño del Cielo», Mounga: «El que crea», o Bali: «El que piensa».



Aún hoy, en los pueblos aborígenes la creencia en el Ser supremo es real y profunda; aunque no se encuentra jamás en estado puro, ni siquiera en primer plano. Las manifestaciones de las fuerzas invisibles, los imperativos de una vida material difícil, sus instintos no controlados, preocupaban más a aquellos y a éstos que el pensamiento de un Dios demasiado lejano, «que no ha estado jamás entre nosotros», sobre la tierra.


b. Existencia de poderes secundarios

Entre el poder superior y sí mismo, el habitante de los períodos prehistóricos, de la Edad Antigua e incluso de la Edad Media, y hoy muchos pueblos que no han transitado la Modernidad, coinciden en situar otras muchas fuerzas. Estas fuerzas ocultas se manifiestan a los hombres por medio de tal objeto inanimado, de tal animal o de tal fenómeno cósmico (auge de los horòscopos). Sólo los iniciados las reconocen y las interpretan. Los manes de los difuntos, los espíritus buenos y los espíritus malos tienen también un papel importante en sus creencias. Los pigmeos, por ejemplo, aseguran que existe algo en el hombre que escapa a la muerte. «Dios castigó a los hombres, por eso algunos mueren». Entonces los Selknam lloran y lo reprochan diciendo: «Tú desde lo alto has matado a éste». «El espíritu del muerto va arriba, junto a El» (De un fueguino).



3. Sus ritos religiosos

Esas culturas conciben y celebran sus símbolos y mitos por medio de ritos:


 a. Danzas sagradas:

 


Estatua de alabastro de Anjnesmeryra II y de su hijo Pepy II, de hacia los años 2288-2224/2194 a. C.










Decreto del faraón Pepy II, garantizando inmunidad y exención de tributos del templo de Min.









Hacia el año 2.400 a. C., el faraón Neferkara Pepy II de la VI dinastía hizo traer a su corte «un danzarín sagrado», posiblemente un pigmeo. Los pigmeos han conservado hasta hoy toda su coreografía sagrada. Su principal celebración es una fiesta de muerte y de resurrección ligada al fuego y al sol: la danza, durante esta solemnidad, tiene un lugar muy importante. La danza sagrada existe en todos los pueblos aborígenes; cuando estos pueblos evolucionan, su mentalidad religiosa se purifica; se separan de la danza los elementos sagrados y aquélla se convierte en diversión folklórica.


b. Ofrendas, sacrificios, comidas sagradas en común:

El aborigen no se considera dueño de la tierra; no le pertenece y por tanto no tiene derecho a venderla. Lo que obtiene de ella es un don de Dios, y de aquí nace la ofrenda, en particular de las primicias. «Vamos a los bosques a cortar los hijos de los árboles, el don del Creador, el don de Khmvoum»... (Canto de los pigmeos).

Con frecuencia la ofrenda es total: el objeto así destruido es transportado, por este medio, al mundo invisible para el cual había sido destinado. Otras veces se come todo o parte de lo que se ha ofrecido: es el medio más íntimo de entrar en contacto con la divinidad a la que ha sido ofrecido. Al final de sus fiestas, los pigmeos comen el lagarto gigante inmolado de antemano: todo debe ser consumido inmediatamente y los restos se entierran en el mismo lugar del sacrificio.


c. Ritos de iniciación:

Existen ritos especiales para los momentos importantes de la vida: nacimiento, paso de la vida de niño a la de adulto, matrimonio, iniciación en los secretos sobre la divinidad o sobre el hombre, la muerte y el sepulcro. Después de la fiesta de iniciación, en el bosque, el más anciano de la tribu dice al muchacho hecho hombre: «Joven, te hemos hecho participar en esta fiesta, porque has llegado a la edad requerida para ello. Muéstrate un hombre... Guarda cuidadosamente el secreto».


 4. Su moral


 






Danza del fuego Baining










Entre ellos, la familia está bien organizada: la religión la protege y la familia debe proteger la religión. Los bainings de Malasia dicen: «El que existe siempre, ha comunicado a nuestros antepasados sus preceptos: amor mutuo de los esposos y de los hijos, aun más allá de la muerte. Respeto del matrimonio y de la propiedad».







Hombre de la Tribu Kikuyu de Kenia

















Entre los kikuyu del Este de África, el que ha violado un «tabú» debe librarse de él por ciertos ritos expiatorios: sacrificios, confesión, penitencia y ¡absolución! Aun las civilizaciones más simples, exigen ciertas cualidades morales para que el alma tenga un feliz viaje de ultratumba: los pigmeos de Filipinas no tienen miedo a los muertos, «que van, si han sido buenos, allá donde se está bien y si han sido malos, allá donde se está mal.»


5. Magia, religión y ciencia

«La religión nos introduce por medio del sacrificio en un mundo que no es el nuestro y la magia no busca sino la utilidad en este mundo. La religión, reconociendo nuestra dependencia, implora la ayudo de los seres superiores; la magia, reafirmando nuestro poder, nos hace actuar directamente. La religión busca la unión de todos los seres a plena luz; la magia no reúne más que a algunos iniciados, y en la sombra. Las divergencias van hasta el contraste: se debe deducir de aquí que la religión y la magia corresponden a dos tendencias distintas de la naturaleza humana, pero tan profundas como la que hace arrojarse al niño en los brazos de su madre, y la que lo hace rechazar su mano, diciendo: «¡yo solo!» La una y la otra son igualmente tendencias muy antiguas, y si en la práctica nos las encontramos mezcladas es porque es difícil disociar en nosotros el deseo de poder y la conciencia de nuestras limitaciones.»

En su esfuerzo por dominar las fuerzas desconocidas, la magia ha dado nacimiento a la ciencia, no a la religión.

«La historia confirma abundantemente estos hechos. No basta decir que la química ha reemplazado a la alquimia, y la astronomía a la astrología. Se debe decir que la química nació entre los alquimistas, y que la astronomía tomó forma entre los astrólogos... Admitamos, pues, que la magia y la religión son distintas en principio, aunque mezcladas a lo largo de toda la prehistoria, se han separado cada vez más, la magia evolucionando hacia la ciencia y la religión primitiva hacia las religiones superiores.» (Maurice BRILLANT y Ren AIGRAIN: Histoire des Religions Bloud et Gay París 1954 v. 1 32s.).


6. Algunas lecciones


Los pueblos o culturas aborígenes de hoy nos invitan a reavivar en nosotros el sentido de lo sagrado; ellos viven constantemente preocupados por lo invisible. El escollo de nuestra civilización técnica es, en efecto, hacernos menos sensibles a la proximidad de Dios:

"En medio de vosotros hay uno a quien vosotros no conocéis» (Juan 1,26).





Miembro de la Cultura y Pueblo Guambiano, en Silvia, Cauca, Colombia.











Las religiones ancestrales son predominantemente míticas y nuestro diàlogo con sus seguidores no puede prescindir de su respeto, si bien nosotros, como creyentes en Cristo, al igual que ellos, debiéramos convertir màs nuestra razòn y nuestro corazòn a la fe y a la gracia. Devociones sin ton ni son, leyendas piadosas, beatería desviada, no son dignas de nuestra condición "racional", ni de Dios, que quiere ser adorado «en espíritu y en verdad». Pero, seguramente, el peligro que nos acecha, ¿no es la postura contraria?: ¿Exceso de racionalismo que hace de la fe algo impreciso y sin vida, la desestima del realismo cristiano, actitudes en la liturgia, sentido de las parábolas, práctica de los sacramentos?

En el juicio final, entre la inmensa muchedumbre humana de todos los tiempos y de todas las civilizaciones, es muy posible que muchos de esos antepasados - o contemporàneos nuestros - nos precedan en el Reino de Dios.

BIBLIOGRAFIA:

CHEBESTA: Le sens religieux des primitifs (Mame)
BERGOUNIOUX y GOETZ: Religiones prehistóricas y primitivas (Casal I Vall)

BEALS, Ralph – HOIJER, Harry: Introducción a la antropología Aguilar Madrid 1972 2ª 563ss.





UNA GRAN CIVILIZACION


7. Religión de los Mayas y sus mitos sobre los orígenes sobre los orígenes del cosmos


De entre las culturas precolombinas escogemos una muy representativa de todas ellas. La civilización maya forma parte del área cultural centroamericana. Está delimitada, en el extremo norte, por una línea imaginaria que uniría los ríos Pánuco y Sinaloa (al norte de México) y, en el extremo sur, por otra línea que uniría la desembocadura del río Motagua (en la costa atlántica de Honduras) con el golfo de Nicoya (en la costa pacífica de Panamá). Se trata de una cultura que se extiende desde mediados del segundo milenio antes de Cristo hasta la llegada de los españoles.

Destacan en ella las siguientes (sub)culturas:

• La cultura olmeca, en la zona del golfo, entre los años 1500 y 100 antes de Cristo.

• La cultura teotihuacana, en el altiplano central mejicano, desde mediados del primer milenio antes de Cristo hasta el siglo VII después de Cristo.

• Las culturas zapoteca y mixteca, en el área de Oaxaca, desde el año 800 antes de Cristo hasta la llegada de los españoles.

• La cultura maya, al sudeste de México y parte de Centroamérica, desde mediados del segundo milenio antes de Cristo hasta la llegada de los españoles.

• La cultura azteca, cuyo centro era México-Tenochtitlán, antigua ciudad de México, fundada en el año 1325 después de Cristo y conquistada por los españoles en 1521.









Territorio en el que se extendió la civilización maya














Pirámide Maya











De acuerdo con los investigadores, “el pensamiento religioso maya tenía la intención de explicar y justificar el orden social, para entender la relación entre el hombre y el medio natural. Como en toda sociedad agrícola, los elementos naturales son ejes básicos en el pensamiento religioso. Por encima de todos se encontraba Itzammá (dios del cielo y del saber). Otras divinidades importantes eran Chac (dios del agua), Kukulcán (dios del viento), Ix-chel (diosa de los partos) y Ah Puch (dios de la muerte). Sus imágenes aparecen representadas en las fachadas de los edificios, en la decoración de la cerámica y en los códices escritos durante los siglos XVI y XVII” .

Llama la atención, no obstante, el hecho de que el culto religioso maya estuviera tan referido a resolver las preguntas por el por qué de las cosas (una pregunta que radicalmente es filosófica, y mantiene hoy su cercanía con las ciencias), tanto, al menos, que a elaborar una práctica adoración de sus dioses. La vida de los mayas consistía en edificar sus templos y en construir ciudades alrededor de ellos, y los sacerdotes eran considerados miembros de las clases sociales más elevadas. Las acciones que se les pedían tenían que ver con los actos cultuales, de ahí sus vestimentas con pieles de jaguar y hábitos rojos, con joyas y diademas de flores, pero también con la adivinación, para lo cual debían entrar en trance. Así, sus mitos se expresaban en el culto. A los dioses se ha de atribuir el comienzo del mundo y de la vida según el Chilam Balam de Chumayel, uno de los libros sagrados más importantes de los mayas.

Dicho comienzo sucedió así:

“Del abismo nació la Tierra, cuando no había ni cielos ni tierra. El que es la Divinidad y el Poder labró la Gran Piedra de la Gracia allí donde antiguamente no había cielo. Y de allí nacieron Siete piedras sagradas, Siete guerreros suspendidos en el espíritu, Siete llamas elegidas. Y se movieron. Y Siete fueron sus gracias también, y Siete sus santos.»

Hoy, a más de quinientos años de su redacción, aquel manuscrito constituye parte indispensable de uno de los más increíbles legados de esa cultura precolombina: su religión.

a. Una explicación del mundo

Como hemos señalado, existen ciertos problemas que han preocupado al hombre desde el comienzo mismo de los tiempos: el misterio de la muerte, el sentido de la vida, y la ordenación del cosmos son algunos de ellos. Como todas las culturas, los mayas tenían su versión acerca de aquellas cuestiones. Así, por ejemplo, la mayoría de ellos concebía el mundo como una especie de cuadrilátero que flotaba sobre las aguas de un océano primigenio. También había quienes lo imaginaban en forma de un gigantesco cocodrilo o tortuga marina. Pero, tanto en un caso como en otro, cada uno de los lados de ese universo estaba consagrado a un punto cardinal. En el centro de cada lateral se alzaba una enorme montaña, que albergaba una cueva presidida en su entrada por un árbol sagrado: eran los accesos al inframundo. Allí moraban los antepasados y todo tipo de seres sobrenaturales. Para llegar, existían cuatro caminos que comunicaban las entradas de las cuevas con el centro mismo de la tierra. Al igual que los otros niveles cosmológicos, también el cielo tenía sus divisiones. Los puntos de los solsticios marcaban los límites entre las regiones oriental y occidental de la bóveda celeste. Esta, a su vez, estaba dividida en cuatro partes y era sostenida por cuatro divinidades llamadas Bacabs. En el centro del cosmos, a modo de eje vertical, se erguía la gran ceiba o árbol cósmico, a la que muchas veces se representaba como una enorme planta de maíz. En el punto más elevado de su copa moraba el ave Itzam Yeh, considerada la encarnación de la deidad suprema, llamada Itzamná o Yax Itzam, de quien se decía que había creado el alma del universo. Al mismo tiempo, cada uno de los puntos cardinales estaba representado con un color. El este con el rojo, el norte con el blanco, el oeste con el negro y el sur con el amarillo. La referencia principal para todos ellos era el curso del Sol. En la cosmogonía maya el este estaba asociado al Sol, y por lo tanto al día, mientras que el oeste representaba la oscuridad y la noche. El sur, a su vez, marcaba la dirección del planeta Venus, y el norte estaba perfectamente alineado con la Luna.







Calendario Maya
















Cada uno de los elementos de la naturaleza encontraba su lugar adecuado dentro del universo maya. Pero ese lugar en ningún caso era permanente: el cambio, que siem¬pre estaba al acecho, terminaría por imponerse.


b. Ciclos de creación y destrucción

Los mayas creían que todo el universo se renovaba completamente cada 5.200 años. Aseguraban que el ciclo en el que actualmente vivimos había comenzado entre los años 3114 y 3113 a.C., por lo que su fin estaría previsto para 2011 o 2012. Pero, al mismo tiempo, no creían que este mundo fuera el primero. Estaban seguros de que habría sido precedido por al menos una creación. La tradición habla de numerosos acontecimientos sucedidos con anterioridad a nuestro universo, aunque todas las versiones son muy distintas entre sí. Las dos fuentes más importantes sobre este tema son el libro Popol Vuh y el templo de las Inscripciones de Palenque, en las que se relata el nacimiento de la Pareja Divina. El Gran Padre y la Gran Madre habrían sido, según la leyenda extendida, los creadores del mundo. Pero tan antiguo como ellos, o aún más, era Itzamná, el señor de los cielos y la divinidad suprema. Representado como un anciano desdentado, se lo consideraba, a la vez, el primer chamán, el creador del alma del universo y el inventor de la escritura. En calidad de esto último también era el patrón del aprendizaje y de las ciencias. Su esposa era Ix Chel, la diosa de la Luna y del arco iris. Ella protegía el tejido, la medicina y el parto, por lo que era una de las divinidades más evocadas. Otras divinidades importantes eran el Jaguar o dios del Sol, el monstruo cósmico Chac, también considerado dios de la lluvia, y K’wali, el dios de la sustancia. Todos ellos ayudaban a configurar un universo autónomo y coherente, en el que todas las preguntas que preocupan al hombre desde tiempos inmemoriales encontraban una respuesta. Acaso en ello mismo radique su interés atemporal.

c. Un pueblo para dos calendarios

A diferencia de otras culturas como la nuestra, los mayas contaban con dos calendarios independientes entre sí: uno de uso ordinario y otro reservado para las festividades religiosas. El primero contaba de 365 días y estaba dividido en 18 períodos de 20 días y 1 de 5. Cada uno de los períodos regulares era presidido por un patrono que ejercía durante ese tiempo sus poderes sobrenaturales sobre todas las cosas. Al final de los 360 días, se sucedían los cinco sobrantes que constituían el fin del año. Como su inclusión dentro del sistema vigesimal de los mayas resultaba imposible, se los denominaban “los días sin nombre”. Era considerado un período de mala suerte y se les atribuían pronósticos desfavorables. El más importante de los dos era el calendario ritual, que estaba constituido por 260 días, cifra que surgía de la multiplicación de 20 por 13. Los días contaban con 20 signos diferentes, que se unían con las cifras del 1 al 13 de forma continuada. Así, de esta manera, el día 14 recibía el mismo signo que el 1, y el 21 retomaba la serie de signos desde el principio. En su segundo recorrido, la serie llegaba hasta el número 8, y tenían que sucederse todas las combinaciones posibles para que se cumplieran los 260 días y un nuevo ciclo volviera a comenzar.


Mensajes a pueblos y culturas aborígenes:

COMMUNIQUÉ DU CONSEIL PONTIFICAL POUR LE DIALOGUE INTERRELIGIEUX: CONSULTATION SUR LE DIALOGUE INTERRELIGIEUX EN AFRIQUE, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/interelg/documents/rc_pc_interelg_doc_20080414_dialogue-africa_fr.html



Nota
Al final de estas notas he querido consignar en su idioma original, el inglés, un texto de la R. Hermana Margaret E. Tonkin FDNSC (Hijas de Nuestra Señora del Sagrado Corazón): "Application of (Geertz') Definition of Religion to the basic Features of Australian aboriginal Religion. (With special attention to the Murinbata People)", texto en el que la autora aprovecha los estudios de antropología cultural aplicándolos a esa religión del Pueblo Murinbata, y relacionándolos con la sacramentología cristiana. 





III. RELIGIÓN DE GRIEGOS Y ROMANOS


Los estudios sobre la historia griega, o los textos clásicos de Literatura, seguramente te habrán dejado la impresión de un pueblo de estetas, que vivían sin ninguna inquietud metafísica, felices bajo un cielo sereno.
En cuanto al pueblo romano, habrás deducido que era una raza de conquistadores y de juristas, entre los cuales la religión se limitaba a una mitología no muy edificante. Cuando admiras las ruinas maravillosas del Foro o de la Acrópolis y evocas las aventuras —bien poco divinas— de los dioses greco-romanos, ¿sospechas el valor cultural y religioso que oculta ese mundo clásico?






Foro Romano













Acrópolis ateniense







1. Importancia del mundo greco-romano

El siglo IV a. C., marca el apogeo político, militar y literario de Grecia. Es el siglo de Pendes, Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes, Sócrates, Platón, etc. El apogeo de Roma coincide con la decadencia de Grecia. Jesús nace en el siglo de Augusto, cuando toda la cuenca del Mediterráneo es romana: el Imperio se extiende desde España a Palestina y de Rumania a la Galia. Pero es la cultura griega la que impregnó profundamente el alma de los conquistadores romanos y las religiones de estos dos pueblos están prácticamente fundidas en el momento de la venida de Cristo. La influencia griega se extendió más allá de la cuenca del Mediterráneo; después de un eclipse en la Edad Media, recupera todo su esplendor en el Renacimiento. Una excursión a las fuentes de nuestra lengua, nuestras costumbres y nuestra civilización, nos demostrarían que toda la base de nuestra cultura es griega. Recordemos también cómo los primeros pioneros de la evangelización se dirigen hacia Europa Central, hacia la Galia, la Lusitania o la Gran Bretaña, por las grandes calzadas romanas o empleando navíos romanos. La griega es la lengua empleada en la difusión de los primeros papiros del Evangelio. Los dos grandes doctores de la Iglesia San Agustín y Santo Tomás de Aquino formulan su doctrina católica bajo la impronta de los dos grandes filósofos griegos: Platón y Aristóteles. Los Apóstoles predican el mensaje de las bienaventuranzas, que los judíos rechazaron, a los adictos de la religión greco-romana; en Corinto, Filipos, Tesalónica, hasta el corazón mismo del Imperio. Sus orígenes mediterráneos han dado al Cristianismo ese estilo occidental exclusivista del cual comienza, afortunadamente, a despojarse en nuestra época.

2. Creencias y ritos

La religión greco-romana no poseía ni libros sagrados, ni dogmas revelados. Practicaban una religión natural, bajo un aspecto predominantemente doméstico: religión de los hogares y municipios, religión de las ciudades.

a. Religión de los hogares

1) Culto a los muertos:

La idea religiosa que impresiona más fuertemente a griegos y romanos no es la idea de la creación, sino de la generación. Para ellos el que engendra tiene algo de divino. De aquí la gran importancia del culto a los antepasados, que llaman: «demonios», entre los griegos, y «manes, lares o genios», entre los romanos. Fustel de Coulanges lo explica así: «Antes de concebir y adorar a Zeus, el hombre adora a los muertos... La idea de lo sobrenatural nace en él, a la vista de la muerte, deseando un «más allá» ante la realidad presente. La muerte fue el primer misterio: ella pone al hombre sobre la pista de otros misterios, eleva su pensamiento de lo visible a lo invisible, de lo pasajero a lo eterno, de lo humano a lo divino. » (La ciudad antigua).

La muerte es un simple cambio de vida. El alma continúa viviendo cerca de los hombres, bajo la tierra: se alimenta de los manjares que la familia deposita sobre la tumba: la leche y el vino se esparcían sobre la tierra de la sepultura, los alimentos sólidos se hacían llegar hasta el muerto por medio de agujeros cavados en ella. A la entrada de la mansión de los muertos, un barquero, Caronte, viejo y avaro, exigía un óbolo por conducir las almas a través de la laguna Estigia. La moneda se depositaba en la boca del difunto. El paraíso de los griegos y romanos eran los Campos Elíseos.

2) Culto al fuego:

Como entre los Zoroastristas, en la casa de un griego o de un romano había siempre un altar, donde el fuego no debía apagarse nunca. El dueño de la casa era el sacerdote del culto doméstico y tenía la obligación sagrada de alimentar el fuego noche y día. Este fuego era el símbolo de la divinidad; protegía la familia y recibía los sacrificios. Alimentado por el aceite, las esencias y la grasa de los animales, el fuego se elevaba constantemente sobre el altar e iluminaba a sus adoradores con sus reflejos. Junto a él se invocaba indistintamente e1 Hogar, los Penates y los dioses Lares. En Roma, las Vestales cuidaban del fuego sagrado de Vesta, diosa de los hogares.

3) Ritos de pastores y agricultores:

Estos ritos eran más fielmente observados en Grecia donde el agua era preciosa debido a su escasez. Estos ritos tenían por fin asegurar la fecundidad de los rebaños y la fertilidad de los campos. El campesino griego creía que Zeus, sentado en la cumbre de la más alta montaña, reunía las nubes, lanzaba el trueno y distribuía las lluvias. Los griegos no decían «llueve», o «truena», sino «Zeus llueve», «Zeus, trueno». (La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pendes: Flacehiére, cap. 8).

Cualquier corriente de agua era sagrada y estaba poblada de ninfas. El culto consistía en oraciones, purificaciones y sacrificios. Se inmolaba un cerdo, un cordero, un buey, un galio, según los gustos de la divinidad.

b. Religión de las ciudades

A los ritos domésticos se añade el culto oficial de la ciudad.

1) Religiosidad municipal:

Los magistrados municipales eran los sacerdotes de los sacrificios ofrecidos a la divinidad protectora, y su ciudad era una pequeña iglesia local, con sus dioses y sus cultos particulares. Lo que los atenienses esperaban de Zeus y de Palas Atenea era: «el bienestar y la salud de los ciudadanos de Atenas, de sus mujeres y de sus niños, así como la de todos los países aliados.»

2) Fiestas religiosas y cívicas:

Eran numerosas a lo largo de todo el año. Las Panateneas comprendían una semana de juegos, concursos hípicos y gimnásticos, regatas, etc., terminando todo con una imponente ceremonia procesional. Los juegos Píticos y concursos de poesía, las grandes Dionisiacas, con coros y poetas para las representaciones trágicas. La vida religiosa y la vida civil reunían todo cuanto hubiera en ellas de más grandioso para regocijar al pueblo. También los romanos pedían a sus césares, gritando, en las grandes solemnidades « ¡el pan y los juegos!» (“panem et circenses”).

c. Inconformismo y mayores aspiraciones.

1) Reacción de los espíritus selectos.

Estos cultos eran interesados; consistían más en atraerse el favor de los dioses que en venerarlos realmente: «Te doy para que me des» (la religión era una de las expresiones, la más alta, de las relaciones de “justicia”). Además degeneraron en superstición, ritos mágicos y prácticas de adivinación: pollos sagrados, vuelos de aves (auspicios), entrañas de las víctimas (arúspices), pitonisa de Delfos y oráculos de las sibilas. «Con estos dioses confusos y estos mitos incoloros... con sus oraciones formulistas a estilo de contratos... con su conformismo metafísico y su indiferencia a los valores morales; con su estrechez de campo de acción, restringido a los intereses de la ciudad... la religión romana helaba los entusiasmos fervorosos de la fe, dándoles una frialdad amanerada y un prosaísmo utilitario» (Carcopino, La vie quotidienne á Rome).

No es extraño, que los espíritus reflexivos, los corazones serenos y las almas exigentes, no estuvieran satisfechos con este cuadro religioso. Pero no se podía manifestar la desaprobación religiosa sin caer en desgracia con el Estado, ¡porque con el mismo golpe se hiere a los dioses inmortales y a la ciudad que ellos protegen! Sin ningún género de duda, los grandes filósofos Platón y Aristóteles creían en la vida sobrenatural. Pero Platón critica ásperamente la mitología de Homero, y Sócrates muere bebiendo la cicuta condenado de impiedad. (La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles).







Platón






















Aristóteles




















2) Eleusis, los misterios.


La religión oficial, que se desentiende de la salvación individual de sus súbditos, es demasiado impersonal. Las almas religiosas aspiran a otros cultos: los misterios de iniciación de la pequeña ciudad de Eleusis, a 22 Km de Atenas, adquieren una gran celebridad, una importante repercusión. Representan la protesta de la religión personal contra el ritualismo social; el fiel desea la salvación por medio de la unión directa con Dios. Se alcanza por medio de los baños rituales y en una curiosa procesión simbólica que debe atravesar una región pantanosa, a la caída de la noche. Sólo los iniciados conocían un estrecho puente que los conducía a Eleusis, iluminada y en fiestas, imagen de la dicha del más allá y de la eterna luz, mientras que los no iniciados, se debatían durante toda la noche en el fango del pantano.






Restos del templo de Eleusis












3. Valor de su religión

a. Pecado, sufrimiento, fatalidad.

Charles Moeller ha analizado bien estos tres problemas esenciales: el pecador más célebre de la antigua Grecia es Edipo. Mata a su padre y se casa con su madre. Rompe así todos los límites morales. Pero sabemos bien que Edipo no fue culpable. No es más que un desgraciado. El culpable es Zeus, el destino (la Moira). Los griegos tienen un enorme sentido de la bondad del hombre. No creyeron siquiera en su debilidad. En todo crimen, la parte que le corresponde de culpabilidad no viene de los hombres, sino de los dioses. ¿Nos escandalizaremos ahora de encontrar en el tumulto de su panteón tantos vicios y crímenes? «Los griegos no tuvieron los dioses que se merecían», dice Charles Péguy. Para el griego, el hombre es la medida de todas las cosas. La mayor grandeza del hombre es la de llegar a ser superior a la «moira» por su lucidez estoica ante el sufrimiento y la muerte. En efecto, es difícil para el hombre no desanimarse ante su debilidad. Y ante esta realidad no existen más que dos posturas: o se engríe orgullosamente de su libertad gritando lo absurdo del universo, o confiesa sus propias debilidades de rodillas ante un Crucificado.

b. Sabiduría griega y locura de la Cruz

Para los griegos y romanos el gran problema es el del pecado. ¿Cómo siendo el hombre tan grande puede caer tan bajo? Para los cristianos, el problema es el de la Redención: ¿Cómo siendo el hombre tan débil puede encontrar perdón a todos sus pecados? «La antigüedad griega es un grito hacia el Dios de misericordia, hacia un mundo divino tan bello como el mundo humano que los griegos habían soñado». (Charles Moeller).

Se adivina este grito, esta espera, a través de los misterios de Eleusis, a través del mito de Orfeo, que por medio de su música subyuga al alma humana y la conduce hasta el lugar de la luz. A través del culto de Mitra que lucha contra los poderes del Mal y trae a los hombres la libertad. «Parece como si Dios (y ciertos Padres de la Iglesia así lo afirman) hubiera reservado la Revelación a los judíos, procediendo con respecto a los paganos por el método de «errores repetidos». Los griegos buscaron siempre la Verdad por los caminos sublimes de la filosofía o los oscuros senderos del misterio y de la superstición.» (Hus).

Comprendemos ahora la reacción de San Pablo en Atenas: «Mientras Pablo los esperaba en Atenas, su alma se llenaba de indignación al ver la ciudad llena de idolatría. Así que discutía con los judíos y prosélitos todos los días en la sinagoga, y en la plaza con los que encontraba. Incluso algunos filósofos epicúreos y estoicos entablaron diálogo con él. Unos decían: « ¿Qué querrá decir este charlatán?» Y otros: «Parece ser predicador de divinidades extranjeras». Porque anunciaba a Jesús y su Resurrección. Tomándolo, pues, lo llevaron al Areópago y le dijeron: « ¿se puede saber qué doctrina nueva enseñas? Porque traes a nuestros oídos cosas extrañas y queremos saber qué quieres decir con ello.» Es que los atenienses todos y los extranjeros que allí vivían no tenían más pasatiempo que decir o escuchar novedades. Pablo, pues, en medio del Areópago dijo: «Atenienses, por todo veo que sois los más religiosos de los hombres. Porque al recorrer vuestra ciudad y contemplar vuestros monumentos sagrados, he encontrado un altar en el que está escrito: AL DIOS DESCONOCIDO. Pues bien, eso que veneráis sin conocerlo, es lo que yo os anuncio.» (He 17, 16-23).

Es muy posible que estés asombrado ante el antropomorfismo de los dioses griegos y que admires el genio de sus esculturas y de su arquitectura religiosa. Sin pretender que caigas en el esteticismo, ¿trabajas por depurar tu gusto por el arte sagrado, por el verdadero arte portador de belleza? ¿Sabes apreciar la gracia de tu bautismo (Sócrates y Platón no la tuvieron), darte cuenta de las riquezas heredadas por tu fe? Sigue profundizando en tu estudio sobre la religión de todos los pueblos y llegarás a comprender la plenitud de la figura de Cristo, que está por encima de la de todos los dioses juntos.

BIBLIOGRAFIA:
Charles MOELLER: Sabiduría griega y paradoja cristiana (Juventud) DUMORTIER: La religion grecque (Ed. Catholicité Lille)
FLACELIERE: La vida cotidiana en Grecia en el siglo de Pericles (Hachette) Fustel de COULANGES: La ciudad antigua (Emecé)
HUS: Las religiones griega y romana (Casal I Vall).





IV. El HINDUISMO - BRAHMANISMO


1. El Brahmanismo




Señor Brahma, Creador del Universo, uno de los dioses principales del panteón hindú
















Es un sistema religioso, moral y metafísico que se fundamenta en la concepción panteísta de la divinidad. Su fuente son los libros sagrados de los indios, escritos en el período de 1500 a 400 a. C.: los cuatro Vedas, los poemas Ramayana y Mahabarata, así como los tratados filosóficos de las distintas escuelas que constituyen un cuerpo de doctrina que ha perdurado a través de la historia para contar todavía con más de 280 millones de fieles. Posee una concepción eminentemente poética de los orígenes y de la función del mundo y de la divinidad.

El brahmanismo consagró dos principios fundamentales y característicos: la división en castas y la metempsicosis.

Para poblar la tierra, el dios Brahma engendró cuatro hijos: Brahmán, con la boca; Chatria, con un brazo; Vaisia, con un muslo; y Sudra, con un pie, y cada uno de ellos dio origen a una de las cuatro castas en que se dividió el pueblo indio: los brahmanes, a quienes correspondía el ejercicio del sacerdocio, la justicia y la medicina, clase privilegiada por excelencia, de la que procedían también los poetas y sabios; los chatrias, guerreros y magistrados; los vaisias, comerciantes, artesanos y agricultores; y los sudras, cuya suprema aspiración no podía ser otra que la de entrar al servicio de un individuo de las tres casta superiores, y cuya condición social sólo difería de la esclavitud en que no podían ser empleados en menesteres impuros, no se consideraban propiedad ni mercancía, y disfrutaban del derecho de herencia. Al margen de las castas vivían los parias, restos quizás de un pueblo vencido, víctimas de la degradación y del desprecio, y considerados socialmente inferiores al animal.

No obstante esta división de castas, el Brahmanismo – o Brahamanismo – acepta un mejoramiento sucesivo del alma, que se efectúa mediante la metempsicosis (transmigración o reencarnación de las almas), y que está determinada por el valor de las buenas obras realizadas. Así, el estado físico de las almas, en la reencarnación, es el resultado de la conducta moral anterior. "Toda palabra, acto de pensamiento o del cuerpo lleva un fruto bueno o malo", dice el Código de Manú.

El Brahmanismo proclama una moral de paz; la protección del niño, la mujer, el enfermo, el débil y el anciano; la obediencia, la castidad, la modestia y la templanza; los deberes de hospitalidad y la prohibición del aborto, el suicidio, el juego, la calumnia, el perjurio, la embriaguez y condena la violencia contra toda forma de vida, así como señala rigurosas penitencias para los pecados, manifestaciones de un fanatismo religioso en que el ascetismo y el éxtasis son formas atenuadas. De su seno nacieron el Budismo – que significó en cierto modo una reacción frente a su rigidez dogmatica y, principalmente, frente a la casta sacerdotal como depositaria exclusiva de la religión y de la ciencia –, y el Hinduismo.



2. El Hinduismo







Estatua camboyana de Vishnú del siglo XIII
















En sentido amplio, el Hinduismo es un conjunto de creencias religiosas y de prácticas que existió originalmente en la India desde hace más de dos milenios, hoy en día ampliamente se ha extendido por todo el mundo, y es una de las derivaciones del antiguo Brahamanismo, siendo éste más elitista y habiéndose mantenido en su pureza original. Así, el Hinduismo es mucho más popular, y recoge las fases multiformes de una vida que es al mismo tiempo religiosa, social e intelectual. Los sacerdotes brahmanes, con todo, comparten y toleran las expresiones hindúes. El Hinduismo no aparece como un sistema uniforme de culto pero sí como múltiples expresiones del mismo en honor de Vishnu, Siva y otras divinidades que les son asociadas, dando lugar, a través de los siglos, masas de pueblo que han encontrado satisfacción en sus prácticas.

Brahma, sin embargo, es en muchos casos un dios que lo invade todo, que lo permea todo, todo es uno con él, todo es dios. Las divinidades, espíritus y otros objetos de culto lo contienen, de modo que se podría afirmar que se trata de una religión “monoteísta”. Los hindúes creen en el Karma - los actos humanos determinan el futuro del alma - y en la reencarnación. No tienen culto religioso público ni días sagrados de descanso y sólo una vez al mes practican un acto-examen privado e íntimo. El hinduismo asume a menudo características ascéticas y de mortificación de la carne, aunque también algunas sectas ponen énfasis en lo erótico. La salvación final se obtiene por la llegada del alma al Brahama, y esto se obtiene únicamente por la experiencia religiosa individual. Por su tolerancia con otras religiones ha sufrido influencias múltiples que lentamente introdujeron dogmas y costumbres extrañas, y determinaron la aparición de escuelas antagónicas o distintas: Nyaya, Vaisehika, Yoga, Mimannsa, Sankya, Vedante.

Sus libros sagrados, los Vedas, consisten en colecciones de cánticos y ritos antiguos. De acuerdo con autores como Monier Williams, el “hinduismo tiene algo que ofrecer a todas las mentes. Su adaptabilidad es infinita para acoplarse a la infinita diversidad de los caracteres humanos y a las tendencias humanas. Posee una alta espiritualidad y su lado abstracto llega a la filosofía metafísica, los cuales se expresan en su perfil estético y ceremonial que permiten a las personas sentimientos poéticos y el desarrollo de su imaginación, e invita a una vida descansada y contemplativa, a la paz y a un amor abnegado” (Brahmanism and Hinduism, New York 1891).

La más alta forma del culto, consideran los hindúes, es la meditación. Las prácticas de los seguidores del Hinduismo aúnan su hermandad con el culto a la naturaleza, con el culto a animales – las vacas sagradas –, a los fetiches y a los espíritus, de tal manera que, en nuestro sentir, mucho más se asemejan a variadas formas de superstición o de idolatría, y llegan a caracterizar a las bases más populares de la población. Radica allí, muy probablemente, la polarización e, inclusive, la justificación del sistema de castas existente en la India. Cierto, su extensión en otras partes por fuera de la India, su cultivo por parte de personajes de Occidente – como fue el caso de Schopenhauer, por ejemplo –, han hecho notar y ansiar los aspectos metafísicos – teosofía –a los que hemos aludido, pero una percepción más “democrática” y globalizada de los fenómenos, típicos en una cultura y pensamiento actual, ponen importantes límites a la difusión y adopción más amplia de sus otras características. Con todo, se trata de un conglomerado que alcanza quizás los 500 millones de adherentes, ubicados sobre todo en las regiones de Assam, Bombay, Madras, etc. Su lengua principal es el sánscrito y en ella se conservan los antiguos tesoros de su literatura sagrada: “Sakuntala”, “Código de Manu”, “Atharva Veda”, el voluminoso “Bhagavata Purana”, el “Vishnu Purana”, “Markandeya Purana” el “Mahbharata”, el “Bhagavadgita”, el “Sree Krishna” y otros textos Brahmánicos.

Anualmente, con ocasión de la fiesta hindú de Diwali, el Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Religioso, organismo de la Santa Sede, envía un “mensaje” a los miembros de esta comunidad. La fiesta de Diwali es celebrada por todos los hindúes y es conocida como Deepavali, es decir, "fila de lámparas de aceite". Se funda simbólicamente sobre una antigua mitología y representa la victoria de la verdad sobre la mentira, de la luz sobre las tinieblas, de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal. La celebración verdadera y propria dura tres días, señalando el comienzo de un nuevo año, la riconciliación familiar, especialmente entre hermanos y hermanas, y la adoración a Dios.


Mensajes para los Hindúes:

MESSAGE DU CONSEIL PONTIFICALPOUR LE DIALOGUE INTERRELIGIEUX AUX HINDOUS POUR LA FÊTE DE DIWALI 2008: " Chrétiens et Hindous: ensemble en faveur de la non-violence ", en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/interelg/documents/rc_pc_interelg_doc_20081028_diwali_fr.html

MESSAGGIO DEL PONTIFICIO CONSIGLIO PER IL DIALOGO INTERRELIGIOSO AGLI INDÙ IN OCCASIONE DELLA FESTA DI DIWALI 2009: "Hindus and Christians: Committed to Integral Human Development", en: http://212.77.1.245/news_services/bulletin/news/24492.php?index=24492&lang=sp

MENSAJE DEL PONTIFICIO CONSEJO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO A LOS HINDÚES CON OCASIÓN DE LA FIESTA DEL DEEPAVALI 2012: "Cristianos e Hindúes: formar a las jóvenes generaciones para ser operarios de paz" (Texto en Inglés, Francés e Italiano) en: http://press.catholica.va/news_services/bulletin/news/29985.php?index=29985&lang=sp

MENSAJE DEL PONTIFICIO CONSEJO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO A LOS HINDÚES CON OCASIÓN DE LA FIESTA DEL DEEPAVALI 2013 (Texto en Inglés, Francés e Italiano): "Cristiani e Indù: favorire le relazioni umane con l’amicizia e la solidarietà", ("Cristianos e hindúes: favorecer las relaciones humanas con la amistad y la solidaridad") en:  http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2013/10/28/0703/01570.html 

Mensaje del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso a los hindúes con motivo de la fiesta de Deepavali, 16.10.2017:

La fiesta de Diwali es celebrada por todos los hindúes y conocida como Deepavali es decir “hilera de lámparas de aceite”. Este año la fiesta será celebrada por muchos hindúes el 19 de octubre. Para esa ocasión el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso ha enviado a los hindúes un mensaje cuyo tema es: “Cristianos e hindúes: más allá de la tolerancia”. El texto, firmado por el cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del dicasterio y por el secretario S.E. Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J., ha sido enviado también en hindi. Véase en: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/10/16/deep.html


Mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso a los hindúes con motivo de la fiesta de Deepavali 2018, 31.10.2018

La fiesta de Diwali está fundada simbólicamente en una mitología antigua, representa la victoria de la verdad sobre la mentira, de la luz sobre la oscuridad, de la vida sobre la muerte, del bien sobre el mal.
La celebración verdadera y propia dura tres días y marca el comienzo de un nuevo año, la reconciliación familiar, especialmente entre hermanos y hermanas, y la adoración a Dios.
Este año la fiesta será celebrada por muchos hindúes el 7 de noviembre.
Para la ocasión, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso ha enviado a los hindúes un mensaje cuyo tema es: Cristianos e hindúes: en defensa de los vulnerables de la sociedad. El mensaje, firmado por el Secretario S.E. Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J., también ha sido enviado en hindi. El texto del mensaje puede leerse en: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/10/31/mens.html


Mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso a los hindúes con ocasión de la fiesta de Deepavali 2019, 21.10.2019


El texto se encuentra en:
http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2019/10/21/mens.html

Mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso a los hindúes con ocasión de la fiesta de Deepavali 2021: "Cristianos e hindúes: llevemos juntos la luz a la vida de las personas en tiempos de desesperación": 29 de octubre de 2021. El texto se encuentra en:
https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2021/10/29/mens0.html







V. EL BUDISMO


«Si un hombre, al ser herido por una flecha envenenada, dijera: “¡no dejaré que me toquen la herida hasta que no sepa el nombre del que me ha atacado, si es un noble o un brahmán, un hombre libre o un esclavo! ¡No me dejaré curar sin saber antes de qué madera era el arco que ha lanzado esa flecha...!” seguro que moriría de esa herida.» Buda, nacido en la India, en el siglo VI a. J.C., muestra con esta parábola su desprecio por las teorías védicas. Es verdad que tomó del hinduismo la idea de la irrealidad del mundo, la sanción de nuestros actos y la transmigración de las almas, pero reformó esta religión, introduciendo así una reforma a la vez social: ¡Elimina los brahmanes y las castas! Es la primera religión que predica la libertad para todos los hombres.

1. Vida de Buda (hacia 560-480 a. C.)






Estatua de Buda en Kamakura, Japón
















Siddhartha Gautama, nació en los confines del Nepal, en la poderosa tribu de los Sakia. Tenía todo cuanto podía desear para ser dichoso: familia acomodada, una educación perfecta, cualidades excepcionales, una esposa encantadora... pero la angustia lo atormentaba. Según la leyenda, durante uno de sus paseos vio a un anciano, luego a un enfermo, enseguida a un cadáver en descomposición, y por fin a un monje mendigo, de una serenidad digna bajo sus harapos. Toma entonces una decisión: de noche, sin hacer ruido, deja su mansión, su esposa dormida y su hijo que acaba de nacer. Tenía entonces 29 años y comienza una vida de asceta: se hace un sakiamuni = monje sakia. Se sometió a rigurosos ayunos y a ejercicios ascéticos, que tan solo le produjeron un agotamiento físico y moral. Seis años después, al detenerse bajo una higuera, comprende que ha llegado el momento de penetrar el secreto del dolor universal. «Tortura su pensamiento», pero paulatinamente todo se aclara, se encadena e ilumina. A partir de este momento fue el «Buda», es decir, el Clarividente, el Iluminado. Después de muchas dudas se decide a comunicar su experiencia espiritual; es el comienzo de una larga peregrinación apostólica. El punto de partida es el célebre «sermón de Benarés». Desde entonces las conversiones se multiplican entre los mismos brahmanes. Buda agrupa a sus prosélitos en comunidades. Muere agotado pero feliz a los 80 años, acostado sobre el lado derecho y esperando la liberación del Nirvana.

2. Doctrina de Buda

Lo esencial está contenido en el «Sermón de Benarés»:

a. «Las cuatro verdades santas». -

«He aquí, oh monjes, la verdad santa sobre el dolor: el nacimiento es dolor, la enfermedad es dolor, la vejez es dolor, la muerte es dolor; la convivencia con los que no se ama es dolor, la separación de lo que se ama es dolor, todo deseo insatisfecho es dolor, todo apego a los objetos es dolor. - He aquí, oh monjes, la verdad santa sobre el origen del dolor: es la sed de existencia que conduce de un renacimiento a otro, acompañada del placer; que encuentra en esto el cumplimiento de su deseo: la sed de placer, la sed de existencia, la sed de eternidad. - He aquí, oh monjes, la verdad santa sobre la supresión del dolor: esta sed sólo se extingue por el aniquilamiento del deseo, desterrándolo totalmente de nuestro espíritu, renunciando a él, no dándole acogida en nosotros. - He aquí, oh monjes, la verdad santa que conduce a la supresión del dolor: este camino sagrado tiene ocho ramas, que se llaman: fe pura, voluntad pura, lengua pura, acción pura, medios de existencia puros, ocupaciones puras, memoria pura y meditación pura.»

b. El vacio:

Buda niega rigurosamente el «yo», el «alma», el «atmán». «El espíritu es una ilusión.» Este mundo que habitamos no contiene ninguna realidad. Es un océano de «impermanencia, de insustancialidad, de irrealidad fenoménica.» Nos desconcierta la afirmación de «un yo metafísicamente inexistente y prácticamente inmortal». (Grousset). Si la trasmigración no es más que una continuidad sin identidad, ¿por qué entonces tenemos que heredar nuestros méritos o la forma de obrar de nuestras innumerables vidas anteriores?

c. El nirvana:

Buda lo define así: «El fin de las reencarnaciones. Es como si una persona no vertiera más aceite sobre la lámpara que aún alumbra.» Nirvana = extinción, no ser. Es «vacío e infinito como lo es el espacio para los pájaros.» Se llega a él quebrantando en sí mismo este anhelo vital, por la práctica de la caridad.


3. Moral budista

a. El esfuerzo personal

«No esperéis nada de los dioses despiadados... que nacen, envejecen y mueren para volver a nacer, y ni ellos mismos han llegado a deshacerse de su propio dolor. Esperad todo de vosotros mismos.»

b. El camino del «medio»

Buda desaconseja, no obstante, las austeridades: «Sabéis, oh monjes, ¿cuál es este camino del «medio», que Buda ha descubierto, que abre los ojos del espíritu, conduce al reposo, a la ciencia suprema, al Nirvana? Buscad el «medio» entre el ascetismo y la vida mundana.»

c. Los cinco mandamientos

«Abstenerse de aniquilar toda vida, de coger lo que no se te ha dado, de obrar mal con respecto a los placeres sensuales. Abstenerse de falsas palabras, de productos intoxicantes que tienden a oscurecer el espíritu.»

4. Comunidad monástica

Buda ofrece a sus discípulos la «Triple Joya»: Un Maestro (Buda); su Ley; sus comunidades de monjes. El monje (bonzo) debe seguir un noviciado: se le rasura la barba y el cabello, se le reviste con el hábito de monje y acepta la regla de la comunidad y la dirección de un preceptor. Cuando el noviciado acaba, el postulante, que debe tener a lo menos veinte años, es recibido como «Bhiksuv, después de la aprobación de la asamblea. Acepta entonces las reglas de la pobreza monástica: No puede poseer más que 9 objetos: tres piezas de ropa, un cinturón, una aguja, una navaja de afeitar, un filtro, un abanico y una escudilla para mendigar su alimento. Se compromete además a observar los 4 deberes: castidad absoluta, no matar ni aun a los animales, no robar, no envanecerse de su perfección espiritual.







Comunidad de monjes budistas durante un ritual













Su vida transcurrirá de ahora en adelante, en un ambiente de silencio: sin un trabajo regular, el día está sembrado de conferencias, de salmodias, de meditaciones. Cada quince días el monje se acusa públicamente de sus faltas exteriores. Las faltas contra los cuatro deberes conducen a la expulsión. En un principio errantes, estas comunidades se concentraron después en monasterios. Algunos cuentan con millares de monjes y practican una amplia hospitalidad.

5. Culto budista

El estado de bonzo es el camino más seguro para alcanzar el nirvana. Los monjes son los encargados del culto, que no consta de sacrificios, ni de sacramentos, sino de simples ofrendas de esencias, de flores, de cirios, de gestos de veneración hacia Buda o sus discípulos inmediatos; de peregrinaciones a los lugares santificados por el fundador, a las pagodas que contienen sus reliquias o sus emblemas mágicos (huellas sagradas, flor de loto, ruedas), a las innumerables «Stupas» (vastos edificios funerarios). Los laicos que observan la ley y practican la caridad especialmente con los bonzos, pueden esperar una reencarnación agradable. Aunque Buda era tan benévolo, no se mostraba sin embargo muy galante: «Es preciso desconfiar de las mujeres; por una que haya prudente, hay mil locas o malvadas». Por esto se opuso durante largo tiempo a las órdenes femeninas. Las mujeres que son piadosas, pueden esperar renacer convertidas en «hombres».

6. Los tres vehículos

El mundo es una casa ardiendo. Para huir de él hace falta un vehículo. El budismo se divide en tres vehículos.

a. El «pequeño» vehículo.

Se encuentra en Ceilán, Birmania, Tailandia, Camboya. Es el budismo primitivo. Admite siete Budas. Sakiamuni es el sexto. El Buda futuro es Maitreya. El acento se pone aquí sobre el aspecto individual del nirvana. Se llama «pequeño vehículo», porque sólo puede ser empleado por un grupo escogido, es decir, los que observan la rígida disciplina monástica.

b. El «gran» vehículo.

Se halla principalmente en Vietnam, Japón, China, Corea. Es el budismo más extendido. Es una reforma del siglo III a. C. y admite la existencia de 300 millones de Sakiamunis, que obran sobre los millares de mundos. Cada uno puede llegar a ser un Buda, pero como lo esencial es el amor al prójimo, lo mejor es hacer «el gran voto»: renunciar a su propio nirvana para trabajar en la liberación del «todo», en un nirvana cósmico. El que acepta este sacrificio es el tipo acabado del sabio: el «bodhisattva». El más venerado de entre ellos es el Avalokiteshvara.

c. El vehículo de diamante.

Está establecido en Tíbet, Mongolia. Es una pasmosa mezcla: viejas creencias mágicas, desconcertante fisiología mística, rosario para las oraciones, divinidades femeninas, lo macabro se mezcla con lo erótico. Existen de 500 a 700 millones de budistas en el mundo. Las estadísticas varían, debido a que no se sabe con certeza si la China es budista, confucionista o taoísta. Son religiones que se amalgaman y se superponen. En el Japón, el Amidismo, religión de una gran pureza, adora a Sakiamuni como «la divinidad brillante sin medida». El budismo Zen, utiliza el Yoga para el desarrollo de la energía y del desprendimiento. La casta militar de los Samuráis lo ha adoptado como pieza maestra de su código de honor.

7. Budismo y Marxismo

¿Es el chino actual discípulo de Buda o de Marx? Estas dos ideologías se interfieren en el alma asiática. Las dos son ateas. Si el budismo no niega los dioses, al menos los ignora. El marxismo es esencialmente antirreligioso. Pero ¡qué diferencia tan grande existe entre ellos en la concepción de un humanismo profano! Situemos el Budismo — y en lo que corresponde, el Hinduismo — en su cuadro geográfico: «La naturaleza aquí es violenta; la agobiante estación seca, que convierte todo en un montón de rastrojos, debido a los monzones, domina físicamente al hombre y le demuestra que su acción es casi inútil... Ante esta realidad, este pueblo reacciono replegándose en el dominio especulativo, en el «mundo interior», como sus ascetas se retiraron al asilo de las ermitas. Así han logrado un considerable avance en este orden de valores, hasta el punto de haber llegado a ser el «homo philosophus» por excelencia». (Grousset: La Face de l’Asie. 137). En consecuencia, la India se ha desentendido de las preocupaciones económicas y sociales, y ha sublimado su subalimentación, haciendo de la ascesis un medio de salvación. El Marxismo ha provocado el advenimiento del «homo œconomicus». El mal no es el dolor, es la injusticia social. La salvación no está sino en la lucha encarnizada contra las condiciones y las estructuras nefastas. ¿Qué resultará a la larga de todo esto? El Budismo recuerda la insuficiencia de las realidades económicas, la grandeza del destino humano. ¿Cuál será el futuro de una moral que se asienta sobre la negación del mundo? ¿Habrá que temer un fracaso, porque «la ética es la aliada secreta de la creencia en las realidades del mundo»? (Albert Schweitzer).

8. Budismo y Cristianismo

a) «Vidas anteriores» y Evangelios apócrifos.

Es difícil descubrir la parte histórica y legendaria en la vida de Buda, escrita cuatro siglos después de su muerte. Entre sus privilegios contaba Buda «con poder recordar sus existencias pasadas, que según nos dicen, eran 93 veces 432 millones de años.» (Foucher: Buda). Las «Vidas anteriores» están llenas de edificantes y maravillosos hechos incoherentes. También los cristianos tenemos los «Evangelios apócrifos», pero que hemos rechazado. El Evangelio es apreciable por la sobriedad en la exposición de los hechos y su proximidad a la vida de Cristo.

b) Dolor y pecado.

Buda libra al hombre del dolor, por la extinción del deseo. Ante su estatua serena, apacible, se comprende el sermón de Benarés: la analgesia por la ascesis. La eutanasia del nirvana. Cristo libra al hombre del pecado por medio de su gracia que fecunda nuestro esfuerzo. Ante tu crucifijo, medita hoy las bienaventuranzas: La Redención por el Amor. La Resurrección y la unión con el Padre.

c) Caridad budista y caridad cristiano.

El ideal de la caridad budista es «el fruto de creencias desprovistas de todo fundamento histórico». (De Lubac). Siendo Buda una vez liebre, se asó él mismo en provecho de un brahmán hambriento. Siendo príncipe, para alimentar una tigresa extenuada, se abrió la garganta: «ella se comió toda su carne y su sangre, no dejando más que las botas.» Cristo curó verdaderos leprosos, verdaderos paralíticos. ¿Quién puede decir que ama más intensamente que Cristo en cruz? ¿Quién puede inspirarnos más amor? Si tú debes amar a los otros como a ti mismo, ¿cómo podrás hacerlo verdaderamente si el «yo» del otro, según Buda, es tan ilusorio como tu «yo»? Tu amor no se dirige ya al ser mismo, sino a su miseria, y culmina en la piedad. Ahora bien «la piedad debe nacer del amor, el amor no puede nacer de la piedad» (de Montcheuil). En ocasiones, con el ardor de tu corazón, las pasiones incontroladas se sublevan anárquicamente. Demasiadas ilusiones seductoras te ofuscan en este mundo: el budismo enseña «la insuficiencia radical de este mundo en continuo cambio», y te invita a la extinción de los deseos que agotan y disipan, «el estado de libertad perfecta». Es el Concilio quien así lo reconoce. Pero, ¿para qué ir a la escuela de los «Bhiksu», los más avanzados en el camino del nirvana cuando nosotros los cristianos podemos contemplar el rostro de un Francisco de Asís o de un Carlos de Foucauld, que nos recuerdan el verdadero rostro de Cristo?» (De Lubac). El desprendimiento budista no es más que «un pedestal sin estatua», no tiene más que un valor negativo. También Cristo pide a sus discípulos que lo dejen todo, hasta «sus redes», pero añade: «Después, ven y sígueme».






Beato Carlos de Foucauld (1858-1916)

















Anualmente, con ocasión de la fiesta budista de Vesakh, el Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Religioso, organismo de la Santa Sede, envía un “mensaje” a los miembros de esta comunidad .

9. El Concilio Vaticano II, el Budismo y el Hinduismo

Declaración Nostra Ætate:

"Las diversas religiones no cristianas.
2. Ya desde la antigüedad y hasta nuestros días se encuentra en los diversos pueblos una cierta percepción de aquella fuerza misteriosa que se halla presente en la marcha de las cosas y en los acontecimientos de la vida humana y a veces también el reconocimiento de la Suma Divinidad e incluso del Padre. Esta percepción y conocimiento penetra toda su vida con íntimo sentido religioso. Las religiones a tomar contacto con el progreso de la cultura, se esfuerzan por responder a dichos problemas con nociones más precisas y con un lenguaje más elaborado. Así, en el Hinduismo los hombres investigan el misterio divino y lo expresan mediante la inagotable fecundidad de los mitos y con los penetrantes esfuerzos de la filosofía, y buscan la liberación de las angustias de nuestra condición mediante las modalidades de la vida ascética, a través de profunda meditación, o bien buscando refugio en Dios con amor y confianza. En el Budismo, según sus varias formas, se reconoce la insuficiencia radical de este mundo mudable y se enseña el camino por el que los hombres, con espíritu devoto y confiado pueden adquirir el estado de perfecta liberación o la suprema iluminación, por sus propios esfuerzos apoyados con el auxilio superior. Así también los demás religiones que se encuentran en el mundo, se esfuerzan por responder de varias maneras a la inquietud del corazón humano, proponiendo caminos, es decir, doctrinas, normas de vida y ritos sagrados. La Iglesia católica no rechaza nada de lo que en estas religiones hay de santo y verdadero. Considera con sincero respeto los modos de obrar y de vivir, los preceptos y doctrinas que, por más que discrepen en mucho de lo que ella profesa y enseña, no pocas veces reflejan un destello de aquella Verdad que ilumina a todos los hombres. Anuncia y tiene la obligación de anunciar constantemente a Cristo, que es "el Camino, la Verdad y la Vida" (Jn., 14,6), en quien los hombres encuentran la plenitud de la vida religiosa y en quien Dios reconcilió consigo todas las cosas. Por consiguiente, exhorta a sus hijos a que, con prudencia y caridad, mediante el diálogo y colaboración con los adeptos de otras religiones, dando testimonio de fe y vida cristiana, reconozcan, guarden y promuevan aquellos bienes espirituales y morales, así como los valores socio-culturales que en ellos existen."


BIBLIOGRAFIA:
HOUANG: El budismo (Casal 1 Vall)
DELAHOUTRE: Le Bouddha et son Message (Fleurus)
DE LUBAC: Aspects du Bouddhisme (Seuil).
VAN BAAREN: Les religions d’Asie (Marabout Université).

Otras fuentes:
http://es.wikipedia.org/wiki/Budismo

Mensajes a los Budistas:



CONSEIL PONTIFICALPOUR LE DIALOGUE INTERRELIGIEUX: MESSAGE AUX BOUDDHISTES POUR LA FÊTE DU VESAKH 2009: Chrétiens et Bouddhistes en dialogue témoignent de l’esprit de pauvreté, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/interelg/documents/rc_pc_interelg_doc_20090403_vesakh-2009_fr.html


PONTIFICAL COUNCIL FOR INTERRELIGIOUS DIALOGUE: MEMORIAL SPEECH OF H. Em. CARDINAL PAUL POUPARD READ ON HIS BEHALF BY Fr. FELIX MACHADO ON THE OCCASION OF THE TWENTIETH ANNIVERSARY OF THE RELIGIOUS SUMMIT AT MOUNT HIEI: Reconciliation and Cooperation, en:
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/interelg/documents/rc_pc_interelg_doc_20070803_mount-hiei_en.html

PONTIFICIO CONSEJO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO: Mensaje para la Fiesta de Vesakh/Hanamatsuri 2012 A.D./2555 B.E.: Cristianos y Budistas: compartir la responsabilidad de educar a las nuevas generaciones en la justicia y la paz a través del diálogo interreligioso, en: http://press.catholica.va/news_services/bulletin/news/29021.php?index=29021&lang=sp#TRADUZIONE%20IN%20LINGUA%20SPAGNOLA

Mensaje del Santo Padre BENEDICTO XVI al Venerable Kojun HANDA, 256° TendaiZasu, Sacerdote supremo del templo budista del Monte Hiei, con ocasión del 25° aniversario del Encuentro interreligioso de oración por la paz en el mundo, que se efectúa en Hieizan, sobre el Monte Hiei, en cercanías de Kyoto, Japón, el 3 de agosto de 2012: http://press.catholica.va/news_services/bulletin/news/29535.php?index=29535&lang=sp

PONTIFICIO CONSEJO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO: Message pour la fête de Vesakh an du Seigneur 2013, ère bouddhiste 2556: "Chrétiens et bouddhistes: aimer, défendre et promouvoir la vie humaine": Message for the Feast of Vesakh 2013A.D. / 2556 B.E.: "Christians and Buddhists: loving, defending and promoting human life": http://attualita.vatican.va/sala-stampa/bollettino/2013/05/02/news/30909.html

Pontifical Council for Interreligious Dialogue - Office of Ecumenical and Interreligious Dialogue of the Catholic Bishops’ Conference of Italy: DICHIARAZIONE FINALE DEL IV COLLOQUIO BUDDISTA-CRISTIANO (ROMA, 6 MAGGIO 2013): en (20 de mayo de 2013): http://attualita.vatican.va/sala-stampa/bollettino/2013/05/20/news/31025.html

Mensaje del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso con motivo de la festividad budista de Vesakh/Hanamatsuri 2017, 22.04.2017;
http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/04/22/ves.html

Mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso con motivo de la festividad budista de Vesakh/Hanamatsuri 2018, 11.04.2018: "Cristianos y budistas: Prevenir y combatir juntos la corrupción". En:
http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/04/11/ves.html

Mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso con motivo de la fiesta budista de Vesakh/Hanamatsuri 2020, 2 de abril de 2020: “Budistas y cristianos: Construyamos una cultura de compasión y fraternidad”. En: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2020/04/02/motiv.html




En el contexto del diálogo más reciente entre el Catolicismo y las religiones Hindú y Budista, Sijs y Jainistas, se ha hallado un concepto alrededor del cual se han reconocido diversos puntos de encuentro, lo cual nos urge añadir esta nota histórica y explicativa:


El concepto “dharma” (escrito también “darma”), de acuerdo con diversos estudios, tiene un origen común a diversas religiones y doctrinas asiáticas. Tales estudios consideran que este sustantivo proviene del sánscrito (verbo dhara, dhri, raíz indoirania que significa ‘poseer’, ‘conservar’, ‘mantener’, e, inclusive ‘ajustar’, ‘soportar’, sostener’: Monier Williams (1819-1899): Sanskrit-English Dictionary). Ha de recordarse que esa lengua cuatro veces milenaria dio origen a lenguas prácritas, entre otras, de donde surgieron las indoeuropeas, indoarias e indoiranias más arcaicas que implementaron con el paso del tiempo cambios fonéticos y gramaticales, que dieron origen, a su vez, a otras lenguas tales como el avéstico, el griego, el latín, el alemán antiguo, el lituano, el eslavo eclesiástico, etc. Ahora bien, la palabra en sánscrito se conecta con dar en avéstico, con θρόνος (trono, silla) y θράνος (banco y forma) en griego, con frenum (“rienda de caballo”, “freno”) y con fretus (“confiado, seguro”: sobre todo en los dioses) en latín, con tarni en antiguo alto alemán, y con drъžǫ, drъžati (“sostener, poseer”) en eslavo. Su opuesto, la palabra adharma, significa todo aquello que provoca discordia, separación, y fomenta odio.

El sustantivo ha sido recibido en las diversas religiones al menos de dos connotaciones principales: entre los Hindúes, con el significado de “ley” o de “realidad”, especialmente en los Libros Vedas, así como en las religiones Jainismo y Sijismo. Desde una perspectiva de diálogo con el cristianismo, el concepto hace referencia a una Ley Divina y a unos principios morales que deben de ser reconocidos y obedecidos para lograr el camino de la perfección y la felicidad en este mundo y en el próximo. El ser humano constitutivamente posee una condición interior, y, en consecuencia, tiene que vérselas con las consecuencias de sus decisiones y, por lo mismo, con el sufrimiento que acompaña todo proceso decisional. Pero también el dharma en el hinduismo constituye cualquier comportamiento o acción que permita al individuo alcanzar la felicidad y satisfacción en su vida, así como dharma es toda conducta que permita al individuo estar cerca de la divinidad. El individuo que practica el dharma se caracteriza por hacer el bien al prójimo, desarrollar la felicidad y la fraternidad universal, así como por llevar a cabo una conducta, pensamientos y otras prácticas mentales que elevan el carácter de un Ser, que lo lleva a obtener prosperidad, felicidad eterna y la cesación total de dolor. Toda acción viene acompañada de una reacción: tomando en cuenta este principio se concluye que si un individuo se comporta de acuerdo a su religión y principios morales, su consecuencia será positiva, y es por ello que puede recibir una recompensa en el presente, esto es lo que se conoce como dharma. Por su parte, si las reacciones de una acción realizada por el individuo son negativas estamos en presencia del karma, y pagará por ello tarde o temprano.

Entre los Budistas, su sentido se orienta más en el sentido de “protección”. Con la práctica de las enseñanzas de Buda nos protegemos del sufrimiento. Los problemas que tenemos a diario tienen su origen en la ignorancia y el método para eliminarla es practicar el dharma. El dharma, conocido dentro del budismo como una de las tres joyas (maní) o tesoros del budismo, se caracteriza por la práctica de las enseñanzas del budismo que ayuda a eliminar el sufrimiento y obtener una paz interior o tranquilidad que permite al individuo lograr una calidad de vida. El dharma (entendido como doctrina) se dividió en tres conjuntos, conocidos como Tipitaka o Canon Pali, para una mejor comprensión: Sutras, enseñanzas del Buda Siddharta Gautama; Vinaias, reglas monásticas dirigidas por el propio Buda; y Abhidharma, comentarios por parte de sabios, de los dos anteriores escritos.


El Dharma chakra: o rueda del dharma, es el símbolo que representa el dharma en las religiones de origen védico. El dharma chakra está lleno de simbolismo: el círculo de la figura, representa la perfección de la enseñanza del dharma; el centro, significa la disciplina que comprende la práctica de la meditación; el aro que une los radios, simboliza la conciencia. El dharma chakra es conocido como el símbolo más antiguo del budismo encontrado en el arte indiano. En el budismo, este símbolo engloba todas las enseñanzas proporcionadas por el Buda. Por último, este símbolo forma parte de la bandera de la India. 

Fecha de actualización: 19/05/2015. "Dharma". En: Significados.com. Disponible en: https://www.significados.com/dharma/ Consultado: 16 de mayo de 2018, 03:08 pm.
Otras fuentes: 


Audiencia a una delegación de las religiones dhármicas, 16.05.2018


Esta mañana, a las 9.00 en la Casa Santa Marta, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a una delegación de las religiones dhármicas.

Publicamos a continuación el saludo que el Papa ha dirigido a los presentes:


"Queridos amigos,

Me alegra encontraros con motivo de la Conferencia sobre "Dharma y Logos. Diálogo y colaboración en una época compleja" que tuvo lugar ayer en Roma. Me congratulo con vosotros que habéis dado vida a esta iniciativa en la que participan cristianos, hindúes, budistas, jainistas y sijs.

El diálogo y la colaboración son palabras clave en un tiempo como el nuestro que, debido a una complejidad de factores sin precedentes, ha asistido al crecimiento de tensiones y conflictos, con una violencia generalizada tanto a pequeña como a gran escala. Por lo tanto, es motivo de acción de gracias a Dios cuando los líderes religiosos se comprometen a cultivar la cultura del encuentro, dan ejemplo de diálogo y colaboran activamente en el servicio de la vida, de la dignidad humana y de la protección de la creación.

Os doy las gracias por todo lo que hacéis, colaborando juntos, de acuerdo con vuestras respectivas tradiciones religiosas, para la promoción del bien en este mundo nuestro. Invoco bendiciones abundantes sobre vosotros y vuestras comunidades."

http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/05/16/del.html


Audiencia a una delegación budista de Tailandia, 16.05.2018


Esta mañana en el auletta del Aula Pablo VI, el Santo Padre Francisco ha recibido en audiencia a una delegación budista de Tailandia.

Publicamos a continuación las palabras que ha dirigido el Papa a los presentes durante el encuentro:

"Me complace recibiros y os doy las gracias por el precioso regalo de vuestro Libro Sagrado traducido a un lenguaje contemporáneo por los monjes del templo Wat Pho. Es un signo tangible de vuestra generosidad y de la amistad que nos une desde hace muchos años, un camino hecho de pequeños pasos. Recuerdo especialmente el encuentro en el Vaticano entre el beato Papa Pablo VI y el venerable Somdej Phra Wanaratana, cuya efigie está expuesta a la entrada del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, que habéis tenido ocasión de visitar.

Es mi gran deseo que budistas y católicos intensifiquen su relación, avancen en el conocimiento mutuo y la estima de sus respectivas tradiciones espirituales, y sean testigos en el mundo de los valores de la justicia, la paz y la protección de la dignidad humana.

Os renuevo mi gratitud por este encuentro e invoco sobre todos vosotros las bendiciones divinas de alegría y serenidad."



Declaración conjunta de los participantes en la conferencia 'Dharma y Logos. Diálogo y colaboración en una época compleja. Budistas, cristianos, hindúes, jainistas y sijs”, 16.05.2018


Declaración conjunta

Nosotros, líderes, académicos y seguidores practicantes del cristianismo y de las religiones del Dharma (budismo, hinduismo, jainismo y sijismo) de Italia y en el extranjero nos hemos reunido el 15 de mayo de 2018 en una Conferencia titulada 'Dharma y Logos . Diálogo y colaboración en una época compleja. Budistas, cristianos, hindúes, jainistas y sijs”. Es la primera Conferencia de este tipo celebrado en Italia y ha sido preparada por una serie de reuniones mantenidas durante un largo período de tiempo con la participación de los miembros del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, de la Unión Hindú Italiana, de la Unión Budista Italiana, de la Sikhi Sewa Society y del Instituto de Estudios Jainista de Londres y de la Oficina Nacional para el Ecumenismo y el Diálogo Interreligioso de la Conferencia Episcopal italiana.

La Conferencia se ha celebrado en un ambiente cordial y se ha articulado en varios momentos: la inauguración, cuatro sesiones académicas y un acto final. Ha sido una experiencia de enriquecimiento y aprendizaje.

Alentados por los resultados positivos de la Conferencia de hoy, todos los participantes queremos afirmar lo siguiente de común acuerdo:

1. Reconocemos que el hecho mismo de encontrarnos en un espíritu de amistad y respeto es un signo de nuestro deseo común de mostrar que el diálogo y la colaboración son posibles en esta época compleja.

2. Somos conscientes de que la búsqueda del bienestar pacífico de todos es un testimonio de nuestras respectivas creencias religiosas y, al mismo tiempo, de nuestra convicción compartida.

3. Concordamos en que cuestiones complejas y graves desafíos afligen a nuestro mundo actual.

4. Creemos que los tesoros espirituales de nuestras tradiciones religiosas y la solidaridad humana común deben ayudarnos a superar las pruebas de nuestro tiempo.

5. Afirmamos que esta conferencia interreligiosa ha contribuido significativamente a profundizar el respeto, la comprensión y la cooperación recíprocos.

6. Hacemos hincapié en la importancia y la necesidad de aumentar nuestro esfuerzo de diálogo común y la cooperación mutua, en el espíritu de amor y de verdad, permaneciendo profundamente arraigados en nuestras respectivas tradiciones religiosas para poder abordar con eficacia los retos de nuestros tiempos y construir una cultura del encuentro y el diálogo.

7. Llamamos a los líderes religiosos, a los académicos y a los seguidores de nuestras religiones a construir puentes, a colaborar con todas las personas de buena voluntad para contribuir a construir la paz en el mundo de hoy y de mañana.




Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso

Comunicado de prensa del 24.10.2018

Primer Diálogo Internacional Budista-Cristiano para Monjas, Fo Guang Shan, Kaohsiung, Taiwán, 14-18 de octubre de 2018

Declaración final

1. El Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso (PCDI), en colaboración con el monasterio budista Fo Guang Shan, la Asociación de las Superioras Mayores de Religiosas en Taiwán y el Dialogue Interreligieux Monastique / Diálogo Interreligioso Monástico (DIM · MID), han organizado el Primer Diálogo Budista-Cristiano para Monjas en Fo Guang Shan, Kaohsiung, Taiwán, del 14 al 18 de octubre de 2018. El tema de la conferencia fue "Acción contemplativa y contemplación activa: monjas budistas y cristianas en diálogo".

Setenta monjas de Taiwán, Corea, Japón, India, Sri Lanka, Myanmar, Tailandia, Singapur, Hong Kong, Camboya, Filipinas, Brasil, Italia, Alemania, Noruega y Estados Unidos participaron en la conferencia. También hubo un representante del Consejo Mundial de Iglesias.

2. El venerable Hsin Bao, abad mayor del monasterio de Fo Guang Shan, pronunció el discurso de bienvenida. Varios representantes presentaron sus saludos, y a continuación S.E. Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, Secretario del PCDI, pronunció el discurso de apertura.

3. El programa de la conferencia se centró en varias cuestiones relacionadas con el tema principal del diálogo, tales como: Origen, evolución y situación actual de la vida religiosa monástica femenina en el budismo y el cristianismo; Meditación budista y contemplación cristiana; El servicio a la humanidad; Las religiosas promueven el 'Genio Femenino'.
Se dedicó mucho tiempo a las discusiones plenarias y en pequeños grupos, a la interacción individual, así como a la asistencia al canto budista y a la liturgia católica. El programa también incluyó visitas al Fo Guang Shan Tsung Lin College, al Museo de Buda y a la basílica de la Inmaculada Concepción de Wanchin

4. Alentadas por el fructífero resultado de la conferencia, las participantes acordaron cuanto sigue:

I) Reconocemos que el Primer Diálogo Internacional Budista-Cristiano para Monjas ha sido clave para fomentar el entendimiento mutuo y la amistad entre nosotras como religiosas para que podamos construir puentes que unan nuestros diferentes caminos espirituales.

II) Reconocemos que si bien nos mantenemos firmes en nuestras respectivas convicciones más profundas, podemos aprender unas de otras cómo enriquecernos espiritual, cultural y socialmente, y así convertirnos en testigos humildes y creíbles para nuestros hermanos y hermanas.

III) Creemos que nuestro testimonio de una forma de vida que puede ser significativa y alegre a través del desapego del consumismo, el materialismo y el individualismo puede alentar a otros a caminar por la senda de la bondad.

IV) Destacamos la importancia de ser contemplativas en medio de la acción que colaboran para mostrar ternura a los necesitados y llevar esperanza y sanidad a sus vidas.

V) Creemos que el diálogo interreligioso es un camino que hombres y mujeres deben emprender juntos. Por lo tanto, alentamos a más y más mujeres religiosas a que contribuyan con su "genio femenino" a la realización de formas nuevas y creativas de diálogo interreligioso y de apertura en nuestras comunidades para que esta contribución sea recibida.

VI) Subrayamos la necesidad de apoyar a los estudiantes, maestros y padres y otros estilos de vida para que sean embajadores de paz y armonía y para capacitarlos para que sean una voz en el mundo que invite a la humanidad a caminar por el sendero de la salvaguardia ecológica y la no violencia.

VII) Reconocemos que "el amor es nuestro lenguaje común" y que nos invita a ir más allá de nosotras mismos y abrazar al "otro" a pesar de las diferencias entre nosotros.

VIII) Nos sentimos más cerca las unas de las otras cuando unimos nuestros corazones y mentes mientras recorremos nuestros respectivos caminos espirituales y, por lo tanto, vemos la necesidad de continuar este itinerario común para el enriquecimiento mutuo y para el mejoramiento del mundo.

Las participantes expresan su gratitud a los organizadores por crear un ambiente agradable y por la cálida hospitalidad y amistad que caracterizaron este diálogo. También manifiestan su agradecimiento a las autoridades civiles, al monasterio budista Fo Guang Shan, a la Iglesia Católica local y a la Wenzao Ursuline University of Languages por su generoso apoyo para hacer que el Primer Diálogo Internacional Budista-Cristiano para Monjas haya sido un éxito.

http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/10/24/bud.html



Mensaje del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso con motivo de la festividad budista de Vesakh / Hanamatsuri 2019 (11.05.2019)


"Vesakh es la festividad más importante para los budistas y conmemora los principales eventos de la vida de Buda.
En los diferentes países de cultura budista Vesakh / Hanamatsuri, se celebra en fechas diversas, de acuerdo con las varias tradiciones. Este año se celebrará en la mayoría de los países de tradición budista el 19 de mayo.
En esa ocasión el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso ha enviado a los budistas un mensaje cuyo tema este año es la promoción de la dignidad y la igualdad de derechos de las mujeres y las niñas y cuyo texto, firmado por el Secretario del Dicasterio S.E. Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J." puede encontrarse en:

http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2019/05/11/ves.html

Viaje apostólico de Su Santidad Francisco a Tailandia y Japón (19-26 de noviembre de 2019) - Visita al Patriarca Supremo de los Budistas en el Templo de Wat Ratchabophit Sathit Maha Simaram, 21.11.2019


Esta mañana, a las 10:00. hora local (4:00 hora de Roma), el Santo Padre Francisco visitó al Patriarca Supremo de los Budistas, Somdet Phra Ariyavongsagatanana IX, en el templo de Wat Ratchabophit Sathit Maha Simaram.

A su llegada, el Papa fue recibido en la entrada del complejo por el Secretario del Patriarca y juntos se dirigieron al templo.

Después del discurso de bienvenida del Patriarca Supremo, el Santo Padre pronunció su saludo. Luego, después del intercambio de dones, tuvo lugar una breve conversación privada, durante la cual se reafirmó el valor de la fraternidad entre las dos religiones para fomentar la paz. Al final, antes de los saludos de las dos delegaciones, el Santo Padre y el Patriarca Supremo de los budistas intercambiaron bendiciones mutuas. Finalmente, después de firmar en el Libro de Honor y de la foto oficial, el Papa se despidió del Patriarca Supremo y antes de abandonar la estructura, en el patio central, posó para una foto de grupo con 35 monjes del monasterio de Wat Pho. Luego se trasladó en coche al St. Louis Hospital para encontrar al personal médico.

A continuación publicamos el saludo del Santo Padre al Patriarca Supremo:https://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2019/11/21/templ.html







V. EL JUDAISMO


El Judaísmo merece ser estudiado con atención especialísima. El pueblo judío posee dos características propias: mientras la mayoría de los demás pueblos viven en su patria, los 13 millones de judíos están diseminados en el mundo entero. Errantes durante varios siglos, han podido al fin, en 1948, reconstituir su patria: 2 millones se han establecido ahora en Israel. Pero la mayoría permanecen en la «diáspora», allí donde han podido rehacer su vida: 6 millones en América; 1.750.000 en Rusia. y en las democracias populares; 1 millón en Europa Occidental; 500.000 en países árabes; 1.750.000 extendidos en el resto del mundo. Segundo rasgo típico: la vocación particular del pueblo judío. Los griegos han aportado al mundo el culto al espíritu y a la belleza; los romanos le han dado la ciencia del derecho y del gobierno de las ciudades; los judíos tienen una vocación religiosa: fue a ellos a quienes Dios confió su Revelación y su Ley, y la promesa de un Salvador que sería hijo de David . Los judíos debían preservar de toda contaminación esta verdad religiosa y propagarla en el mundo.


1 - Breve historia de Israel

A - Antes de Cristo

El destino de Israel es religioso: en cada etapa de su vida es Dios, en efecto, el que toma la iniciativa. Fue Dios quien creó el pueblo hebreo: escogió a Abraham (1850 antes de J.C.). Le ordenó salir de Ur de Caldea y creer en El sólo (monoteísmo). Lo hizo padre de una multitud inmensa de descendientes: Isaac será el hijo inesperado de esta promesa. Del pueblo hebreo saldrá un día el Mesías. El Dios del pueblo hebreo es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Fue Dios quien dio una Constitución al pueblo hebreo: Escogió a Moisés (1250 antes de J.C.). Después de los episodios de José, el pueblo hebreo se estableció en Egipto: Moisés lo sacará de allí. Después del paso del Mar Rojo, tuvo lugar en el Monte Sinaí una ALIANZA. Este primer «Testamento» es un verdadero pacto de vasallaje. Yahvé renueva la promesa que había hecho a Abraham; por su parte, los hebreos le prometen obediencia: observarán los diez mandamientos grabados en las Tablas de la Ley. El culto se organiza. La muchedumbre del Éxodo se estructura en las 12 tribus de Israel. Fue Dios quien dio un territorio al pueblo hebreo: después de 40 años de peregrinación en el desierto, Josué penetró en la Tierra Prometida, (Jericó). Bajo el mando de los «jueces» (... Sansón), el pueblo de Israel conquista y pacifica la tierra de Canaán. Los reyes terminaron esta obra: David se apodera de Jerusalén, hace de ella la capital de su reino; Salomón construye en ella el Templo.







Israel y Judá

















Israel (Efraín) y Judá a raíz de la división en dos del Reino de Salomón (s. IX a. C.) La infidelidad de la realeza y del sacerdocio, los desvíos de un pueblo «de dura cerviz», provocan un cisma (931 a. C.). El Reino del Norte y el Reino del Sur fueron sucesivamente, después de su separación, invadidos y deportados. Pero Dios permanece fiel; vuelve a tomar la iniciativa, suscita profetas: antes del destierro: Isaías, Jeremías; durante el destierro: Ezequiel; ellos mantienen y purifican el ideal religioso y forman una élite espiritual dispuesta a recibir al Mesías.

B – Después de Cristo

1) Los primeros conflictos

Esta élite acoge a Cristo y forma el núcleo de la primitiva Iglesia. Pero la nación oficial (Sacerdotes y Fariseos) entra en conflicto violento con Él y Lo hace morir en la Cruz. Los primeros discípulos encuentran la misma resistencia: Pedro es encarcelado y flagelado; Esteban y Santiago son condenados a muerte; Pablo encuentra en todas partes oposiciones. Los judíos se rebelan contra la ocupación romana que soportan desde el año 60 antes de J.C. Tito destruye Jerusalén (70) y arrasa el Templo. Este hecho marca el fin de la nación judía. Israel vive disperso, aun en nuestros días, pero guardará, en medio de las persecuciones, su misteriosa cohesión moral y religiosa.

2) - El antisemitismo.

A partir de las Cruzadas, comienzan las primeras persecuciones contra los judíos (siglos XIII al XV): vida de ghetto, marca distintiva e infamante durante las persecuciones nazis. Se emancipan progresivamente en los diferentes países y se van extendiendo por el mundo. Se enriquecen y ocupan puestos influyentes en la política. Consecuencia: nueva ola de antisemitismo: «pogroms» de Rusia, asunto Dreyfus (1894), exterminaciones masivas por los nazis (¡6 millones de víctimas...!)

El Vaticano II «lamenta los odios, las persecuciones y todas las manifestaciones antisemíticas, cualesquiera que sean su época y sus promotores». Ciertos cristianos explican la desgracia de los judíos como un castigo del desafío lanzado por la multitud el día de Viernes Santo: «Caiga su Sangre sobre nosotros y sobre nuestros hijos» (Mt 27, 25). Pero ¿quién podrá aceptar una interpretación semejante y hacerse el verdugo de este pueblo? Fue solamente una minoría de dirigentes la que arrancó a Pilato ya la masa la decisión jurídica de la muerte de Cristo. ¿Podemos tirarles la piedra nosotros que somos igualmente responsables de la muerte del Señor, en la medida de nuestras infidelidades? «No fueron los judíos los que crucificaron a Jesucristo, tienen parte todos nuestros pecados; y los judíos, que no fueron más que el instrumento, tienen parte como todos los demás en la fuente de la Salvación» (Péguy). El Vaticano II nos ha puesto en guardia contra un empleo tendencioso de los textos sagrados; recomienda la estima hacia la religión de Israel, que Cristo no vino a abolir sino a completar.

3) - El Sionismo actual.

Con ocasión del asunto Dreyfus, Teodoro Herzl lanza la idea del retomo a la tierra de los antepasados. En 1917, Lord Balfour acepta la creación en Palestina de un «Hogar nacional» judío. En 1948, la ONU reparte la Tierra Santa entre árabes (Jordania) e israelitas. La guerra estalla entre judíos y Estados árabes. Desde 1954, se impone una tregua, pero como esta paz ha sido forzada, la guerra comienza de nuevo. Es un sufrimiento para todo israelita, y para todo cristiano, ver a Jerusalén y la Tierra Santa con zonas militarizadas. Existe en Israel una fuerte tensión entre los elementos religiosos y los elementos laicos. Los primeros quieren hacer de la Biblia una ley de la Nación, los segundos quieren realizar un Estado moderno de tipo socialista (kibbutzim). Los israelitas son tolerantes con los cristianos extranjeros, pero no lo son tanto con respecto a sus compatriotas convertidos al Cristianismo.

4) - El Judaísmo actual.

La religión judía ha quedado en la misma situación en que estaba antes de la venida de Cristo: Creen en un Dios único que premia o castiga en la otra vida. Obediencia a los diez mandamientos del Sinaí, a la Ley. Celebración de la Pascua con el cordero pascual (Pesaj) y el pan ácimo, según el ritual (Haggada). Espera del Mesías. Descanso y Celebración del Sábado en la sinagoga que encierra la Torá. Yom Kippur, día del gran perdón. Oración en familia y con ocasión de los principales acontecimientos de la vida: circuncisión, matrimonio, funerales.

2. Judaísmo y Cristianismo


A - Puntos comunes






Muro de los Lamentos en Jerusalén

















1. - Dios

Judíos y cristianos adoramos al mismo Dios: el Dios del padre de los Creyentes, Abraham, el Dios de Isaac y de Jacob. Ha establecido con el pueblo judío una alianza que constituye nuestro propio Antiguo Testamento.

2 - Tierra Santa

Tierra prometida y dada por Dios a su pueblo, Palestina es la «Tierra Santa»; es la tierra de David, de los Profetas, la tierra donde nació y murió Cristo. Hacia ella se vuelve instintivamente nuestro pensamiento cuando la sagrada Liturgia nos invita a meditar en los principales misterios de nuestra redención.

3 - Nuestro parentesco espiritual

Aun sin pertenecer al pueblo judío, los cristianos somos sus descendientes en el plano religioso. «Somos espiritualmente semitas», decía Pío XI. No lo olvidemos jamás: Cristo Jesús, su Madre, sus Apóstoles, los primeros cristianos, eran judíos.

4 - Biblia


Los autores de la Biblia: poetas o historiadores, sabios o profetas, a quienes Dios mismo inspiraba el pensamiento, eran judíos. Aunque los caracteres de imprenta difieran, todos, judíos o cristianos, meditamos religiosamente los mismos textos sagrados del Antiguo Testamento.

B - Divergencias

1 - Dios

Para conservar en toda su pureza la fe monoteísta, los judíos luchan contra la idolatría que los rodea; muchos dan su vida por fidelidad al Dios de sus padres, al Dios único. En el Nuevo Testamento, Jesucristo nos revela progresivamente la intimidad de Dios y el misterio de la Santísima Trinidad. «Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio su unigénito Hijo, para que todo el que crea en El no perezca sino que tenga la vida eterna» (Jn 3, 16) «Id, pues; enseñad a todas las gentes, bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo...» (Mt 28, 19). Para un cristiano, Dios es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, pero también es el Dios de Jesucristo, Trinidad Santa.

2 - El Mesías

Los judíos esperan aún la venida del Mesías. No tendrá otra misión que la de favorecer el cumplimiento de la Ley por su palabra y por su ejemplo; lo que salva es la práctica de las obras de la Ley. Para los cristianos, el Mesías «vino a los suyos, pero los suyos no lo recibieron». (Jn 1, 11). Es el Hijo de Dios. Lo que salva es la Fe en Él. Además, sabemos que volverá al fin de los tiempos, y debemos preparar animosamente el advenimiento de su Reino. «El Señor volverá: lo ha prometido. En aquella noche no estés dormido.» (Padre Duval).

3 - La Alianza

Para los judíos, Dios ha pactado una Alianza con el pueblo de Israel por medio de Moisés: Moisés roció al pueblo con la Sangre de las víctimas inmoladas, consagrándolo de este modo a Yahvéh. Para los cristianos, Dios ha hecho con la humanidad una nueva Alianza sellada con la Sangre de Jesucristo: «Esta es mi Sangre, la Sangre de la Alianza, que va a ser derramada por muchos para remisión de los pecados». (Mt 26, 28). En adelante la alianza toma toda su amplitud: «Todos, pues, sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús... No hay ya judío o griego, no hay siervo o libre, no hay varón o hembra, por¬que todos sois uno en Cristo Jesús. Y si todos sois de Cristo, luego sois descendencia de Abraham, herederos según la promesa» (Ga 3, 26-28-29). El Judaísmo fue la verdadera religión hasta Jesucristo. Pero no era más que una religión de preparación que debía completarse con el advenimiento del Mesías y de su Iglesia.

3. Tres consejos

1- «Como es, por consiguiente, tan grande el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos, este sagrado Concilio quiere fomentar y recomendar el mutuo conocimiento y aprecio entre ellos...» Admira a los judíos de nuestra época: algunos dan pruebas de una notable elevación espiritual: Bergson, Edith Stein, Simone Weil, Ana Franck, Schwartzbart, etc...

2- «Guardaos del fermento de los fariseos...» (Mt 16, 6): impermeabilidad a las necesidades ajenas, suficiencia orgullosa, formulismo, tranquilidad de conciencia barata. El día de la Ascensión, los mismos Apóstoles no habían conseguido aún purificar su noción del Reino de Dios: no confundas apostolado y métodos políticos.


3- Al orar por la unidad de la Iglesia, a imitación de San Pablo, ruega especialmente por los judíos: «Hermanos, a ellos va el afecto de mi corazón, y por ellos se dirigen a Dios mis súplicas para que sean salvos» (Rm 10, 1). «... según la elección, son amados a causa de sus padres, porque los dones y la vocación de Dios son irrevocables» (Rm 11, 28-29)





El Rabino Elio Toaff recibe al Papa Juan Pablo II en la Sinagoga de Roma en 1986











4. El Concilio Vaticano II y la religión judía

Declaración Nostra Ætate

"La religión judía
4. Al investigar el misterio de la Iglesia, este Sagrado Concilio recuerda los vínculos con que el Pueblo del Nuevo Testamento está espiritualmente unido con la raza de Abraham. Pues la Iglesia de Cristo reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los Patriarcas, en Moisés y los Profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abraham según la fe, están incluidos en la vocación del mismo Patriarca y que la salvación de la Iglesia está místicamente prefigurada en la salida del pueblo elegido de la tierra de esclavitud. Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles. Cree, pues, la Iglesia que Cristo, nuestra paz, reconcilió por la cruz a judíos y gentiles y que de ambos hizo una sola cosa en sí mismo. La Iglesia tiene siempre ante sus ojos las palabras del Apóstol Pablo sobre sus hermanos de sangre, "a quienes pertenecen la adopción y la gloria, la Alianza, la Ley, el culto y las promesas; y también los Patriarcas, y de quienes procede Cristo según la carne" (Rom. 9,4-5), hijo de la Virgen María. Recuerda también que los Apóstoles, fundamentos y columnas de la Iglesia, nacieron del pueblo judío, así como muchísimos de aquellos primeros discípulos que anunciaron al mundo el Evangelio de Cristo. Como afirma la Sagrada Escritura, Jerusalén no conoció el tiempo de su visita, gran parte de los Judíos no aceptaron el Evangelio e incluso no pocos se opusieron a su difusión. No obstante, según el Apóstol, los Judíos son todavía muy amados de Dios a causa de sus padres, porque Dios no se arrepiente de sus dones y de su vocación. La Iglesia, juntamente con los Profetas y el mismo Apóstol espera el día, que sólo Dios conoce, en que todos los pueblos invocarán al Señor con una sola voz y "le servirán como un solo hombre" (Soph 3,9). Como es, por consiguiente, tan grande el patrimonio espiritual común a cristianos y judíos, este Sagrado Concilio quiere fomentar y recomendar el mutuo conocimiento y aprecio entre ellos, que se consigue sobre todo por medio de los estudios bíblicos y teológicos y con el diálogo fraterno. Aunque las autoridades de los judíos con sus seguidores reclamaron la muerte de Cristo, sin embargo, lo que en su Pasión se hizo, no puede ser imputado ni indistintamente a todos los judíos que entonces vivían, ni a los judíos de hoy. Y, si bien la Iglesia es el nuevo Pueblo de Dios, no se ha de señalar a los judíos como reprobados de Dios ni malditos, como si esto se dedujera de las Sagradas Escrituras. Por consiguiente, procuren todos no enseñar nada que no esté conforme con la verdad evangélica y con el espíritu de Cristo, ni en la catequesis ni en la predicación de la Palabra de Dios. Además, la Iglesia, que reprueba cualquier persecución contra los hombres, consciente del patrimonio común con los judíos, e impulsada no por razones políticas, sino por la religiosa caridad evangélica, deplora los odios, persecuciones y manifestaciones de antisemitismo de cualquier tiempo y persona contra los judíos. Por los demás, Cristo, como siempre lo ha profesado y profesa la Iglesia, abrazó voluntariamente y movido por inmensa caridad, su pasión y muerte, por los pecados de todos los hombres, para que todos consigan la salvación. Es, pues, deber de la Iglesia en su predicación el anunciar la cruz de Cristo como signo del amor universal de Dios y como fuente de toda gracia."


BIBLIOGRAFIA:

No te contentes con conocimientos elementales sobre la historia de Israel. Seria muy sucinto e indigno de tu fe. Te recomendamos:

Alejandro Díez Macho: Historia de la Salvación Apostolado de la Prensa
Carlos Staehlin: Israel en la Historia Apostolado de la Prensa
Daniel Rops: Historia Sagrada Caralt
Paul Déman: Los judíos, fe y destino Casal 1 Vall
Jean Toulat: Judíos, mis hermanos Estela.


El diálogo con el Pueblo Judío y con sus autoridades se desarrolla sin tregua. Pueden verse algunos momentos de este proceso:

18ª REUNIÓN DEL COMITÉ INTERNACIONALDE ENLACE ENTRE CATÓLICOS Y JUDÍOS, Buenos Aires, 5 al 8 de julio de 2004: DECLARACIÓN CONJUNTA, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/relations-jews-docs/rc_pc_chrstuni_doc_20040708_declaration-buenos-aires_sp.html


Commission pour les relations religieuses avec le Judaïsme: DOCUMENTATION SUPPLÉMENTAIRE: NOTES POUR UNE CORRECTE PRÉSENTATION DES JUIFS ET DU JUDAÏSMEDANS LA PRÉDICATION ET LA CATÉCHÈSE DE L’ÉGLISE CATHOLIQUE, mayo 1985, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/relations-jews-docs/rc_pc_chrstuni_doc_19820306_jews-judaism_fr.html

COMISIÓN PARA LAS RELACIONES RELIGIOSAS CON EL JUDAÍSMO:
MENSAJE DEL PAPA JUAN PABLO II CON MOTIVO DE LA PUBLICACIÓN DE «NOSOTROS RECORDAMOS: UNA REFLEXIÓN SOBRE AL SHOAH», 12 marzo de 1998, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_16031998_shoah_sp.html

COMUNICATO CONGIUNTO DELLA COMMISSIONE MISTA PER IL DIALOGO CATTOLICO-EBRAICO: Commissione per il dialogo cattolico-ebraico tra rappresentanti della Commissione della Santa Sede per i rapporti religiosi con l’Ebraismo e del Gran Rabbinato d’Israele (2003): http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/relations-jews-docs/rc_pc_chrstuni_doc_20030226_grottaferrata-meeting_it.html

COMMISSIONE DELLA SANTA SEDE PER I RAPPORTI RELIGIOSI CON L'EBRAISMO: COMUNICATO CONGIUNTO DELLA DELEGAZIONE DEL GRAN RABBINATO DI ISRAELE E DELLA COMMISSIONE DELLA SANTA SEDE PER I RAPPORTI RELIGIOSI CON L'EBRAISMO, Gerusalemme 1-3 Dicembre 2003 - 6-8 Kislev 5764, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/relations-jews-docs/rc_pc_chrstuni_doc_20031203_jerusalem-kislev-5764_it.html

COMMISSIONE DELLA SANTA SEDE PER I RAPPORTI RELIGIOSI CON L'EBRAISMO: Riunione della Commissione bilaterale delle Delegazioni della Commissione della Santa Sede per i rapporti religiosi con l'Ebraismo edel Gran Rabbinato d'Israele per i rapporti con la Chiesa cattolica, Roma, 26-28 febbraio 2006; 28-30 Shevat 5766, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/relations-jews-docs/rc_pc_chrstuni_doc_20060228_commissione-bilaterale_it.html

COMISSÃO PARA AS RELAÇÕES RELIGIOSAS COM OS JUDEUS:
COMUNICADO FINAL DO VII ENCONTRO DA COMISSÃO PARA AS RELAÇÕES RELIGIOSAS COM OS JUDEUS E O E RABINATO-CHEFE DA DELEGAÇÃO DE ISRAEL PARA AS RELAÇÕES COM A IGREJA CATÓLICA, Jerusalém, 11-13 de Março de 2007; 21-23 de Adar de 5767, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/relations-jews-docs/rc_pc_chrstuni_doc_20070313_commissione-bilaterale_po.html 

BILATERAL COMMISSION MEETING OF THE DELEGATIONS OF THE CHIEF RABBINATE OF ISRAEL AND THE HOLY SEE’S COMMISSION FOR RELIGIOUS RELATIONS WITH THE JEWSJoint Statement, Rome, March 27-29, 2012; Nissan 4-6, 5772, en: http://press.catholica.va/news_services/bulletin/news/28999.php?index=28999&po_date=30.03.2012&lang=sp



Declaración conjunta de las delegaciones del Gran Rabinato de Israel y de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo, 22.11.2018

Del 18 al 20 de noviembre de 2018 tuvo lugar en Roma la decimosexta reunión de la Comisión bilateral de las delegaciones del Gran Rabinato de Israel y de la Comisión de la Santa Sede para las Relaciones Religiosas con el Judaísmo cuyo tema ha sido: La dignidad del ser humano. Enseñanzas del judaísmo y del catolicismo sobre los niños.
Publicamos a continuación el texto de la declaración conjunta firmada por ambas partes que fueron recibidas en la tarde del 19 de noviembre por el Santo Padre Francisco.

Declaración conjunta

1. El cardenal Peter Turkson, como presidente de la delegación católica, dio la bienvenida a Roma a los delegados judíos invocando la bendición divina sobre la reunión. El rabino Rasson Arusi respondió expresando el gozo y la satisfacción de la delegación judía de reunirse en esta santa tarea común citando las palabras del Salmo 90:17: “La dulzura del Señor sea con nosotros/ Confirma tú la acción de nuestras manos".

2. La Comisión Bilateral se reunió con motivo del Día Universal del Niño convocada por las Naciones Unidas y consecuentemente dedicó sus deliberaciones al tema de la dignidad humana, con especial referencia a los niños.

3. La Comisión apreció el progreso significativo en la sociedad moderna en relación con el tema de los derechos humanos, tal como se evidencia en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y, en particular, en la Convención de 1989 sobre los Derechos del Niño. Estos principios de la inviolabilidad de la vida humana y de la inalienable dignidad humana de la persona encuentran su plena expresión en las relaciones entre el individuo y lo Divino y entre el individuo y su prójimo, que implica la responsabilidad de hacer efectiva esa relación en la dimensión social. Tenemos una obligación especial para con los miembros más vulnerables de nuestras comunidades y, en particular, con los niños, garantes de la posteridad, que todavía no pueden expresar su pleno potencial y defenderse solos

4. Se discutió en profundidad la importancia de aclarar el fundamento ético de esto principios, señalando que estos ideales ya están arraigados con valor trascendente en nuestro patrimonio bíblico común que declara que el ser humano está creado a imagen de Dios (cf. Gen 1: 26-27; 5: 1-2).

5. El respeto por la dignidad personal de los niños también debe expresarse con la oferta de una amplia gama de estímulos e instrumentos para desarrollar sus capacidades de reflexión y de acción. No solo es necesario que los niños se sientan objeto de una atención adecuada y amorosa, sino también que se involucren activamente para que se desarrollen sus capacidades cognitivas y prácticas. Para que eso suceda en consonancia con los principios antes mencionados, es necesario fomentar relaciones de amor auténtico y estable, y proporcionar la nutrición, atención médica y protección adecuadas, así como la educación religiosa y escolarización necesarias, el aprendizaje informal y el cultivo de la creatividad.

6. La sociedad en su conjunto, pero en particular los padres, los maestros y guías religiosos, tienen una responsabilidad especial en el crecimiento moral y espiritual de los niños. En sus deliberaciones sobre los derechos de los niños a la autonomía y a la libertad, los miembros de la Comisión Bilateral destacaron la tensión entre el esfuerzo por garantizar la máxima libertad de elección y el de asegurar la protección y la orientación prudente. Todo esto exige que nos abstengamos de cualquier instrumentalización de la otra persona, cuya dignidad siempre debe considerarse como un fin en sí mismo.

7. Los miembros de la Comisión Bilateral fueron recibidos en una audiencia privada por el Papa Francisco que afirmó su compromiso personal en este ámbito y en el progreso de las relaciones entre católicos y judíos con las palabras: "Somos hermanos e hijos de un sólo Dios, y debemos trabajar juntos por la paz, mano en mano". En este encuentro, el Papa recibió con satisfacción la noticia de la preparación de un documento interreligioso sobre las cuestiones relacionadas con el final de la vida, con especial referencia al peligro de legalizar la eutanasia y el suicidio asistido por un médico en lugar de garantizar los cuidados paliativos y el máximo respeto por la vida que es un don de Dios.

8. Al concluir sus deliberaciones, los miembros de la Comisión Bilateral dieron gracias al Altísimo por sus bendiciones sobre sus vidas y trabajo; y por sus dones, entre los que se incluyen los niños, así descritos en el Salmo 127: 3, "La herencia de Dios son los hijos/ recompensa el fruto de las entrañas”. Para garantizar su sano desarrollo espiritual es particularmente importante familiarizarlos con el patrimonio bíblico que comparten judíos y católicos.

9. Además, la Comisión insta a que estos textos de las Sagradas Escrituras se estudien en sus respectivas comunidades. Asimismo, la enseñanza de Nostra aetate (n. 4) y los documentos subsiguientes relativos a las relaciones judeo-cristianas, deberían ser ampliamente conocidos y difundidos en ambas comunidades, lo cual proporcionará un impulso creciente a la bendita reconciliación y cooperación entre judíos y católicos, en beneficio de sus fieles y de la entera sociedad.

Roma, 20 de noviembre de 2018 - 12 de Kislev, 5779

Rabino Rasson Arusi                                                        Cardenal Peter Turkson
(Presidente de la delegación judía)              (Presidente de la delegación católica)

Rabino David Rosen                               Arzobispo Pierbattista Pizzaballa O.F.M.

Rabino Prof. Daniel Sperber                                            Arzobispo Bruno Forte

Rabino Prof. Avraham Steinberg                  Obispo Giacinto-Boulos Marcuzzo

Mr. Oded Wiener                                              Mons. Pier Francesco Fumagalli

                                                                              P. Norbert J. Hofmann S.D.B.

http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/11/22/santa.html









VI. EL ISLAM


Con más de 1300 millones de fieles, el Islam se acerca a ser numéricamente la mayor religión del mundo en comparación con el Cristianismo. Los mayores contingentes los forman los árabes, los pakistaníes (100 millones), los indonesios, los iraníes, los malayos, los negros, los turcos. 30 millones de ciudadanos soviéticos, practican el Islamismo. Después del Judaísmo, el Islam es quien presenta mayor parecido con el Cristianismo. El Islam tiene igualmente una importancia política: numerosos musulmanes viven en Europa, numerosos europeos y americanos viven en tierras del Islam. ¡Cuántos problemas de convivencia! Las oscilaciones del Panarabismo pueden desequilibrar las fuerzas mundiales. «El desarrollo del Islamismo al sur del Sahara constituye, sin duda alguna, uno de los factores más importantes que entran en lo sucesivo en juego para el desarrollo del continente africano» (P. Rondot). ¿Será el Islamismo el profeta del Tercer Mundo?

La palabra árabe «ISLAM» significa «sumisión, abandono en Dios». La fórmula «In Chá Alá» (Si Dios lo quiere) expresa la fe en la acción constante y soberana de Dios en la creación. La fórmula «Mektub» (estaba escrito) es más popular: expresa una tendencia a la pasividad ante la acción divina. Los fieles del Islam no se llaman mahometanos sino musulmanes (de Muslim = creyente).

1 - Historia del Islam

a. Vida de Mahoma (570-632).







Región de La Meca y Medina en Arabia Saudita














Nacido en La Meca, en Arabia, en el año 570, Mahoma (su verdadero nombre: Mohammad) vive una infancia pobre. Huérfano desde muy pequeño, es educado por su tío AbüTálib. Desde muy joven toma parte en las caravanas de su tribu (Qoreych). Administra enseguida muy inteligentemente los negocios de una rica viuda, Khadíja, que lo solícita en matrimonio a pesar de que tiene 15 años más que él (Mahoma tiene 25). En las caravanas conoce comunidades judías y sobre todo cristianas y estima su religión. Admira particularmente la vida de los eremitas. Es así como adquiere conocimiento de la Historia Santa, con sus Libros (Antiguo y Nuevo Testamento), con sus Profetas, «Enviados de Dios», encargados de conducir a los pueblos y de sacarlos de la ignorancia y del letargo religioso, de volverlos hacia el Dios Único y de consolarlos. El periodo que va de sus 25 a sus 40 años, es poco importante en su vida. Se sabe sin embargo que atravesó una crisis religiosa y que se retiró para orar y meditar en una gruta del monte Hira, cerca de la Meca. Allí madura su vocación. Se siente llamado a conducir a su pueblo a la religión del Dios Único, que él llamará «religión de Abraham». Su primera predicación será, pues, una reacción contra el politeísmo y la idolatría de sus compatriotas. Al Dios único es debido todo culto, con absoluta exclusividad.

La Meca es a la vez una ciudad comercial y la capital religiosa de la Arabia; Mahoma la presenta como el centro monoteísta más grande del mundo: ¿Acaso la Meca no fue fundada 2.000 años antes de Jesucristo por Abraham y su hijo Ismael, padre de todos los árabes? Su santuario, La Kaaba, con la piedra negra llevada por los ángeles, ¿no es uno de los primeros templos levantados en honor del Eterno? ¡Qué escándalo!: en la época de Mahoma, el recinto de La Kaaba estaba ocupado por más de 300 ídolos. Animado por su mujer Khadíja, que es la primera que cree en su misión, Mahoma predica con ardor contra la idolatría: como Moisés que aportó a los judíos el Pentateuco, como Jesús que anunció a los cristianos el Evangelio, Mahoma se presentó a sus fieles con un Libro que Dios le había revelado: El Corán. Los textos que él dicta son copiados por sus discípulos sobre toda clase de materiales: hojas de palmera, piedras planas, omóplatos de camellos, etc... El Corán es la prueba de un gran genio religioso. Sus primeros discípulos son, después de Khadíja, su primo Ah, los pobres, los humildes y los esclavos. Más tarde su posición se refuerza con la adhesión de notables, ricos e influyentes. Desde los 40 a los 63 años Mahoma vive una existencia de predicador, primero en lucha abierta con sus compatriotas de la Meca, cuya resistencia se hace cada vez más violenta. Profundamente convencido de su misión, tiene el valor de romper con su tribu. Tiene que emigrar clandestinamente hacia el norte, al gran oasis de Yathrib, convertido después en Medina (ciudad, se sobrentiende: del Profeta). Esto ocurre en el año 622, la Hégira (= Emigración y no huida).

Esta fecha del 16 de julio del año 622, inicia el calendario islámico que contará por años lunares, con 11 días menos que los años solares. Mahoma murió el 8 de junio del año 632 después de haber reconquistado la Meca y reunido con mano maestra las tribus árabes enemigas. Esta unión en lo sucesivo no estará basada en el parentesco de sangre, sino en la fe del Dios único de Abraham.


b. Después de Mahoma

El Islam ha conocido, después de Mahoma: Dos grandes expansiones, debidas a los nómadas impulsados y fortalecidos por su fe:

1. A finales del siglo VII, los árabes, «los Caballeros de Alá», llevarán el Islamismo hasta la India y hasta Tours y Poitiers.

2 - En el siglo XV, los turcos se apoderarán de los Balcanes y llegarán hasta las puertas de Venecia a donde volverán en 1682.

Dos regresiones: La pérdida de España en el siglo XV, y la pérdida de los Balcanes en el siglo XIX.

La Guerra Santa es un deber para la comunidad islámica, y sin embargo, las conver¬siones en masa se realizaron bajo la influencia de los comerciantes, marinos y peregrinos. Cualquier expedición militar de los musulmanes no puede por tanto identificarse con el deber de la Guerra Santa. Igualmente las Cruzadas, impulsadas por los Papas o dirigidas por los santos, responden a la cristiandad medieval, no al espíritu perenne del Evangelio. La primera Cruzada concluyó con la fundación de los Estados cristianos del Oriente (1099). Las otras Cruzadas concluyeron en fracaso por haber sido realizadas con fines más bien temporales que espirituales.


c. La civilización musulmana

El Islam da su unidad al mundo árabe. Por medio de la conquista y una hábil ocupación, descristianiza el Próximo Oriente y el África del Norte (ésta totalmente). El Islam crea así una civilización original. Se desarrollan la agricultura, la industria y el comercio. Grandes ciudades árabes tienen universidades célebres, ricas bibliotecas: allí se encuentran teólogos, filósofos y sabios. Gracias a los filósofos árabes, Santo Tomás de Aquino conoció a Aristóteles. Son los árabes quienes importan de China a Europa la brújula, el papel y la pólvora. Literatura floreciente y sobre todo conocida por sus cuentos y sus poesías (Las Mil y una noches). Edificaron palacios y mezquitas. Muchos de los monumentos de España nos muestran su magnificencia (Mezquita de Córdoba y Alhambra de Granada). Esta civilización cae en letargo en el siglo XIII. Creará sin embargo grandes reinos en África del Norte (Malí), en la India y en el Asia Central. En el siglo XX, el Islam se enfrenta con la civilización moderna, tanto en el plano religioso como en el plano intelectual y político (nacionalismo).



2. El Corán

a. Composición e importancia

La palabra árabe Corán significa «Lectura» igual que la palabra griega Biblos, significa «Libro». Para el musulmán el Corán es la palabra textual de Dios, Mahoma ha recibido por intercesión del Ángel Gabriel, y que tiene la misión de repetir fielmente. Todo «creyente» debe saber el árabe, lengua de la revelación y de la oración. El Corán se divide en 114 capítulos (llamados Suras) y en 6.000 versos muy desi¬guales de extensión. Respondiendo a las circunstancias históricas, fue dictado en plena acción, según reminiscencias judías o cristianas; su lengua es muy rica, su estilo más oratorio que poético, tomando un ritmo frecuentemente acompasado. El Corán lo es todo para el musulmán: su mejor libro de lectura, una continua lección de cosas, «el diccionario de los pobres», el manual para la oración, el código de derecho, la guía detallada de la vida de cada día. La radio de los países musulmanes difunde extractos a la hora de la oración.

b. Contenido doctrinal y moral

1 - «Alá es uno», «Alá es grande».

He aquí las dos afirmaciones fundamentales. «Dices: Alá es el único, Alá es el Solo. No ha engendrado. No ha sido engendrado. Nadie le iguala». Esta célebre Sura 112 fue en su origen dirigida contra los politeístas árabes. Más tarde se opondrá al «Trinitarismo» de los cristianos. El Corán se iguala de esta manera al monoteísmo revelado a Moisés. La actitud esencial de los musulmanes no les prepara para la revelación de los misterios de la Trinidad y de la Encarnación. «A El ningún ser se le parece», «Todo muere menos su rostro», «Nadie le pide razón de sus actos». Sólo Él merece los «Bellos Nombres»: «El Sublime, el Digno de alabanza, el Eterno, el Juez, el Clemente, el Guardián, el Primero y el Ultimo. El Manifiesto y el Oculto, etc.».

2- Mahoma es el enviado de Alá.

Él fue precedido por otros profetas: Abraham, Moisés, Jesús. Pero fue él el último de todos, el «Sello de los Profetas».



3 - El Otro Mundo

El musulmán cree en las criaturas invisibles: Diablo (Ibis), ángeles y Djinns. Cree en la inmortalidad del alma, en el juicio de Dios, en la resurrección de la carne. El Paraíso está descrito como un oasis de frescura, entre fuentes cristalinas y árboles perfumados. Los elegidos serán allí colmados por encima de sus deseos: camas tejidas de oro, vinos exquisitos, carne de extraños pájaros, bellas mujeres de grandes ojos negros. Estos placeres sin embargo, no son para el musulmán cultivado más que una imagen terrestre de la felicidad del más allá. Igualmente el sufrimiento de los condenados en el infierno, se describe: fuego ardiente, agua hirviendo, tenazas de hierro, etc... En lo profundo de este infierno: los «Hipócritas».


4- Los «Cinco Pilares» u Obligaciones Fundamentales:

a) La Profesión de Fe:

El musulmán está obligado a dar testimonio de que no existe otra divinidad más que Alá, y que Mahoma es su Enviado.

b) La Oración:

Cinco veces durante el día, entre el amanecer y el anochecer (dos horas después de esconderse el sol). Vuelto hacia la Meca, el creyente hace su oración. Los textos coránicos y las fórmulas tradicionales son acompañados de actitudes y gestos. Desde lo más alto del minarete, el muecín anuncia la hora de la oración: «Dios es grande. Confieso que no hay más que un Dios. Confieso que Mahoma es su apóstol. Venid a la oración. Venid a vuestra salvación. Dios es grande. Dios es único». Para ser válida, la oración exige el estado de pureza legal; de ahí viene, según la importancia de las impurezas cometidas, las pequeñas abluciones (manos, brazos, cabeza y pies) y las grandes abluciones (todo el cuerpo).

c) El Ayuno del Ramadán.

Desde el amanecer hasta el atardecer, durante un mes lunar, está prohibido beber, comer y fumar. La noche no autoriza tampoco a voluptuosas compensaciones. Las privaciones materiales deben acompañarse de una conversión interior: espíritu de concordia, perdón de las ofensas, limosnas, recitación del Corán, estudio profundo de la religión, numerosas oraciones que duran hasta media noche.

d) El impuesto religioso:

Descuento anual sobre las riquezas materiales cuando exceden un mínimo. Los frutos de esta purificación de bienes (Zakat) son consagrados a las necesidades sociales de la comunidad; esto no se confunde con la limosna voluntaria y la hospitalidad, de tanto agrado siempre entre los musulmanes.

e) La Peregrinación a la Meca:

Obligatoria una vez en la vida, al menos por representación en caso de impedimento grave.


5- La Guerra Santa

Es un deber para cada musulmán, y para la Comunidad entera, luchar siempre, incluso con las armas, «para que la mano de Alá sea la más alta». La Guerra Santa con las armas es llamada la pequeña Guerra Santa; su éxito depende de la gran Guerra Santa: combate espiritual contra el mal en cada corazón y en la Comunidad. El fin de la Guerra Santa es suprimir la idolatría, pues «la idolatría es peor que la guerra». Los judíos y los cristianos no se confunden con los idólatras. ¿No tienen el privilegio de un «Libro»? De ese modo pueden guardar su religión. Si la suerte los somete a los musulmanes, deben aceptar humildemente su condición y pagar una tasa individual. A ese precio, serán protegidos.


6. Islam y Cristianismo

El diálogo, en el ámbito de convicciones profundas, parece más fácil entre creyentes de religiones diferentes, que entre creyentes y ateos... sobre todo si seguimos el consejo de San Pablo: «abrazados a la verdad, en todo crezcamos en caridad, llegándonos a aquel que es nuestra cabeza, Cristo». (Ef 4, 15). Esforcémonos en descubrir en qué se diferencian el Islamismo y el Cristianismo, y en apreciar las riquezas comunes. La comprensión entre los distintos credos no puede más que aportar provecho a nuestra cultura religiosa.

a. Diferencias

1) ALÁ y DIOS

Alá es uno. Alá es grande, soberanamente libre. Su trascendencia lo hace majestuoso, inaccesible, y confiere a su misericordia un carácter condescendiente. El creyente debe ante todo adorarlo, someterse a su beneplácito. La fe musulmana oscila entre la adoración y la sumisión. A Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, nos atrevemos a llamarle: «Padre Nuestro», a pedir el pan de cada día, y la gracia cuando las tentaciones asaltan nuestra libertad. Sin El no podemos hacer nada, y sin embargo Él nos dice: «Si quieres...» Él invita a nuestra libertad a cooperar con su gracia. Dios se define Trinidad, Amor: «Ha amado tanto al mundo que por él dio a su Hijo unigénito». La fe cristiana se desarrolla en el dinamismo del Amor.

2) MAHOMA y JESUS

Origen

- Mahoma nace como todo hombre, de una madre y un padre. Y el mismo Corán reconoce a Cristo el privilegio, único en su género, de una concepción milagrosa (Sura 19 María).

Milagros

- El Corán no atribuye claramente a Mahoma ningún milagro. «No quiero para mi ni pérdidas ni ganancias, sólo lo que Alá quiera» (Sura 7. 188). En el Evangelio, por el contrario, Jesucristo obra, por su propia autoridad, un gran número de milagros citados por otra parte en la tradición musulmana: Multiplicación de los panes y de los peces, la tempestad apaciguada, curaciones instantáneas, resurreccio¬nes de muertos, sobre todo su propia Resurrección, fundamento inquebrantable de nuestra fe cristiana.

Profecías

- Mahoma ignora el futuro. Y lo lamenta: «Si yo conociese lo Desconocido, sería rico en bienes, y el mal no me tocaría. Pero no soy más que un Profeta y un Anunciador para un pueblo que es capaz de creer.» (Sura 7. 188). Jesucristo conoce el futuro. Lo acepta sin miedo para cumplir la voluntad de su Padre. Habla constantemente de «su hora», y cuando ella se acerca, predice la traición de Judas, las negaciones de Pedro, su propia crucifixión, su Resurrección al tercer día (Le 18, 31-34).

Vida privada

- Después de la muerte de Khadija (mientras ella vivió fue su única mujer) Mahoma, aprobado por el Corán, tuvo un harén de nueve esposas. Muchas de ellas eran mujeres de edad; habían trabajado mucho por la extensión de la nueva religión con su fe y su coraje. Mahoma tenía también relaciones con mujeres más jóvenes que mantenían en él la esperanza de un futuro hijo (ninguno de los que le nacieron sobrevivió). La tradición musulmana alaba sin cesar el vigor del profeta como un privilegio religioso. Esta forma de vida está muy lejos de la pureza perfectamente virginal de Cristo y de su Madre; no existe en sus dos corazones ningún puritanismo: durante la celebración de una boda, en Cana, hizo en favor de un nuevo hogar, por la súplica de María, su primer milagro.

Muerte

- Mahoma muere rodeado de los suyos, apoyado en su mujer preferida Aixa. Siempre ha enseñado que es necesario amar a los otros en Dios, pero también odiarlos en Dios, o a causa de Él. Jesucristo muere inocente, abandonado, aceptando una pasión dolorosa por la redención del mundo entero: «Padre, perdónalos, no saben lo que hacen». La vida de Cristo culmina en su Resurrección y en su Ascensión.

Situación histórica

- Mahoma se considera como el «último de los Profetas». Sin embargo el fundador de una de las más grandes religiones del mundo, se guarda bien de reivindicar para sí la divinidad. El Corán le hace decir: «Yo soy solamente un mortal como vosotros. Me ha sido revelado que vuestra divinidad es una divinidad única» (Sura 18. 110). Jesucristo se proclama hijo de Dios, igual a su Padre: «El Padre y yo somos una misma cosa» (Jn 17). Él reivindica la eternidad: «Antes que Abrahán fuera, Yo soy» (Jn 8, 58). «Estaré con vosotros hasta el fin de los siglos» (Mt 27, 20). En El se realizan las profecías mesiánicas, la esperanza del pueblo elegido, la reunión de la humanidad al fin de los siglos. De todos los fundadores de religiones, sólo Cristo afirma ser Dios.

3) EL CORAN y LA BIBLIA

El Corán data del siglo VII: es homogéneo literariamente. Palabra textual de Dios, el Corán debe ser tomado a la letra; es incomparablemente superior a Mahoma que no tuvo por misión más que transmitir fielmente el Mensaje. Está completado por la Sunna (Actos de Mahoma) y los Hadith, compendio de tradiciones: (allí se encuentran influencias judeocristianas). La Biblia es la obra de autores múltiples, que se escalonan a lo largo de más de diez siglos, desde la época de Moisés hasta la de San Juan Evangelista. Sus géneros literarios son muy diferentes. Los autores humanos están inspirados por Dios para no enseñar ningún error religioso. Pero Dios revela solamente la doctrina y no el estilo. La Biblia está centrada sobre Cristo: el Antiguo Testamento lo prepara, el Nuevo Testamento hace conocer el Mensaje y las obras de Jesús, verdad viva, Verbo encarnado.

4) UMMA e IGLESIA

La Umma es «la comunidad de creyentes». Más allá de toda frontera y de toda raza, ella los mantiene en la unidad de la fe, los une en la solidaridad humana. El Islam admite para su expansión recurrir a la fuerza «para dar la victoria a la palabra de Dios». Pero la sumisión a Dios degenera fácilmente en pasividad y fixismo. (El mismo Cristianismo ha conocido la tentación del Quietismo). Por otra parte, los dominios espiritual y temporal se confunden: ley, dogma, civilización, política, forman un todo, semejante al de la cristiandad medieval (Césaropapismo). De ahí proviene durante largo tiempo la escasa evolución en la civilización musulmana: familia patriarcal (¡teóricamente!), inferioridad social de la mujer, desconfianza en el progreso técnico, etc... Sin embargo, en nuestros días, la emancipación política entraña una exigencia de emancipación social y religiosa en todos los dominios. En el seno de la Umma (que permanece espiritual) nacen naciones laicas. También la Iglesia por encima de toda frontera, es comunidad de fe, de oración y de caridad. Pero la Iglesia no admite la expansión por las armas: conversiones forzadas y guerras de religión son diametralmente opuestas al espíritu de Cristo: el cristiano debe envainar la espada..., amar a sus enemigos (!). «Dichosos seréis cuando os persigan por mi nombre». Considerado a la sola luz del Evangelio, el Sacro Imperio Romano-Germánico, ¿era conforme a la distinción hecha por el mismo Jesús entre el poder espiritual y temporal? «Dad al César lo que es del César...» Así, a la expansión de la cristiandad medieval sucede la formación de naciones autónomas y de una Iglesia más espiritual.

b. Riquezas comunes

El Corán hace repetir al musulmán esta afirmación que nos alegra: «Encontrarás que las gentes más cercanas de nosotros los creyentes son aquellos que dicen: «Somos Cristianos». Entre ellos se encuentran sacerdotes y monjes que carecen de todo orgullo» (Sura 5.82). Al lado de las diferencias fundamentales que no puede minimizar, el cristiano tiene la alegría de descubrir entre el Islam y el Cristianismo varias riquezas positivas y comunes:



Interior de la Mezquita de Córdoba





Mezquira de Alabastro en El Cairo, Egipto





















A - LA FE EN DIOS.

Musulmanes o cristianos, creemos en Dios, en su Majestad, en su Poder, en su Misericordia. Frente a las formas actuales de ateísmo y de idolatría, frente al orgullo antropocéntrico nuestra reacción fundamental es la misma: proclamamos los derechos de Dios sobre el hombre que La ha creado. El incrédulo, para nosotros, se extravía en las tinieblas. «La gran misericordia de Dios ha preservado al Islam frente a una multitud politeísta e idólatra y lo ha mantenido en el recto camino de los principios morales esenciales: es ya una gran cosa.» (R. P. Dalmais).

El Islam forma un creyente sin respeto humano, que proclama su fe por encima de todo y, si hace falta, hace oración en la plaza pública. El musulmán no se preo¬cupa del «qué dirán» que paraliza a tantos cristianos. Tiene el culto a la Presencia de Dios: «Sirve a Dios como si le vieses; si tú no le ves, El te ve». Su fe es profunda y humilde. Si el cristiano, seguro del inmenso amor del Padre, corre el peligro de tratar a Dios con demasiada familiaridad, el musulmán sabe que es necesario tratar a Dios como Dios, guardar el sentido de lo Sagrado, penetrarse de la Majestad de Dios. ¿No es esto lo que nos repite sin cesar la Escritura y la Liturgia (por ejemplo: Prefacio de la Misa)?


B - LA CREENCIA EN UNA REVELACION

Dios ha hablado frecuentemente a los hombres por enviados y por profetas. Ha hablado a Abraham, «Padre de los creyentes»; de él descienden los árabes por Ismael y los judíos por Isaac. Todo el Antiguo Testamento es pues el patrimonio común de tres religiones reveladas: Judaísmo, Islam y Cristianismo. En los Libros Santos y en los oficios religiosos de los cristianos y de los musulmanes se repiten sin cesar los mismos recuerdos y los mismos grandes nombres de Abraham y de los Patriarcas, de Moisés y de los Profetas, de Jesús. Sin em¬bargo, para un musulmán, «el Mesías Jesús hijo de María es solamente el Apóstol de Alá, Su Verbo nacido de María por obra de Dios, y un Espíritu que emana de Dios. Creed en Alá y en sus Apóstoles y no digáis más: « ¡Tres!». (Sura 4. 169).


C - LA VENERACION DE MARIA

La Virgen María es, con su hijo Jesús, la única criatura preservada de todo contacto con Satanás. Según una tradición, es una de las cuatro mujeres perfectas, con Khadija, primera esposa de Mahoma, Fátima su hija, y Asiya, la mujer de Faraón. «Y la Escritura menciona a María cuando se retira de su familia a un lugar oriental y vive separada de los suyos. Nosotros le enviamos nuestro Espíritu, y El se ofreció a ella bajo la forma de un mortal perfecto... «No soy más que el emisario de tu Señor, venido para darte un hijo puro.» - « ¿Cómo tendré un hijo», pregunta ella, si ningún mortal me ha tocado y soy virgen? - «Así sucederá», dice el Ángel. «Tu Señor ha dicho: Esto es para Mí fácil y haremos ciertamente de él un signo para las gentes y una gracia venida de Mí: es cosa hecha» (Sura 19. María). Musulmanes piadosos podrían decir: «Dios te salve, Maria», suprimiendo la expresión: «Madre de Dios».


D - EL ESFUERZO MORAL Y ESPIRITUAL.

En la práctica de la hospitalidad, los musulmanes podrían dar lecciones a los cristianos, así como en el ejercicio de la ascesis (Ramadán). Sin embargo el abandono en Dios engendra fácilmente la pasividad, el repliegue sobre sí. La búsqueda de la santidad inclina frecuentemente hacia el ritualismo, y no se puede com¬parar con la santidad cristiana centrada en el amor de Dios y el servicio a los demás. «El Islam prueba al mundo que Dios existe: Le queda al Cristianismo probar por las obras al Islam, que si Dios existe, no puede ser más que Amor». (Michel Hayek).

Respecto a esto el Concilio Vaticano II dice: «Si a lo largo de los siglos, numerosas disensiones y enemistades se han manifestado entre los musulmanes y los cristianos, el Concilio los exhorta a todos a olvidar el pasado y a esforzarse sinceramente en la comprensión mutua, as como proteger y promover juntos, para todos los hom¬bres, la justicia social, los valores morales, la paz y la libertad.» Cuando te encuentras con musulmanes, estudiantes u obreros, ¿sabes ser con ellos no solamente respetuoso, sino también acogedor y servicial?



El Papa Benedicto XVI visita la Mezquita azul en su viaje a Turquía(2006)








Anualmente, con ocasión de la fiesta musulmana de Ramadán, el Presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Religioso, organismo de la Santa Sede, envía un “mensaje” a los miembros de esta comunidad .


4. El Concilio Vaticano II y el Islam

Declaración Nostra Ætate

"La religión del Islam
3. La Iglesia mira también con aprecio a los musulmanes que adoran al único Dios, viviente y subsistente, misericordioso y todo poderoso, Creador del cielo y de la tierra, que habló a los hombres, a cuyos ocultos designios procuran someterse con toda el alma como se sometió a Dios Abraham, a quien la fe islámica mira con complacencia. Veneran a Jesús como profeta, aunque no lo reconocen como Dios; honran a María, su Madre virginal, y a veces también la invocan devotamente. Esperan, además, el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por ello, aprecian además el día del juicio, cuando Dios remunerará a todos los hombres resucitados. Por tanto, aprecian la vida moral, y honran a Dios sobre todo con la oración, las limosnas y el ayuno. Si en el transcurso de los siglos surgieron no pocas desavenencias y enemistades entre cristianos y musulmanes, el Sagrado Concilio exhorta a todos a que, olvidando lo pasado, procuren y promuevan unidos la justicia social, los bienes morales, la paz y la libertad para todos los hombres."


5. El Papa Francisco y las relaciones con comunidades y líderes musulmanes

Tanto los Papas Pablo VI, Juan Pablo II y Benedicto XVI como Francisco en diversos momentos de sus pontificados se refirieron a las comunidades del Islam y fortalecieron los diálogos y la colaboración entre ellas y las comunidades católicas. En particular, varias son las ocasiones en las que el Papa Francisco no sólo ha hecho alusión a las relaciones existentes entre las comunidades musulmanas y las cristianas, y, por supuesto, a las situaciones tensas (y a las positivas, igualmente) que en diversas regiones se han suscitado entre ellas, sino en las que el Papa ha entrado en directo contacto con algunos de los líderes de tales comunidades: 
De entre estos y otros pronunciamientos más, escogemos uno, muy breve, del Papa Francisco con motivo del recibimiento que dio a algunos delegados del liderazgo musulmán en Gran Bretaña (5 de abril de 2017). Este discurso muestra bien el "cambio" de actitud que el Papa ha querido imprimir a las relaciones entre las dos comunidades y al nivel de sus líderes. No se trata de olvidar la historia, llena de episodios radicalistas y fundamentalistas y de incomprensiones, ocurridos a lo largo de los siglos y en el tiempo presente, sino de superarlos, de ir más allá, en una perspectiva más respetuosa, dialogal, comprensiva y, sobre todo, colaborativa entre las dos comunidades:
"Con alegría os doy la bienvenida. Me gusta pensar que el trabajo más importante que tenemos que hacer hoy, entre nosotros, en la humanidad, es un trabajo "de oreja": escucharnos. Escucharnos, sin prisas para responder. Aceptar la palabra del hermano, de la hermana y, luego, pensar en pronunciar la mía.  La capacidad de escuchar, es muy importante. Es interesante: cuando las personas tienen esta capacidad de escuchar, hablan en tono bajo, tranquilo... En cambio, cuando no la tienen, hablan  en voz alta y  también gritan. Entre hermanos, todos nosotros debemos hablar, escucharnos y hablar lentamente, tranquilos, buscar juntos el camino. Y cuando se escucha y se habla, ya se está en camino." En:
http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/04/05/del.html

Otro ejemplo:

Declaración final del V coloquio entre el Real Instituto de Estudios Interreligiosos(RIIFS) de Ammán (Jordania) y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, 12.05.2018

Publicamos a continuación la declaración final del V coloquio entre el Real Instituto de Estudios Interreligiosos(RIIFS) de Ammán (Jordania)  y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, celebrado del 9 al 10 de mayo en Ammán y cuyo tema ha sido “Las religiones y la dignidad de la vida :puntos de vista cristianos y musulmanes”.

Declaración final

El Real Instituto de Estudios Interreligiosos (RIIFS) (Ammán, Jordania) y el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso (PCID) (Ciudad del Vaticano) celebraron su quinto coloquio en Ammán los días 9 y 10 de mayo de 2018.

S.A.R el Príncipe El Hassan bin Talal, presidente de la Junta de Síndicos del Real Instituto de Estudios Interreligiosos, presidió la delegación del RIIFS, mientras que S.E. Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, Secretario del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, encabezó la delegación de PCID en representación de S.E el cardenal Jean-Louis Tauran, Presidente de dicho dicasterio que no pudo asistir al coloquio.

Los participantes enviaron sus mejores deseos al cardenal Tauran, agradeciéndole su mensaje y su continuo compromiso con el diálogo interreligioso.

Cada delegación estaba compuesta por doce participantes y tres observadores.

El tema en estudio fue "Las religiones y la dignidad de la vida: puntos de vista cristianos y musulmanes".

El Prof. Abdel Jabbar Al-Refae y el Dr. Youssef Kamal El-Hage presentaron el primer subtema: "Las religiones y la dignidad de la vida: desafíos", desde el punto de vista islámico y cristiano. El Prof. Wajih Kanso moderó la sesión.

La segunda sesión, moderada por Mons. Khaled Akasheh, abordó el tema "Las religiones y la dignidad de la vida: oportunidades". Mons. Bernard Munono y el Prof. Mohammad Ali Azar Shab hablaron a los participantes sobre este tema.

Durante la tercera sesión, los participantes escucharon a H.E. el Gran Mufti Husein Kavazović y la a la Sra. Paola Bernardini que analizaron el último subtema " Las religiones y la dignidad de la vida: perspectivas". El Prof. Hichem Grissa moderó la sesión.

Los RIIFS invitaron a los participantes a un concierto de Sor Marie Keyrouz y el Coro Salam.

El coloquio tuvo lugar en un ambiente amistoso y abierto, que favoreció un rico intercambio de ideas y puntos de vista sobre el tema y las materias con él relacionadas.

Al final de la reunión, los participantes acordaron las siguientes recomendaciones:

La vida es un don de Dios para todos los miembros de la única familia humana; por lo tanto, debe estar protegida desde su concepción hasta su fin natural.

El ser humano es el ápice de la creación, dotado de dignidad, derechos y deberes. Por ello cada persona merece respeto, amor y todos los medios necesarios para una vida digna.

Existe una fuerte relación entre el respeto por la dignidad humana y los derechos, por un lado, y el progreso y la prosperidad de una nación, por el otro. Esta relación constituye otro motivo para promover la dignidad humana. Los sentimientos, valores y concepciones compartidos merecen una atención especial.

Los migrantes, los refugiados y las víctimas de la trata de personas merecen atención y cuidado especiales, para salvaguardar su vida y su dignidad, teniendo en cuenta el significado antropológico del sufrimiento.

Las generaciones más jóvenes deben ser educadas para respetar la creación y la dignidad de la vida. La idea de un código ético que se enseñe en las escuelas merece un estudio a fondo, teniendo en cuenta los fenómenos negativos en nuestras sociedades.

La delegación católica expresó su profundo agradecimiento a S.A.R el Príncipe El Hassan bin Talal, a la directora del RIIFS la Sra. Majeda Omar, y a todo el personal.

Al final del coloquio se firmó un Memorando de Entendimiento entre las dos partes, confirmando e institucionalizando su colaboración continua y fructífera. El RIIFS también firmó un memorándum con la Universidad Ez-Zitouna de Túnez, y el Centro para el Diálogo y la Acción en Pakistán.




BIBLIOGRAFÍA

EL CORAN:

Traducción latinoamericana: http://futurodelmundo.files.wordpress.com/2009/01/el-sagrado-coran.pdf

Traducción del Complejo del Reino de Arabia Saudita establecido por el Rey Fahd ibn Abdul Aziz, con comentarios: http://www.qurancomplex.org/Quran/Targama/Targama.asp?TabID=4&SubItemID=1&l=esp&t=esp&SecOrder=4&SubSecOrder=1

ABD-EL JALLL: Cristianismo e Islam (Rialp)
Id.: El problema de la libertad en el Islam (Rialp)
Id.: Marie et l’Islam (Beauchesne)
GARDET: Conozcamos el Islam (Casal 1 Vall)
MASSE: L’Islam (Armand Colin)
JOMIER: Biblia y Corán (Razón y Fe)  



Mensajes de la Santa Sede a los Musulmanes:



PONTIFICIO CONSEJO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO: MENSAJE EN LA CONCLUSIÓN DEL RAMADÁN, ‘Id al-Fitr 1429 H. / 2008 A.D.: Cristianos y Musulmanes: juntos por la dignidad de la familia, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/interelg/documents/rc_pc_interelg_doc_20080919_ramadan2008_sp.html

PONTIFICIO CONSEJO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO: MENSAJE EN LA CONCLUSIÓN DEL RAMADÁN, ‘Id al-Fitr 1433 H. / 2012 A.D.: Educar a los jóvenes cristianos y musulmanes para la justicia y la paz, en: http://press.catholica.va/news_services/bulletin/news/29534.php?index=29534&lang=sp

DISCURSO DEL CARD. JEAN-LOUIS TAURAN EN LA CEREMONIA DE INAUGURACION DEL CENTRO PARA EL DIALOGO INTERRELIGIOSO E INTERCULTURAL REY ABDULLAH BIN ABDULAZIZ (KAICIID) (HOFBURG, VIENA, 26 DE NOVIEMBRE DE 2012): http://press.catholica.va/news_services/bulletin/news/30104.php?index=30104&po_date=26.11.2012&lang=sp#TRADUZIONE%20IN%20LINGUA%20SPAGNOLA

Mensaje del Papa FRANCISCO a los Musulmanes, 2 de agosto de 2013, para la Fiesta del final del Ramadán (‘Id al-Fitr 1434 H. / 2013 A.D.), sobre el tema "La promoción del mutuo respeto por medio de la educación": http://attualita.vatican.va/sala-stampa/bollettino/2013/08/02/news/31514.html


Discurso del S. P. Francisco, 28 de abril de 2017, en su visita de cortesía al Gran Imán de Al-Azhar, en Egipto, la más alta institución teológica y de educación religiosa del Islam sunita en el mundo y la más antigua universidad islámica, donde tuvo lugar la reunión privada con el actual director Gran Imam Shaykh Ahmad al-Tayeb y esta intervención pública en el marco de la Conferencia Internacional para la Paz a la que el Gran Imam convocó:

http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/04/28/vis.html


Con ocasión del mismo viaje a Egipto, el Papa Francisco, en la misma fecha, 28 de abril de 2017, pronunció su discurso a las Autoridades egipcias, encabezadas por el Presidente de la República de Egipto, Sr. Abdel-Fattah Al-Sìsi, y al cuerpo diplomático:

http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/04/28/viaje.html

Mensaje del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso a los Musulmanes por el mes del Ramadán e ‘Id al-Fitr 1438 H. / 2017 A.D., hecho público el 02.06.2017:
http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2017/06/02/0380/00855.html

Con motivo del mes de Ramadán , que este año ha empezado el 5 de mayo y de la fiesta de 'Id al-Fitr 1440 H. / 2019 A.D, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, ha enviado a los musulmanes de todo el mundo un mensaje de felicitación titulado Cristianos y musulmanes: promover la fraternidad humana, firmado por el Secretario de ese dicasterio, S.E. Mons. Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J, cuyo texto se puede encontrar en:
http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2019/05/10/ram.html

In occasione del mese del Ramadan – iniziato quest’anno il 23 aprile – e per la festa di ‘Id al-Fitr 1441 H. / 2020 A.D., il Pontificio Consiglio per il Dialogo Interreligioso ha inviato ai Musulmani del mondo intero un messaggio augurale dal titolo: Cristiani e musulmani: Insieme per proteggere i luoghi di culto. Questo il testo del Messaggio, a firma del Presidente del Pontificio Consiglio, Em.mo Card. Miguel Ángel Ayuso Guixot, M.C.C.J, e del Segretario del medesimo Pontificio Consiglio, Rev.do Mons. Indunil Kodithuwakku Janakaratne Kankanamalage: http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2020/05/01/0257/00561.html










VII. ¿VALEN IGUAL TODAS LAS RELIGIONES?


Análisis de un eslogan

«Soy cristiano porque he nacido en Colombia. Pero la televisión nos muestra en el Islam, en las religiones del Oriente, verdaderos valores... Y Dios es tan grande que ¿qué hombre podría decir que lo conoce mejor que otro? Lo esencial es ser sincero. Si todos los corazones sinceros quisieran entenderse ¡qué gran lucha contra el materialismo...!»

Estas reflexiones las has oído frecuentemente. Sin embargo, si profundizas en problemas tan complejos, puedes contestarte respondiendo con una evasión tras un slogan: « ¿Valen igual todas las religiones?»

1. El agnosticismo respetuoso

«Hay un Dios, lo admito, ¡pero es tan grande, tan diferente!» «Es un océano para el cual no tenemos ni barca ni vela» (Littré).

Sí, Dios es Trascendente, infinitamente por encima de nuestra razón en el secreto de su ser. Sin embargo, si Él da al hombre la inteligencia, ¿no es ante todo para que pueda buscarlo y conocerlo antes que a ningún otro ser y nin¬guna criatura? Forzosamente la imagen que nos hacemos de él es corta e incompleta. Pero si Dios quiso revelarse, como lo afirman ciertas religiones..., ¿no sería para sobrepasar los límites de nuestra inteligencia, inclinándose hacia ella para colmarla? Esta hipótesis ¿no obliga al agnóstico, en nombre de la objetividad, a reconsiderar su actitud?

2. La indiferencia doctrinal

a. Valor de las diversas religiones

En cada una de las principales religiones, Budismo, Hinduismo, Judaísmo e Islam, hemos descubierto verdaderos valores. La tentación se nos presenta enseguida: «Ya que existe algo de bien en cada una, es necesario ser comprensivo: en el fondo más o menos, todas son verdaderas. También yo soy creyente pero no practico.» Si, existe algo de bien en todas las religiones. Consiguen promover grandezas morales y religiosas. Poseen un denominador común: Fe en Dios, creencia en el más allá, obligación de un esfuerzo moral recompensado en la otra vida, sentido del pecado, etc... En el fondo ninguna religión es enteramente falsa. Cualquier religión es preferible a vivir sin ideal religioso. Todo cristiano está más cerca de un musulmán que de un ateo. Un bachiller que se esfuerza en conocer a Dios está más cerca de un asceta Yoga que de los «hippies» ingleses. Pablo VI en Bombay decía a los representantes de las religiones no cristianas: « ¿No estamos unidos en la lucha por un mundo mejor... para que todos vivan dignamente como hijos de Dios?» A propósito de la creación del Secretariado para los no cristianos, el órgano del Vaticano escribe: «En el Nuevo Testamento, los mayores elogios de Jesús son para la fe de la cananea y para la del centurión romano: «En verdad os digo, no he encontrado una fe tan grande en Israel» (Mt 8, 10). San Francisco Javier, más próximo a nuestros tiempos, decía que había encontrado en los japoneses unas virtudes y una rectitud por las que ellos eran «sus delicias».

b. Necesidad de una elección

Profundicemos más. En las afirmaciones doctrinales de las diferentes religiones, encontramos imprecisiones y también contradicciones: ¿Es Dios una vaga energía universal (Brahma) o un Ser Personal, Alguien (Yahveh)?; ¿Es Dios Multitud (Panteón greco-romano)? ¿Una Soledad Poderosa (Alá)? ¿Es Amor, Trinidad en la Unidad (Cristianismo)? Lo cual no quiere decir que en Dios existan contradicciones. Tus convicciones religiosas deben ser con conocimiento de causa; Dios lo espera de ti. «Estoy personalmente asustado de la ligereza con que un gran número de muchachos eliminan tranquilamente de su vida la cuestión de Dios y del ofrecimiento que Él nos hace de su Alianza en el Evangelio, cuya señal entre nosotros es la Iglesia y los Santos. Sí, tranquilamente hacen como si el problema no existiese. Suena la campana, que anuncia que va a celebrarse cerca de ellos el sacrificio de la Alianza del amor, y continúan sus quehaceres domésticos, o su paseo, o su dulce farniente a la orilla del mar. ¡Ah! si ellos no tuviesen ningún medio de saber: si los chinos o los tibetanos, por ejemplo, que no han oído jamás hablar de Dios, están excusados de su ignorancia: serán, como dice San Pablo, juzgados sin ley positiva, sobre su conciencia (Rom 2, 14). Pero estos muchachos que yo encuentro tienen medios de conocer a Dios, debieran inquietarse. Por lo menos han conocido a Cristo, y han tenido de El una primera aproximación. La Alianza les ha sido ofrecida. Si ellos permanecen sordos, el tiempo del paciente ofrecimiento de Dios pasará, y vendrá la justicia.» (P.  Y. Congar: Amplio mundo mi parroquia).

3. Sinceridad subjetivista

Es cierto que la sinceridad es una virtud apreciada, y tú desprecias a los hipócritas como se desprecia las monedas falsas. El mismo Cristo detestó la hipocresía de los fariseos desleales a la verdad. Pero puede haber sinceridad en el error. El daltónico que confunde el rojo y el verde es sincero, pero la Secretaría del Tránsito no lo aceptará jamás como técnico.

Tu profesor, ¿admitiría que los alumnos le entregasen los exámenes diciendo: «Todas las soluciones están bien. A Antonio le da el resultado 34, a Luis 28 y a mi 7... Como todos hemos buscado sinceramente la solución, ¡todos tenemos derecho a un 10!?"

Está bien ser tolerante, liberal y cortés, pero distingamos dos cosas: la sinceridad y la verdad. Hay algo mejor que la sinceridad en el error, es la sinceridad en la verdad. «Soy sincero, dices: «digo lo que pienso y obro como pienso». Pero si no tienes más regla de criterio que tú mismo, te encuentras encerrado en tu subjetividad relativa y voluble. «Ya no lo quiero, he encontrado otro, dice Begoña»... ¡Qué fácil es!, ¿verdad? Eso quiere decir: No hay en mi más que yo mismo reducido a la epidermis, al instante inmediato. Yo no tengo la responsabilidad de mis actos. Toda responsabilidad es una respuesta, como el nombre lo indica. Supone que no estoy solo, que otro domina sobre mí y sobre mis actos». (P. Congar, ibid.).

Así pues, todas las religiones nos presentan a Otro ser que domina nuestros actos. La sinceridad del hombre le obliga a conformarse con el plan de Dios sobre él, y a tener responsabilidad. Pero en las exigencias morales de las diversas religiones encontrarás divergencias y contradicciones: ¿Dios se contenta con ritos exteriores o quiere el esfuerzo del corazón? ¿Permite la poligamia, o prohibe el divorcio? Respecto al enemigo, ¿manda la guerra santa o aconseja aceptar las persecuciones? El prójimo desgraciado, ¿es simple compañero de miseria, o Cristo presente en el sufrimiento? ¿Somos indiferentes ante el decreto fatal del Dueño absoluto? Por el contrario, ¿somos obreros colaboradores con Dios por nuestra vocación personal? Evidentemente estas exigencias morales tienen valores diferentes. Para tu madre enferma ¿aceptarías cualquier médico? Para tu futuro ¿elegirías cualquier profesión? Para tu matrimonio ¿a cualquiera como «cara mitad»? Lo que aquí se juega es tu futuro espiritual. No puedes ser auténticamente sincero más que uniéndote al plan de Dios sobre ti, en la autenticidad de tu existencia. Esta misma sinceridad te empuja. Te pide un esfuerzo de búsqueda de la verdadera religión que dará su verdadero sentido a tu existencia.

4. Criterios del valor de una religión

¿Cuáles pueden ser los criterios de nuestra valoración? ¿Es el número de sus seguidores, la velocidad o el medio de su propagación? ¿La personalidad del fundador, la sublimidad de su doctrina? ¿La solidez de las pruebas que proporciona de su autenticidad como embajador de Dios? ¿Lo razonable de la doctrina o la presencia del misterio? ¿La universalidad en el tiempo, puesto que cada religión da un sentido diferente a la historia humana? ¿La universalidad en el espacio? ¿Toda religión vale para cualquier raza y clase social? Al acercarnos cada vez más al centro del problema, nos preguntamos: En realidad, ¿qué es una religión?

La palabra religión procede del verbo latino «religare», que significa: unir de nuevo. La mejor religión será la que une los dos términos: el hombre y Dios; ayuda a comprender quién es Dios y de qué forma el hombre puede llegar a Él.

a) Por una parte se apodera del hombre en toda su realidad, tanto del hombre de la calle como del sabio, con sus aspiraciones de grandeza moral, sus inquietudes metafísicas sobre los grandes problemas: Dios, el sufrimiento, la muerte, el más allá; sus deseos de verdad: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos?

b) Por otra parte da a Dios, o más exactamente, Dios se da en ella con su Fuerza y su verdad. El se revela, nos atrae a Sí; Él realiza lo que el hombre, dejado a sus propias fuerzas, no seria capaz de realizar: la unión con Dios. Así pues, toda religión que no eleve al hombre, falta a su fin. Es el caso de las religiones «estáticas», como dice Bergson. Por el contrario, una religión es auténtica si es a la vez escuela de grandeza moral para el hombre, y si Dios —por medio de ella— se revela. Entonces es «dinámica» y es sobrenatural.

5. Intento de clasificación

En virtud de estos principios podemos distinguir tres categorías de religiones:

A: Religiones estáticas.

A pesar de su interés documental, social, artístico, cultural, no tienen apenas vigor en su elevación moral, ni capacidad de dar a conocer a Dios. Todo lo más, pueden servir de piedras indicadoras en el camino; viven poco: llevan consigo los gérmenes de su propia descomposición. Condenadas a desaparecer, la mayor parte de estas religiones están ya fosilizadas en la historia. ¿Qué queda de esa cantidad de dioses de Egipto, de las divinidades astrales de Caldea, de los dioses del Olimpo, o de la Acrópolis alrededor de Zeus?

B: Religiones dinámicas no reveladas

Budismo, Hinduismo, que exigen de sus adeptos verdaderos esfuerzos de ascesis, dominio de sí, benevolencia filantrópica, se sitúan en un estadio superior, que el cristiano reconoce como valor moral. Pero la debilidad esencial de estas religiones es su insuficiencia doctrinal. Se trata de sabidurías humanas, de meditaciones religiosas. No es Dios quien habla a Buda bajo la higuera de la iluminación. Ninguna revelación auténtica. Jamás Dios les ha hablado. Entonces Dios queda impreciso, esfumado, y el esfuerzo espiritual sin lograr su verdadero término, cae sobre sí en el vacío del nirvana. Religiones que a pesar de su nobleza no han encontrado a Dios.

C: Religiones dinámicas reveladas

Islam, Judaísmo y Cristianismo, forman un grupo superior. En efecto, poseen a la vez: un dinamismo moral con sus exigencias de grandeza, y una doctrina revelada por el mismo Dios. Todo musulmán, todo judío, todo cristiano (sea católico, protestante u ortodoxo), cree que el mismo Dios ha hablado: esta convicción común a las tres grandes familias religiosas que agrupan la mitad de la humanidad es impresionante. Sobre todo porque las tres consideran como portadores de la palabra de Dios, a Abrahán, a los Patriarcas, a Moisés, a David y a los Profetas, y aceptan como verdadero mensaje de lo Alto, el Antiguo Testamento. ¿Por qué no poner en igualdad estas tres religiones? ¿Es realmente capital lo que las separa? Federadas, ¿no serían más poderosas frente al materialismo ateo? Si sientes este deseo, esta tentación federalista, das a entender que posees un magnifico temperamento liberal y preocupación de eficacia, pero quizás, y no te molestes, también un poco de pereza en la búsqueda, y sobre todo una desestima de los derechos de la verdad divina.

El Concilio Vaticano II precisa el papel de los cristianos en sus relaciones con los no cristianos:

1 - Recordar y anunciar sin cesar a Cristo, que es «el Camino, la Verdad y la Vida», en quien los hombres deben encontrar la plenitud de la vida religiosa.
2 - Dialogar y cooperar con prudencia y caridad, y dando testimonio personal de la fe y la vida cristiana, reconocer, preservar y hacer progresar los valores espirituales, morales y socioculturales que se encuentran entre los no cristianos. Sólo así podrás aportarles la Luz de Cristo.





BIBLIOGRAFIA:

Y. Congar: «Amplio mundo mi parroquia» (Verbo Divino).









Los Obispos participantes en el Concilio Ecuménico Vaticano II (1962-1965)
















Papa Juan XXIII, iniciador del Concilio








Papa Pablo VI, continuador y finalizador, quien puso en marcha las decisiones conciliares, a su llegada a Bogotá, Colombia (22 de agosto de 1968)















VIII. CRISTIANOS ORTODOXOS




«El Teatro de Moscú presentaba un nuevo sainete soviético: «Cristo en chaqueta», sazonado con las peores blasfemias contra la religión. Para este «Estreno», se había invitado a los jóvenes trabajadores y a las organizaciones oficiales de la juventud comunista. Fue un llenazo. No quedó una sola localidad vacía ni en el patio de butacas ni en los palcos. Pero inmediatamente después de la función, el sainete fue retirado definitivamente de la cartelera… ¿Qué había sucedido? Habían encomendado el papel de Cristo al mejor y más célebre actor del arte teatral soviético: Roswivzew. El altar era una vulgar mesa llena de botellas de cerveza, de vino y de aguardiente. Alrededor del altar se tambaleaban curas con perfiles barrigudos. Sus gestos de borrachos debían simular un gruñido de oraciones acompañadas de muecas mirando al cielo y de pretendidos gestos de devoción. No lejos de ellos y del altar, estaban sentadas religiosas, de buenas carnes, bebiendo vasos de vodka, jugando a las cartas y empleando las expresiones más groseras. En el segundo acto, Rostowzew entró en escena. Iba vestido con una túnica y una capa. Llevaba en la mano una edición íntegra del Nuevo Testamento del que debía recitar, burlándose, los dos primeros versículos del Sermón de la Montaña; después de lo cual arrojaría el libro al suelo y se quitaría la túnica gritando «Que me den una chaqueta y un sombrero de copa». Fue entonces cuando se produjo algo inesperado: Alejandro Rostowzew leyó con dignidad y seriedad los dos primeros versículos: «Bienaventurados los pobres de espíritu, que no se han prosternado jamás ante el dinero, la materia y la propiedad, porque de ellos es el Reino de los Cielos... Bienaventurados los mansos porque ellos solos poseerán verdaderamente la tierra». Debía pararse entonces, pero continuó: «Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados». Después enmudeció. Desconcierto del apuntador, sorpresa del público que comprendía claramente que en la actitud de Rostowzew había algo ajeno a su papel. Silencio sepulcral en el teatro. Después de un momento de recogimiento profundo y de suprema tensión, Rostowzew inclinó de nuevo la cabeza sobre el libro y leyó en alta voz las o tras cinco bienaventuranzas del Señor: La emoción le apretaba la garganta al llegar a la última bienaventuranza; no obstante continuó leyendo hasta el último de los 48 versículos del capítulo 5 de San Mateo. Se hubiera podido oír volar una mosca en la sala. Nadie protestaba. Todo el mundo escuchaba y cada uno se preguntaba cómo terminaría aquello. El epílogo de esta escena, de esta emocionante lectura espiritual en medio de una farsa que hubieran querido fuese antirreligiosa, no fue menos sorprendente que el comienzo. Después de haber leído el capítulo 5, Rostowzew hizo piadosamente la señal de la cruz según el rito ortodoxo y exclamó gimiendo: «Señor, acuérdate de mi cuando estuvieres en tu Reino». Después Rostowzew, vestido de Cristo, se retiró de la escena. Los reflectores iluminaban ahora un altar que no era ya simplemente decorativo. Los espectadores conservaban la impresión de haber asistido a la misa más extraordinaria que se hubiera jamás celebrado en el clima ateo de la Rusia Soviética». (Relato de un testigo ocular, publicado en «Neue Bildpost»).

1. En la antigua Europa Oriental





Catedral de San Basilio, Moscú










La existencia de cincuenta millones de cristianos practicantes en Rusia después de más de cuarenta años de «socialismo» expresa una paradoja de la que, seguramente, se puede esperar mucho en el porvenir... «Afortunadamente, los testimonios reiterados de la prensa sobre la influencia puramente espiritual que la Iglesia ejerce en amplios sectores de la población, pueden hacernos esperar que la Ortodoxia rusa superará las dificultades en que hoy se encuentra.» (Meyendorff). La vida del cristiano (ortodoxo o católico) en estos territorios nos interesa vivamente. Para estar al corriente de su situación, sigamos las informaciones religiosas (por ejemplo, por medio de las Informaciones Católicas Internacionales). Pero intentemos comprender, someramente al menos, el problema de la Ortodoxia en su conjunto.

2. Aspectos de la ortodoxia

Ortodoxo significa: aquel que rinde a Dios la «justa glorificación». Se confunde con frecuencia Ortodoxo y Cristiano oriental: es olvidar a la vez a los católicos de rito oriental y a los millones de ortodoxos americanos... Hoy día hay en el mundo cerca de 225 millones de ortodoxos (dependientes del patriarcado de Constantinopla) y de cristianos orientales (coptos, sirios, armenios). Estos últimos son «monofisitas»: creen que en Cristo hay una sola naturaleza divina.

Como se ha dicho, no todos los cristianos orientales son ortodoxos. Si bien aquí nos referimos especialmente a éstos, no se pueden olvidar otras comunidades sumamente antiguas que también siguen a Jesucristo, si bien no como verdadero Dios o como verdadero Hombre. Mencionémoslas solamente: Nestorianos, Armenios y Abisinios, denominados "griegos" pero quienes, en realidad, nunca emplearon el griego ni en su liturgia ni en su literatura. Por cierto, ya para 636 los Nestorianos parecen haber llevado su versión del cristianismo hasta bien dentro de la China, de modo que existe una inscripción en siríaco del 781 que fue encontrada en la antigua Singan Fu, Provincia de Shenzhen (cerca de Cheu-che, a alguna distancia de Ch'ang-ngan).

Hacer una estadística del mundo ortodoxo es difícil: el núcleo principal se encuentra en Rusia; se calculan unos 50 millones de practicantes, otros tantos simpatizantes y quizás 120 millones de bautizados. En los otros Patriarcados de Oriente: alrededor de 50 millones. En la dispersión: 7 millones (6 en América y 150.000 en Francia). En territorios de misión: 100.000 (Uganda, Japón, etc...).

En el próximo Oriente y en el mundo griego es donde primeramente se implantó el cristianismo. Ortodoxos y católicos estamos ligados a la misma tradición primitiva, admitimos los mismos grandes concilios y la doctrina de los «Padres» de la Iglesia de Oriente: San Gregorio Nacianceno, San Juan Crisóstomo, etc... Algunas Iglesias orientales, católicas y ortodoxas, siguen el calendario juliano. Amamos con un mismo corazón a Cristo y a su Madre. ¡¿Cómo, pues, ha podido producirse esta triste y nefasta desgarradura de nuestra Iglesia?!

3. Breve relación histórica

330: El emperador transfiere a Bizancio la capital del Imperio romano. La «Nueva Roma» viene a ser la ciudad de Constantino: Constantinopla (hoy Estambul).

395: División del Imperio entre los dos hijos de Teodosio: Imperio de Oriente, Imperio de Occidente. Es ya, políticamente, el cisma.

476: Caída del Imperio de Occidente. Decadencia de Roma. Papas y obispos velan sobre la lenta expansión del Imperio Franco.

800: Coronación de Carlomagno. Los orientales consideran su Imperio como un rival del Imperio bizantino; "Aix-la-Chapelle no es más que una parodia" de Bizancio... «en país bárbaro». Las divergencias de mentalidad, de usos litúrgicos, de estructuras eclesiásticas, van abriendo el foso entre las dos fracciones del mundo cristiano.

858: Focio es designado por el Emperador Patriarca de Constantinopla. El Papa le niega la investidura y lo depone.

Siglos IX y X: Conversión de los Eslavos: búlgaros, serbios, rumanos y rusos. Numerosas rivalidades de influencia surgen entre Roma y Bizancio.

1054: La crisis estalla: El Patriarca Miguel Cerulario, inteligente y ambicioso, reprocha a los latinos sus «desviaciones» litúrgicas: pan ácimo, supresión del aleluya en cuaresma, afeitarse la barba, etc... Roma envía un legado, el Cardenal Humberto, altivo y violento, que excomulga a Miguel Cerulario.

1204: La 4ª Cruzada ahonda el abismo. Desviada de su verdadero fin por codicia, se apodera de Constantinopla, funda el Imperio latino de Oriente, e instituye una jerarquía latina.

1437: El Concilio de Florencia proclama la reunión del Oriente y del Occidente. De hecho, las dos cristiandades permanecerán separadas a causa de la caída de Bizancio.

1453: Toma de Constantinopla por los turcos.

Siglo XX: La emigración rusa provocada por la Revolución soviética, facilita el encuentro de la Ortodoxia y del Occidente cristiano.

Siglo XXI: Prosiguen los encuentros entre teólogos y autoridades de las Iglesias Católica y Ortodoxa en sus 15 diversos Patriarcados.

4. Fe ortodoxa y fe católica

a: La psicología religiosa.

El cristiano de Occidente hereda de Roma el sentido del derecho, de la organización, de la disciplina. Se inclina más bien por la claridad intelectual, la investigación teológica, tiene el sentido de la responsabilidad apostólica. El cristiano de Oriente considera la oración como el principal medio de comunicación entre los seres: el monaquismo está muy extendido. Insiste más en el sentido del Misterio, la habitación del Espíritu Santo en nosotros, la inteligencia del «corazón»: para el ortodoxo ninguna fórmula es capaz de agotar la plenitud del misterio, del cual la Iglesia debe vivir ante todo. De ahí la riqueza de la liturgia bizantina. La Asunción de la Santísima Virgen, por ejemplo, es una verdad que el ortodoxo cree y celebra como nosotros, pero le repugna encerrarla en una definición dogmática. No obstante, los primeros Concilios que se desarrollaron precisamente en Oriente, provocaron discusiones apasionadas. Sus conclusiones denotan una notable precisión teológica. Seria un error hablar de anti-intelectualismo ortodoxo.

b: La naturaleza de la Iglesia.

Lo que sorprende al ortodoxo en el catolicismo es el aspecto «institucional» de la Iglesia, la centralización romana, la primacía del sucesor de Pedro, de derecho divino, la infalibilidad personal del Papa y su jurisdicción universal. Para el ortodoxo, la Iglesia es, ante todo, una comunidad mística, de estructura jerárquica y colegial, pero se fija más en los doce apóstoles que en Pedro. No discute en modo alguno la primacía de Pedro, claramente indicada en el Evangelio y con constancia en los primeros Concilios. El Obispo de Roma tiene sólo una primacía de honor, debida a la importancia de Roma en los tiempos apostólicos. En la Ortodoxia, la Iglesia local es «autocéfala» y goza de gran autonomía bajo la jurisdicción de su patriarca, sucesor de los Apóstoles. Lo que constituye el lazo de unión entre las iglesias es la comunión en la fe y la Eucaristía, y en la colegialidad episcopal, que sucede al colegio de los 12 apóstoles. El patriarca de Constantinopla tiene sobre todo una primacía de honor.

c: El «Filioque».

Los católicos, y con ellos los protestantes y los anglicanos, proclaman así el Credo de Nicea:

«... Creo en el Espíritu Santo, Señor y vivificador, que procede del Padre y del Hijo».

Esta última precisión - en latín: Filioque-, ha suscitado muchas disputas. En efecto, no figuraba en el texto inicial del Concilio de Nicea. Es cierto que esta modificación unilateral del texto de un Concilio, hacia oficial una simple opinión teológica que debería haberse tomado de común acuerdo. Sin embargo la Iglesia romana no ha obligado nunca a los ortodoxos unidos a cambiar la fórmula de su credo. En la misa papal, el credo se dice en griego sin el Filioque.

5.Un panorama de la Ortodoxia

Se puede hablar de dieciséis Iglesias pertenecientes a la Ortodoxia. En primer lugar, las cuatro más antiguas conforme a los Concilios de Nicea del 325 y de Constantinopla del 381 y del 451, a las que se les da el título de Patriarcado. Ellas son, en su orden: 1°) Constantinopla; 2°) Alejandría; 3°) Antioquía; y 4°) Jerusalén. Desde el Concilio de Éfeso se independizó el Patriarcado de 5°) Chipre. Del Rito Bizantino del Patriarcado de Constantinopla se crearon sucesivamente nuevas Iglesias nacionales: 6°) Rusia; 7°) Grecia; 8°) Servia; 9°) Montenegro; 10°) Rumania; 11°) Bulgaria. Del Patriarcado de Jerusalén se creó la Iglesia 12°) del Monte Sinaí. En el antiguo Imperio Austro-Húngaro surgieron otras cuatro Iglesias, a saber:  13°) Carlovitz,  14°) Hermannstadt, 15°) Czernovitz y 16°) Bosnia-Herzegovina. 

La Iglesia Copta, de Rito y Patriarcado Alejandrino, en Egipto, por ejemplo, ha sufrido diversas discriminaciones. Ello ha conducido a que sus comunidades por fuera de ese País se extiendan y establezcan en muchas partes del mundo. Para 1971 eran todavía pocas las parroquias coptas en el continente norteamericano, pero para hoy existen no menos de docientas en los Estados Unidos y veintitrés en Canadá, así como un número menor en México, Sur América y Australia.

Es oportuno anotar que no se deben identificar con las Iglesias pertenecientes a la Ortodoxia las Iglesias Católicas Orientales Rituales que se encuentran en comunión con la Sede Apostólica, así convivan en los mismos territorios de aquellas y muchas de sus características sean compartidas. Su listado puede verse en:
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/orientchurch/index_sp.htm


6. Hacia la unidad

La era de las incomprensiones parece estar superada. Ya desde el principio del Concilio Vaticano II, se perfilaba el acercamiento. Pablo VI y todos los Obispos de la catolicidad reanudaban el esfuerzo y los votos de Juan XXIII. Después de haber afirmado «de fe divina» la colegialidad episcopal, tan cara a los ortodoxos, en el «Decreto sobre el ecumenismo» el Concilio se alegra al reconocer la apostolicidad de las iglesias patriarcales de Oriente, su amor a la liturgia (sobre todo a la Eucaristía), el culto de la Virgen María (proclamada Madre de Dios en Éfeso), el valor de sus sacramentos y de su vida monástica, la riqueza de una tradición apostólica, en la cual se ha inspirado mucho la Iglesia de Occidente.







El Patriarca Atenágoras I con el Papa Pablo VI
























El Patriarca Bartolomé I con el Papa Benedicto XVI






El Papa Tawadros II, Patriarca Copto Ortodoxo, con el S. P. Francisco
en su visita a El Cairo, Egipto, 28 abril de 2017.



El Papa Francisco se reúne con el Patriarca Griego Ortodoxo de Jerusalén,
 S. B. Teófilo III, El Vaticano, 23 de octubre de 2017. 














Por su parte, el Patriarca de Constantinopla, Atenágoras, afirmaba: «Salimos del aislamiento y hemos abierto y franqueado las puertas que nos aprisionaban; católicos y griegos ortodoxos tienen mucho en común: tradiciones, dogmas, sacramentos, las catacumbas y la sangre común de los mártires. Esa sangre clama: « ¿Por qué os habéis separado? Nosotros nos hemos sacrificado por la misma causa»... Estamos dispuestos a reconocer al Papa el primero entre los iguales, como ya lo fue en la historia del Occidente y del Oriente durante un milenio.» (10 de diciembre de 1963). Después tuvo lugar el emocionante encuentro, en enero de 1964, en Jerusalén, del Papa Pablo VI y del patriarca Atenágoras, y en diciembre de 1965, en Roma y en Constantinopla, en un ambiente de arrepentimiento y de oración, la anulación recíproca de las tristes excomuniones de 1054. ¡Qué inmensa convergencia de esperanzas, de esfuerzos y de oraciones! Iguales testimonios podemos recoger durante los pontificados de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI.

En este acercamiento tan deseado, ¿cuál será el papel de los Uniatos? Se llaman así a los católicos de rito oriental, unidos a Roma: ucranianos (especialmente perseguidos detrás del antiguo "telón de acero"), rumanos, siro-malabares (India), maronitas, etc... Uno de sus jefes, el patriarca Máximos IV, de la Iglesia griega melquita, lo precisaba así: «Nuestra misión es doble: dentro del catolicismo, luchar para que latinismo y catolicismo cesen de ser sinónimos... y al mismo tiempo convencer a los ortodoxos, con nuestro ejemplo, que es posible unirse a la gran Iglesia de Occidente, sin renunciar por eso a la Ortodoxia...»

Date cuenta: Se ha producido entre catolicismo y ortodoxia una especie de desvío, un alejamiento psicológico progresivo con la triste consecuencia de impedirnos poner en común valores cristianos, diferentes en su expresión, pero, en el fondo, complementarios. La unión hubiera proporcionado al Occidente cristiano mayor facilidad para aceptar, en Cristo, las tradiciones de Asia, de África y de América del Sur. En cuanto al Oriente, hubiera estado mejor armado para afrontar el desafío del mundo moderno y luego del comunismo. El alma ortodoxa venera con fervor el Misterio Pascual: Muerte y Resurrección.

Encontrar la unidad seria una especie de resurrección. Pero ¿de qué sufrimientos debe ir precedida? Sí, la resurrección nos la prepara el sacrificio oscuro de tantos miles de mártires ortodoxos y uniatos de tantos deportados en Siberia. Y tú, católico, tan ardiente en tu deseo de transformar el mundo, ¿sabes aprender de tu hermano ortodoxo la eficacia de los medios invisibles: la contemplación silenciosa de Jesús, la fe en el Espíritu Santo que mora en ti, el amor a la Madre de Dios, la acogida apacible del sufrimiento? ¿Qué haces para obtener la inmensa gracia de la unidad de los cristianos?

BIBLIOGRAFIA:

R. P. LE GUILLOU: El espíritu de la ortodoxia griega y rusa (Casal i Vall)
S. AUBERT: La Santa Sede y la Unión de las Iglesias (Estela)
T. MEYENDORFF: L’Eglise orthodoxe, hier et aujourd’hui (Seuil).

En la red encontramos:
http://ec.aciprensa.com/wiki/Especial:Todas 



Para conocer de las aproximaciones logradas a partir de la actividad ecuménica con los Ortodoxos, pueden verse:


  • Toda la Ortodoxia

☝COMMISSION MIXTE INTERNATIONALE POUR LE DIALOGUE THÉOLOGIQUE ENTRE L'ÉGLISE CATHOLIQUE ROMAINE ET L'ÉGLISE ORTHODOXE: CONSÉQUENCES ECCLÉSIOLOGIQUES ET CANONIQUES DE LA NATURE SACRAMENTELLE DE L'ÉGLISE: COMUNION ECCLÉSIALE, CONCILIARITÉ ET AUTORITÉ, Ravenne, 13 octobre 2007, en:
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/ch_orthodox_docs/rc_pc_chrstuni_doc_20071013_documento-ravenna_fr.html

CONSEJO PONTIFICIO PARA LA PROMOCIÓN DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS: INFORME (2007) DE MONS. ELEUTERIO F. FORTINO: El diálogo teológico entre católicos y ortodoxos, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/ch_orthodox_docs/rc_pc_chrstuni_doc_20070122_fortino-dialogo_sp.html

CONSEIL PONTIFICAL POUR LA PROMOTION DE L'UNITÉ DES CHRÉTIENS: RÉFLEXION (2005) DE MGR ELEUTERIO F. FORTINO: Relations entre Rome et Constantinople, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20050119_fortino-costantinopoli_fr.html


CONSEIL PONTIFICAL POUR LA PROMOTION DE L'UNITÉ DES CHRÉTIENS: RÉFLEXION (2005) DE MGR JOHAN BONNY: Les anciennes Églises d'Orient, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20050121_eastern-churches_fr.html

PONTIFICIO CONSIGLIO PER LA PROMOZIONE DELL'UNITÀ DEI CRISTIANI: RAPPORTO (2005) DI P. JOZEF M. MAJ: Le relazioni con il Patriarcato di Mosca, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20050125_patriarchate-moscow_it.html


  • Con las Iglesias Caldea y Asiria de Oriente



☝PONTIFÍCIO CONSELHO PARA A PROMOÇÃO DA UNIDADE DOS CRISTÃOS: DIRECTRIZES PARA A ADMISSÃO À EUCARISTIA ENTRE A IGREJA CALDEIA E A IGREJA ASSÍRIA DO ORIENTE, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20011025_chiesa-caldea-assira_po.html

☝DÉCLARATION CHRISTOLOGIQUE COMMUNE ENTRE L'ÉGLISE CATHOLIQUE ET L'ÉGLISE ASSYRIENNE DE L'ORIENT, 11 de noviembre de 1994, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_11111994_assyrian-church_fr.html


Declaración común sobre la teología sacramental. Un punto destacó el S. P. Francisco con ocasión de la firma de esta Declaración, en sus propias palabras: "En ella se refiere a la señal de la cruz como a un 'símbolo explícito entre todas las celebraciones sacramentales'" ("In essa ci si riferisce al segno della croce come ad «un simbolo esplicito di unità tra tutte le celebrazioni sacramentali»). El discurso del Santo Padre (24 de noviembre de 2017) se puede ver en: 
http://w2.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2017/november/documents/papa-francesco_20171124_dialogo-teologico.html


  • Con la Iglesia Ortodoxa Copta



Visita del Santo Padre Francisco al Patriarcado Ortodoxo Copto de El Cairo, 28 de abril de 2017, y encuentro con Su Santidad el Papa Tawadros II. Discurso de S. S. Francisco en esta ocasión, en:
http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/04/28/vis0.html

☝Declaración común firmada entre SU SANTIDAD FRANCISCO Y SU SANTIDAD TAWADROS II, el 28 de abril de 2017, en: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/04/28/egipt.html





  • Con la Iglesia Ortodoxa Rusa



ENCUENTRO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
CON SU SANTIDAD KIRIL, PATRIARCA DE MOSCÚ Y TODA RUSIA
FIRMA DE LA DECLARACIÓN CONJUNTA

Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana - Cuba
Viernes 12 de febrero de 2016




© Yenny Muñoa
http://opusdei.org/es/article/francisco-y-kiril/

Declaración conjuntadel Papa Franciscoy del Patriarca Kiril de Moscú y de Todas las Rusias



(Véase el documento en: https://w2.vatican.va/content/francesco/es/speeches/2016/february/documents/papa-francesco_20160212_dichiarazione-comune-kirill.html)







«Que la gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo estén con todos vosotros» (2 Co 13,13).

1. Por la voluntad de Dios Padre, de quien procede todo don, en el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, con la ayuda del Espíritu Santo Consolador, nosotros, Francisco, Papa, y Kiril, Patriarca de Moscú y Todas las Rusias, nos hemos reunido hoy en La Habana. Damos gracias a Dios, glorificado en la Trinidad, por este encuentro, el primero en la historia.
Con alegría, nos hemos reunido como hermanos en la fe cristiana, que se encuentran para «hablar de viva voz» (2 Jn, 12), de corazón a corazón, y discutir acerca de las relaciones mutuas entre las Iglesias, de los problemas esenciales de nuestros fieles y de las perspectivas de desarrollo de la civilización humana.

2. Nuestro encuentro fraterno ha tenido lugar en Cuba, en la encrucijada entre el Norte y el Sur, el Este y el Oeste. Desde esta isla, símbolo de las esperanzas del «Nuevo Mundo» y de los dramáticos acontecimientos de la historia del siglo XX, dirigimos nuestra palabra a todas las naciones de América Latina y de los otros continentes.
Nos alegra el hecho de que la fe cristiana esté creciendo aquí de manera dinámica. El gran potencial religioso de América Latina, sus tradiciones cristianas multiseculares, forjadas en la experiencia personal de millones de personas, son la base de un gran futuro para esta región.

3. Al reunirnos a distancia de las antiguas disputas del «Viejo Mundo», sentimos con especial fuerza la necesidad de una colaboración entre católicos y ortodoxos, llamados, con dulzura y respeto, a dar al mundo razón de nuestra esperanza (cf. 1 P 3, 15).

4. Damos gracias a Dios por los dones que hemos recibido con la venida al mundo de su Hijo Unigénito. Compartimos la común Tradición espiritual del primer milenio del cristianismo. Los testigos de esta Tradición son la Santísima Madre de Dios, la Virgen María, y los santos a quienes veneramos. Entre ellos hay innumerables mártires que testimoniaron su fidelidad a Cristo y se convirtieron en «semilla de cristianos».

5. A pesar de tener la Tradición común de los diez primeros siglos, los católicos y los ortodoxos, desde hace casi mil años, están privados de la comunión en la Eucaristía. Permanecemos divididos por unas heridas causadas por los conflictos del pasado lejano o reciente, por las diferencias heredadas de nuestros antepasados acerca de la comprensión y la explicación de nuestra fe en Dios, uno en tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Lamentamos la pérdida de la unidad, fruto de la debilidad humana y del pecado, que se produjo a pesar de la oración sacerdotal de Cristo Salvador: «Que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros» (J 17, 21).

6. Conscientes de que todavía subsisten muchos obstáculos, esperamos que nuestro encuentro contribuya al restablecimiento de esta unidad querida por Dios, por la que Cristo rezó. Que nuestro encuentro anime a los cristianos de todo el mundo a rezar al Señor con renovado fervor pidiendo la plena unidad de todos sus discípulos. Que este encuentro sea, en un mundo que espera de nosotros no sólo palabras sino acciones concretas, un signo de esperanza para todas las personas de buena voluntad.

7. Con nuestra determinación de hacer todo lo que sea necesario para superar las diferencias históricas que hemos heredado, queremos unir nuestros esfuerzos para dar testimonio del Evangelio de Cristo y del patrimonio común de la Iglesia del primer milenio, respondiendo juntos a los desafíos del mundo contemporáneo. Los ortodoxos y los católicos deben aprender a dar un testimonio concorde de la verdad en aquellos ámbitos en los que sea posible y necesario. La civilización humana ha entrado en un cambio de época. Nuestra conciencia cristiana y nuestra responsabilidad pastoral nos obligan a no quedarnos indiferentes ante los desafíos que requieren una respuesta común.

8. Nuestra atención se dirige en primer lugar hacia aquellas regiones del mundo en las que los cristianos son perseguidos. En muchos países de Oriente Medio y África del Norte, nuestros hermanos y hermanas en Cristo son exterminados, por sus familias, pueblos y ciudades enteras. Sus templos son demolidos y saqueados de manera bárbara, sus objetos sagrados profanados, sus monumentos destruidos. Observamos con dolor el éxodo masivo de cristianos en Siria, Irak y otros países de Oriente Medio, la tierra donde nuestra fe comenzó a difundirse, y en la que ellos han vivido desde el tiempo de los apóstoles junto con otras comunidades religiosas.

9. Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que actúe urgentemente y se evite la expulsión de más cristianos en Oriente Medio. Levantamos la voz en defensa de los cristianos perseguidos, y expresamos nuestra compasión por los sufrimientos padecidos por los fieles de otras tradiciones religiosas, también ellos víctimas de la guerra civil, el caos y la violencia terrorista.

10. En Siria e Irak la violencia se ha cobrado ya miles de vidas, dejando sin hogar y sin recursos a millones de personas. Exhortamos a la comunidad internacional a que se una para poner fin a la violencia y al terrorismo y, al mismo tiempo, para que a través del diálogo se contribuya a un rápido restablecimiento de la paz civil. Es importante que a las poblaciones martirizadas y a tantos refugiados en los países vecinos se les asegure una ayuda humanitaria a gran escala.
Pedimos a todos los que pueden influir en el destino de las personas secuestradas, entre las que se encuentran los Metropolitas de Alepo, Pablo y Juan Ibrahim, capturados en abril de 2013, a que hagan todo lo necesario para su pronta liberación.

11. Elevamos nuestras oraciones a Cristo, el Salvador del mundo, por el restablecimiento de la paz en Oriente Medio, que es «fruto de la justicia» (cf. Is 32, 17), para que se fortalezca la convivencia fraterna entre los diversos pueblos, las Iglesias y las religiones allí presentes, por el regreso de los refugiados a sus casas, por la curación de los heridos y el descanso eterno del alma de las víctimas inocentes.
Dirigimos un ferviente llamamiento a todas las partes involucradas en los conflictos para que manifiesten buena voluntad y se sienten a la mesa de negociación. Al mismo tiempo, es necesario que la comunidad internacional haga todos los esfuerzos posibles para que, con acciones comunes, conjuntas y coordinadas, se acabe con el terrorismo. Hacemos un llamamiento a todos los países involucrados en la lucha contra el terrorismo, para que actúen con responsabilidad y prudencia. Exhortamos a todos los cristianos y a todos los creyentes en Dios a que recen con fervor al providente Creador del mundo, para que proteja a su creación de la destrucción y no permita una nueva guerra mundial. Para que la paz sea duradera y segura, se requieren esfuerzos específicos orientados a redescubrir los valores comunes que nos unen, y que se fundan en el Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo.

12. Nos inclinamos ante el martirio de aquellos que con la propia vida han dado testimonio de la verdad del Evangelio, prefiriendo morir antes que apostatar de Cristo. Creemos que estos mártires actuales, miembros de diferentes Iglesias pero unidos por un mismo sufrimiento, son un aval para la unidad de los cristianos. A vosotros, que sufrís por Cristo, el Apóstol dirige su palabra: «Queridos, … estad alegres en la medida que compartís los sufrimientos de Cristo, de modo que, cuando se revele su gloria, gocéis de alegría desbordante» (1 P 4, 12-13).

13. En esta época preocupante es indispensable el diálogo interreligioso. Las diferencias en la comprensión de las verdades religiosas no deben impedir que las personas de distintos credos vivan en paz y armonía. En las circunstancias actuales, los líderes religiosos tienen la responsabilidad especial de educar a sus fieles en el respeto a las creencias de los que pertenecen a otras tradiciones religiosas. Los intentos de justificar actos criminales con consignas religiosas son absolutamente inaceptables. Ningún crimen puede ser cometido en el nombre de Dios, «porque Dios no es Dios de confusión sino de paz» (1 Co 14, 33).

14. Afirmamos el alto valor de la libertad religiosa y damos gracias a Dios por la renovación sin precedentes de la fe cristiana que ahora está sucediendo en Rusia y en muchos países de Europa del Este, que durante décadas han sido dominados por regímenes ateos. Hoy, las cadenas del ateísmo militante han sido rotas, y en muchos lugares los cristianos pueden profesar su fe libremente. En un cuarto de siglo, se han erigido decenas de miles de nuevos templos, se han abierto cientos de monasterios y escuelas teológicas. Las comunidades cristianas realizan amplias actividades caritativas y sociales, prestando diversos tipos asistencia a los necesitados. Los ortodoxos y los católicos trabajan a menudo hombro con hombro. Así dan testimonio de los valores del Evangelio y ponen de manifiesto la existencia de una base espiritual común de la convivencia humana.

15. Al mismo tiempo, nos preocupa lo que sucede en tantos países, en que los cristianos se encuentran cada vez más ante una restricción de la libertad religiosa, del derecho a dar testimonio de sus creencias y de vivir de acuerdo con ellas. En particular, constatamos que la transformación de algunos países en sociedades secularizadas, ajenas a cualquier referencia a Dios y a su verdad, constituye una grave amenaza para la libertad religiosa. Estamos preocupados por la limitación actual de los derechos de los cristianos, incluso de su discriminación, cuando algunas fuerzas políticas, guiadas por la ideología de un secularismo en muchos casos excesivamente agresivo, intentan expulsarlos al margen de la vida pública.

16. El proceso de integración europea, que comenzó después de siglos de conflictos sangrientos, fue acogido por muchos con esperanza, como una garantía de paz y seguridad. Sin embargo, invitamos a permanecer vigilantes ante una integración que no sea respetuosa de las identidades religiosas. Aun cuando permanecemos abiertos a la contribución de otras religiones a nuestra civilización, estamos convencidos de que Europa debe permanecer fiel a sus raíces cristianas. Pedimos a los cristianos de Europa Occidental y Europa Oriental que se unan para dar juntos testimonio de Cristo y del Evangelio, de manera que Europa mantenga su alma forjada por dos mil años de tradición cristiana.

17. Nuestra mirada se dirige a las personas que se encuentran en una situación de gran dificultad, que viven en condiciones de extrema necesidad y de pobreza, mientras que las riquezas materiales de la humanidad no dejan de aumentar. No podemos permanecer indiferentes frente al destino de millones de migrantes y refugiados que llaman a la puerta de los países ricos. El consumo desenfrenado, como se ve en algunos países más desarrollados, está agotando gradualmente los recursos de nuestro planeta. La creciente desigualdad en la distribución de los bienes materiales aumenta el sentimiento de injusticia respecto al sistema de relaciones internacionales que se ha establecido.

18. Las Iglesias cristianas están llamadas a defender las exigencias de la justicia, el respeto por las tradiciones de los pueblos y una solidaridad auténtica con todos los que sufren. Nosotros, los cristianos, no debemos olvidar que «lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar lo poderoso. Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta, para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor» (1 Co 1, 27-29).

19. La familia es el núcleo natural de la vida humana y de la sociedad. Estamos preocupados por la crisis de la familia en muchos países. Los ortodoxos y los católicos comparten la misma concepción sobre la familia, y están llamados a dar testimonio de ella como un camino de santidad, que manifiesta la fidelidad de los cónyuges en sus relaciones recíprocas, en su apertura a la procreación y a la educación de los hijos, en la solidaridad entre las generaciones y el respeto hacia los más débiles.

20. La familia se funda en el matrimonio, que es un acto de amor libre y fiel entre un hombre y una mujer. El amor sella su unión y les enseña a recibirse mutuamente como un don. El matrimonio es una escuela de amor y de fidelidad. Lamentamos que otras formas de convivencia hayan sido puestas al mismo nivel de esta unión, mientras que el concepto de paternidad y maternidad,como vocación particular del hombre y de la mujer en el matrimonio, santificado por la tradición bíblica, sea excluido de la conciencia pública.

21. Pedimos a todos que respeten el derecho inalienable a la vida. A millones de niños se les priva de la posibilidad misma de nacer en el mundo. El grito de la sangre de los niños no nacidos clama a Dios (cf. Gn 4,10).
La difusión de la así llamada eutanasia conduce a que los ancianos y enfermos empiecen a sentirse como una carga excesiva para su familia y la sociedad en general.
También estamos preocupados por el uso cada vez más extendido de las técnicas de reproducción asistida, porque la manipulación de la vida humana es un ataque contra los fundamentos de la existencia del hombre, creado a imagen de Dios. Consideramos que nuestro deber es el de recordar la inmutabilidad de los principios morales cristianos, basados en el respeto a la dignidad del hombre, llamado a la vida según el designio del Creador.

22. Queremos hoy dirigirnos de forma especial a los jóvenes cristianos. Vuestra misión no es esconder el talento bajo tierra (cf. Mt25, 25), sino usar todas las capacidades que Dios os ha dado para afirmar la verdad de Cristo en el mundo, para encarnar en vuestra vida los mandamientos evangélicos del amor a Dios y al prójimo. No tengáis miedo de ir contra corriente, defendiendo la verdad de Dios, a la cual las actuales normas seculares distan de conformarse siempre.

23. Dios os ama y espera que cada uno de vosotros sea su discípulo y apóstol. Sed la luz del mundo, para que los que están a vuestro alrededor, viendo vuestras buenas obras, alaben a vuestro Padre que está en el cielo (cf. Mt 5,14-16). Educad a vuestros hijos en la fe cristiana, transmitirles la perla preciosa de la fe (Mt 13,46) que habéis recibido de vuestros padres y antepasados. Recordad que «habéis sido comprados a buen precio» (1 Co 6, 20), al precio de la muerte en cruz del Hombre-Dios, Jesucristo.

24. Los ortodoxos y los católicos están unidos no sólo por la Tradición común de la Iglesia del primer milenio, sino también por la misión de predicar el Evangelio de Cristo en el mundo de hoy. Esta misión conlleva el respeto mutuo entre los miembros de las comunidades cristianas y excluye cualquier forma de proselitismo.
No somos competidores sino hermanos; y esto debe orientar todas nuestras acciones recíprocas y hacia el mundo externo. Instamos a los católicos y a los ortodoxos de todo el mundo a que aprendan a vivir juntos con paz y amor, y a que tengan «los unos para con los otros los mismos sentimientos» (Rm 15,5). Por tanto, no se puede aceptar el uso de medios desleales para inducir a los fieles a pasar de una Iglesia a otra, negando su libertad religiosa y sus propias tradiciones. Estamos llamados a poner en práctica el mandamiento del apóstol Pablo: «Considerando una cuestión de honor no anunciar el Evangelio más que allí donde no se haya pronunciado aún el nombre de Cristo, para no construir sobre cimiento ajeno» (Rm 15, 20).

25. Esperamos que nuestro encuentro contribuya también a la reconciliación allí donde hay tensiones entre los greco-católicos y los ortodoxos. Hoy en día está claro que el pasado método del «uniatismo», entendido como la unidad de una comunidad con otra separándola de su Iglesia, no es un modo que consiente restaurar la unidad. Sin embargo, las comunidades eclesiásticas surgidas en estas circunstancias históricas tienen derecho a existir y a hacer todo lo necesario para satisfacer las exigencias espirituales de sus fieles, buscando al mismo tiempo la convivencia pacífica con sus vecinos. Los ortodoxos y los greco-católicos necesitan reconciliarse y buscar formas de convivencia mutuamente aceptables.

26. Lamentamos el enfrentamiento en Ucrania que ha causado ya muchas víctimas, sufrimientos innumerables a sus pacíficos ciudadanos y que ha llevado a la sociedad a una profunda crisis económica y humanitaria. Invitamos a todas las partes en conflicto a tener prudencia, a la solidaridad social y a trabajar para construir la paz. Instamos a nuestras Iglesias en Ucrania a trabajar para lograr la armonía social, a abstenerse de participar en la confrontación y a no apoyar un ulterior aumento del conflicto.

27. Esperamos que la división entre los fieles ortodoxos en Ucrania se supere en el respeto de las normas canónicas existentes; que todos los cristianos ortodoxos de Ucrania vivan en paz y armonía, y que las comunidades católicas del país contribuyan a ello, con el fin de mostrar cada vez más nuestra fraternidad cristiana.

28. En el mundo de hoy, multiforme y al mismo tiempo unido por un destino común, los católicos y los ortodoxos están llamados a colaborar fraternalmente en el anuncio de la Buena Nueva de la salvación, a dar juntos testimonio de la dignidad moral y la auténtica libertad humana, «para que el mundo crea» (Jn 17,21). Este mundo, en el que desaparecen progresivamente los fundamentos espirituales de la existencia humana, espera de nosotros un fuerte testimonio cristiano en todos los ámbitos de la vida personal y social. El futuro de la humanidad depende en gran medida de nuestra capacidad de dar juntos testimonio del Espíritu de la verdad en estos tiempos difíciles.

29. Que Jesucristo, Dios y Hombre, Nuestro Señor y Salvador, nos ayude en este testimonio audaz de la verdad de Dios y de la Buena Noticia de salvación, que nos fortalece espiritualmente con su promesa infalible: «No temas, pequeño rebaño, porque vuestro Padre ha tenido a bien daros el reino» (Lc 12,32).
Cristo es fuente de alegría y de esperanza. La fe en él transfigura la vida humana, la llena de sentido. A este convencimiento han llegado, a través de su propia experiencia, todos aquellos a los que se pueden aplicar las palabras de san Pedro Apóstol: «Los que antes erais no-pueblo, ahora sois pueblo de Dios, los que antes erais no compadecidos, ahora sois objeto de compasión» (1 P 2,10).

30. Llenos de gratitud por el don de la mutua comprensiónmanifestada en nuestro encuentro, nos dirigimos con esperanza a la Santísima Madre de Dios, invocándola con las palabras de una antigua oración: «Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios». Que la Santísima Virgen María, con su intercesión, impulse a la fraternidad a todos los que la veneran, para que, en el momento establecido por Dios, se reúnan en paz y armonía en el único pueblo de Dios, para gloria de la Santísima e Indivisible Trinidad.

Francisco
Obispo de Roma,
Papa de la Iglesia Católica
Kiril
Patriarca de Moscú
y de Todas las Rusias



12 de febrero de 2016, La Habana (Cuba)




Discurso del Patriarca Kiril
Su Santidad, 
Nosotros durante dos horas hemos tenido una discusión abierta, con pleno entendimiento de la responsabilidad para nuestras Iglesias, para nuestro pueblo creyente, para futuro del cristianismo y para futuro de la civilización humana. Fue una conversación con mucho contenido, que nos dio la oportunidad de entender y sentir las posiciones de uno y otro. Y los resultados de la conversación me permiten asegurar que actualmente, las dos Iglesias pueden cooperar conjuntamente defendiendo a los cristianos en todo el mundo; y con plena responsabilidad, trabajar conjuntamente, para que no sea guerra, para que la vida humana se respete en todo el mundo, para que se fortalezcan las bases de la moral personal, familiar y social, y que a través de la participación de la Iglesia en la vida de la sociedad humana moderna se purifique en nombre de nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo.


Discurso del Papa Francisco


Sus Excelencias, 
Queridos hermanos y hermanas, 
Señoras y señores,

Eminencias, 
Reverencias,

Santidad,
Hablamos como hermanos, tenemos el mismo Bautismo, somos obispos. Hablamos de nuestras Iglesias, y coincidimos en que la unidad se hace caminando. Hablamos claramente, sin medias palabras, y yo les confieso que he sentido la consolación del Espíritu en este diálogo. Agradezco la humildad de Su Santidad, humildad fraterna, y sus buenos deseos de unidad.
Hemos salido con una serie de iniciativas que creo que son viables y se podrán realizar. Por eso quiero agradecer, una vez más, a Su Santidad su benévola acogida, como asimismo a los colaboradores -y nombro a dos-: Su Eminencia el Metropolita Hilarión y Su Eminencia el Cardenal Koch, con todos sus equipos que han trabajado para esto.
No quiero irme sin dar un sentido agradecimiento a Cuba, al gran pueblo cubano y a su Presidente aquí presente. Le agradezco su disponibilidad activa. Si sigue así, Cuba será la capital de la unidad. Y que todo esto sea para gloria de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, y para el bien del santo Pueblo fiel de Dios, bajo el manto de la Santa Madre de Dios.




 Más recientemente, podemos mencionar:



Saludo del Santo Padre Francisco a la Delegación del Patriarcado de Moscú (Audiencia del 30 de mayo de 2018)




Publicamos a continuación el saludo que el Santo Padre Francisco ha dirigido a la Delegación del Patriarcado de Moscú, recibida en audiencia en la Aulita del Aula Pablo VI, antes de la Audiencia General, el pasado miércoles 30 de mayo:

Saludo del Santo Padre:

Muchas gracias por vuestra visita, y también por este encuentro, que tanto nos ayuda a vivir nuestra fe en unidad y esperanza de caminar juntos. Estoy contento de hacer con vosotros el camino de la unidad: el único camino que nos promete cualquier cosa segura, porque el camino de la división nos lleva a las guerras y a la destrucción. Y delante de vosotros yo quisiera reafirmar – de manera especial delante de ti, querido hermano, y delante de todos vosotros – que la Iglesia católica nunca permitirá que por parte de los suyos nazca una actitud de división. Nosotros nunca nos permitiremos hacer esto, no lo quiero. En Moscú – en Rusia – existe un solo Patriarcado: el vuestro. Nosotros no tendremos otro. Y cuando cualquier fiel católico, sea laico, sacerdote u obispo, toma la bandera del uniatismo, que ya no funciona más, que está acabada, para mí es también un dolor. Se deben respetar las Iglesias que están unidas a Roma, pero el uniatismo como camino de unidad hoy no funciona. Por el contrario me da consuelo cuando encuentro esto: la mano tendida, el abrazo fraterno, pensar juntos, y caminar. El ecumenismo se hace caminando. Caminemos. Algunos piensan – pero esto no es justo – que antes debe existir el acuerdo doctrinal, sobre todos los puntos de división, y después viene el caminar. Esto no funciona para el ecumenismo, porque no se sabe cuándo llegará el acuerdo. Una vez he escuchado a un eclesiástico, un hombre de Dios, que ha dicho: “Yo sé cuándo será el acuerdo doctrinal”. Y le han preguntado: “¿Cuándo?”. (Y ha respondido): “El día después de la venida de Cristo glorioso”. Nosotros debemos continuar estudiando la teología, aclarando los puntos, pero en el entretiempo caminar juntos, no esperar a que se resuelvan estas cosas para caminar, no. Se camina, y al tiempo se hace esto, pero caminar en la caridad, en la oración; como este ejemplo de las reliquias. Oración juntos, los unos por los otros, en el diálogo. Esto hace tanto bien. El encuentro con Su Santidad Kirill me ha hecho tanto bien, he encontrado un hermano. Y ahora, espiritualmente, caminamos juntos.

Y para terminar, dos palabras. Una sobre el respeto de los católicos en relación con vosotros, hermanos ortodoxos rusos: la Iglesia católica, las Iglesias católicas no se deben inmiscuir en los asuntos internos de la Iglesia ortodoxa rusa, ni en los asuntos políticos. Esta es mi actitud y la actitud de la Santa Sede hoy. Y quienes se inmiscuyen no obedecen a la Santa Sede. Esto para la política. Segunda cosa: la piedad. Es importante la oración de los unos por los otros, incluso la oración personal. Nosotros conocemos nuevos hermanos y hermanas, y por tanto también la oración personal. Quisiera deciros una cosa: cuando nos hemos encontrado con el Patriarca, luego, él me ha enviado una reliquia de San Serafín. Tengo esa reliquia sobre mi mesa de noche, y por la noche, antes de ir a la cama, y a la mañana, cuando me levanto, la venero y oro por nuestra unidad.
Muchas gracias. Oremos los unos por los otros. Bendigámonos los unos a los otros. Y andemos juntos. Gracias.

 (Traducción privada mía. El texto original italiano se encuentra en: http://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2018/06/02/0406/00885.html )





Así, pues, la Iglesia Católica ha venido fortaleciendo e incrementando sus contactos con las Iglesias ortodoxas y orientales ortodoxas. Pero también, como veremos seguidamente, con las principales comunidades eclesiales nacidas de la Reforma, es decir, con los Luteranos, Reformados, Metodistas y Anglicanos, primeramente, pero también con las denominadas Iglesias libres, los Pentecostales, los Evangélicos, otras comunidades que se llaman a sí mismas carismáticas (no católicas), etc.






IX. CRISTIANOS PROTESTANTES



Te interesas quizás más por los hermanos protestantes que por los ortodoxos; admiras su fervor, su generosidad: a veces te sientes atraído por la sobriedad de su culto, que te parece más próximo a la simplicidad evangélica que el fasto católico. Pero ¿qué es en concreto el protestantismo? Conservas de tus clases de historia un recuerdo confuso de luchas, donde la Iglesia no intervino siempre de una forma brillante: cuestión de las indulgencias, las matanzas de la noche de San Bartolomé, luchas religiosas en Europa... Sobre su fe, tienes ideas vagas, más bien negativas: se confiesan directamente con Dios, no creen en la Santísima Virgen, no obedecen al Papa.

¿Conoces al menos su número y su reparto geográfico?

Luteranos: más de 100 millones, principalmente en Alemania, en los países escandinavos y en Estados Unidos. Calvinistas y Reformados: más de 90 millones en Estados Unidos, Gran Bretaña, Suiza, Francia. En Colombia el número de ellos ha crecido aunque es difícil de precisar, porque además parte de ellos no son muy convencidos.

Baptistas y Metodistas: 60 millones. No son protestantes, pero no hay que confundirlos con las «sectas», que tienen la misma agresividad contra el catolicismo que contra el protestantismo. Estudiemos lo que nos separa de nuestros hermanos en una forma rápida pero leal.


1. La Iglesia en vísperas de la Reforma

Desde hacia tres siglos la unidad y la autoridad de la Iglesia atravesaban un grave periodo de crisis: Valdenses y Albigenses: siglo XII; cisma de Occidente (1378-1417); herejía husita: siglo XV. En el siglo XVI, la imprenta, recientemente inventada, propaga el humanismo pagano. Es la época del Renacimiento, de los grandes descubrimientos, de las primeras conquistas coloniales. Época descentrada, de entusiasmo y de angustia, de profundas conmociones políticas y religiosas. La Iglesia de entonces no parece estar a la altura de su misión. Roma, demasiado preocupada por los asuntos temporales, pierde en esta época su autoridad moral y se hace responsable en parte de la ruptura. El papa Adriano VI, en 1522, lo confiesa dolorosamente: «Reconocemos libremente que Dios ha permitido esta persecución de la Iglesia a causa de los pecados de los hombres y particularmente de los sacerdotes y de los prelados... Sabemos que, aun en la Santa Sede, desde hace largos años, se han cometido muchas abominaciones: abuso de las cosas santas, trasgresión de los mandamientos, de tal manera que todo es un escándalo.»


2. El drama espiritual de Lutero




Martín Lutero











Martín Lutero Lutero (1483-1546) es un monje agustino de una inteligencia brillante, piadoso y ardiente. Es Provincial de su Orden. Pero está angustiado por el problema de su salvación. Sus esfuerzos no le aportan la paz. «Toda mi vida consistía en ayunos, vigilias, oraciones, sudores, etc... Pero bajo esta apariencia de santidad y esta confianza en mi propia justicia, yo alimentaba una perpetua desconfianza, dudas, temor, ganas de odiar y de blasfemar de Dios». «Erré durante largo tiempo. Sospechaba algo pero no sabía qué era hasta que encontré el sentido de la frase: «El justo vive de la fe». (Rom 1). En la torre del convento de Wittenberg tuvo lugar la célebre y tranquilizadora «iluminación de 1513». En adelante tiene la certeza de que: la «justificación» no se obtiene por las obras, sino sólo por la fe. Esto es una verdad no sólo para él sino para todo cristiano.

Pero en su convicción de haber descubierto el sentido verdadero de la Escritura, Lutero se expresa según su temperamento. Por otra parte, no encontró en ese momento la comprensión deseable. Su carácter apasionado le lleva a la violencia. Melanchton, su mejor amigo, con quien tanto había discutido sobre teología, dirá de él: «Lutero se abandonaba a su naturaleza en la que se veía una tendencia batalladora hasta el exceso, que con frecuencia llegaba incluso a descuidar su propia dignidad y la utilidad común».

Cuando Roma, falta de recursos, hizo predicar las indulgencias; cuando el dominico Tetzel sin omitir las condiciones que había que cumplir (contrición, confesión, etc.), se ocupa tan atentamente de la cuenta de los florines, Lutero se escandaliza de que pueda obtenerse la salvación a tan bajo precio. Fija pasquines con las 95 tesis contra las indulgencias (1517). A pesar de esto, sigue unido a la Iglesia. En 1516 escribía: «la Iglesia, lo mismo que toda palabra salida de la boca de uno de sus jefes, es la palabra misma de Cristo... El que se separa de esta unidad, de este orden, puede jactarse de tener grandes luces y de hacer obras admirables, pero esto no es nada...» Lo que quiere es una reforma en el interior de la Iglesia. Escribe al Papa respetuosamente. Por eso, ¡qué drama cuando se vio declarado hereje! Se vio obligado entonces a escoger entre lo que él creía ser fidelidad a la palabra de Dios y, por otra parte la obediencia a la Iglesia. Convocado a la Dieta de Worms (1521), Lutero se rebela: «No creo ni en la infalibilidad del Papa, ni en la de los concilios... Mi conciencia está ligada a la palabra de Dios. No puedo y no quiero revocar nada... Dios me ayude». Algunos príncipes alemanes protestaron contra las decisiones de la Dieta; de ahí el nombre de «protestantes».







Juan Calvino










Paralelamente, en Francia, después en Ginebra, Juan Calvino (1509-1564), notable filósofo, acentuará más aún la gratuidad de nuestra salvación y el «Señorío» de Dios. « ¡A Dios solo sea dada la Gloria!» ("Soli Deo Gloria"). Para los acontecimientos que siguen, consultad vuestro texto de Historia: sublevación de los campesinos, disidencias ilumi¬nistas, guerra de religión. Reforma católica. Hacia la misma época (1533), la Iglesia de Inglaterra se separa de Roma por razones políticas más bien que doctrinales.

3. Piedras de escándalo

A: La salvación sólo por la Fe

1) Punto de vista protestante. Para Lutero: el hombre es irremediablemente pecador, podrido por el pecado original, radicalmente impotente para salvarse por sus «obras», sus buenas acciones, sus méritos: «Pecamos siempre, aún cuando pensamos que hacemos el bien». Lo esencial es, pues, creer en Aquel que nos salva por pura bondad. De ahí su divisa: «Sólo por la fe, sólo por la gracia» (sola fide, sola gratia). El centralismo sobre Jesucristo es exclusivo: Elimina el culto de la Virgen y de los Santos. La fe en Cristo no es, sin embargo, fideísmo: el célebre «Pecca fortiter...» «peca fuertemente a condición de que creas más fuertemente aún», es sólo una salida espontánea en las discusiones con su amigo. No es honrado hacer de esta frase un slogan para permitir todo pecado. Para los protestantes, nuestras «obras» son indispensables signos de fe, preciosas pruebas de amor. Si Dios no nos salva gracias a ellas, no nos salva tampoco sin ellas. Empujado por su lógica implacable, Calvino llegará a escribir: «Nosotros llamamos predestinación el consejo eterno de Dios, por el cual ha determinado lo que debe hacer de cada hombre. Porque no los creó a todos en una condición paralela, sino que ordena para unos la vida eterna y para otros la eterna condenación.» Pero, en nuestros días, los protestantes no admiten ya esta fórmula calvinista; centran su fe en Jesucristo Salvador.

2) Punto de vista católico. Nosotros también nos reconocemos pecadores, sin ningún derecho a la gracia. Por nosotros mismos no podemos merecer nuestra salvación. No obstante, Dios, en su Amor, nos da la libertad. No quiere salvarnos sin nuestra cooperación, porque respeta el don que nos ha hecho. Pero <’. Los justos resucitarán a la venida de Cristo, los réprobos serán aniquilados. No hay infierno ni purgatorio. Dos Sacramentos: el bautismo por inmersión y la Cena. Se practica la reconciliación pública, el lavatorio de los pies, la observancia del Sá¬bado en lugar del Domingo. Agresividad contra la Iglesia Católica: es «la Bestia del Apocalipsis». La «reforma sanitaria" prohibe el té, café, vino, alcoholes, cerdo, conejo, etc.

B: Escritura y Tradición

Protestantes y católicos creemos que la verdad revelada es Jesucristo, Palabra de Dios, Verbo hecho carne. Los Apóstoles le oyeron hablar, anunciar el Evangelio y nos transmitieron su Mensaje que enseguida se concretó en el Nuevo Testamento, La Revelación se cerró con Jesucristo, como lo testimonian los Libros Santos. La diferencia entre protestantes y católicos está en la transmisión actual del Mensaje.

1) Punto de vista protestante. Leer la Escritura es encontrar a Cristo. Los fieles tienen necesidad de ser instruidos (misión de la cátedra en un templo protestante). Los «Padres de la Iglesia» les han aportado muchas luces y Calvino los cita a menudo. La Biblia se interpreta en comunidad y no individualmente. De ahí la importancia de las «Confesiones de fe»: La Rochelle para los calvinistas; Augsburgo para los luteranos.

Católicos y protestantes admitimos el mismo Símbolo del Concilio de Nicea. Pero los dogmas no son más que declaraciones teológicas, sin valor absoluto y definitivo. Por esto, la autoridad de los dogmas no puede sustituir la experiencia íntima del Evangelio ni el testimonio interior del Espíritu Santo. (Así es como muchos protestantes comprenden el «libre examen»).

2) Punto de vista católico. Jesucristo ha proclamado por si mismo el Evangelio y ha orde¬nado a sus Apóstoles predicarlo a todos. No ha escrito ni mandado escribir libros. Ha encar¬gado a los hombres que forman la Iglesia, transmitir su mensaje. Los Apóstoles transmitieron a sus sucesores, que son los obispos, su misión de enseñar. Así se continúa, a través de los siglos, ininterrumpidamente, la Tradición Apostólica.

La Iglesia primitiva consignó por escrito este mensaje en el Nuevo Testamento, pero el cargo de interpretar de manera auténtica la Palabra de Dios, escrita o transmitida, fue con¬fiado al solo Magisterio vivo de la Iglesia, cuya autoridad se ejerce en nombre de Jesucristo y con la asistencia del Espíritu Santo. Tradición oral y Magisterio han precedido, pues, a la Escritura, pero los tres están tan unidos y solidarizados entre sí, que ninguna de estas realidades subsiste sin las otras.

No confundamos la aplicación personal de tal pasaje de la Escritura a cada uno de nosotros bajo la inspiración del Espíritu Santo, y la doctrina oficial de fe, confiada al Magisterio.

C: Naturaleza de la Iglesia

Lutero, después de haber rechazado la autoridad y tradición católicas, cree primeramente en una Iglesia puramente espiritual. Pero enseguida presiente el peligro: «tantos credos como sectas y tantas sectas como cabezas». Por eso vuelve a la organización visible y confía la autoridad temporal y espiritual a los soberanos laicos. Los príncipes reemplazaron a los obispos. En nuestros días, las Iglesias luteranas buscan independizarse del Poder civil. «La Iglesia confesante» de Alemania se mostró admirable en su resistencia contra el nazismo. El gobierno de la Iglesia se confió a ministros, sacerdotes o laicos que obraron con la comunidad y en su nombre.

Para Calvino: «La Iglesia universal es toda la multitud que está de acuerdo con la verdad de Dios y con la doctrina de su Palabra, sin tener en cuenta la diversidad de nación, distancia, región, con tal de que esté unido por los lazos de la religión.» Calvino sustituye a la jerarquía católica por un ministerio colegial diversificado en cuatro funciones, según los carismas de cada uno: pastores y doctores (predicación y enseñanza), ancianos y diáconos (gobierno y asistencia), que reciben la imposición de manos.

Católicos, ortodoxos, anglicanos reconocen siete sacramentos. Los protestantes no admiten más que dos: Bautismo y Santa Cena, porque son los que constan más claramente en la Escritura, y que todo cristiano puede recibir.

Doctrina católica: La Iglesia es la prolongación visible de la Encarnación en el espacio y en el tiempo. «En el orden de las cosas escogido por Dios, Cristo ha confiado sus sacramentos a una sociedad visible y jerárquica, la Iglesia Católica. No ha querido que nos uniéramos a Él por medio de actos puramente interiores, sino por la recepción de los sacramentos, cuya dispensadora es la Iglesia... Sin la Iglesia visible y jerárquica (de la que todos los miembros no son necesariamente miembros vivos de Cristo) no existe Cristo místico vivo sobre la tierra. De la misma manera que por medio de un cuerpo humano, distinto de la divinidad, el Verbo se hizo presente sobre la tierra, en Galilea, en el primer siglo de nuestra era, ahora el Cristo místico, con todo lo que supone de presencia y realidad espiritual, vive en el mundo por medio de la Iglesia. He aquí por qué ella, a pesar de sus imperfecciones humanas, puede llamarse Cuerpo de Cristo» (De Montcheuil: La Iglesia y el mundo actual. Nova Terra).

4. ¿Rebelión o fidelidad?


La Reforma nos plantea también a nosotros un drama de conciencia. ¿Qué debo hacer en caso de conflicto entre mis opiniones personales y la obediencia que debo a la Iglesia? ¿Qué debo hacer silo que yo creo verdadero, conforme al Evangelio, útil, urgente, se opone a lo que la Iglesia pide e impone? ¿Rebelión o fidelidad? La historia de la Iglesia está jalonada de dramas como éstos. Para un católico no cabe reforma sino en el interior de la Iglesia y bajo la obediencia. Esto exige unidad y paciencia heroica.

Pero la fidelidad es fecunda; el drama de los contemporáneos de Lutero es el mismo que el del Padre Lagrange, cuya admirable sumisión originó una inmensa renovación bíblica en la Iglesia.

Es el drama del Padre Teilhard de Chardin: conoció también una desgarradura dolorosa entre su ciencia de especialista y su fe de cristiano; tropezó con la estrechez de espíritu de ciertos hombres de la Iglesia. Quizás lanzó hipótesis audaces en el terreno religioso, pero su fe en la Iglesia quedó intacta: «íntimamente convencido de que el pensamiento religioso no se desarrolla sino tradicional y colectivamente, por razones que constituyen la estructura misma de mis perspectivas..., no tengo otro deseo ni otra esperanza que estar en todo de acuerdo con la Iglesia».

Es el drama del Padre Congar, del Padre de Lubac, avanzados ideólogos que se hicieron sospechosos precisamente cuando trabajaban por el éxito del Concilio y el progreso de la Iglesia. Pero Lutero y Calvino vivieron en un contexto de Iglesia mucho más desastroso.

Tú también, a ciertas horas, puedes sentir turbaciones en tu fe. Elige entre la rebelión que desune y la fidelidad que construye sobre la roca firme.

5. El diálogo enriquecedor


Poniendo el acento sobre ciertos aspectos de nuestra base cristiana común, el estudio que hemos hecho a través de esta ficha sobre nuestros hermanos protestantes, nos invita a reflexionar, a tratar de «reformarnos» sin cesar.

El Protestantismo posee un sentido agudo de la Trascendencia de Dios, de su Gloria; un gran respeto a la Palabra y a la inspiración del Espíritu Santo, da mucha importancia a la responsabilidad de los laicos, a su «sacerdocio real». Pueden ayudarnos a centrarnos más en Cristo, a revisar nuestro juridismo y nuestro clericalismo.

Por nuestra parte, podemos ayudar a nuestros hermanos protestantes a liberarse de cierto subjetivismo, a encontrar la verdadera dimensión de la Encarnación y el sentido de la unidad y de la continuidad de la Iglesia.





Taizé
Iglesia de la Reconciliación, Monasterio de Taizé





 



¡Cuántos cambios de clima en la Iglesia desde aquella rebelión del siglo XVI! Ahora comenzamos a mirarnos con más comprensión, con más estima, hemos aprendido a orar juntos, a acercarnos espiritualmente. No es solamente la obra de algunos avanzados, como los del Monasterio de Taizé (Francia), donde monjes y laicos, protestantes y católicos, se ven unidos en las mismas ceremonias litúrgicas. El Espíritu Santo nos empuja a esta unión a través del Consejo ecuménico de las Iglesias y por medio del Secretariado para la Unidad de los Cristianos. 


Sumamente esperanzadora y significativa fue, en mi concepto, la celebración ecuménica realizada por el Papa Benedicto XVI con la Iglesia Evangélica en Alemania, el día 23 de septiembre de 2011, en la iglesia del antiguo Convento de los Agustinos en Erfurt. La homilía puede encontrarse en: http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2011/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20110923_augustinian-convent-erfurt_sp.html 

El discurso subsiguiente se puede encontrar en: http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2011/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20110923_evangelical-church-erfurt_sp.html

Y tú, ¿qué harás para acentuar este progreso?

Humildad: «La piedra con la cual nos golpeamos el pecho, no será utilizada por nuestros acusadores para arrojárnosla». (Papini)


Fervor y pureza de tu fe católica: estudio religioso, meditación de la Biblia, sacramentos.


Oración por el movimiento ecuménico: «Un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre» (Ef 4, 5).

BIBLIOGRAFIA:

H. KUNG: Para que el mundo crea (Herder)
S. PRETE: Calvinismo y Luteranismo (Litúrgica Esp.)
I. B. WEISS: Lutero
ELER GRAWARD: El Protestantismo (Casal i Vall).




Las relaciones ecuménicas entre las Comunidades de la Reforma y la Iglesia Católica, 

y los pasos dirigidos a una "unidad poliédrica" y hacia una acción conjunta en relación con grandes y graves problemas que aquejan a la humanidad hoy en día, pueden conocerse desde el punto de vista no sólo de sus diálogos teológicos, muestras de los cuales son:

PONTIFICIO CONSIGLIO PER LA PROMOZIONE DELL'UNITÀ DEI CRISTIANI: RAPPORTO DI MONS. JOHN A. RADANO: Relazioni con l'Alleanza Mondiale delle Chiese Riformate: nuovi passi verso la purificazione della memoria, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20050126_chiese-riformate_it.html

DECLARACIÓN CONJUNTA DE LA FEDERACIÓN LUTERANA MUNDIAL Y LA IGLESIA CATÓLICA SOBRE LA DOCTRINA DE LA JUSTIFICACIÓN, 31 de octubre de 1999, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_31101999_cath-luth-joint-declaration_sp.html


Trascendental ha sido, para estos efectos, el:



VIAJE APOSTÓLICO DEL SANTO PADRE FRANCISCO
A SUECIA

(31 DE OCTUBRE - 1 DE NOVIEMBRE 2016)

ORACIÓN ECUMÉNICA CONJUNTA EN LA CATEDRAL LUTERANA DE LUND

HOMILÍA DEL SANTO PADRE
Lund
Lunes 31 de octubre de 2016



«Permaneced en mí, y yo en vosotros» (Jn 15,4). Estas palabras, pronunciadas por Jesús en el contexto de la Última Cena, nos permiten asomarnos al corazón de Cristo poco antes de su entrega definitiva en la cruz. Podemos sentir sus latidos de amor por nosotros y su deseo de unidad para todos los que creen en él. Nos dice que él es la vid verdadera y nosotros los sarmientos; y que, como él está unido al Padre, así nosotros debemos estar unidos a él, si queremos dar fruto.

El Papa Francisco y el presidente de la Federación Luterana Mundial, el obispo Munib A. Younan, en la Catedral Luterana de Lund, Suecia, el 31 de octubre de 2016. 

En este encuentro de oración, aquí en Lund, queremos manifestar nuestro deseo común de permanecer unidos a él para tener vida. Le pedimos: «Señor, ayúdanos con tu gracia a estar más unidos a ti para dar juntos un testimonio más eficaz de fe, esperanza y caridad». Es también un momento para dar gracias a Dios por el esfuerzo de tantos hermanos nuestros, de diferentes comunidades eclesiales, que no se resignaron a la división, sino que mantuvieron viva la esperanza de la reconciliación entre todos los que creen en el único Señor.

Católicos y luteranos hemos empezado a caminar juntos por el camino de la reconciliación. Ahora, en el contexto de la conmemoración común de la Reforma de 1517, tenemos una nueva oportunidad para acoger un camino común, que ha ido conformándose durante los últimos 50 años en el diálogo ecuménico entre la Federación Luterana Mundial y la Iglesia Católica. No podemos resignarnos a la división y al distanciamiento que la separación ha producido entre nosotros. Tenemos la oportunidad de reparar un momento crucial de nuestra historia, superando controversias y malentendidos que a menudo han impedido que nos comprendiéramos unos a otros.

Jesús nos dice que el Padre es el dueño de la vid (cf. v. 1), que la cuida y la poda para que dé más fruto (cf. v. 2). El Padre se preocupa constantemente de nuestra relación con Jesús, para ver si estamos verdaderamente unidos a él (cf. v. 4). Nos mira, y su mirada de amor nos anima a purificar nuestro pasado y a trabajar en el presente para hacer realidad ese futuro de unidad que tanto anhela.

También nosotros debemos mirar con amor y honestidad a nuestro pasado y reconocer el error y pedir perdón: solamente Dios es el juez. Se tiene que reconocer con la misma honestidad y amor que nuestra división se alejaba de la intuición originaria del pueblo de Dios, que anhela naturalmente estar unido, y ha sido perpetuada históricamente por hombres de poder de este mundo más que por la voluntad del pueblo fiel, que siempre y en todo lugar necesita estar guiado con seguridad y ternura por su Buen Pastor. Sin embargo, había una voluntad sincera por ambas partes de profesar y defender la verdadera fe, pero también somos conscientes que nos hemos encerrado en nosotros mismos por temor o prejuicios a la fe que los demás profesan con un acento y un lenguaje diferente. El Papa Juan Pablo II decía: «No podemos dejarnos guiar por el deseo de erigirnos en jueces de la historia, sino únicamente por el de comprender mejor los acontecimientos y llegar a ser portadores de la verdad» (Mensaje al cardenal Johannes Willebrands, Presidente del Secretariado para la Unidad de los cristianos, 31 octubre 1983). Dios es el dueño de la viña, que con amor inmenso la cuida y protege; dejémonos conmover por la mirada de Dios; lo único que desea es que permanezcamos como sarmientos vivos unidos a su Hijo Jesús. Con esta nueva mirada al pasado no pretendemos realizar una inviable corrección de lo que pasó, sino «contar esa historia de manera diferente» (Comisión Luterano-Católico Romana sobre la Unidad, Del conflicto a la comunión, 17 junio 2013, 16).

Jesús nos recuerda: «Sin mí no podéis hacer nada» (Jn 15,5). Él es quien nos sostiene y nos anima a buscar los modos para que la unidad sea una realidad cada vez más evidente. Sin duda la separación ha sido una fuente inmensa de sufrimientos e incomprensiones; pero también nos ha llevado a caer sinceramente en la cuenta de que sin él no podemos hacer nada, dándonos la posibilidad de entender mejor algunos aspectos de nuestra fe. Con gratitud reconocemos que la Reforma ha contribuido a dar mayor centralidad a la Sagrada Escritura en la vida de la Iglesia. A través de la escucha común de la Palabra de Dios en las Escrituras, el diálogo entre la Iglesia Católica y la Federación Luterana Mundial, del que celebramos el 50 aniversario, ha dado pasos importantes. Pidamos al Señor que su Palabra nos mantenga unidos, porque ella es fuente de alimento y vida; sin su inspiración no podemos hacer nada.

La experiencia espiritual de Martín Lutero nos interpela y nos recuerda que no podemos hacer nada sin Dios. «¿Cómo puedo tener un Dios misericordioso?». Esta es la pregunta que perseguía constantemente a Lutero. En efecto, la cuestión de la justa relación con Dios es la cuestión decisiva de la vida. Como se sabe, Lutero encontró a ese Dios misericordioso en la Buena Nueva de Jesucristo encarnado, muerto y resucitado. Con el concepto de «sólo por la gracia divina», se nos recuerda que Dios tiene siempre la iniciativa y que precede cualquier respuesta humana, al mismo tiempo que busca suscitar esa respuesta. La doctrina de la justificación, por tanto, expresa la esencia de la existencia humana delante de Dios.

Jesús intercede por nosotros como mediador ante el Padre, y le pide por la unidad de sus discípulos «para que el mundo crea» (Jn 17,21). Esto es lo que nos conforta, y nos mueve a unirnos a Jesús para pedirlo con insistencia: «Danos el don de la unidad para que el mundo crea en el poder de tu misericordia». Este es el testimonio que el mundo está esperando de nosotros. Los cristianos seremos testimonio creíble de la misericordia en la medida en que el perdón, la renovación y reconciliación sean una experiencia cotidiana entre nosotros. Juntos podemos anunciar y manifestar de manera concreta y con alegría la misericordia de Dios, defendiendo y sirviendo la dignidad de cada persona. Sin este servicio al mundo y en el mundo, la fe cristiana es incompleta.

Luteranos y católicos rezamos juntos en esta Catedral y somos conscientes de que sin Dios no podemos hacer nada; pedimos su auxilio para que seamos miembros vivos unidos a él, siempre necesitados de su gracia para poder llevar juntos su Palabra al mundo, que está necesitado de su ternura y su misericordia.

El papa pide unidad a los luteranos y colaboración contra las injusticias


http://www.revistaecclesia.com/viaje-del-papa-francisco-a-suecia-declaracion-conjunta-catolico-luterana/



Otros pasos:

Con motivo de los 500 años de la Reforma, la Federación Luterana Mundial y el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos firmaron una Declaración conjunta el 31 de octubre de 2017, que comienza reconociendo los errores y las incomprensiones mutuas que se produjeron por parte de las dos comunidades respecto de la otra a lo largo de este período y, sobre todo, por no haber reconocido los elementos positivos que en ambas se estaban produciendo en orden a la edificación del Cuerpo del Señor. "El pasado no se puede cambiar", se afirma, pero se desea que "el camino común, guiados por el Espíritu del Señor" conduzca "hacia la mayor unidad" y a la búsqueda de "un consenso sustancial que permita superar las restantes diferencias que existen entre nosotros". Véase el documento en: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/10/31/dec.html 


De igual modo, al recibir una delegación de la Iglesia Luterana Mundial y de Alemania, el 4 de junio de 2018, el Papa Francisco les dirigió un saludo, y reiteró que el ecumenismo "se está convirtiendo cada vez más en una necesidad y un deseo, como lo demuestran las diversas oraciones en común y los muchos encuentros ecuménicos que tuvieron lugar el año pasado en el mundo. No olvidemos comenzar desde la oración, para que no sean los proyectos humanos los que indiquen el camino, sino el Espíritu Santo: solo Él abre el camino e ilumina los pasos a seguir". Véase el texto en: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2018/06/04/luter.html




En relación con las Iglesias Metodistas - provenientes de John Wesley (1703-1791) -, el encuentro del Santo Padre Francisco en Roma con una delegación del Consejo Metodista Mundial, el 19 de octubre de 2017, anima aún más las conversaciones que se vienen realizando desde hace varios lustros entre las dos comunidades y a emprender, cuando no se hubiere iniciado ya, esa tarea en la que "acompañamos y levantamos juntos a los débiles y los marginados". El texto puede encontrarse en: http://press.vatican.va/content/salastampa/es/bollettino/pubblico/2017/10/19/met.html

En relación con la Iglesia de Escocia - proveniente de John Knox (1514-1572) - es de mencionar que ha venido participando no sólo con la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas, sino en diálogos con el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos. El Papa Francisco encontró a una delegación de esta Iglesia el 27 de octubre de 2017. El texto de su discurso puede verse en: http://w2.vatican.va/content/francesco/it/speeches/2017/october/documents/papa-francesco_20171026_delegazione-chiesadiscozia.html









X. CRISTIANOS ANGLICANOS



Los viajes al extranjero son cada vez más frecuentes. Los motivos pueden ser muy diversos. Bien conocido es el caso de los colombianos que abandonan su patria en busca de un trabajo remunerador en los países con demanda de mano de obra o huyendo de la violencia. Los que van a Inglaterra, nada más llegar, se dan cuenta de la cantidad de cosas que nos separan...

Como si se ingeniasen en hacer todo al contrario: los ingleses conducen por la izquierda, los colombianos por la derecha. Los ingleses empiezan la jornada con un enorme «breakfast» (desayuno), los colombianos nos contentamos, por lo general, con un desayuno mucho más frugal... Hay problemas de lengua y aun de mentalidad: en castellano, católico significa exclusivamente católico romano. Si se es católico no se es protestante y viceversa, lo uno excluye lo otro. ¿Qué pensará un colombiano cuando le digan que la Iglesia Anglicana de Irlanda se llama a la vez católica, apostólica, protestante y reformada? De seguro que se llevarán las manos a la cabeza diciendo: «¡Estos isleños son incomprensibles!»

Recordamos brevemente los episodios de la historia de Inglaterra: sin duda nos darán luz sobre la complejidad del Anglicanismo.


1. La Iglesia de Inglaterra antes de Enrique VIII

 
Siglo II: presencia de soldados y de comerciantes cristianos en la Bretaña romana.

314: Tres obispos «bretones» asisten al Concilio de Arlés.

563: San Columbano viene de Irlanda a evangelizar Escocia.

597: San Gregorio el Grande envía a San Agustín y a sus monjes a fundar Cantorbery. (No confundirlo con San Agustín, obispo de Hipona).

1066: Conquista de Inglaterra. Guillermo el Conquistador se ve animado en sus empresas por Hildebrando, el futuro papa Gregorio VII. Poco después los conflictos estallan con motivo de la lucha de las investiduras de los obispos y del vasallaje feudal al papado. Guillermo prohibe toda relación con Roma, salvo autorización expresa de su parte. Dos autoridades se enfrentan ya..., y para largo tiempo.

1170: Santo Tomás Beckett muere asesinado en la Catedral por haber defendido el «Honor de Dios». (Su valor ha sido celebrado por T. S. Eliot y Jean Anouilh).

Siglo XV: La Iglesia de Inglaterra depende demasiado de Roma, además abunda en riquezas y privilegios; la necesidad de una reforma es urgente. Pero el Cardenal Wolsey, legado del Papa y canciller de Enrique II, es «un ambicioso sin escrúpulos, un hombre sin moralidad, exactamente lo contrario de lo que hubiera debido ser el Primado de la Iglesia de Inglaterra para resistir al rey cuando éste se lanzó por caminos extraviados.» (Rops).

2. Enrique VIII y el cisma anglicano





Enrique VIII











Enrique VIII (1491-1547) había merecido en un principio del Papa el titulo de «Defensor de la Fe», por haber rechazado las «desviaciones de Lutero» y publicado un tratado sobre «Los 7 sacramentos de la doctrina ortodoxa.» El rey deseaba apasionadamente un heredero varón para asegurar la dinastía de los Tudor. Pero Catalina de Aragón, su mujer, no le había dado más que una hija: Maria. Enrique solicitó, por esta causa, la anulación de su matrimonio.

En Roma se daban largas al asunto y el rey estaba ya apasionadamente enamorado de Ana Bolena, la segunda de sus seis mujeres. «No podía tolerar que nadie se opusiera a su poder ni tampoco a sus deseos carnales» (Rops, p. 511).

Enrique VIII fue excomulgado (1538) cuando el parlamento anuló el primer matrimonio y ratificó el segundo. Para mantener su autoridad, no le quedaba otro recurso que separar la Iglesia de Inglaterra de Roma.

«El Acta de Supremacía» (1534) lo constituyó «único y supremo jefe». Los católicos resistieron con fidelidad. San Juan Fisher murió en el patíbulo en 1535, lo mismo que Tomás Moro, un santo lleno de humor y de intrepidez.

«Cismática bajo Enrique VIII, inclinada al protestantismo bajo Eduardo VI, nuevamente católica bajo Maria Tudor, anglicana moderada bajo Isabel y Jaime I, fluctuante bajo Carlos I, abrazada al puritanismo bajo Cromwell, restaurada por Carlos II, de nuevo católica desde Jaime II hasta la revolución de 1688 que la introdujo en el mundo calvinista, la Iglesia anglicana se encuentra abandonada a si misma a partir de la Reina Ana. Esta historia azarosa explica suficientemente cómo la Iglesia anglicana puede pretenderse a la vez católica, protestante y reformada.» («Missi», mayo 1966, p. 159).

Siglos XVII y XVIII: La difusión del Anglicanismo fuera de Inglaterra, en el mundo entero, a favor de la expansión marítima y colonial.

Siglo XVIII: El Metodismo, movimiento del despertar pietista y de la predicación errante fundado por Wesley, que consagró obispos en América a dos de sus predicadores. Después de la muerte de Wesley, el metodismo se separó del anglicanismo y negó la diferencia entre sacerdocio y episcopado, como lo hacían ya los Presbiterianos y los Independientes.

Siglo XIX: El Movimiento de Oxford, dirigido por Newman y después por Pusey. Este renacimiento católico y patrístico hizo comprender que la Iglesia es el Cuerpo Viviente de Cristo, y no una especie de religión nacionalista.


3. La Comunión Anglicana de hoy

 
A - Definición:

Es una federación internacional de Iglesias autocéfalas, análoga a la «Commonwealth». Son independientes pero están en intercomunión. «La Comunión Anglicana es, dentro de la única Santa Iglesia católica y apostólica, una fraternidad (fellowship) de diócesis, provincias o Iglesias regionales que están en comunión con la sede de Cantorbery» (Lambeth 1930). La Comunión Anglicana agrupa 18 Iglesias independientes, aproximadamente 350 diócesis y 480 obispos, está extendida en 80 países del mundo y cuenta 70 millones de miembros, de los cuales 28 en Gran Bretaña.

B - Organización:

El personaje central de esta fraternidad mundial es el arzobispo de Cantorbery. Éste no es «el papa del Anglicanismo»; símbolo de unidad, no posee jurisdicción sino en su propia provincia, pero todo anglicano le reconoce una primacía de honor.

La «Conferencia de Lambeth» reúne, cada diez años poco más o menos, a todos los obispos de la Comunión Anglicana para tratar las cuestiones doctrinales.

Están de acuerdo sobre los cuatro factores esenciales de la Unidad, fijados por el «Cuadrilátero de Lambeth» (1920):

1 - Las Sagradas Escrituras contienen todo lo necesario para la salvación;
2- El Credo «de Nicea» es la base suficiente para la fe;
3- El bautismo y la Sagrada Comunión son necesarios porque están instituidos por el mismo Cristo;
4- El episcopado británico es necesario pero debe ser adaptado a cada localidad.

El «Prayer Book» (Libro de Oraciones) es a la vez el ritual, el libro de oraciones, el Misal de toda la Comunión Anglicana.

Con posterioridad se han aceptado otras situaciones ante las cuales la Iglesia Católica se ha pronunciado: la aceptación del sacerdocio femenino, inclusive en el episcopado, entre otras.

C - Iglesia de Inglaterra.

Dentro de la Comunión Anglicana hay que distinguir el caso particular de «la Iglesia Madre», es decir, la Iglesia de Inglaterra. «El Acta de Supremacía» fue rectificada por Isabel I: el rey o la reina de Inglaterra serán el «Supremo Gobernador». Por eso, hoy, es la reina Isabel II quien convoca las asambleas del clero, nombra a los obispos (ya elegidos), a algunos deanes y canónigos y asegura el orden de la Iglesia Anglicana. Bajo su autoridad, el Parlamento británico controla los destinos de la Iglesia. Para ayudar al Parlamento, el Anglicanismo adoptó en 1920 una estructura análoga a las estructuras políticas de Inglaterra: «la Asamblea de la Iglesia» (Church Assembly), que comprende tres cámaras: Cámara de los obispos (43 miembros), Cámara del Clero (344 miembros), Cámara de los laicos (347 hombres y mujeres). La Asamblea de la Iglesia se ocupa solamente de los problemas financieros y de toda medida que haya de proponerse en el Parlamento. Los sínodos de Cantorbery y de York, compuestos únicamente de obispos y de sacerdotes, son los que deciden las cuestiones doctrinales.

D - Tendencias internas:

Se distinguen 3 tendencias (sobre todo en Inglaterra):

1- La «Alta Iglesia» (High Church), «Anglo-Católicos». Son los más próximos a las concepciones católicas de sacramentos y de ministerios. Se distingue entre ellos una tendencia «papista» y una tendencia a la tolerancia, pero todos aceptan, como elemento esencial de la constitución de la Iglesia, un episcopado de sucesión apostólica.

2- La «Baja Iglesia» (Low Church), «Evangélica». Los «Evangélicos» están más cerca del calvinismo: son más bíblicos y más patrísticos. No creen que el episcopado sea un elemento esencial para la existencia de la Iglesia.

3- Los «Liberales» o «Modernistas» que ponen en duda las fórmulas tradicionales de la fe cristiana. (Robinson: Sincero para con Dios).

Pero hay que señalar la relación que existe entre estas diversas tendencias y la capacidad de tolerancia del Anglicanismo.

Aspecto religioso de Inglaterra.

Se advierte una indiferencia generalizada, una disminución inquietante de los efectivos del clero anglicano. «Cualquiera que se ponga a considerar objetivamente el estado espiritual de la Inglaterra de hoy, no puede menos de angustiarse y desalentarse...» (Neill, p. 363).

No obstante, el fervor de los practicantes ha aumentado y los cultos del Anglicanismo dan testimonio de un esfuerzo considerable de adaptación y de renovación. No debemos dejar de notar la introducción por parte de la postura oficial del Anglicanismo del sacerdocio, inclusive al nivel del episcopado, de las mujeres.


4. Las probabilidades de unidad

«A causa de esta conjunción, en su comprensividad, de una tradición protestante y de una tradición católica, el Anglicanismo reconoce en si una vocación de mediación entre las Iglesias separadas» (Études», mayo 1966, p. 612).

Con los ortodoxos, las relaciones son muy buenas. Con las Iglesias no episcopales, los contactos son más delicados. Sin embargo, la Iglesia de la India del Sur reúne: Anglicanos, Metodistas, Presbiterianos y Congregacionalistas, de donde resulta un enriquecimiento recíproco. Con los católicos, la situación ha evolucionado, a veces, muy favorablemente desde las conversaciones de Malinas entre el Cardenal Mercier y Lord Halifax. El Concilio ha facilitado mucho esta tarea:

«La reforma de la liturgia con adopción de la lengua inglesa, que revaloriza la palabra de Dios, la simplificación de los ritos, la reafirmación de la autoridad de los obispos con la creación de las conferencias episcopales a escala nacional, una definición más abierta de la libertad religiosa, una actitud más pastoral de la Curia Romana y por último el Decreto sobre el ecumenismo, han abierto ya muchas puertas y derrocado murallas que nos separaban de las confesiones cristianas que datan del siglo XVI.» («Missi», p. 166).

A los anglicanos les gusta leer la Biblia, estudiar los Padres de la Iglesia, celebrar la liturgia; tienen un gran respeto por María; dan prueba de un vivo ardor misionero y de un sentido profundo de la vida monástica. El Concilio señala que «entre las Iglesias separadas que guardan en parte las tradiciones y las estructuras católicas, la Comunión Anglicana ocupa un lugar eminente.»

En Marzo de 1966, Pablo VI decía al Doctor Ramsey: «Reconstruís un puente entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Cantorbery». Es cierto que subsisten «obstáculos formidables»: la primacía del Papa, la situación anglicana de «Iglesia Establecida»... Quedan algunos puntos difíciles: la validez de las ordenaciones sacerdotales, las ordenaciones de las mujeres, los matrimonios mixtos... Con una abnegación admirable, la Comunión Anglicana prevé su propia desaparición, su fusión «en una comunión mucho más vasta de Iglesias... unidas sobre todos los puntos del «Cuadrilátero de Lambeth» (Lambeth 1948).

¿Cuál será la actitud de los católicos de Inglaterra? Son ya siete millones en plena expansión (inmigración irlandesa, fuerte natalidad, conversiones, fervor religioso: practican un 50%, mientras que solamente un 7% de anglicanos frecuentan la Iglesia).

«El Concilio se declara consciente de que este santo propósito de reconciliar a todos los cristianos en la unidad de la sola y única Iglesia de Cristo, excede las fuerzas y la capacidad humana. Por eso pone toda su esperanza en la oración de Cristo por la Iglesia».

Con San Gregorio el Grande y San Agustín de Cantorbery, con el Papa, guardemos en el fondo del corazón la preocupación de la Unidad.



BIBLIOGRAFIA:

«Missi» y «Etudes», Mayo 1966
Michalon: L’Unité des chrétiens» (Fayard)
Daniel Rops: L’Eglise de la Renaissance et de la Réforme (Fayard)
S. Neill (obispo anglicano): «L’Anglicanisme» (Seuil)
A. Tolédano: El Anglicanismo (Casal i Vall)


Para conocer sobre las actividades ecuménicas entre las Iglesias Anglicana y Católica, puede verse:

DECLARACIÓN COMÚN DEL PAPA BENEDICTO XVI Y DEL DR. ROWAN WILLIAMS, ARZOBISPO DE CANTERBURY Y PRIMADO DE LA COMUNIÓN ANGLICANA, Jueves 23 de noviembre de 2006, en: http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2006/november/documents/hf_ben-xvi_spe_20061123_common-decl_sp.html

CONSEIL PONTIFICAL POUR LA PROMOTION DE L'UNITÉ DES CHRÉTIENS: RÉFLEXION DE MGR DONALD BOLEN: Relations entre catholiques et anglicans: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20050122_catholics-anglicans_fr.html

Son varios los grupos y las personas individuales procedentes de comunidades Anglicanas que, por diversas razones, han querido establecer plena comunión con la Iglesia Católica. Para ellos, el Papa
BENEDICTO XVI ha establecido el 4 de noviembre de 2009 una atención particular mediante la CONSTITUCIÓN APOSTÓLICA "ANGLICANORUM COETIBUS", SOBRE LA INSTITUCIÓN DE ORDINARIATOS PERSONALES PARA ANGLICANOS QUE ENTRAN EN LA PLENA COMUNIÓN CON LA IGLESIA CATÓLICA, en: http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/apost_constitutions/documents/hf_ben-xvi_apc_20091104_anglicanorum-coetibus_sp.html




EL ECUMENISMO EN LA PERSPECTIVA CATÓLICA


El texto básico que ha fundamentado y orientado la actividad ecuménica de la Iglesia Católica, como hemos notado en diversos momentos, es el Decreto Unitatis redintegratio ("La restauración de la unidad" de los cristianos, del 21 de noviembre de 1964), que se puede encontrar en:
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decree_19641121_unitatis-redintegratio_sp.html

En relación con el Ecumenismo, el diálogo entre todos los Cristianos se ha ido fortaleciendo por las relaciones bilaterales. No obstante, además de éstas, es bueno tener una visión general:

ENCUENTRO DEL SANTO PADRE CON EL COLEGIO CARDENALICIO EN LA VÍSPERA DEL CONSISTORIO PÚBLICO ORDINARIO: RELACIÓN DEL CARDENAL WALTER KASPER: "Reflexiones sobre la situación ecuménica actual", Viernes 23 de noviembre de 2007, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/card-kasper-docs/rc_pc_chrstuni_doc_20071123_dialogo-ecumenico_sp.html

CONSEJO PONTIFICIO PARA LA PROMOCIÓN DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS: PRESENTACIÓN DE MONS. BRIAN FARRELL: El ecumenismo hoy. La situación en la Iglesia católica. Resultados de una encuesta del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20041121_farrell-ecumenismo_sp.html


PONTIFÍCIO CONSELHO PARA A PROMOÇÃO DA UNIDADE DOS CRISTÃOS: RELAÇÃO ENTRE A IGREJA CATÓLICA E O CONSELHO ECUMÉNICO DAS IGREJAS: D. JOHN MUTISO-MBINDA: As principais actividades em 2004: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20050119_mutiso-mbinda_po.html



A cincuenta años de la promulgación del Decreto Unitatis redintegratio del Concilio Vaticano II, el Papa FRANCISCO hizo un breve balance de su ejecución:

Audiencia del Papa Francisco los participantes en la Asamblea plenaria del Pontificio Consejo para la promoción de la Unidad de los Cristianos, 
20 de noviembre de 2014.


Señores Cardenales,
Queridos hermanos Obispos y Sacerdotes,
Queridos hermanos y hermanas.

Saludo a todos cordialmente y les doy las gracias por este encuentro, que coincide con el quincuagésimo aniversario de la promulgación del Decreto del Concilio Vaticano II sobre el ecumenismo Unitatis redintegratio. En aquel 21 de noviembre de 1964 fueron también promulgados la Constitución dogmática sobre la Iglesia Lumen gentium y el decreto sobre las Iglesias Orientales Católicas Orientalium Ecclesiarum. El conjunto de estos tres documentos, tan profundamente ligados uno al otro, ofrece la visión de la eclesiología católica como ha sido propuesta por el Concilio Vaticano II. Por ello han deseado dedicar sus trabajos a reflexionar sobre cómo Unitatis redintegratio pueda continuar inspirando el compromiso ecuménico de la Iglesia en el escenario cambiante de hoy.

Ante todo podemos alegrarnos por el hecho de que la enseñanza del Concilio ha sido recibida ampliamente. En estos años, sobre la base de motivaciones teológicas radicadas en la Escritura y en la Tradición de la Iglesia, ha cambiado la actitud de nosotros católicos en relación con los cristianos de otras Iglesias y Comunidades eclesiales. Pertenecen ya al pasado la hostilidad y la indiferencia, que habían cavado fosos aparentemente incolmables y habían producido heridas profundas, mientras ha sido llevado adelante un proceso de curación que consiente acoger al otro como hermano o hermana, en la unidad profunda que nace del Bautismo.

Este cambio de mentalidad, realizado gracias a la Unitatis redintegratio y a la acción ecuménica que se ha seguido de ella, puede y debe penetrar siempre más profundamente la enseñanza teológica y la práctica pastoral de las Diócesis, de los Institutos de vida consagrada, de las Asociaciones y de los Movimientos eclesiales. En todos los fieles debe estar siempre viva la conciencia del compromiso que implica la voluntad que Jesús expresó en su oración al Padre en la víspera de su pasión: "que todos sean uno” (Juan 17,21).

Este aniversario nos invita a dar gracias a Dios por los muchos frutos que durante este medio siglo han sido recogidos. En particular, se ha mostrado efectivo lo que el Concilio había recomendado, es decir, el aprecio por cuando hay de bueno y verdadero en la vida de los cristianos de todas las comunidades.

Todo esto ha hecho posible profundizar contactos con muchas Iglesias y Comunidades eclesiales y desarrollar nuevas formas de colaboración. Muy importantes han sido, en ese sentido, las traducciones ecuménicas de la Sagrada Escritura. Los cristianos de diversas Iglesias y Comunidades eclesiales están trabajando juntos al servicio de la humanidad sufriente y necesitada, para la defensa de la vida humana y de su dignidad inalienable, por la integridad de la creación y contra las injusticias que afligen a tantos hombres y pueblos.

Como Obispo de la Iglesia que preside la caridad universal, me gustaría expresar mi gratitud a todos aquellos que a lo largo de estos cincuenta años se han prodigado en una variedad de maneras al servicio de la reconciliación y de la comunión entre todos los creyentes en Cristo, especialmente a aquellos que han servido en el Secretariado para la Unidad de los Cristianos y en el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.

Mientras damos gracias, debemos reconocer que entre los cristianos nos encontramos aún divididos, y que divergencias sobre nuevos temas antropológicos y éticos hacen más complicado nuestro camino hacia la unidad. Sin embargo, no podemos ceder al desánimo y a la resignación, sino continuar confiando en Dios que pone en el corazón de los cristianos semillas de amor y de unidad, para afrontar con impulso renovado los desafíos ecuménicos de hoy: para cultivar el ecumenismo espiritual, para valorizar el ecumenismo de sangre, para caminar juntos en el camino del Evangelio.

El ecumenismo espiritual, que tiene su punto culminante en la Semana de oración por la unidad de los cristianos, vive y se desarrolla a través de innumerables canales, que realmente sólo la ve el Señor, pero que a menudo también nosotros tenemos la alegría de conocer: es una red mundial de momentos de oración que, desde el ámbito parroquial y desde el nivel internacional, difunden en el cuerpo de la Iglesia el oxígeno del genuino espíritu ecuménico; una red de gestos, que nos ven trabajando juntos unidos en numerosas obras de caridad; y es también un compartir de oraciones, de meditaciones y otros textos que circulan en la web y puede ayudar a crecer el conocimiento, el respeto y la estima mutua.

Sobre el ecumenismo de sangre, precisamente Unitatis redintegratio hacía un llamado para valorarlo, reconociendo, en los hermanos y hermanas de otras Iglesias y Comunidades cristianas, la capacidad - dada por Dios - para dar testimonio de Cristo hasta el sacrificio de la vida (véase n. 4). Estos testimonios no han faltado en estos cincuenta años y aún continúan hasta nuestros días. Depende de nosotros acogerlos con fe y dejar que su fuerza nos empuje a convertirnos a una fraternidad cada vez más completa. Aquellos que persiguen a Cristo en sus fieles no hacen diferencias en las confesiones: los persiguen simplemente porque son cristianos.

En meses recientes, encontrando a muchos cristianos no católicos, o leyendo sus cartas, pude ver cómo, a pesar de preguntas abiertas que todavía nos separan, hay un deseo fuerte y generalizado de caminar juntos, de rezar, de conocer y amar al Señor, de colaborar en el servicio y en solidaridad con los débiles y los que sufren. Estoy convencido de esto: con la dirección del Espíritu Santo y aprendiendo los unos de los otros, en un camino común podemos crecer en la comunión que ya nos une.

Queridos hermanos y hermanas, a cincuenta años del Decreto Unitatis redintegratio, la búsqueda de la plena unidad de los cristianos sigue siendo una prioridad para la Iglesia católica y por lo tanto, es para mí una de las principales preocupaciones diarias. La unidad es sobre todo un don de Dios y es obra del Espíritu Santo, pero todos estamos llamados a colaborar siempre y en todas las circunstancias. Les agradezco, por tanto, por todo su trabajo, y al confiarlos a la intercesión maternal de la Santísima Virgen María, les ruego que por favor oren por mí y por mi ministerio y de corazón los bendigo.

Traducción de Iván Federico Mejía Álvarez. Texto original: Italiano, en:





Otras intervenciones

  • Audiencia del S. P. Francisco a una Delegación Ecuménica procedente de Finlandia, con motivo de su peregrinación anual a Roma por la fiesta de su patrono, san Enrique:









XI. LA IGLESIA CATÓLICA ANTIGUA O VÉTERO-CATÓLICA 




Antecedentes

El nacimiento de esta Iglesia es complejo. Trataremos de sintetizarlo sin perder el núcleo de su identidad y de sus orígenes.

En primer término se deben considerar los más remotos antecedentes en la fundación de la Iglesia Católica en el territorio de los denominados Países Bajos, en el siglo VII, por parte de San Willibrord a quien el Papa Sergio ordenó Obispo y designó Arzobispo de Frisia en el año 696. Con el paso del tiempo, a la sede de Utrecht  (Traiectum en latín, nombre del castillo que permitía el paso del Rin) se le concedieron diversos privilegios, de modo que en 1145 el Papa Eugenio III le permitió al Capítulo catedral el derecho a elegir Obispo diocesano, y el Papa León X en 1520 concedió exención al tribunal diocesano de la autoridad de otro tribunal.

A raíz de la Reforma Protestante, el Concilio de Trento y posteriores decisiones de los Papas disolvieron las estructuras existentes en la Iglesia Católica y Romana en Holanda y fue designado un Vicario Apostólico que, en algunas ocasiones, entró en conflicto con misioneros - sobre todo jesuitas - enviados a tales territorios. El Vicario Apostólico fue apoyado localmente y en ocasiones por jansenistas provenientes de Francia y Bélgica. En un momento dado se acusó al Vicario Pedro Codde de favorecer el jansenismo, y, tras un proceso, fue depuesto, no sin la oposición de muchos clérigos, por el Papa Clemente XI en 1701. Renunció, a pesar de su protesta, en 1704. Entre quienes le sucedieron en la sede episcopal, con nombramiento pontificio, ejercieron como Vicarios los Obispos Gerard Potcamp y Luke Fagan. Descontento el clero de Utrecht, en 1723 eligió como Arzobispo a Cornelio van Steenoven, quien fue ordenado sin mandato apostólico por el Obispo Dominique Marie Varlet, designado por el Papa, a su vez, como Obispo titular de Babilonia y quien se encontraba visitando ese territorio. Conocido el hecho, tanto el Obispo ordenante como el ordenado fueron suspendidos y excomulgados. A pesar de haberse reconciliado con la sede romana, Varlet ordenó otros cuatro Obispos más, igualmente sin mandato pontificio. De ese núcleo original surgió el movimiento de la Iglesia Ultrajectina independiente. que en 1853 se llegará a denominar de "los Viejos Católicos".

Otro acontecimiento que debemos mencionar en relación con la consolidación de esta Iglesia fue el Concilio Vaticano I. Éste fue convocado por el Papa Pio IX en 1869 para responder a las ideas del racionalismo y del galicanismo, pero fue suspendido por él mismo en 1870 a raíz de la anexión de los Estados Pontificios a Italia.  

Recordemos brevemente en qué consistían dichas concepciones filosófico-político-religiosas:


  • El racionalismo filosófico se había desarrollado a partir de René Descartes y llegó a su culmen con Emmanuel Kant. entre otros importantes autores. Defiende, oponiéndose al empirismo, la primacía de la razón como principio supremo ante las esferas de la fe, de la autoridad, de la vida, de lo irracional, de la experiencia empírica, etc. En el terreno ético, afirma que ciertas ideas morales básicas son innatas en los seres humanos y evidentes por sí mismas. En el campo de las religiones sostiene el mismo principio, y que, en consecuencia, una revelación divina y trascendente no es necesaria, e, incorporado a la teología, ha sido crítico de la religión, como se verá más adelante (al tratar de los diversos estudios actuales sobre el fenómeno religioso).



  • El galicanismo (Gallia-ae, en latín = Francia), por su parte, tuvo sus inicios en el siglo XV pero encontró su desarrollo especialmente en ese territorio bajo el absolutismo de Luis XIV (1692) y, en tiempos de la Revolución francesa, a partir de los principios establecidos por la Asamblea Constitucional del 12 de julio de 1790 ("Constitución civil del clero"): en lo temporal, los reyes son independientes de la Santa Sede; las órdenes del Papa sólo deben ser obedecidas si vienen firmadas por el rey y por el parlamento; un concilio está por encima del Papa; el Papa debe aceptar las costumbres y reglas que establezca la Iglesia galicana; las decisiones del Papa en cuestiones de fe son siempre reformables, a no ser que lo consienta toda la Iglesia.




Ahora bien, en sus cuatro sesiones el Concilio Vaticano I elaboró una Profesión de Fe, aprobó la Constitución Dogmática Dei Filius sobre la Fe Católica, y aprobó la Constitución Dogmática Pastor AEternus sobre la Iglesia de Cristo, en la cual declaró el dogma de la infalibilidad del Papa y las condiciones para la misma.



La reacción de los Viejos Católicos


Las tendencias que se habían expresado en el Concilio, oponiéndose a la definición de la infalibilidad pontificia, encontraron su eco en movimientos pertenecientes al así llamado "Combate cultural" (en alemán, Kulturkampf), conformados por partidos católicos e intelectuales católicos de Austria, Suiza, Polonia y Alemania. En 1871 estos grupos acordaron respetar el papel del Papa como pastor de la Iglesia de Roma, pero no le reconocieron un oficio personal y propio en relación con la fe y para toda la Iglesia. Para 1889 esta tendencia se solidificó con la Declaración de Utrecht en la que se declaraba que no se encontraban en comunión con la Iglesia de Roma. El manifiesto de esta comunidad cristiana puede encontrarse en su traducción castellana en http://es.wikisource.org/wiki/Declaraci%C3%B3n_de_Utrecht_(Iglesias_Cat%C3%B3licas_Antiguas).

De ahí en adelante, y a partir de este principio básico, rechazaron las manifestaciones de infalibilidad pontificia relacionadas con la Inmaculada Concepción de la Virgen María y con su Asunción al cielo. Por el contrario, reafirmaron la doctrina del sacrificio de la Misa. En otros aspectos doctrinales de fe y de costumbres muchos de los miembros de estas comunidades son más "liberales" - la prevalencia de la conciencia individual sobre las normas morales, por ejemplo en relación con la contracepción; practican, sin ser obligatoria, la confesión individual -, aceptan la ordenación sacerdotal de las mujeres (desde 1996) y bendicen la realización de matrimonios entre personas del mismo sexo y otras formas de unión, especialmente en Países como Suiza, Austria, Alemania y los Países Bajos.

A la antigua Iglesia de los Viejos Católicos de Utrecht se asociaron movimientos similares, tales como la Diócesis católica de la Iglesia antigua católica en Alemania, y la Iglesia Católica Crostiana de Suiza, y, con el paso del tiempo, se le añadieron Iglesias de Austria, República Checa y de otros Países, hasta llegar a conformarse como la Unión de Utrecht. A ella perteneció desde 1909 la Iglesia Católica Antigua Mariavita, con base en Polonia, hasta su expulsión en 1924. Desde 1931, mediante el Acuerdo de Bonn, entró en “plena comunión” con la Comunión Anglicana, así como con la Iglesia Filipina Independiente.


Una información más amplia puede encontrarse en inglés en http://en.wikipedia.org/wiki/Old_Catholic_Church_of_the_Netherlands 
y en castellano 
en http://es.wikipedia.org/wiki/Uni%C3%B3n_de_Utrecht_(Iglesias)

El diálogo hoy: ¿en qué se encuentra?

El diálogo ecuménico de la Iglesia Católica con esta Iglesia no es, por supuesto fácil, no obstante los innumerables puntos de contacto que existen entre ellas. El Papa FRANCISCO lo ha puesto de relieve en su discurso del 30 de octubre de 2014, que reproduzco a continuación, en traducción no oficial de quien suscribe este artículo:

“Su Gracia, Eminencia, Sus Excelencias:
 Me complace darles la bienvenida, Miembros de la Conferencia de Obispos Viejos Católicos de la Unión de Utrecht, por cuanto su visita nos ofrece una valiosa oportunidad para reflexionar sobre nuestro compartido viaje ecuménico.
 Este año se celebra el quincuagésimo aniversario de la promulgación del Decreto Unitatis Redintegratio del Concilio Vaticano II, que inauguró una nueva era de diálogo ecuménico y expresó el compromiso duradero de la Iglesia Católica para buscar la unidad de los discípulos de Cristo. Para todos nosotros, la Comisión para el Diálogo Internacional Católico Romano – Viejos Católicos desempeña un papel significativo en la búsqueda de una mayor fidelidad a la oración del Señor, "que todos sean uno" (cf. Jn 17:21). Ha sido posible construir nuevos puentes de una más profunda comprensión mutua y cooperación práctica. Se han encontrado convergencias y consenso, y las diferencias han sido mejor identificadas y colocadas en nuevos contextos.
 Mientras nos regocijamos cuando damos pasos hacia una comunión más fuerte en la fe y la vida, también nos entristecemos cuando reconocemos que en el transcurso del tiempo han surgido nuevas desavenencias entre nosotros. Las preguntas teológicas y eclesiológicas que surgieron durante nuestra separación ahora son más difíciles de superar debido a la creciente distancia entre nosotros sobre asuntos relacionados con el ministerio y el discernimiento ético.
 El desafío para los católicos y los viejos católicos es, entonces, perseverar en el diálogo teológico sustantivo y caminar juntos, orar juntos y trabajar juntos en un profundo espíritu de conversión hacia todo lo que Cristo quiere para su iglesia. En esta separación ha habido, por parte de ambos lados, graves pecados y fallas humanas. En un espíritu de mutuo perdón y arrepentimiento humilde, ahora debemos fortalecer nuestro deseo de paz y reconciliación. El camino hacia la unidad comienza con un cambio de corazón, una conversión interior (cf. Unitatis Redintegratio, 4). Es un viaje espiritual desde el encuentro a la amistad, desde la amistad a la fraternidad, desde la fraternidad a la comunión. A lo largo del camino, el cambio es inevitable. Siempre debemos estar dispuestos a escuchar y a seguir los susurros del Espíritu Santo quien nos lleva a toda la verdad (cf. Jn 16:13).
 Entretanto, en el corazón de Europa, que es tan confuso acerca de su propia identidad y vocación, hay muchas áreas en que los católicos y viejos católicos pueden colaborar, intentando responder a la profunda crisis espiritual que afecta a individuos y sociedades. Hay una sed de Dios. Hay un profundo deseo de recobrar un sentido de propósito en la vida. Hay una necesidad urgente de un testimonio convincente de la verdad y de los valores del Evangelio. En esto podemos apoyarnos y animarnos unos a otros, especialmente a nivel de las parroquias y comunidades locales. De hecho, el alma del ecumenismo se encuentra en un "cambio de corazón y santidad de la vida, junto con la oración pública y privada para la unidad de los cristianos" (Unitatis Redintegratio, 8). En la oración por y con el otro nuestras diferencias son asumidas y superadas en fidelidad al Señor y a su Evangelio.
Siempre soy consciente de que "la tarea de reconciliar a todos los cristianos en la unidad de una y única iglesia de Cristo trasciende las energías humanas y las habilidades" (Ibid, 24). Nuestra esperanza está arraigada en la oración de Cristo mismo en favor de la Iglesia. Sumerjámonos aún más en esa oración para que nuestros esfuerzos siempre puedan ser sostenidos y guiados por la gracia divina.”

El texto original, de la misma fecha, se encuentra en:






  




XII. LAS COMUNIDADES EVANGÉLICAS, LAS SECTAS Y OTROS GRUPOS, DERIVADOS O NO, DEL PROTESTANTISMO



Esquema:

Luteranos:

  • Hermanos moravos
  • Anabaptistas
  • Mennonitas

Anglicanos:

  • Metodistas
  • Ejército de Salvación
  • Presbiterianos
  • Darbystas
  • Grupos abiertos
  • Grupos estrictos
  • Ravenistas
  • Congregacionalistas
  • Apostólicos
  • Neo-Apostólicos
  • Nueva Iglesia Neo-Apostólica

Baptistas:

  • Iglesia baptista independiente.
  • Federación de Iglesias evangélicas baptistas
  • Asociación Evangélica
  • Iglesias baptistas

Adventistas:

  • Iglesia de Dios
  • Adventistas Reformados
  • Adventistas de los tiempos venideros
  • Iglesia cristiana adventista
  • Unión, vida y advenimiento
  • Estudiantes de la Biblia

Testigos de Jehová

  • Los Amigos del hombre:
  • Rama Sayerce
  • Rama Suiza

Pentecostales:

  • Comunidad para evangelización y activación.
  • Voz de la curación
  • Asambleas de Dios.
  • Iglesia evangélica de acción.
  • Asamblea de los cristianos evangélicos.
  • Las Últimas Lluvias.
  • Pentecostales liberados:
  • Iglesia apostólica
  • Pentecostales independientes
  • Alianza cristiana pentecostal.
  • Evangélicos en acción
  • Bethesda
  • Misión del Evangelio
  • Misión Pentecostal internacional
  • Misión franco-suiza de Pentecostés
  • Pentecostales de Aguas Vivas
  • Movimiento independiente de Pentecostés
  • Pentecostales libres
  • Elim
  • Misioneros de acción
  • Comunidad para un cristianismo decisivo
  • Amigos de la Acción
  • Pentecostés del primer siglo
  • La Unión por la Acción.
Otras comunidades religiosas:
  • Mormones



Es muy posible que ya te los hayas encontrado: vienen de dos en dos, llaman a tu puerta y te presentan extractos, folletos y hasta la Biblia. Te asombra y hasta llega a molestarte su insistencia. Sabes muy bien que no hay que confundir las sectas con las grandes confesiones cristianas: Calvinistas, Luteranos, Anglicanos, Baptistas, Ortodoxos. Por lo general las sectas se oponen con la misma violencia a nuestros hermanos separados como a nosotros mismos.

Hay aproximadamente 250 sectas en el mundo. Pululan en América. Su multitud y su rivalidad son tales que desconciertan cualquier intento de encuesta y de descripción. Las hay seriamente cristianas, otras con cierto matiz filantrópico, otras que reúnen bajo un nombre cristiano una ecléctica variedad de doctrinas tomadas del espiritismo y de la teosofía. La palabra «sectas» es confusa, abarca actitudes tan variadas que sería injusto con-fundir. El esquema que aparece en la página anterior representa la división y subdivisión progresiva de las sectas y de sus filiales. En negrilla, la Iglesia de origen o el grupo principal. En fuente normal, las sectas nacidas de este origen. Este esquema no reproduce sino una pe-queña parte de las sectas.

Distingamos, globalmente, tres grupos principales:

1. Los Milenarios, grupo escatológico polarizado hacia el fin de los tiempos y el retorno del Señor: Adventistas, Testigos de Jehová, Amigos del hombre, etc.

2- Los Movimientos de «Acción» llamados a despertar a las Iglesias de su letargo: Cuáqueros, Iglesias «Apostólicas», Ejército de Salvación, etc., y los Movimientos Pentecostales que de ellos se derivan.

3- Las Sectas curadoras.

Estudiemos solamente cuatro sectas, entre las más conocidas:


Adventistas

 
Historia:

Adventista viene del inglés «Advent» = Advenimiento (de Cristo).

Fundador:

William MILLER (1782-1849), ex-baptista americano, impresionado por una frase del profeta Daniel: «Todavía dos mil trescientas tardes y mañanas: después será reivindicado el santuario». (Dan 8, ¬14). Miller cuenta un año por día y calcula el fin del mundo para 1843: pero no sucede nada. Rectifica la fecha: 21 de marzo de 1844, después 22 de octubre de 1844: triple fracaso. Las otras sectas los rechazan y entonces los adventistas forman un grupo aparte.
La «profetisa» Ellen White (1827-1915), da un nuevo impulso a esta secta. En su «Revelación» ella dice: Si, algo sucedió en 1844, pero fue invisible para los mortales: Cristo, en el Santuario celeste, ha entrado en el Santo de los Santos.
Difusión Sin Ellen White, el adventismo no hubiera sobrevivido a la muerte del desdichado profeta Miller. Ellen White escribió 9 volúmenes de «Revelaciones», recorrió el mundo, organizó notablemente la secta, estableció la autoridad central: «La Conferencia General». 500 periódicos en todas las lenguas, difundidos por vendedores ambulantes. Numerosas emisiones radiofónicas (Montecarlo: La Voz de la Esperanza). Una obra sanitaria admirable: 170 sanatorios y hospitales. 3.500 escuelas. El diezmo, obligatorio para los fieles, proporciona inmen¬sos recursos. En Francia: 3 revistas: Signes des Temps, Vie et Santé, Revue Adventiste. 3.500 adeptos bautizados. 2.000 simpatizantes.

Creencias y Ritos

Los adventistas creen en la Biblia: Trinidad, Divinidad de Cristo, Encarnación, Resurrección, Ascensión; y afirman su próxima venida. El fin del mundo comenzó en 1844. El hombre, al morir, «duerme en la inconsciencia". Los justos resucitarán a la venida de Cristo, los réprobos serán aniquilados. No hay infierno ni purgatorio. Dos Sacramentos: el bautismo por inmersión y la Cena. Se practica la reconciliación pública, el lavatorio de los pies, la observancia del Sábado en lugar del Domingo. Agresividad contra la Iglesia Católica: es «la Bestia del Apocalipsis». La «reforma sanitaria>> prohibe el té, café, vino, alcoholes, cerdo, conejo, etc.


Testigos de Jehová

Historia

Fundador:

Charles RUSSELL (1852-1916). Americano ex-presbiteriano, funda «los Estudiantes de la Biblia». Anuncia para 1914 el comienzo de la edad de oro: 1.000 años de paz (escogió mala fecha). Lo aplaza entonces a 1918: ¡nuevas desilusiones! Se proclama «el gran reformador del siglo», pero pierde su proceso de divorcio en 1906 (infidelidad y crueldad). Le sucede el «Juez» RUTHERFORD. Anuncia para 1925 la vuelta de Abraham; en 1931 da a los «Estudiantes de la Biblia» el nombre de Testigos de Jehová». Nathan KNORR, que lo reemplaza, es sobre todo un notable propagan¬dista. Difusión RUSSELL escribió 7 volúmenes, pronunció 30.000 discursos, fundó 1.200 Iglesias. RUTHERFORD publicó 18 obras. Propaganda poderosa. Organización rigurosa, muy jerarquizada. Los «hermanos pioneros" van de puerta en puerta, de dos en dos. Periódicos: «Despertad» y «La Torre de guardia»: más de 10 millones de ejemplares. Los «Testigos de Jehová» poseen bastantes edificios en Brooklyn, seis rotativas, una fábrica de discos, una emisora radiofónica que, diez horas al día, difunde su doctrina. Efectivos anuales: en el mundo 1’500.000.

Creencias y Ritos

Cálculos imaginarios les prueban que «estamos cerca del fin de los 6.000 años de la Historia de la Humanidad». El fin del mundo se acerca. Será bien pronto. ¡Alerta! Hay sólo 144.000 elegidos. En 2914, después del reino de 1000 años, Nueva tierra y Nuevos cielos, Catolicismo y Protestantismo son la obra de Satanás. El mundo y sus Estados son igualmente diabólicos. De ahí la «objeción de conciencia»: rechazo de todo servicio militar o cívico.


Amigos del Hombre

Historia

Fundador: FREYTAG (1870-1947), suizo, discípulo de Russell. Se llama «el servidor fiel y prudente». Organiza «el Ejército del Eterno», promete «la vida eterna desde este mundo», la inmortalidad desde acá abajo. A su muerte, escisión: Rama Suiza (Ruffner) y Rama Francesa (Sayerce). Bernard SAYERCE «el Fiel Pastor» y su coadjutora «Mama Lydie» forman «el Querido Núcleo». Difusión Freytag escribió tres obras: La Divina Revelación, el Mensaje a la Humanidad, la Vida Eterna. - Rama Suiza: 2 periódicos: «Diario para todos», «El Monitor del Reino de la Justicia». - Rama Sayerce: 2 periódicos: «El Reino de Justicia y de Verdad», «El Angel del Eterno». Efectivos de las dos ramas: 120.000 Amigos del Hombre (Francia, Suiza, Bélgica, Alemania, Austria).

Creencias y Ritos

«Desvalorización de los Testigos de Jehová sobre el plan doctrinal, aunque sobre el plan humano sean francamente más simpáticos.» El Espíritu Santo es un «fluido vital». El único pecado es el egoísmo. Sólo 144.000 elegidos irán al cielo. Los Otros vivirán en un magnífico paraíso terrenal: nuestra tierra transformada por el altruismo; por lo tanto es necesaria una repoblación forestal. Sobre la tierra, dividida en cuadros, cada familia recibirá en suerte un lote de 240 m. De lado, una casa: «una villa de puro estilo burgués 1900» (Colinon).


Pentecostales

Historia

En el origen de estos diversos «Movimientos de Pentecostés» encontramos «los Movimientos de Acción» o de «Restablecimiento», que quieren dar nuevo vigor espiritual a las Iglesias atrofiadas. En el Protestantismo «se siguió con frecuencia el ejemplo inicial de la reforma que fue una escisión»: Cuáqueros, Ejército de Salvación, etc... Los Pentecostales afirman ser un «Restablecimiento» debido a la acción del Espíritu Santo. En 1906, en Los Ángeles, tuvo lugar «una reunión tan cargada de carismas que los Cristianos que participaron en ella tuvieron la impresión de un nuevo Pentecostés.»

Difusión

El Pentecostismo se propagó rápidamente. Entre las sectas contemporáneas de la obra en Francia, es la que «ha hecho más adeptos». En el mundo entero, más de 10 millones de prosélitos.

Principales tendencias: «las Asambleas de Dios» (90% de Pentecostales franceses); Jeffreys; el Pentecostismo «apostólico»; la «Ultima Lluvia», etc., etc... Un periódico: «Ven y Ve». Ninguna organización ni jerarquía: «Convenciones», una «Conferencia Mundial» cada tres años. Se oponen cada vez menos al movimiento ecuménico. Creencias y Ritos No admiten más que la Biblia. Es un integrismo protestante que insiste sobre los dones del Espíritu Santo (carismas), la curación divina, el próximo retorno de Cristo, y sobre todo el Bautismo del Espíritu Santo, cuyo signo es el don de lenguas. Exigencias morales puritanas: condenan no solamente el divorcio, sino el cine, el tabaco, el alcohol, etc... Llamada a la sensibilidad, confesiones públicas. Dos slogans: «Jesús salva, Jesús vuelve, Jesús cura»: .«El tiempo de los milagros no ha pasado».


La doctrina católica

A - EL TIEMPO EN LA BIBLIA

«Los tiempos y momentos fijados por Dios sólo Él los conoce. Las especulaciones numéricas que se proponen a este respecto son de orden simbólico. (Los 70 años de Jeremías o las 70 semanas de años de Daniel corresponden al ritmo sagrado de la semana de siete días)... El hombre no podrá deducir de ellos ninguna satisfacción para su inquieta curiosidad.» (Vocabulario Bíblico: artículo: Tiempo). ¡Qué importa la fecha del principio o del fin del mundo, qué importa la duración de tu vida! Lo que Cuenta es que tu existencia cristiana sea válida y fecunda, que culmine en Dios y en la eternidad.

B - LA FECHA DEL RETORNO DEL SEÑOR

«Los discípulos se acercaron a él y le dijeron: «Dinos cuándo sucederá eso, y cuál será la señal de tu venida y del fin del mundo.» Jesús les respondió: «Mirad que no os engañe nadie. Porque vendrán muchos usurpando mi nombre y diciendo: «Yo soy el Cristo» y engaitarán a muchos... Mas de aquel día y hora nadie sabe nada, ni los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre... Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor» (Mt 24).

C - LOS ALIMENTOS IMPUROS:

«¿No comprendéis que todo lo que de fuera entra en el hombre no puede hacerle impuro, pues no entra en su corazón, sino en el vientre y va a parar al excusado? Así declaraba puros todos los alimentos». (Mt 7, 18).

D - EL SABADO

«ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2, 27). En el Nuevo Testamento el día de descanso no es el sábado sino el domingo, día de la Resurrec¬ción de Cristo. En domingo se celebran Pascua y Pentecostés.

E - BIBLIA Y UNIDAD:

¿De dónde procede que la misma lectura de la Biblia provoque una tal diversidad de creencias? ¿Del Espíritu Santo o del iluminismo individualista?

F - ¿ESPIRITU SANTO O JESUCRISTO?

El semanario protestante «Reforma» dice con razón hablando del pentecostismo: «Podría decirse que el movimiento es esencialmente Espíritu-centrista... Sin embargo la revelación bíblica no sitúa en primer término al Espíritu Santo sino a Jesucristo.»

G - CARISMAS Y AUTORIDAD.

Carisma Don gratuito, gracia. El carisma esencial es el don del Espíritu Santo que habita en nuestros corazones, nos santifica, aumenta nuestra ca-ridad. En sentido técnico, los carismas son dones que manifiestan en nosotros la presencia del Espíritu Santo. Los carismas fueron concedidos ya a los profetas del Antiguo Testamento sin que eso creara sectas. Los Apóstoles los poseyeron en un grado excepcional. Don de lenguas, milagros, visiones, profecías, etc. Como «a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para provecho común (1 Cor 12, 7), estos carismas no pueden oponerse a la autoridad, que son igualmente un don de Dios para el gobierno de su Iglesia.

En el Catolicismo, las almas fervorosas, desde un San Bernardo hasta la Madre Teresa (¡y cuantos más aún!) despiertan las conciencias e infunden vigor a la Iglesia sin provocar cisma.



Las sectas curadoras:

Antonistas, Ciencia Cristiana, etc. pretenden curar, como Jesús, por la imposición de manos. Pero se valen del magnetismo de la sugestión mucho más que de la doctrina de Cristo. Cristo vino a curarnos, ante todo, del pecado más que de la enfermedad; por eso, en unión con Él, aceptamos el sufrimiento redentor. Con Georges Roux, el «Cristo de Montfavet», nos sumergimos en la charlatanería: «Lee el Signo de mi nombre y dime si yo no soy para ti la R (air = aire) la O (eau = agua) la UX (lux = luz)...»

Conclusión

1) La necesidad de lo maravilloso, el ansia de profetizar, no son carismas. Un católico es libre de creer o no en las revelaciones de Santa Bernardita. Pero ¿qué libertad existe para los discípulos de Ellen White o de Rutherford? Evitemos «dedicar la atención a fábulas y genealogías interminables, que son más a propósito para promover disputas que para realizar el plan de Dios fundado en la fe» (1 Tim 1,4).

2) Reconozcámoslo: en las sectas se advierte con frecuencia ese fervor propio de grupos reducidos en los que todos se conocen. Hacen resaltar así el contraste con algunas de nuestras asambleas: clima de rutina, ausencia de comunidad fraterna.

3) ¡Qué diversidad en esta profusión de sectas! ¿Qué queda del mensaje cristiano en los Testigos de Jehová? Mucho menos que en los Pentecostales. En cuanto al Ejército de Salvación, ¿no es una obra de caridad, de una abnegación admirable, inspirada por el Protestantismo, más bien que una Iglesia?

4) Las sectas se han apoderado arbitrariamente de tal aspecto particular de la Verdad cristiana: oración por los enfermos, culto al Espíritu Santo, sentido de la escatología, etc... Nos recuerdan así una verdad que corremos el peligro de olvidar, y sacuden nuestro sopor. Por lo tanto, lo mejor que puedes hacer es reflexionar, orar, obrar, con todo fervor, unido a los otros jóvenes de tu medio, de tu parroquia. Normalmente las sectas son anticlericales. No lo olvides: «Para los que aún no han actuado, es muy fácil presentarse con las manos limpias. Son puros porque no tienen historia» (Lochet). Admira el espíritu de trabajo y de desinterés de los propagandistas de estas sectas, pero sacúdetelos de encima cortésmente pero con firmeza. Escucha el consejo de San Pablo: «Así, pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros.» (2 Tes 2, 15).

OBRAS UTILIZADAS Y RECOMENDADAS:

M. COLINON: «El fenómeno de las sectas en el siglo XX» (Casal 1 Vall)
R. P. CHERY «L'offensive des Sectes» (Cerf), obra magistral.  

Para conocer acerca de la actividad ecuménica pueden verse:


CONSEJO PONTIFICIO PARA LA PROMOCIÓN DE LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS: INFORME DE MONS. JUAN USMA GÓMEZ: La curación para pentecostales y católicos, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/eccl-comm-docs/rc_pc_chrstuni_doc_20070126_pentecostals_sp.html

PONTIFICIO CONSIGLIO PER LA PROMOZIONE DELL'UNITÀ DEI CRISTIANI: RAPPORTO DI MONS. DONALD BOLEN: Relazioni tra Cattolici e Metodisti, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20050124_catholics-methodists_it.html

PONTIFICIO CONSIGLIO PER LA PROMOZIONE DELL'UNITÀ DEI CRISTIANI: RAPPORTO DI MONS. JOHN A. RADANO: Relazioni recenti tra cattolici e battisti, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_20050129_cattolici-battisti_it.html

DIRE LA VERITE DANS L'AMOUR : L'AUTORITE D'ENSEIGNEMENT CHEZ LES CATHOLIQUES ET LES METHODISTES: Rapport de la Commission mixte Église catholique romaine-Conseil méthodiste mondial 1997-2001*, en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_071101_speaking_the_truth_fr.html


 





Los Mormones, o Iglesia de Jesucristo de los santos de los últimos días.


Templo Mormón en Salt Lake City, Utah












Muchos se preguntan si los Mormones son cristianos. Para dar una respuesta podría pedirse simplemente acudir a la información sobre los Mormones o Santos de los últimos días que se puede encontrar en diversos lugares, producida tanto por quienes pertenecen a esta comunidad , como por quienes la controvierten. Sin embargo, el asunto es más complejo. He aquí algunos hechos referentes a su historia:

1805: Nace su fundador José Smith Jr.

1820: José Smith afirma haber tenido la “Primera Visión”, esto es, que el Padre celestial y Jesucristo se aparecen a Smith y le dicen que no se una a ninguna de las iglesias, ya que “todas” ellas están equivocadas.

1827: Smith recibe los “Platos de Oro” por parte del ángel Moroni, de quien es traducido el Libro de Mormón.

1830: El Libro de Mormón se publica y la iglesia se organiza con la ayuda de Sidney Rigdon y Parley P. Pratt, bajo el nombre de “La Iglesia de Cristo”.

1834: El nombre de la iglesia se cambia a “Iglesia de los Santos de los Últimos Días”.

1838: El nombre de la iglesia se cambia a su forma final: “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”.

1831-1838: La iglesia opera desde Kirtland, Ohio y construye allí su primer templo.

1831-1838: Los mormones se establecen en Independence (Condado de Jackson) y en Far West (Condado de Caldwell), Missouri. En 1838, José Smith y Sidney Rigdon reubican las oficinas centrales de la iglesia de Kirtland a Far West, pero su estancia no es duradera debido a que los muchos conflictos con los residentes no mormones dirigen su expulsión del estado, bajo la Orden de Exterminación del gobernador Bogg contra los mormones.

1839-1844: Las oficinas centrales de la iglesia operan desde Nauvoo, Illinois. José Smith es nombrado alcalde de la ciudad hasta el día de su muerte en 1844.

1843: Se graba la sección 132 sobre Doctrina y Convenios. Esta revelación autorizó la toma de “vírgenes” en matrimonio plural. Muchos creen que además de su esposa Emma, José Smith se casó con otras 33 esposas, una de ellas sólo tenía 14 años de edad.

1844: José Smith enseña su famoso discurso “El Rey Follet”, el cual habla sobre la naturaleza de Dios como un “hombre exaltado”. Cuando la primera edición del periódico Nauvoo Expositor expone las enseñanzas de José Smith sobre la pluralidad de dioses y la poligamia, José ordena la destrucción de la prensa y se arresta con rapidez. Smith muere en un tiroteo cuando una multitud irrumpió en la cárcel Carthage, en el cual él asesina a dos hombres y deja herido a otro más.

1847: Los mormones pioneros llegan a Salt Lake Valley, bajo el liderazgo del segundo Profeta de los Mormones, Brigham Young.


Algunas de sus creencias sobre Dios

Punto fundamental de la doctrina de la comunidad mormona es el relativo a la naturaleza de Dios. Conforme a ella, se fundan en que una gran multitud de personas cree en la existencia de un Ser supremo, a quien se le llama por nombres diferentes. En consecuencia, también el mormón lo reconoce, y, apelando a los textos del Nuevo Testamento bíblico, lo considera, además, como Dios, Padre Celestial, que vive, nos conoce y nos ama a todos como hijos. Jesucristo ha ordenado que amemos a Dios (Mateo 22, 36-38) y enseñó que para tener la vida eterna es necesario conocer al único Dios verdadero (Juan 17,3). Y, como somos hijos suyos, es preciso saber sobre Él y cómo es Él. Haciéndolo, encontraremos paz y alegría, tanto en esta vida como en la futura. El Padre es celestial porque Él es Padre de nuestro espíritu. Nos ama individualmente, y nos proporciona un plan de salvación para esta vida y la futura. Antes de comenzar nuestra vida sobre la tierra, vivíamos con nuestro Padre celestial como uno de sus hijos espirituales, éramos felices, pero Dios sabía que no podríamos continuar progresando si no nos dejara por un tiempo. Así su plan consistía en que cada hijo viniese a la tierra, en donde recibiría un cuerpo físico y tendría experiencias que le ayudarían a aprender a crecer, es decir, a llegar a ser semejante a Él. 


El Padre sabía que desde ese momento cometeríamos errores. Por eso, como parte de su plan, previó un Salvador, Jesucristo, quien haría posible que los pecados fueran perdonados, y que cuantos aceptasen su sacrificio, pudieran volver al Padre celestial. Este regreso no sólo se realiza con la paz y la felicidad en esta vida, sino una vez hayamos muerto. Jesucristo es, pues, el Hijo de Dios, Unigénito del Padre en la carne. Es nuestro Redentor. Por medio de Él el Padre Celestial nos proporciona el medio para llegar a Él y volver a vivir con Él para siempre. Se ha de amar a Cristo, se ha de adorar a Cristo, pues Él es modelo y Salvador. 

El Espíritu Santo es la influencia de Dios para nuestra edificación. Ha sido enviado para consolar y orientar a sus hijos. Es el tercer miembro de la divinidad. Su misión es testimoniar la verdad, consolar, santificarnos y hacer que todas las cosas nos sirvan para nuestro bien (Juan 14,26; 15,26; 16,13).  

Sus creencias sobre la Iglesia 

Cuando Jesucristo vivía sobre la tierra, organizó su Iglesia para que todas las personas pudiesen recibir su evangelio y volver un día a vivir de nuevo con Dios, nuestro Padre Celestial. Después que Jesús subió a los cielos, sus Apóstoles continuaron recibiendo revelaciones suyas sobre cómo debían cuidar el trabajo de su Iglesia. Pero, desde el momento en que ellos murieron, algunos miembros modificaron las enseñanzas de la Iglesia que Él había establecido. Hasta ahora muchas personas bondadosas existen y muchas enseñanzas verdaderas permanecen, pero la apostasía de la verdad fue generalizada, por eso la Iglesia desapareció de la faz de la tierra. El Apóstol Pedro profetizó que Jesús restauraría su Iglesia antes de su segunda venida (Hechos 3, 19-21). Jesucristo comenzó a restaurar a plenitud su Iglesia en la tierra por medio del Profeta José Smith en 1820. Durante los siguientes diez años, José fue visitado por otros mensajeros celestiales, tradujo el Libro de Mormón y recibió la autoridad para organizar la Iglesia, en Fayett, Nueva York, el 6 de abril de 1830. Esta volvió a convertirse en una Iglesia mundial, hoy con más de once millones de miembros. Ella contiene las mismas enseñanzas y la organización básica de la Iglesia establecida por Jesús en los tiempos del Nuevo Testamento.

Muerto José Smith, Brigham Young condujo la Iglesia al Valle del Lago Salado (Salt Lake) y guió su crecimiento y expansión por todo el Oeste americano. Después de su muerte, el Apóstol más antiguo, John Taylor, se convirtió en el tercer Presidente de la Iglesia. Siempre que fallece un Presidente, lo reemplaza el Apóstol más antiguo. Así, hasta el día de hoy se han sucedido catorce Presidentes de la Iglesia. Cada Presidente escoge consejeros entre los hombres dignos y capaces. Juntos, conforman la Primera Presidencia de la Iglesia, y dirigen la Iglesia al lado de los Doce Apóstoles.

El Libro de Mormón

Es otro testimonio de que Jesucristo vive realmente y de que es el Hijo de Dios. Contiene los escritos de antiguos profetas. Uno de ellos, Leí, vivió en Jerusalén hacia el 600 a. C. Dios lo envió para que reuniese un pequeño grupo de personas en el Continente Americano, donde ellos crearon una gran civilización. Dios continuó llamando “profetas” a estas personas. El Libro es una colección de los escritos de estos profetas y registradores. Recibió el nombre de Mormón por uno de esos profetas antiguos. Los profetas conocían el plan del Padre Celestial y la misión de Jesús. Registraron, pues, que Cristo aparecería a los pueblos de América después de su Resurrección, les enseñaría su evangelio y formaría su Iglesia de entre ellos. El Libro contiene las enseñanzas de Jesús respecto de su expiación y de su amor, apoya y confirma la Biblia. El Libro termina con una grande promesa para aquellos que lo leyeren y oraren sinceramente, con la ayuda del Espíritu Santo (Moroni, 10:4).

Algunos temas morales

En relación con el abuso y los malos tratos entre cónyuges y entre padres e hijos, enseñan que son totalmente condenables “porque es un trato indigno del sacerdocio de Dios”. Hombre y mujer, por otra parte, poseen la misma importancia a los ojos de Dios y el matrimonio no da a uno o a otro derecho para dominar o maltratar al otro. En cuanto a las relaciones homosexuales expresan que “no (las) pueden consentir”, ya que hombres y mujeres “no se deben entregar a llevar una conducta inmoral” ni se los debe “apoyar a que vivan una situación marital con personas del mismo sexo. Permitir tal cosa sería despreciar los fundamentos extremadamente serios y sagrados del matrimonio instituidos por Dios y su propósito, que es el de criar familias”. “Esta Iglesia nada tiene que ver con las personas que practican la poligamia. Ellas no son miembros de esta Iglesia… Si cualquiera de nuestros miembros practicara el matrimonio plural será excomulgado, que es la más grave pena que la Iglesia puede imponerle. Ellas no sólo están violando la ley civil, están violando la ley de esta Iglesia”, afirman. Y para explicarse, enseñan que en varias ocasiones el Señor ordenó a su pueblo que practicase el matrimonio plural, como sucedió con Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David y Salomón (Doctrina y convenios 132:1). Dentro de esta perspectiva el Señor mandó que algunos de los primeros santos practicasen el matrimonio plural: el Profeta José Smith y quienes le eran más allegados, incluido Brigham Young y Heber C. Kimball, fueron desafiados por ese mandamiento, pero ellos lo obedecieron. Los líderes de la Iglesia controlaban esa práctica, y quienes la adoptaban tenían que tener la autorización para hacerlo, y tales matrimonios debían ser realizados por intermedio del poder sellador del sacerdocio. En 1890 el Presidente Wilford Woodruff recibió la revelación de que los líderes de la Iglesia debían detenerse de enseñar esa práctica del casamiento plural (Declaración oficial 1) Todos los miembros fieles de la Iglesia contribuyen con un diezmo y décimo de su renta. Los fondos son empleados para la construcción de templos y otros edificios, para el funcionamiento, para la financiación del programa misionero, para preparar materiales, para elaborar la “historia de la familia” (es válido el “bautismo por (o de) los difuntos”, que mantiene unida la familia), y la educación. Además de recomendar los beneficios que aporta comer de manera apropiada, para mantener una salud física y espiritual, Dios habló contra el uso del tabaco, del alcohol, del café y del té, y de las drogas ilegales. Poseen el famoso Coro del Tabernáculo Mormón, una agrupación de 340 voces mixtas. Leer y escuchar en: http://es.mormonwiki.com/Coro_del_Tabern%C3%A1culo_Morm%C3%B3n

Sobre el reconocimiento de la validez en la Iglesia Católica de los bautismos efectuados por la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, la Congregación para la Doctrina de la Fe, de la Santa Sede, ha respondido negativamente. Véase el documento en:
http://www.vatican.va/roman_curia/congregations/cfaith/documents/rc_con_cfaith_doc_20010605_battesimo_mormoni_lt.html







 



XIII. INTOLERANCIA Y LIBERTAD





El buen pastor, obra de Esteban Murillo (1617-1682)

















El 8 de diciembre de 1864 el Papa Pío IX hizo publicar el catálogo de los 80 errores más característicos de su tiempo. Los condenó en un documento tristemente célebre por su reputación de estrechez dogmática: el «Syllabus» .

El 7 de diciembre de 1965, un siglo después, el Papa Pablo VI promulgaba, de acuerdo con el Concilio, una declaración sobre «la libertad religiosa», extraordinaria por su amplitud de miras, su sentido de la dignidad humana y de la auténtica libertad. ¿Quién tiene razón? ¿Pío IX o Pablo VI? Para juzgar con claridad y justicia, examinemos primeramente cuál es la libertad que nos trae Cristo, y veamos después si la Iglesia ha permanecido fiel a esta concepción de la libertad.


1 - Cristo, nuestro libertador
 

Dios hizo al hombre libre para que no sea «un autómata del bien» (Berdiaev). El Antiguo Testamento es la historia de una larga liberación material y espiritual: «Yo, Yahvé, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre» (Ex 20,2).

2°) Jesús, por su parte, se aplicó a sí mismo la profecía de Isaías: «El Espíritu del Señor sobre mi... Me ha enviado a anunciar a los pobres la Buena Nueva, a proclamar la liberación a los cautivos... la libertad a los oprimidos». (Lc 4, 18). Libra al hombre no solamente de la enfermedad, de la ceguera, de la muerte corporal, sino de otro mal mucho más profundo: el pecado: (curación del paralítico, Lc 5, 17). Cristo es el único Libertador. Posee plenamente el Señorío, la Divinidad, tiene conciencia de su Misión: «Sin Mí, nada podéis hacer». (Jn 15, 5). Ante el escepticismo de Pilato (“¿Qué es la verdad?”), defiende, hasta morir, la autenticidad de su mensaje. En nuestras dudas, en medio de las oscuridades de algunos misterios, Él es nuestra única Luz: «Yo soy la luz del mundo, el que me siga no caminará en la oscuridad». (Jn 8, 12). «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí». (Jn 14, 6) ¿No tendría derecho, por todo esto, a obligarnos a escucharle y a seguirle?

3°) Veamos lo que nos enseña el Concilio:


«Cristo, que es Maestro y Señor nuestro, manso y humilde de corazón, atrajo e invitó pacientemente a los discípulos. Cierto que apoyó y confirmó su predicación con milagros para justificar y robustecer la fe de los oyentes, pero no para ejercer coacción sobre ellos... Pero sabiendo que se había sembrado cizaña juntamente con el trigo, mandó él mismo que los dejaran crecer a ambos, hasta el tiempo de la siega, que tendrá lugar el fin del mundo. Negándose a ser Mesías político y dominador por la fuerza, prefirió llamarse Hijo del hombre, que ha venido «a servir y a dar su vida para redención de muchos» (Mc 10, 45). «No rompe la caña quebrada y no extingue la mecha hu¬meante.» (Mt 12, 20). Reconoció al poder civil y sus derechos, mandando pagar el tributo al César... Finalmente, al completar en la Cruz la obra de la Redención, con la que adquiría para los hombres la salvación y la verdadera libertad, concluyó su Revelación.» (La libertad religiosa 12)

Lo que Jesús quiere es promover en el hombre la conciencia de su dignidad personal. Si la libertad es «un poder de escoger al servicio de un poder de progresar», Jesús no pone ningún límite a nuestro deseo de grandeza: «Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial» (Mt 5, 48). Jesús invita a sus discípulos a respetar a los demás, a la tolerancia: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros. Pero Jesús dijo: «No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por vosotros. » (Lc 9, 49). Jesús construye su Reino con hombres libres, y es a los hombres libres a los que confía la inmensa responsabilidad de predicar el Evangelio a toda criatura.


2. «Cristo y La Iglesia son una misma cosa» (Juana de Arco)

A - Iglesia y autoridad de Cristo.

La Iglesia ha recibido la misión y la autoridad del Señor. Es plenamente consciente de ello. Cristo lo afirmó rotundamente: «El que os escucha a vosotros a mí me escucha; y el que os rechaza a mí me rechaza; y el que me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado» (Lc 10, 16). Este texto capital destruye las pretensiones de los que quieren disociar la Iglesia y Cristo. «Dios quiere la salvación de todos los hombres, pero Cristo sólo salva, a todas las almas de buena voluntad, por medio de los esfuerzos, de las oraciones, de los sufrimientos de la Iglesia de hoy.» (De Lubac: «Catolicismo», cap. VII). Si la Iglesia no fuera más que una sociedad humana, sus exigencias no tendrían justificación. Pero dirás: ¿por qué no ejerce esta autoridad, legítimamente recibida del Señor, con la misma «tolerancia» que tuvo Cristo?

B - Iglesia e intolerancia

Los cristianos han sido siempre los primeros en soportar la intolerancia. Desde el comienzo sufrieron arrestos arbitrarios, cárceles, persecuciones sangrientas, y esto durante siglos...[nota final i] Sin olvidar a los que aún hoy en día sufren persecución por la justicia. «Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos...» (Mt 5, 11). Todo esto está bien y estaba anunciado. Pensarás, pero ¿cómo juzgaremos la postura de la Iglesia en la Inquisición y en el Syllabus?

1) La Inquisición.

En la Edad Media, en la fusión de lo espiritual y de lo temporal, la actitud del hereje no era solamente rebelión religiosa sino rebelión política. Hasta entonces, la Iglesia se había contentado con imponer sanciones espirituales; incluso protestó contra el celo intempestivo de ciertos emperadores como Constantino. Pero en el siglo XIII, el peligro albigense va tomando incremento. Preocupados por mantener la unidad social y religiosa, el complejo Iglesia-Estado reacciona brutalmente: la Iglesia entrega al «brazo secular» a los que rechazaban la «tregua de gracia». La tortura y la muerte eran entonces procedimientos demasiados corrientes de la justicia civil. La Iglesia los aceptó con demasiada facilidad aunque no sin reticencias. (Léase: Rops: L’Eglise de la Cathédrale et des Croisades, cap. XIII).

2) El «Syllabus».

En 1864, Pío IX era todavía una especie de monarca: creía que los Estados Pontificios eran aún necesarios para la independencia de la Iglesia. Surgió entonces un movimiento revolucionario político-religioso. A pesar de las excelentes intenciones, al lado de ideas modernas llamadas a un brillante porvenir, este movimiento traía consigo principios peligrosos: indiferentismo, racionalismo, absolutismo del poder civil. En el pensamiento del Papa, las 80 proposiciones daban el esquema esencial del movimiento y las condenó en bloque. El
«Syllabus» no es un dogma; fue entonces una medida de prudencia. Hoy todo ha cambiado. El período defensivo de la Iglesia ha pasado. La Iglesia se abre más ampliamente a los problemas del futuro. Acepta actualmente, mediante ciertas cláusulas, la supresión de los Estados Pontificios, la separación de la Iglesia y del Estado, la legitimidad de la Escuela laica.

Tratemos de comprender estas reacciones violentas contra las desviaciones y las herejías, lo cual no quiere decir que las justifiquemos. En el rostro de la Iglesia hay «manchas y arrugas», dijo Juan XXIII.

3. La declaración conciliar sobre «la libertad religiosa».

La cristiandad medieval y los Estados Pontificios son dos épocas totalmente pasadas. La Iglesia de hoy tiene en cuenta el pluralismo religioso, procura establecer el diálogo con las otras comunidades, sean cristianas o no, lee los «signos de los tiempos»: «De la dignidad de la persona humana tiene el hombre de hoy una conciencia cada día mayor.» (Libertad religiosa 1).

Pero a fuerza de afirmar los derechos de la conciencia humana, ¿va a olvidar la Iglesia los derechos de la verdad divina?

1) La Iglesia y la verdad

«En primer término, el Sagrado Concilio profesa que Dios mismo manifestó al género humano el camino por el cual los hombres, sirviéndole a El, pueden salvarse y llegar a ser bienaventurados en Cristo. Creemos que esta única religión verdadera subsiste en la Iglesia Católica y Apostólica a la cual el Señor Jesús confió la obligación de difundirla a todos los hombres.» (Libertad religiosa 1).

Esto es hablar francamente: la libertad religiosa no ha de confundirse con el indiferentismo que considera iguales todas las religiones, ni con el racionalismo que rechaza, a priori, toda posibilidad de Revelación, ni con el laicismo que niega que el hombre tenga obligaciones con respecto a Dios, ni con el diletantismo que fomenta las dudas y el capricho en la acción.

2) Dogma y libertad de pensamiento

El cristiano ¿puede pensar lo que le parezca? Distingamos bien los dominios:

a- El dogma. Se resume en el «Credo» que, cada domingo, recitas con tus hermanos en la fe: no puedes negar ni un solo «artículo» sin quedar excluido de la comunidad, sin excomulgarte.

b- Las opiniones religiosas facultativas. La verdad puede ser examinada bajo ángulos diferentes, puede expresarse en fórmulas diversas, a menudo complementarias. Ej.: la controversia sobre la gracia y la libertad. A condición de no negar ningún aspecto del problema, tienes derecho a escoger la óptica que prefieras. Si se condena al integrista y al progresista es a causa de su sectarismo.

En el interior de la misma Iglesia abundan las discusiones entre pensadores, las polémicas entre periódicos y revistas: esto te manifiesta la libertad de pensamiento frente a la inagotable riqueza de nuestra doctrina. La mayor parte de los cristianos han saludado con intensa alegría la supresión del “Santo Oficio” (hoy: Congregación para la Doctrina de la Fe). La Iglesia nos invita a buscar la verdad en la fidelidad y el diálogo y no a perseguir recelosamente el error.

3) Pero, ¿y la libertad de equivocarse...?

«El hombre percibe y reconoce por medio de su conciencia los dictámenes de la ley divina... no se le puede forzar a obrar contra su conciencia. Ni tampoco se le puede impedir que obre según ella, principalmente en materia religiosa.» (33).

Santo Tomás decía ya: «Si la razón humana propone la fe en Cristo como un mal, la voluntad obrará mal si se adhiere a ella». Distinguimos, pues, claramente: por una parte la verdad o el error, y por otra, la conciencia que el hombre pueda tener de ellos. «La religión no es en primer término una virtud intelectual... Si el sujeto no ha recibido la Revelación cristiana... si está imbuido de pre-juicios sin culpa suya, podrá hacer un acto auténtico de adoración... con tal de que sea fiel a las luces que haya recibido. Lo que importa esencialmente en la virtud moral de religión, es la autenticidad, la veracidad y la actitud subjetiva». («Etudes», Abril 1965, p. 456).

Esto es lo que nos enseñaba Juan XXIII en «Pacem in Terris»:

«Es de justicia hacer la debida distinción entre el error y aquellos que lo cometen, incluso si se trata de personas que tienen ideas falsas o conocimientos insuficientes en lo que se refiere a la religión y a la moral. El hombre, aunque haya caído en el error, sigue siendo un ser humano y conserva su dignidad personal que es preciso respetar siempre. Además no pierde nunca la posibilidad de salir del error y abrirse un camino hacia la verdad.»

CONCLUSION:

«Apóstol tolerante», ¿son dos cosas contradictorias? Porque tu debes ser la sal de la tierra y luz del mundo. «Quien se avergüence de mí y de mis palabras, de ése se avergonzará el Hijo del hombre, cuando venga en su gloria». (Lc 9. 26). Entonces, ¿cómo hay que evangelizar? ¿Se trata de dominar? ¿De «atraer», de convertir, de adoctrinar? Imita la paciencia del Señor. Aprende a «revelar al hombre lo que vive sin saberlo». «No se puede vivir en falso por mucho tiempo: sólo el lenguaje de la fe engendra la fe; sólo el gesto de la caridad engendra la caridad». (De Lubac) Escucha a los dos más grandes apóstoles: «Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud. Soy yo, Pablo, quien os lo digo» (Gal 5, 1). «Estad siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza. Pero hacedlo con dulzura y respeto.» (1 Pe 3, 15).

BIBLIOGRAFIA: Declaración Dignitatis humanae sobre «la libertad religiosa»: http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_decl_19651207_dignitatis-humanae_sp.html

FESQUET: ¿El catolicismo religión del mañana? (Estela).  

Acerca de la Ciudad del Vaticano, en cuanto Estado: 

http://www.vaticanstate.va/ES/homepage.htm




Documentos sobre temas que tienen vinculación con el fenómeno religioso y con nuevos movimientos de índole religiosa o cercana a lo religioso:

CONSEJO PONTIFICIO DE LA CULTURA - CONSEJO PONTIFICIO PARA EL DIÁLOGO INTERRELIGIOSO: INTEVENCIÓN DEL CARDENAL PAUL POUPARD EN LA PRESENTACIÓN DEL DOCUMENTO: JESUCRISTO, PORTADOR DE AGUA VIVA. UNA REFLEXIÓN CRISTIANA SOBRE LA "NUEVA ERA", en: http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_councils/interelg/documents/rc_pc_interelg_doc_20030203_press-conf-new-age_sp.html


Nota bene:

Es sumamente importante actualizar este documento invitando a leer la Exhortación apostólica Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio) escrita por S. S. el Papa FRANCISCO, y publicada el 24 de noviembre de 2013. En ella, en los números 244 a 246 trata sobre el "diálogo ecuménico", es decir, entre los cristianos; en los números 247 a 249, sobre las relaciones de los cristianos con los Judíos; en los números 250 y 251, sobre el diálogo interreligioso; y en los números 252 a 254 hace una referencia particular a las relaciones del cristianismo con el Islam. Especial importancia se da a la necesidad de considerar la "libertad religiosa" como sustrato común para edificar sólidamente estas relaciones, pero también como "derecho humano" del primer orden (números 255 a 257), inclusive para las minorías, en el ámbito de una cultura cada vez más global. Véase en: www.vatican.va/holy_father/francesco/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium_sp.pdf

 







XIV. Cuatro acercamientos al estudio del fenómeno religioso



He querido recoger aquí, por último, cuatro visiones del fenómeno religioso desde la perspectiva de diferentes disciplinas del saber: La filosofía, la sociología, la sicología y la antropología, en la voz de sus propios gestores. Sobre algunas perspectivas presento varias versiones, para que se conozcan puntos de vista diferentes y no necesariamente coincidentes sobre el problema. 


En relación con la teología católica propongo solamente, por el momento, un texto que, por el momento, lamentablemente, no se encuentra on-line: 
  • Joaquín SILVA SOLER: "El aporte de la teología empírica para la comprensión de la religión en la cultura actual", en: SOCIEDAD ARGENTINA DE TEOLOGÍA (Ed.): Dar razón de nuestra esperanza: el anuncio del Evangelio en una sociedad plural Agape Libros Buenos Aires 2012 v. 1, sección 1, 171-201.



 

1. Filosofía y religión

A) Naturaleza y objeto de la filosofía de la religión

1. Los comienzos de la filosofía de la religión

La filosofía de la religión es un tema moderno, ya que en la antigüedad o el Medioevo no se reflexionaba sobre la religión, se reflexionaba sobre Dios. La teología revelada apelaba directamente a la fe, el hombre debía acatar la escritura. La teología natural, pretendía hacer un hueco a la razón partiendo del reino de lo visible, de lo experimentable. Desde Ramón Sabunde (médico catalán del siglo XV) hasta Ch. Wolf, pasando por las cinco vías de Tomás de Aquino, la teología natural nunca se jactó de haber demostrado la existencia de Dios, se limitó a sostener la posibilidad de tal demostración. Wolf insistió siempre en que la teología, natural para la que exigía un estatuto de autonomía desvinculada de la revelación, debía ajustarse a los principios de la razón y la experiencia.

La línea de Wolf fue continuada por su discípulo más importante, A. C. Baumgarten. Concibe la teología natural como un conocimiento de Dios sin ayuda de la fe. Estos hombres fueron abriendo una brecha, creando un espacio propio para la teología natural, espacio propio que, paradójicamente fue su tumba, condenándola a una muerte segura en la segunda mitad del siglo XVIII a manos de E. Kant. La censura prusiana prohibió la obra de Kant que transformaba la teología natural en filosofía de la religión, se trata de La religión dentro de los límites de la mera razón (1795). Para K. Feiereis, quien ha dedicado una exhaustiva monografía (Die Umprägung der natürlichen Theologie in Religionphilosophie, Leipzig, 1965) a la transformación de la teología natural en filosofía de la religión, el creador del término fue S. Von Storchenau en 1784. A nosotros nos parece correcto concluir que, aunque el creador del término fue Storchenau, el auténtico padre de la filosofía de la religión fue Kant. Fue él quien la propuso como culminación de los estudios de los estudios de teología. El hecho de que no llegara a emplear el término carece de importancia. Es cierto que fueron hombres de poco relieve filosófico los que entre 1794 y 1798, consumaron el paso de la philosophische Religionslehere (teoría filosófica de la religión) kantiana a la filosofía de la religión. Pero se trato de un paso meramente formal. El trabajo esencial había sido realizado por el filósofo de Köninsberg. Sus discípulos (Heydenreich, Pölitz y Jacob, entre otros) fueron ocupando cátedras de filosofía de la religión y deslindando los contenidos y métodos de la nueva disciplina.

2. El giro antropológico

El universo religioso consta de dos polos, Dios y el hombre. La historia de las religiones muestra las oscilaciones de la relación. Hegel señaló que la teología natural sólo se ocupaba del primer polo que nosotros hemos señalado, en cambio la filosofía de la religión se abre al segundo polo, el hombre. Es sabido que Kant "retrotrajo todo a la subjetividad humana buscando en el sujeto personal (yo, nos) la clave de la solución” . La revolución kantiana sitúa al hombre en el centro de todo. Y el hombre, en concreto su sentimiento religioso, será el centro del pensamiento de Schleiermacher. Ni la razón, ni el pensamiento conducen a Dios. Ni la iglesia, ni los evangelios, conducen en última instancia a Dios, sino el hombre. De él parte Schleiermacher y como buen romántico, otorga primacía a la sensibilidad, a las emociones, al sentimiento. Hegel ironizó sobre esta "teología del sentimiento" pero Schleirmacher no quería conocer a Dios sino sentirlo. La esencia de la religión no era para él pensar y actuar sino sentir e intuir.

3. El descubrimiento de nuevas religiones.

Durante mucho tiempo la religión no constituía un problema. Existía el problema de Dios. Se daba por supuesto que el cristianismo era la única religión verdadera. La filosofía de la religión tuvo que reflexionar sobre la pluralidad de las religiones descubiertas en la modernidad por viajeros, comerciantes, misioneros, etnólogos y un largo etcétera. Se presentaban problemas abrumadores para la filosofía de la religión ¿eran todas verdaderas? ¿Había alguna religión superior a las otras? Hegel afirmaba que el cristianismo era la religión absoluta porque era la religión de la libertad y del espíritu, pero no se incurriría así en la "tiranía del único anillo" (Lessing).

4. La quiebra del pensamiento dogmático

El nacimiento de la filosofía de la religión fue posible porque en el proceso que venimos narrando, muchos absolutos saltaron hechos añicos. La Filosofía de la religión sólo encontró su espacio cuando Europa se liberó de la asfixiante tutela religiosa en la que vivía. Toda la convulsión que supuso el descubrimiento de nuevas religiones en el Renacimiento, de nuevas zonas geográficas, hizo que el viejo mundo se resquebrajara, subiendo aún más de tono con la Reforma. Es difícil imaginar la sacudida y alteración de esquemas que la irrupción del protestantismo supuso para la Europa cristiana. Lutero sacudió dogmas, autoridades y tradiciones. Europa conoció guerras de religión que la devastaron, la Iglesia creó una inquisición que prendió fuego a pensadores y disidentes. Sólo en aguas tan agitadas pudo nacer la filosofía de la religión. Lutero había dividido a la Iglesia y una iglesia dividida era una iglesia desmitificada en la que cabían diferentes interpretaciones de Dios. Partiendo de este hecho, importantes sectores de la modernidad pasarán a no tener "ninguna" concepción de dios y profesarán abiertamente el ateísmo.

5. El concepto de filosofía de la religión.

La filosofía de la religión no puede ahorrarse lo que Hegel llama el "esfuerzo conceptual". Es una empresa eminentemente teórica. Según él, la función de esta disciplina no consiste en hacer a los hombres religiosos, ateos o agnósticos, sino hacerlos lúcidos. La filosofía de la religión como cualquier otra filosofía, tiene grandes obligaciones contraídas con el verbo ser, no basta con describir cómo funciona la religión, ni para qué sirve. Es necesario intentar la definición sustantiva, la que se pregunta por el ser de la religión.

Esta pregunta está de antemano condenada al fracaso si se renuncia a la ayuda que le viene de las ciencias de la religión: 

  • - Fenomenología del hecho religioso: Comprensión del hecho religioso en la variedad de sus manifestaciones. Aproximación aséptica, descriptiva (Mircea Eliade) 
  • - La Sociología de la Religión: El filósofo no puede definir la religión ignorando que es un producto social que configura las prácticas y creencias de sus fieles (Weber, Durkheim) 
  • - La Psicología de la Religión: Pone de manifiesto que el ímpetu religioso del hombre, cuando se da, puede deberse a infinidad de factores: asombro, miedo, indefensión, deseos insatisfechos, etc. (Freud). 
  • - La Historia de las religiones: Quien solamente conoce una configuración del hecho religioso difícilmente podrá filosofar sobre él. 

Pero admitidas todas estas valiosas ayudas sigue pendiente nuestra tarea: lograr una definición sustantiva de la filosofía de la religión. El teólogo P. Tillich es muy contundente al respecto. El objeto de la filosofía de la religión -escribe- es la religión, pero la religión se resiste a ser objeto de la filosofía . En la misma línea se expresa W. Trillhaas . La experiencia religiosa fue descrita por R. Otto como "tremenda y fascinante". Tremenda porque roza lo terrible, fascinante porque se adentra en lo extático y arrebatador. Fueron los místicos los que supieron de todo esto, no los filósofos. No son los hombres, los que acceden a Dios, sino Dios, que desciende hacia nosotros. Parecía necesario recordar esa versión fuerte de religión. Sus protagonistas, místicos y teólogos, no necesitan los servicios de la filosofía, pero la filosofía si los necesita a ellos. 

Con todo, la filosofía de la religión, no puede partir de la sublime experiencia de un místico, su punto de partida será la aldea, es decir, la normalidad. Podemos atenernos a la definición de J. Martín Velasco: "Un hecho humano específico que tiene su origen en el reconocimiento por parte del hombre de una realidad suprema, la cual confiere sentido último a la propia existencia, al conjunto de la realidad y al curso de la Historia" . A este concepto de religión suelen atenerse los proyectos de filosofía de la religión existentes. Por encima de notables diferencias hay algo que los une: Todos insisten en que la filosofía de la religión es filosofía. Sus primeros cultivadores (Hume, Kant, Hegel) fueron filósofos. Para determinar en qué sentido sea filosofía es conveniente asomarse a algunas definiciones de esta disciplina. En 1982 publicó L. Kolakowski un libro en el que aparecen los grandes temas de la teología natural, la teología revelada, de la filosofía de la religión y de las ciencias de la religión: trata de teodicea, del Dios de los filósofos, del Dios de los místicos, de lo santo y de la muerte, de lo inefable, del lenguaje y del tabú. Parece desprenderse que la filosofía de la religión se caracteriza más por un estilo que por un temario. Aunque Kolakowski no ofrece ninguna definición de filosofía de la religión, distingue entre la tradición alemana y la anglosajona. Para la primera, la filosofía de la religión es parte constitutiva de la filosofía de la historia. En cambio la filosofía analítica procede de forma empírica, intentando probar racionalmente sus contenidos. Kolakowski, propone llevar a cabo una síntesis con lo mejor de ambas tradiciones. B. Welte , conocido filósofo católico, amigo de M. Heidegger, publicó su Filosofía de la religión, 1982, por las mismas fechas que la de Kolakowski. En ella se afirma: "La filosofía de la religión es un pensar filosófico que versa sobre la religión y por tanto, pone todo su empeño en esclarecer intelectualmente la esencia y la forma de ser de esta. La filosofía de la religión aborda la pregunta: ¿Qué es la esencia de la religión?" Sin embargo Welte, coloca a Dios como centro de su reflexión en lugar de a la religión y dando más importancia al culto y a la oración que a la filosofía, al estilo de Unamuno. "Un miserere, cantando en común por una muchedumbre, azotada del destino, vale tanto como una filosofía" .

Uno de los hombres que han presionado a la filosofía de la religión para que, de una forma crítica y abierta encarne los viejos temas ha sido E. Bloch. Su gran obsesión fue el "mal metafísico", el que no cabe a tribuir a los hombres, al orden social capitalista. Su expresión máxima es la muerte, a la que Bloch llama hacha de la nada, devoradora de toda teología. A Bloch le parecía absurdo que el hombre acabe igual que el ganado. Algo desmedidas parecen las expectativas con las que W. Dupré se acerca a esta disciplina. Por supuesto, le encomienda al estudio de los temas que afectan al sentido de la vida: pero además, le pide que haga horas extras, y profundice en los siguientes temas: su relación con la metafísica; el concepto de experiencia religiosa; lo religioso y su simbólica; la relevancia cultural del mito y el símbolo; el problema de Dios, el significado de la aparición y ocaso de las religiones; el lugar de la conciencia religiosa y de la teología en el mundo del espíritu; la relación entre ciencias de la religión y filosofía de la religión; el influjo de la religión sobre las ideologías y las cosmovisiones; la religión en el entramado de la ética, la política y la economía; la importancia de la religión para la verdad de la existencia humana. Esta generosa asignación de funciones denota que la filosofía de la religión dista mucho de ser un campo unificado de temas, métodos y resultados, predominando una desconcertante pluralidad (p. e. no hemos hablado de los ingentes desarrollos analíticos del lenguaje religioso, en seguimiento del segundo Wittgenstein).

En conclusión:

La filosofía de la religión es una disciplina joven que busca aún su identidad, sin embargo, ocurra lo que ocurra, mantendrá dos características: 1. La amplitud temática. 2. La filosofía de la religión es una reflexión crítica, abierta rigurosa y no confesional sobre los temas relacionados con la religión. Pensamos que es asumible el catálogo de tareas confeccionadas por Dupré.




B) Aproximación fenomenológica al hecho religioso

Inscrita en las "ciencias de la religión", su nacimiento se liga a la aparición de la obra "Mitología comparada" de M. Müller. La fenomenología religiosa de Chatepie tiene dos preocupaciones, por un lado el material acumulado en cuanto a los fenómenos, por otro las preocupaciones metodológicas. Existen dos tradiciones fenomenológicas por un lado la germánica (que desembocará en la fenomenología de Husserl) y por otro la tradición anglosajona más ligada al hecho positivo.

1. Comprensión de la fenomenología

Existen tres corrientes de práctica fenomenológica:

1.- La corriente representada por Husserl y Scheler (fenomenología husserliana) 

2.- Historia positiva (Schleirmacher, Dilthey)
3.- Historia comparada.

La metodología de la historia positiva y la comparada son muy similares. El método de la fenomenología tiene por objeto el hecho religioso en toda su extensión e intención. Los conceptos básicos que intervienen en la metodología fenomenológica son los de Explicación (Erklären), Comprensión (Verstehen) y Empatía (Nacherlebnis) y se tiene siempre la intención del sujeto. La fenomenología es un saber descriptivo, no normativo que pretende descubrir los elementos comunes a los fenómenos así como las relaciones que se dan entre ellos, a partir de ahí, elabora una estructura hipotética del fenómeno que trata de captar su significado real.

2. El mundo de lo sagrado.

Goblet D'ALVIELLA acuñó el término hierología. Existen dos tradiciones hieorólogicas reconocibles:

1.- La representada por Söderblom y Rudolph Otto. Consideran que el objeto de la religión es lo "santo".

2.- La representada por Hubert, Mauss y Durkheim, donde el objeto son las relaciones entre lo sagrado y lo profano.

Se caracteriza lo sagrado como categoría del orden de la realidad. Lo importante es la significación que tiene. Se da una ruptura existencial. La experiencia de lo sagrado es un sentimiento ambiguo de temor y creencia.

3. El misterio: origen de lo sagrado.

Se califica el budismo como lo más parecido que puede haber a una religión atea si es que tal cosa es posible. "Dios" como idea no puede abarcar todos los géneros de configuraciones. Velasco propone para esta variedad el término misterio. La utilización de la coincidencia oppositorum de Nicolás de Cusa ofrece tres categorías aplicables a todas las religiones supra, prius, ultra . Se trata de un criterio aplicable a todas las religiones. Permite así mismo establecer comparaciones con los "críticos" de la religión (Nietzsche, Feuerbach).

4. Formas de la experiencia religiosa. Definición de su estructura

Las manifestaciones religiosas son interpretadas como "radiografías sociales". En este tipo de manifestaciones se advierten dos rasgos fundamentales por un lado la relación del hombre con lo sagrado, por otro la expresión de esta relación. Las formas de experiencias religiosas son recogidas en este esquema: - intento de contactar con lo supremo (individual) - personalización y presencia del "dios" (religiones proféticas) - experiencia mística (proféticas y religiones de extremo oriente) - Vida ordinaria - Experiencias milagrosas - Experiencias del mundo superior. En todas estas formas de experiencia religiosa se da una serie de rasgos comunes: - El hombre es el protagonista de la experiencia. - La implicación del hombre es absoluta. - Desencadenante de sensaciones fuertes. El individuo se descubre como un ser "pasivo" pero también como "activo receptor" del misterio, (carácter oblativo de la actitud religiosa).

5. El mundo de las mediaciones religiosas. Misterofanías:

Los elementos que componen una misterofanía son los siguientes:

Mediaciones objetivas: "conjunto de realidades de todo tipo en las que el objeto religioso de todos los tiempos ha reconocido la presencia del misterio (hierofantas)".

Mediaciones subjetivas: son los actos de expresión en sus diferentes niveles, símbolos, mitos, doctrinas, teologías y dogmas.

Kratofonías: manifestaciones de potencia.

Proceso hierogénico: las hierofantas surgen de la proyección por el hombre sobre la realidad de la trascendencia.

Realizaciones de los símbolos.

Expresiones activas: ritos, elementos de culto, etc.

Mediaciones comunitarias: Iglesias, fraternidades.

Estas mediaciones son cambiantes, relativas entre sí y relativas a situaciones culturales.

6. Definición de la religión desde la fenomenología

Para dar una definición de la religión desde la fenomenología es necesario aplicar el método hermenéutico de la comprensión y la interpretación.

Existen en este método seis momentos fundamentales de reconocimiento:
1) reconocimiento del sujeto.
2) reconocimiento del objeto / término.
3) reconocimiento de las relaciones.
4) reconocimiento de las mediaciones.
5) reconocimiento de las funciones.
6) reconocimiento del orden (estructura).



C) Teología (nematología) / Ciencia / Filosofía de la Religión

Los saberes sobre la religión son muy diversos y pueden clasificarse en tres grandes grupos:

(I) «Saberes nematológicos».

Están organizados en torno a instituciones dadas (políticas, militares, tecnológicas, deportivas, etc.) y su objetivo es, no sólo establecer «proposicionalmente» las coordenadas de las «nebulosas ideológicas» que acompañan a tales instituciones en función de otras «nebulosas» referidas a instituciones distintas (radio-televisión respecto de las «nebulosas» formadas con las Ideas de «Comunicación», «Cultura», «Información», «Libertad de expresión», «Aldea global», «Creatividad», etc.), sino también analizar y sistematizar los propios contenidos «proposicionales» de la nebulosa de referencia. Hablaríamos tanto de una «nematología olímpica», como de una «nematología militar» o de una «nematología política». Los saberes nematológicos (que son saberes ideológicos o mitológicos o filosóficos-mundanos y, en general, doctrinales) aunque no son identificables con las creencias y evidencias prácticas que constituyen el núcleo de cada nebulosa, tampoco pueden considerarse externos a tales nebulosas.

Los saberes nematológicos pueden agruparse en dos clases:

(1) Saberes nematológicos internos.

Se mantienen en la perspectiva de la «concavidad» de las creencias internas a la nebulosa: representan la nematología positiva y tienen por objeto la reexposición, analítica y sintética, de los contenidos de las creencias nucleares (nematología dogmática positiva, «filológica») o bien la exposición de esos contenidos desde perspectivas más amplias, utilizando instrumentos tomados de otras esferas distintas de la nebulosa de referencia (nematología sistemática o escolástica). Cabe establecer, dentro de la nematología positiva una «disciplina» que llamaríamos Nematología fundamental, organizada en la vía del regressus, a partir siempre de las creencias nucleares de referencia, hacia los fundamentos desde los cuales esas creencias nucleares parece que han podido constituirse.

El problema que plantea la Teología dogmática es del mayor interés, por cuanto implica el análisis del sentido que puede tener una institución (Concilios, las llamadas fuentes sagradas, los escritos paulinos, etc.) inspirada por una fides quaerens intellectum. Partimos de la teología positiva, no como «ciencia de Dios» (que no lo es, salvo materialmente, puesto que formalmente es «ciencia de la Revelación») sino como nematología de la Iglesia romana (o bizantina, etc.) y, por analogía, la teología de los judíos o musulmanes, en tanto necesita, al parecer «una reexposición racional» de la revelación (supuesto que sea praeterracional o suprarracional).

¿Qué puede hacer la «razón» al penetrar en un mundo que se presenta al análisis como preter-racional (de praeter en latín= ante, fuera de, más que, contra, además de), como preter-lógico o prelógico? Podemos agrupar la diversidad de respuestas en las tres categorías siguientes:

a) Aquellas que entienden la Teología dogmática como desenvolvimiento o extracción, como Teología ilativa. Esta teoría de la Teología permite entender la función de la razón en la fe: es este un depósito infinito que nos es dado (depósito positivo), y que tenemos que tratar a nuestro modo, según el lema de la fides quaerens intellectum. La razón lo que haría es explicitar un manantial subterráneo para obtener conclusiones que eventualmente podrían ser incorporadas por la Iglesia, que podría elevarlas a la condición de dogmas de primer orden: Combinando el fiat lux del Génesis con la teoría del big-bang, muchos creyentes de hoy piensan haber alcanzado una mejor comprensión «racional» (teológica) del relato bíblico de la creación.

b) Aquellas que entienden la Teología dogmática (sin que se excluya la interpretación anterior) como una re-exposición o transposición de un dogma (por ejemplo, el de la transubstanciación del pan y del vino) en un sistema racional previamente dado. Es el caso de la explicación-transposición del dogma de la Santísima Trinidad en la imagen del foco de luz (el Padre) que se refleja en un espejo (el Hijo) dando lugar a un rayo de retorno (el Espíritu Santo), que utiliza Fray Luis de Granada en la Introducción al Símbolo de la Fe. La reexposición tiene aquí un alcance de índole analógica, y podríamos hablar de Teología analógica o transpositiva.

c) Aquellas que entienden la Teología dogmática en un sentido «estructural» o interno (Teología dogmática estructural o interna) y cuyo objetivo principal es la comparación entre diferentes dogmas del depósito revelado para describir sus simetrías, transformaciones, inversiones, etc. («en el dogma de la Santísima Trinidad tres personas forman una sola sustancia, mientras que en el dogma de la Encarnación tres naturalezas forman una sola persona», según el análisis del mismo Fray Luis de Granada).

(2) Nematología preambular.

Saberes nematológicos que se mantienen en la perspectiva de la «convexidad» de las creencias nucleares («estructuralmente», sin perjuicio de que «genéticamente» hayan sido inspirados por la misma creencia nuclear), procediendo a partir de supuestos ajenos a las creencias nucleares de que se trate. La Nematología preambular se nos presenta como delimitando «desde fuera» el espacio que va a ser ocupado por la creencia nuclear. Cuando las instituciones de referencia (por ejemplo, la del bautismo) son las constitutivas de la religión terciaria positiva, la Nematología toma la forma de una Teología (dado que Dios, o los dioses, figuran entre los contenidos centrales de sus creencias) aunque, en principio, no toda «nematología religiosa» tendría que tomar la forma de una Teología. La distinción que hemos presentado entre la Nematología positiva y la preambular se concreta ahora como distinción entre Teología positiva y Teología preambular (que ya no será «interna» a la creencia, puesto que formalmente, al menos, se presentará como ciencia o como filosofía, es decir, como Antropología –o Historia o Cosmología– o como Teología natural); o bien, dentro de la Teología positiva, como Teología dogmática, frente a la Teología escolástica, y ambas frente a la Teología fundamental.

(II) «Saberes científicos»

En sentido estricto en torno a la religión (nos referimos a la cuarta acepción del término ciencia: Arqueología, Sociología, Etnología, Filología, Historia de las Religiones). El concepto de «ciencia» por el que nos guiamos deja fuera de su extensión a los cuerpos doctrinales que se autodenominan (utilizando la segunda acepción de ciencia) «ciencias teológicas» (la Teología dogmática, la Mariología, la Sindología, o la Philosophical Theology).

Si decimos que no hay una «ciencia de las religiones» no es porque supongamos que no haya ninguna sino porque reconocemos que hay muchas. Las relaciones entre las «ciencias de la religión» y las «religiones» mismas pueden ser, por lo menos, de estos dos tipos: Relaciones de neutralidad y relaciones de incompatibilidad.

(1) Relaciones de neutralidad: Hay muchas ciencias que pueden considerarse compatibles con las creencias dogmáticas. Estas ciencias (o partes de ciencias) podrían desempeñar funciones de «nematología preambular» y de «nematología positiva». No debe olvidarse que muchas ciencias (sobre todo las histórico-filológicas y las sociológicas) han encontrado un entorno muy favorable para su desarrollo precisamente en el ámbito constituido por una «comunidad religiosa» o, simplemente, una confesión determinada.

(2) Relaciones de incompatibilidad: Una ciencia positiva implica determinadas coordenadas de racionalidad que la hacen incapaz de admitir cualquier tipo de contenido dogmático (la ciencia histórica no puede admitir la aparición real de Santiago Apóstol a Ramiro I en Clavijo en 844); recíprocamente, determinadas creencias dogmáticas son incompatibles hasta tal punto con la racionalidad científica que pueden bloquear su desarrollo mismo –el dogma de la Encarnación de la Segunda Persona en la virgen María impide la investigación histórico sociológica acerca del padre natural de Jesús de Nazaret y de sus hermanos de sangre (en el sentido de los «helvidianos»)–.

(III) «Saberes» constitutivos de la «filosofía de la religión».

En la medida en que la «naturaleza de la religión» se expresa precisamente a través de la filosofía de la religión habrá que concluir que el concepto mismo de «filosofía de la religión» no es independiente, o previo, a toda filosofía (o doctrina filosófica) de la religión dada, lo que equivale a decir que solamente desde una doctrina filosófica o filosofía de la religión determinada cabe dibujar un concepto interno de «filosofía de la religión» como disciplina. Con esto decimos también que una gran parte de las obras que hoy son consideradas como «filosofía de la religión» habría que clasificarlas, desde nuestras coordenadas, como «nematología preambular» (a veces, como mera apologética de, al menos, las «religiones proféticas postaxiales»). La «filosofía de la religión» sería un caso más de institucionalización de «filosofías centradas» en torno a nódulos tales como el Estado, el Lenguaje o el Arte («Filosofía del Estado», etc.). La cuestión relativa a la naturaleza de la «filosofía de la religión» la formulamos de este modo: « ¿qué saberes sobre la religión (o qué saberes religiosos) es preciso presuponer para que la pregunta filosófica acerca de la religión pueda plantearse»? Nuestra respuesta es la siguiente (en función de las coordenadas de El animal divino): el «saber sebasmático» que prefigura la necesidad –o la posibilidad– de la constitución «institucionalizada» de una filosofía de la religión es el ateísmo relativo al Dios de las religiones terciarias. El ateísmo terciario no debe confundirse con el ateísmo filosófico: un deísta, como Voltaire, es ateo terciario, pero no ateo filosófico. Sólo cuando se ha tenido saber o experiencia del alcance y volumen social, moral, histórico –digamos, transcendental– de una religión ecuménica organizada en torno a un Dios verdaderísimo (que no es meramente «el Dios de los filósofos», sino también el Dios vivo, numinoso, que se hace presente en el mundo, lo crea e incluso se encarna en él) que da cuenta, por revelación, de la esencia de la religión misma, y cuando se llega a perder la evidencia de que ese Dios verdaderísimo lo sea realmente (es decir: cuando se llega a saber que ese Dios autoexplicativo no existe, un saber que sólo puede alcanzarse cuando se den circunstancias sociales, políticas y personales adecuadas), entonces la pregunta filosófica (id est, no meramente política, o histórica o psicológica) por la religión se dibujará plenamente, como pregunta trascendental para el hombre. Según esto, lejos de ser paradójico que un ateo (terciario) se interese por la esencia de la religión, habrá que reconocer que sólo ese ateo podría interesarse propiamente por tal «esencia». Lo paradójico hubiese sido que el creyente terciario en el Dios verdaderísimo se hubiese formulado tal pregunta. Pero el ateísmo terciario presupone, desde luego, el desarrollo de las religiones terciarias hasta un punto crítico tal –determinado por las contradicciones entre las mismas religiones terciarias (judíos contra musulmanes, musulmanes contra judíos y cristianos, cristianos romanos y cristianos anglicanos entre sí)– que pueda comenzar su neutralización mutua, el deísmo o el ateísmo, pero acompañado, a la vez, del conocimiento o saber relativo al alcance históricamente «trascendental» de la religión (no ya sólo para la política o para la economía, sino también para «el hombre» en general). En El animal divino (parte I, capítulo 6) se presentó a la filosofía de Espinosa como el primer núcleo de cristalización reconocible de una auténtica filosofía de la religión. La llamada «teología filosófica», en cuanto contradistinta de la «teología natural», es tanto como filosofía de la religión, teología y, generalmente, nematología preambular. Esta «teología filosófica» puede considerarse como una filosofía no positiva de la religión; es sólo una filosofía metafísica aunque no fuera más que porque procede mediante la evacuación, casi total, del material de las religiones positivas, reteniendo sólo los momentos teológico-terciarios. Su paralelo sería una filosofía natural que, por decreto, evacuase todos los objetos del mundo físico y se atuviese únicamente, a lo sumo, al Espacio-tiempo vacío. Una filosofía de la religión que quiera mantenerse como filosofía positiva de la religión ha de ser una filosofía que se acerca a las religiones, ante todo, desde un plano fisicalista, aquel desde el cual los contenidos religiosos no son tanto «vivencias» o «experiencias anímicas o metafísicas» sino (para decirlo groseramente) bultos, sólo que «bultos» con significado religioso (bulto, de vultus, faz). Bultos, entidades corpóreas finitas, son en efecto los templos, los sacerdotes y hasta el Corpus Christi del sagrario católico. La filosofía positiva de la religión se ocupa de cosas positivas, es decir, de bultos portátiles: Dios ubicuo no es portátil. Pero la filosofía positiva no tiene por qué entenderse como sujeta a la disciplina positivista, en tanto pretende determinar leyes a partir de los hechos fisicalistas.




2. Sociología y religión

A) Sociología de la religión

G. Scarvaglieri

La sociología de la religión, como las otras ramas de la sociología, tiene su objeto específico y su método particular. En efecto, por una parte estudia, el fenómeno religioso en sus actitudes, comportamientos, su estructura y su dinámica, que se derivan de la naturaleza social del hombre; por otra se aplica a sus contenidos con el método propio de las ciencias de la observación y utilizando fundamentalmente para ello un planteamiento inductivo. Esta afirmación, más bien genérica, necesita una puntualización más detallada tanto del objeto propio de la sociología de la religión como de sus implicaciones metodológicas. Con esta finalidad es interesante presentar una panorámica breve, pero suficiente, del planteamiento del estudio sociológico de la religión. Finalmente, para ser completos, añadiremos algunas consideraciones sobre los problemas abiertos en la actualidad.

En esta perspectiva y con la intención de limitarnos a los aspectos más importantes, los puntos fundamentales de nuestra presentación podrían señalarse así: 1) delimitación de su contenido desde el punto de vista sociológico; 2) exposición de las principales aportaciones ofrecidas por los diversos autores; 3) descripción pluridimensional del fenómeno religioso; 4) situación epistemológica actual de la sociología de la religión.

1. Puntualización del objeto.

La delimitación inicial del contenido de la sociología de la religión registra dos orientaciones fundamentales: una concepción esencial de la religión que atiende a su núcleo central y específico (delimitación sustantivista y exclusivista) y una visión basada en las funciones que la religión desempeña como respuesta a las esperanzas y expectativas del hombre (delimitación funcionalista e inclusivista). Cada uno de estos dos procedimientos, tomado aisladamente, debe considerarse limitado, y por consiguiente inadecuado, para ofrecer una base a una concepción corriente del objeto de la sociología de la religión. Por consiguiente, es preciso dirigirse a un planteamiento que reconcilie estas dos orientaciones y garantice una nueva aproximación, evitando por un lado las desventajas de cada una y potenciando por otro sus aspectos positivos. Creemos que esto es posible a, través de una serie de pasos que eviten toda opción basada en prejuicios y manifiesten una capacidad heurística adecuada. El primer momento lo constituye una colección empírica y lo más amplia posible de indicaciones y datos procedentes de las diversas fuentes. Viene luego un segundo momento crítico de discernimiento sobre la base de criterios de naturaleza histórica, doctrinal, sociocultural. En un tercer momento se deduce de estos pasajes una delimitación del concepto de religión amplio y selectivo, rico en contenidos y metodológicamente operativo. Este procedimiento marca la aproximación sociológica a la religión y manifiesta la justificación y la fiabilidad de fondo del objeto, captado en su contenido directo, en su alcance relaciona. Por consiguiente, se basa en la participación de los fenómenos religiosos en el concepto y en la dinámica de la cultura y de la estructura social. De aquí se sigue que la sociología de la religión tiene por objeto los fenómenos sociales y culturales de carácter religioso (p. ej., acciones, funciones, grupos, organizaciones culturales y sociales, originadas y modeladas por instancias religiosas) y los fenómenos religiosos (p. ej., el conocimiento y la experiencia religiosa, los fenómenos de revelación, las relaciones con realidades supraempíricas...) de características culturales y sociales. La sociología estudia e interpreta la presencia, la estructura, la dinámica, las funciones personales y sociales de estos aspectos y articulaciones internas, tanto individualmente como en su entramado de interdependencia. Explora además las condiciones y los factores de continuidad en el tiempo (transmisión tradicional), de contacto generacional (proceso de socialización), de asimilación y de identificación (personal y/ o colectiva). Analiza, finalmente, el proceso de institucionalización tanto en general como en relación con las dimensiones concretas. Junto a estos elementos constitutivos, la sociología observa la situación cultural e intercultural de una religión determinada y la compleja problemática que de allí se deriva en la relación entre religión y contexto cultural. En efecto, actualmente se ha superado, o mejor dicho completado, el planteamiento tradicional de la variable "dependiente" o "independiente", y se capta una relación más compleja y realista que se expresa en términos de variable "autónoma". 


Esta última teoría afirma que entre la religión y la sociedad existe una multiplicidad de relaciones activas y pasivas, por lo que es posible la aplicación del "modelo cibernético", tal como nosotros mismos llevamos ya haciendo desde hace tiempo. Por eso mismo explica tanto la persistencia del fenómeno religioso como su transformación, así como su diversa configuración en un contexto concreto a lo largo de los años. La sociología de la religión aborda este conjunto de aspectos con su metodología particular. Se trata de una aproximación inductiva tal como la practican otras ramas de la sociología. Por otra parte, este estudio empírico se hace en relación con las modalidades de percepción y de vivencia de cada uno de los aspectos del fenómeno religioso, es decir, tanto de los individuos como de los grupos. Este planteamiento puede tener un carácter horizontal (con formas de confrontación de los niveles alcanzados por los elementos de los diversos estratos y de las diversas categorías sociales) o longitudinal (respecto a la evolución de cada una de las dimensiones a lo largo de la historia de un pueblo, de una comunidad local, así como en las diversas edades de cada persona). Lógicamente, las posibilidades señaladas son sólo teóricas; por eso mismo no siempre pueden ni deben actuarse en cada una de las investigaciones, pero tienen ante los ojos los diversos objetos que pueden asumir como propios las investigaciones concretas.

2. Desarrollo de la sociología de la religión.

En la sociología de la religión se da una evolución paralela a la de la sociología general. Los comienzos se pierden en el tiempo, constituyendo lo que suele llamarse fase protohistórica. Se caracteriza por la presencia de aproximaciones por parte de otras ciencias,' que podemos llamar matrices respecto a la sociología de la religión, pero con unas aportaciones que no son específicas ni orgánicas, sino fragmentarias y ocasionales. El estudio sistemático de los fenómenos religiosos comenzó propiamente cuando la sociología se fue organizando como ciencia distinta y autónoma. Desde entonces se fueron multiplicando los intentos de aproximación sociológica a la religión, pero con evidentes condicionamientos derivados del clima científico y filosófico del siglo pasado. En conjunto, el desarrollo de la sociología de la religión puede subdividirse en tres grandes períodos, aunque con contornos no muy claros, y por tanto con diversas superposiciones entre las diversas etapas.

Fundamentalmente podemos distinguir: 1) un primer período de orientación teórica y global preponderante; 2) un segundo período, en el que prevalece la orientación empírica, limitada especialmente al estudio de la práctica religiosa; 3) un tercer período, en el que predomina la orientación que equilibra el aspecto empírico y el teórico.

a) La orientación teórica.

Se trata de un período muy importante, que va desde los primeros intentos sistemáticos hasta las aportaciones decisivas y fundamentales de Durkheim y de Weber. Como subraya la misma expresión que define esta orientación, atiende a los problemas de carácter global del hecho religioso, y especialmente a su relación con la sociedad. Entre los temas de mayor importancia pueden señalarse: el problema del origen de la religión, la dinámica del fenómeno religioso en sí mismo o en relación con los otros fenómenos sociales. Se pueden distinguir en él dos corrientes especialmente respecto al modo de plantearse la relación con la sociedad. La primera corriente se designa en lenguaje técnico como teoría de la variable dependiente, mientras que la segunda corriente, que reproduce más bien el planteamiento opuesto, se designa como teoría de la variable independiente.

1) La religión como variable dependiente.

En esta orientación se sostiene que la religión es esencialmente un producto de las condiciones sociales. La religión existe y permanece como fenómeno producido por la sociedad y sufre las influencias de su evolución. Forman parte de ella los primeros autores que se ocuparon del fenómeno religioso en el clima positivista del siglo pasado: desde A. Comte hasta K. Marx, desde H. Spencer hasta E. Durkheim. Tiene especial importancia la obra de Durkheim. Permanece sustancialmente en el cauce del pensamiento antropológico-cultural de la época, pero subraya su carácter más específicamente sociológico, intentando llegar a una teoría general sobre el origen y la permanencia de la religión. Los puntos principales de la concepción de Durkheim, expuestos en su obra Las formas elementales de la vida religiosa, pueden sintetizarse así: según Durkheim, la religión es un hecho social porque nace, se afirma y se desarrolla en función del grupo (o clan), el cual, para prevenirse contra el peligro de disgregación, proyecta fuera de sí la "conciencia del grupo" (una especie de hipostatización ideal de sí mismo), como algo superior, intangible, distinto, sagrado, simbolizado por el tótem. Así pues, junto al simbolismo estático (el tótem) se sitúan el simbolismo narrativo (los mitos), el simbolismo operativo (el culto), que hacen presente a la psique individual la conciencia de grupo. Todo esto necesita ser vivido y desarrollado ulteriormente y transmitirse luego a las otras generaciones. De aquí se deduce la exigencia de un sistema fijo de reglas y estructuras, es decir, de un "conjunto de creencias y de prácticas relativas a cosas sagradas, que unen en una sola comunidad, llamada Iglesia, a todos los que se adhieren a ella".

2) La religión como variable independiente.

Es igualmente significativa y consistente la aportación de los que plantean la relación religión-sociedad invirtiendo el esquema de fondo y atribuyendo a la religión la función de variable independiente. Según esta corriente, es preciso estudiar la dinámica de las religiones, su presencia y el papel que han tenido en la vida social. Este papel puede configurarse mejor como elemento capaz de imprimir a la sociedad orientaciones culturales de tal tipo que condicionen efectivamente su desarrollo. En esta orientación entran varios autores, como Hobhouse, Twaney, Troeltsch y otros más recientes. Entre ellos, el autor más importante es ciertamente M. Weber. Afirma que la religión tiene un papel importante en el proceso de racionalización del mundo, entendido como proceso de clarificación, sistematización de ideas vistas en su fuerza vinculante (normatividad), por lo que se convierten en motivaciones eficientes del obrar social. En este sentido la religión representa un papel innovador y es factor de cambio social y también económico. Pero esta capacidad de influencia es diferenciada y depende de la metafísica (inmanentista o trascendentalista) en que se apoya una religión determinada y de la ética (mundana o extramundana) que se deriva de ella. La concepción inmanentista resuelve el problema de la discrepancia entre el mundo real y el ideal con conceptos pasivos y de aquiescencia, que llevan a la contemplación de la divinidad y a una concepción automática y mecánica de evolución del mundo. La concepción trascendentalista se basa en el concepto de creación y de proyección finalista de la creación y compromete en un papel activo de transformación del mundo. Cada una de estas dos orientaciones particulares se distingue a su vez en mística, y ascética, connotando de este modo una acentuación mayor en un sentido o en otro, dando origen, finalmente, a cuatro tipos fundamentales. Según Weber, la incidencia de la religión en la realidad social consiste principalmente en el mayor empeño y conciencia de compromiso en la actuación de una función religiosa propia en la relación con el mundo. Ésta se da principalmente por lo que él llama ascetismo mundano, que consiste sustancialmente en la fuerte identificación entre la profesión y el concepto de vocación (expresadas en alemán por el mismo término, Beruf) en sentido religioso. Weber expone este planteamiento en varias partes de su obra, y especialmente en La ética protestante y el espíritu del capitalismo.

b) La orientación sociográfica.

Después de otros varios intentos de síntesis prevaleció la orientación sociográfica. Su iniciador fue G. Le Bras que quiere reconstruir y analizar el comportamiento religioso, especialmente en relación con la observancia de la práctica religiosa. En 1931 publicó un cuestionario para un examen detallado y una explicación histórica de las condiciones del catolicismo en las diversas regiones de Francia. Este planteamiento lo fueron siguiendo poco a poco otros autores, hasta el punto de que llegó a ser la orientación dominante hasta los años sesenta. Esta aproximación se presta realmente a una toma de contacto de la situación de comportamiento y de agregación de la religión, especialmente en función de su utilización pastoral. Se trata sustancialmente de una aproximación de tipo descriptivo, centrada en el estudio cuantitativo de la participación en la misa dominical y en las otras formas de devoción, y de la recepción de los sacramentos. Luego, los diversos datos se articulan según varios parámetros demográficos y territoriales, derivándose varias formas de clasificación que muestran cómo y en qué grupo o categoría de personas está más o menos difundido cierto tipo de práctica. Sucesivamente se fueron considerando otros parámetros de confrontación, como la relación entre religión e industrialismo, la incidencia de la urbanización, la influencia debida a la estructura organizativa social y eclesial, el desarrollo de la pertenencia religiosa, la repercusión del fenómeno de la secularización... El desarrollo de las investigaciones según este planteamiento no ha dedicado la debida atención al contenido y al método. Se ha notado la falta de vinculación de la investigación con la teoría sociológica general, así como la insuficiencia de aplicación y de método debida al hecho de haber privilegiado especialmente la práctica religiosa como indicador, a menudo exclusivo, de análisis. Estas limitaciones hacen indebidas y desproporcionadas las deducciones sobre una comprensión del comportamiento religioso.

c) La orientación actual.

En estos últimos años se ha constatado un giro en las investigaciones aplicadas al fenómeno religioso. Se ha intentado por una parte evitar los defectos del planteamiento de los primeros sociólogos, así como los inherentes a la orientación sociográfica, realizando un tipo de aproximación más amplio y comprensivo y al mismo tiempo de mayor validez científica. En este contexto adquiere un relieve especial la ampliación de las dimensiones que se han de estudiar y analizar, llegando al planteamiento pluridimensional, que abarca al mismo tiempo los diversos aspectos fundamentales del fenómeno religioso. Esta aproximación tiene en cuenta no solamente la práctica religiosa, sino también el elemento cognoscitivo y sus expresiones simbólicas. Insiste además en el elemento comunitario, y por tanto en los procesos de pertenencia y de identificación con la propia religión. Finalmente subraya la presencia de un elemento ético, como derivado de la religión, que consiste en un conjunto particular de normas que regulan el comportamiento de los fieles. En esta orientación ha tenido un notable desarrollo el planteamiento metodológico. La aplicación del método sociológico se ha hecho más seria y rigurosa, exigiendo una operacionalidad más atenta de los conceptos y un consiguiente afinamiento de las técnicas o instrumentos empleados. El uso creciente de las computadoras ha ofrecido una aportación significativa a la investigación concreta, haciendo posible una mayor complejidad y "sofisticación" de la elaboración de los datos y una lógica mejoría de las perspectivas de interpretación.

3. La religión como fenómeno pluridimensional.

Es evidente que un fenómeno tan complejo y articulado resulta compuesto de muchas dimensiones. Esta afirmación es generalmente compartida, pero exige el uso de criterios objetivos y plausibles para una actuación adecuada. Se subrayan particularmente los siguientes: homogeneidad interna, autonomía conceptual, fundamento antropológico, operacionalidad de los conceptos. Sin embargo sigue en pie el hecho de que en el paso a la individuación concreta de las dimensiones se observan algunas diferencias. Éstas hacen referencia tanto a la cantidad de dimensiones como a la descripción de cada una de ellas. De todas formas prevalece la orientación según la cual es posible señalar cuatro dimensiones fundamentales: la creencia, la práctica religiosa, el aspecto comunitario y las implicaciones éticas.

a) Las creencias.

Se entienden comúnmente como el conjunto de elementos intuitivos y cognoscitivos, percibidos y sentidos no sólo como un hecho intelectual, sino también como experiencial y voluntario, relativos a una realidad métaempírica, y por consiguiente inverificable por naturaleza. En concreto, hacen referencia a los contenidos del credo de cada religión y a las doctrinas respectivas sobre Dios, el mundo, el hombre en sus aspectos de "realidades últimas" y en sus mutuas relaciones. Las creencias constituyen la dimensión de base de la vida religiosa. Son las que dan valor y significado a los ritos; las que justifican el aspecto organizativo, no sólo como hecho de grupo, sino como comunión; las que dan contenido y valor religioso a las normas morales.

b) La práctica religiosa.

Por la expresión "práctica religiosa" se entiende el conjunto de ritos organizados y propuestos por la comunidad (gestos, palabras, símbolos), con cuya participación el hombre manifiesta sus relaciones con Dios, encontrando en ellos la potenciación de su misma religiosidad. Pueden distinguirse tres funciones principales de los ritos religiosos: expresiva, instrumental, comunitaria. El conjunto de los ritos registra además una serie de distinciones internas que se han hecho más o menos notorias y corrientes en la literatura. Se tienen ritos repetitivos y no repetitivos según su naturaleza íntima y los efectos que producen, ritos que pueden actuarse comunitariamente y ritos que se ejecutan a nivel individual, etc.

c) El aspecto comunitario.

El fenómeno religioso tiene como característica constante la de actuarse de forma comunitaria. La adhesión y el compromiso del individuo en la comunidad que se constituye sobre la base de los vínculos religiosos se derivan de la naturaleza social del hombre, pero también de la exigencia y del planteamiento comunitario de los actos religiosos. Este aspecto comunitario puede percibirse en varios niveles. En el plano interreligioso se hace referencia a la estructuración global interna (iglesia o secta). En el plano de la organización interna, por el contrario, se percibe la distinción cualitativa y funcional de los miembros (clero o fieles) y la división territorial (diócesis, parroquia...). En el plano personal se señala la adhesión, la identificación con la propia organización religiosa y la participación en las responsabilidades comunes.

d) La dimensión ética.

Toda religión ofrece siempre valores y metas que constituyen un proyecto global de hombre y de sociedad, presentado como respuesta a las instancias últimas de la existencia. De allí se derivan, por tanto, normas y obligaciones que regulan las relaciones entre los hombres y entre éstos y la divinidad. En cuanto a la ética, las diversas religiones pueden presentar concepciones distintas.

Un primer tipo insiste en la definición de las funciones, en la jerarquización y en la ejecución formal y exterior de los actos prescritos, presentando una orientación socialmente conservadora (religión preceptista).

El segundo tipo subraya más bien la mejoría tanto personal corrió social, la coherencia con los valores, la superación del ritualismo, y propone formas de innovación y de transformación social (religión profética).

Antes de cerrar la breve exposición sobre las cuatro dimensiones del fenómeno religioso hay que destacar dos observaciones importantes.

La primera se refiere a la presencia de una relativa interdependencia' entre las diversas dimensiones, y por tanto a la influencia, bajo la forma de estímulo de motivación o de consecuencia o implicación, de la una respecto a las otras.

La segunda observación, por su parte, remacha la insistencia de una cierta autonomía, no sólo conceptual, sino también operativa, entre las diversas dimensiones. Por tanto puede suceder que una persona (o grupo) destaque en una dimensión, pero no en otra, con la perspectiva de encontrarse frente a formas de una religiosidad incompleta y/ o coherente.

4. Temas actuales y problemas abiertos.

A pesar de lo que he dicho, el desarrollo de la sociología de la religión se encuentra aún en las primeras fases de crecimiento. No faltan por tanto, problemas y dificultades de contenido y de método, que será preciso profundizar y arrostrar. El número y la calidad de estos problemas dependen de varios factores de naturaleza tanto histórico-cultural como epistemológica. Por tanto es conveniente aludir al menos a los temas actuales más importantes y a los problemas abiertos que la sociología de la religión como ciencia ha de tocar de forma correcta, teniendo en cuenta tanto el objeto que le es propio como el método que caracteriza a sus planteamientos.

El primer tema lo constituye el nacimiento de nuevos cultos, que se ha presentado como génesis de nuevos movimientos religiosos derivados de religiones existentes, tanto en formas totalmente autónomas e independientes como con modalidades sincretistas. De todos modos, estos nuevos cultos han mostrado una gran capacidad de captación, especialmente entre los jóvenes. Ha sido impresionante la rapidez de difusión y la radicalidad de sus planteamientos. La valoración global de este hecho tiene que realizarse subrayando que en realidad se trata de simples tendencias, y que en conjunto no se ha registrado ni un gran desarrollo de masas ni una consistencia notable y duradera.

Otro tema interesante es el que se refiere a la relación entre religión y sociedad. Entre las muchas modalidades concretas del mismo hay que subrayar la relación entre religión y liberación. Ha tenido un notable desarrollo no sólo en América Latina, sino en otros lugares. En el plano interpretativo puede reducirse a una versión puesta al día del problema perenne de la relación entre religión y desarrollo vista en una óptica sociopolítica. De aquí se ha derivado un fenómeno interesante y vital, aunque muchas veces se ha interpretado más bien de forma ideológica que propiamente científica.

También es muy importante el tema de la religiosidad popular. Es bastante conocida la revitalización de este fenómeno registrada en los últimos años, seguido -como era de prever- de un vivo debate sobre su concepción y definición, así como de sus perspectivas analíticas e interpretativas. La cuestión principal sigue siendo el problema de fondo, o sea, si interpretar los elementos populares sólo como un sinónimo de arcaicismo, de subdesarrollo, de folclore, de clase, o bien como manifestación de algo antropológicamente perenne, pero típico de una cierta ejecución de los actos religiosos vividos de forma masiva.

Tiene también importancia el tema de la religión en la sociedad moderna. Considerando superada la teoría de la secularización, se presentan fundamentalmente tres teorías principales: la teoría de la privatización (la religión invisible), la teoría de la exteriorización folclórica (religión civil), la teoría de la persistencia de la pregunta religiosa en la búsqueda de significado en condiciones nuevas y según perspectivas originales (religión transformada).

En relación con los temas de naturaleza metodológica hay que aludir ante todo al problema de la delimitación del fenómeno religioso. Esta dificultad afecta al status de la sociología de la religión en el plano de las diversas ramas de la sociología general, reduciendo la sociología de la religión a un aspecto de la sociología del conocimiento. Por otra parte, no han faltado los que han acentuado la dificultad de operar sobre el objeto de la sociología de la religión hasta llegar a negar la perspectiva de encontrar y de usar empíricamente los indicadores adecuados para mantener un estatuto académico y científico satisfactorio. De "aquí se siguen, para estos autores, graves problemas en la realización de investigaciones empíricas dentro de un determinado contexto sociocultural y en la valoración de la fiabilidad y objetividad de los resultados (crisis del estatuto epistemológico). Sin embargo, en este planteamiento no se excluye una cierta tendencia inducida por una concepción ideológicamente desfavorable de la religión en sí o de una religión histórica concreta. Concluyendo esta breve exposición del significado, el alcance, el estudio y el análisis de la religión desde el punto de vista sociológico, parece evidente la legitimidad de sus planteamientos teóricos de fondo, así como la justificación de su aportación metodológica. Lógicamente, este modo de aproximarse a la religión no es ni único ni exhaustivo, sino que supone y postula, especialmente hoy, otras diversas aproximaciones que se ocupen de la religión, como la teología, la filosofía, la historia, etc. Habrá que insistir, por tanto, en la utilidad de una aproximación interdisciplinar y presentar la perspectiva de aportaciones y contribuciones de diversas ciencias para una mayor comprensión del mismo fenómeno religioso.


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B) Sociología del hecho religioso

(Esquema)

Se ocupa de la dimensión real del hecho religioso.

1.- Religión y sociedad moderna. El concepto de religión cambia en el siglo XIX con la posibilidad de la comparativa de religiones gracias a la antropología y a los planes de expansionismo e imperialismo que "liberaron" mercantilmente el globo. Es posible entonces establecer el rastreo de elementos religioso en distintas sociedades.

2.-Función integradora de la religión. Desde la sociología se concibe la religión como un elemento de cohesión social. Alexis de Tocqueville es representante de este movimiento; defiende la necesidad del cristianismo para una sociedad democrática, al modo funcionalista de Tylor, Frazer, Morgan. Conciben que la ciencia puede reemplazar a la religión como modo cognoscitivo pero no unitario.

3.- Función de resistencia al cambio Saint Simon, Comte, Feuerbach, Marx y Engels trabajaron sobre este concepto. La religión tiene una consideración negativa, se trata de un lastre de la evolución social (influencia de las teorías darvinistas), ejerce funciones de consuelo, expresión de la realidad y compensadora.



3. Psicología y religión

A) Religión vs. Psicología

Aurora Manzano

La religión es una virtud, derivada de la virtud moral de la justicia, que nos inclina a dar, fervorosa y constantemente, a Dios el culto que le debemos como a Creador y como a Señor; culto que en la religión católica debe traducirse no solamente en actos externos sino, y fundamentalmente, en una decisión interior de vivir según sus preceptos, de entrar en su Reino que es la armonía, la felicidad, la confraternidad, es decir, de vivir con Jesús, en Jesús y por Jesús. No obstante lo planteado, dos mil años de era cristiana al parecer no han sido suficientes para que el hombre no sólo hable y escriba (predique) sobre Jesús sino que lo imite y viva como Él; y ha tenido que ser, precisamente, el estudio del comportamiento humano (la psicología) la que nos oriente y enseñe cómo alcanzar el Reino de los Cielos. La aseveración precedente, es el producto de muchas horas de estudio y reflexión como orientadora y cristiana: reflexión generadora de profundos conflictos existenciales en mi vida al tener que lidiar con la idea casi generalizada de que la ciencia en general, y, en particular la psicología, es incompatible con la religión; y, en consecuencia, negarme a vivir la incongruencia representada por mi condición de cristiana comprometida, imposibilitada de conciliar lo cristiano con lo académico y profesional. Una de las conclusiones más importantes a la que he llegado, a través de los años, es que no se puede crecer como cristiano sin crecer simultáneamente como persona; es decir, sin cambiar los condicionamientos internos recibidos durante la niñez que hacen al hombre psicológicamente disfuncional, con sentimientos de minusvalía y subestimación, complejos de inferioridad y una tremenda vivencia de culpa que se manifiesta es esa dualidad tan común en el hombre de hoy; por fuera un triunfador profesional, social y económicamente hablando, mientras que por dentro, un derrotado, un vencido, producto de sus innumerables disfuncionalidades y defectos psicológicos. Y si el Reino de Dios es vivir según sus preceptos, resulta poco menos que imposible que el hombre cumpla el mandato que le proporciona los instrumentos para que logre quererse a sí mismo. En el contexto de esa reflexión, pude percatarme de que conceptos como asertividad, tolerancia a las frustraciones, internalización, etc., provenientes del área de la moderna psicología y adquiridos en mi proceso de formación y de ejercicio profesional como orientadora, fueron practicados por Jesús en su labor pedagógica de invitación a la conversión y a la amistad con Dios; de tal manera que el primer psicólogo de la historia de la humanidad fue Jesús mismo, quien nos hizo entender, antes que ningún psicólogo o psiquiatra en los cien años de la psicología como ciencia, que la realidad de las cosas está dentro de nosotros y que sólo desde adentro tiene el hombre la posibilidad de cambiar, de convertirse en ese "hombre nuevo" del que habla san Pablo.

Al respecto, cabe mencionar que casi al final de mi reflexión sobre las coincidencias entre psicología y religión, Dios pone en mi camino al Dr. Rupert Salvadeau quien en una maravillosa meditación expone con magistralidad que estamos en una época en la que la psicología lleva a la religión y la religión conduce a la psicología. Para mí ha sido una experiencia maravillosa encontrar que la misma reflexión y conclusiones a las que había llegado, son expresadas por un catedrático de mucha prestancia académica en los Estados Unidos, país en el que está radicado desde el año 1969 y en el que registra una trayectoria impresionante como profesor de psicología en sus mejores universidades. Esta meditación corresponde a un seminario, grabado en cinta magnetofónica, dictado por el Dr. Rupert en la ciudad de Miami en el año 1996 y que llegó a mis manos hace poco menos de un mes, motivándome a compartir estas reflexiones con todos ustedes. Sostiene el Dr. Rupert que estamos en un momento histórico en que la evolución de la psicología nos está brindando la más valiosa oportunidad de poder realizar la religión. Hacia esa dirección apunta la psicología para el cambio y como parte de ésta, la cibernética del ser humano que parte de la premisa de que nadie nace con defectos psicológicos sino que los adquiere mediante un proceso de programación; proceso que se puede revertir mediante la internalización, como método psicológico que conduce al ser humano a buscar en su interior las razones de su problema y a recurrir al ser responsable que es para crecer humanamente, para mejorar y lograr esa armonía, esa felicidad y esa confraternidad predicada y practicada por Jesús. Esto quiere decir que el hombre no puede desarrollar su ser espiritual y mucho menos su ser místico, a los que tiene acceso por ser la obra maestra de la creación y que se encuentran en ese cerebro derecho del que habla Roger Sperry, si no se desarrolla, su ser psicológico, ubicado en un plano menos profundo de ese mismo cerebro. Finalmente, y a manera de conclusión, puedo decir que para llegar a la religión mediante el crecimiento en nosotros de la fe, la esperanza y la caridad, como virtudes infundidas en el sacramento del bautismo y que nos incorporan a la vida de Dios haciéndonos cristianos, es indispensable que crezcamos como personas; y eso se logra con rapidez solamente a través de la psicología. Si no entendemos esto, seguiremos siendo cristianos de segunda, cristianos de "cumplimiento", o mejor, de "cumplo y miento", sin haber aprendido a comprender, a perdonar y a amar porque sencillamente jamás nos hemos comprendido, perdonado ni amado a nosotros mismos.

B) Psicología de la Religión

La tesis de Alfredo FIERRO es que no existe una auténtica psicología de la religión sino miles de ellas a pesar de Freud y James que apuestan por el psicoanálisis de Freud pero no por la psicología experimental o empírica. La clasificación de Fierro es la siguiente: Tipo de psicología Tipo de Estudio Psicoanálisis Procesos inconscientes Psicología Fenomenológica Procesos Conscientes Psicología objetiva Tradición conductista (conducta)

1.- Religión como ilusión.

Desde la teoría freudiana de la religión esta se percibe como una enfermedad, un trauma, en concreto una neurosis.

2.-Neurosis e ilusión en la conciencia religiosa

FREUD dice que la neurosis es el prototipo de patología de la experiencia religiosa. De hecho la define como una "neurosis obsesiva de la colectividad humana". La neurosis social condujo a la religión mientras que la neurosis individual conduce a la religión privada.

3.- Representación religiosa como ilusión

FREUD sitúa el origen de la religión y de la neurosis en el mismo punto, un estado mental infantilizado, analogado a un "sentimiento oceánico" que permite la creencia en mitologías. En este tipo de neurosis igualaría la idea del padre con la de dios. Los tres calificativos de la religión pertenecen según Freud a distintos niveles; la neurosis sería el diagnóstico clínico, la ilusión el aspecto cognitivo y el infantilismo la perspectiva ontogenética. La religión se vería enfrentada a la madurez científica.

4.- Religión e Inconsciente

JANET: la religión es un hecho psicológico.
JÜNG: interpretación de simbologías (hermenéutica filosófica).
WINNICOTT: Momento evolutivo transicional. Principio real de creaciones culturales y adultas.
LACAN: coloca a Dios en lo inconsciente.

5.- Religión como experiencia en psicología fenomenológica

Se trata de un estudio de la conciencia basado en el método fenomenológico que estudia la religión por el contenido de las experiencias.

6.- Variedades en la experiencia religiosa

William JAMES es el pionero de la psicología funcionalista. Entre 1901 y 1921 se produjeron las conferencias de Gifford, donde se desarrolló la teoría descriptiva de la religión a la que se consideraba como un "sentimiento". Se describía la variedad de la "experiencia" en función de los sujetos experimentantes, que se clasificaban en dos tipos aquellos "nacidos de una vez" (dentro de la religión y que lo experimentan como su vida normal) y los "nacidos dos veces" cuya experiencia está en función de la conversión religiosa. Se considera que la religión es un fenómeno "pacificador". El origen de la experiencia religiosa se sitúa en el subconsciente.

7.- Religión y personalidad sana

Se trata del intento por parte de la psicología de "comprensión" al modo hipocrático. La práctica de una religión sana tendría como consecuencia a una persona sana.

FROMM: establece la línea divisoria entre la racionalidad y la autonomía; el hombre necesita una "fe racional".
ERIKSON: entre los dos estadios se da el desarrollo de la identidad personal. La religión es el arma social de la confianza básica, también en el proceso de madurez.
FRANKL: (psicología existencial) Lo fundamenta en la cuestión del sentido y sitúa la Logoterapia frente a la Psicoterapia. El origen de la religión es para el inconsciente (logos, supra, psyche).
ALLPORT: (orientación personalista) En la teoría personalista la religión aparece como contenido unificador.

8.- Psicología religiosa.

VERGOTE toma a Freud como base, y supone el origen de la religión en Eros (de nuevo el "sentimiento oceánico"). Sólo mediante el padre se madura a la verdadera religión. La de Vergote es una "psicología al servicio de la teología". Junto con Tamayo realizó un trabajo sobre la bipolaridad de Dios.

9.- La religión como conducta en la psicología objetiva

Fundamentalmente quien concibe bajo este epígrafe la religión es el conductismo, que utiliza la objetivación y el método empírico. El principal problema plateado es la explicación de la religión como conducta se produce un vacío de saber.

10.- Investigación científica sobre la conducta religiosa

SKINNER considera la religión como una instancia constituida e influyente en la conducta. Se dan tres tipos de instancias religiosas: a) magia (creencia en el manejo de relaciones de contingencia con hechos sobrenaturales) b) salvación: afirman relaciones entre el hecho sobrenatural y las obras individuales c) ética: la que se establece como diferente de las opciones a) y b). La psicología social estudia las actitudes, los valores y las creencias en busca de la identidad personal donde esperan ver reflejada la identidad del grupo (aplicación holística).

FESTINGER: (psicología social) realiza un estudio sobre la espera apocalíptica de un grupo religioso para analizar los fenómenos ante el error de la profecía: señala que el comportamiento es similar al caso cristiano (primeras comunidades). Establece comparaciones sociales en los comportamientos ante la espera del fin del mundo.

11.- Condiciones de una psicología de la religión

Solo cuando el hecho religioso aparece como crucial llega a desarrollarse la sociología o la antropología de la religión. Se produce un desprecio generalizado por las psicologías a la importancia del hecho religioso.

Los elementos que podrían llegar a componer una teoría psicológica empírica de la religión:

1.- Lugar de la experiencia religiosa
2.- Bipolaridad Salud / enfermedad
3.- Correspondencia entre valor moral / madurez
4.- Realidad / fantasía y funciones.
5.- Modo de aprendizaje e influencia Se establece una duda sobre el carácter científico de la psicología que dificulta su establecimiento.


 

4. Antropología y religión

El estudio antropológico de la religión. Aspectos funcionales y aspectos semióticos

1.-Religión

La estrategia antropológica es la siguiente: el estudio antropológico de las religiones puede aportar datos para la comprensión de la lucha por dominar la naturaleza y el pensamiento, pero ha de estudiarse no como si dependiera de estas dos sino por separado. Se exponen por una lado las concepciones del universo que dan las religiones y por otro sus prácticas desde diferentes puntos de enfoque antropológico.

2.-Aspectos funcionales y aspectos semióticos de la religión.

La religión puede definirse como método de unión en las sociedades. Se distinguen dos tipos de teorías, las de tipo mandril o individuales y las de tipo gorila o colectivas.

- Carácter funcional de la religión

. Teorías "mandriles":
- Geertz: La religión aparece ante la necesidad del hombre de enfrentarse con su destino, con el sufrimiento y con el mal. - La autoridad religiosa es investida por los que practican los ritos.

. Teorías "gorilas":
- Durkheim: Sistema de creencias y rituales compartidos para mantener la unión del grupo.

- Pautas críticas: (enfrentamiento de los enfoques)

1.) La representación colectiva ayuda a los individuos que recurren al grupo.
2.) El individuo no representa ninguna unidad básica de los sistemas sociales, uno de los campos más investigados de la antropología.
3.) Las sociedades complejas presentan varias estructuras contradictorias que generan conflictos religiosos.
4.) El caso es que estas teorías pueden ser complementarias.

La religión pues (según la combinación de las teorías de Weber y Durkheim) sería un sistema de símbolos que sirve de fuente de información y que traspasa los límites individuales. Los símbolos son fuente de información en la medida en que interpretan el mundo, y pueden marcar pautas culturales. Las dos fuentes que crean este comportamiento determinado son el mito y el ritual. La importancia que se le da al ritual en cuanto a medio para determinar el por qué de unas conductas u otras es mayor que el del mito.

- Aspectos semióticos:

Paso a los significados. Utilización del sistema de símbolos descodificados. Turner ha desarrollado dos aspectos por un lado el sensible o correspondencia en lo material y por otro lo ideológico (ritual y mito).
Descodificación: Geertz plantea un sistema general para la descodificación de mitos y rituales, tomándolos ambos como " textos". Generalización de muerte simbólica en juegos y religiones.

Dos métodos de comparación de religiones son el de Geertz, contraste entre naciones, o el de Lévi-Strauss, comparación de los signos culturales. Los signos son comparables en las culturas que carecen de escritura. En este tipo de culturas los conocimientos científicos están enraizados con la religión.

Se podría suponer que se referirá a que normalmente el brujo es el que más ciencia conoce, pero esto también se da en sociedades desarrolladas. Por ejemplo: En el Medioevo las brujas etc. eran los curanderos locales a los que los vecinos acudían a curarse, mediante una infusión etc. Sólo eran acusados de brujos realmente cuando alguien se moría y le curandero no podía hacer nada.

La separación de los elementos empíricos y religiosos se hace mediante "sistemas de clasificación". Ejemplo aborigen australiano.

- Definición de la religión con ambos enfoques

La religión tiene un aspecto funcional, pero los individuos de la comunidad practicante desarrollan lazos afectivos, comportamientos singulares todos determinados por el sistema simbólico de creencias puestas en común.

3. Religión en las sociedades Ágrafas.

La corriente evolucionista ha sido la regla general para distinguir sociedades con religión y sin ella, método de Frazer: magia, religión y ciencia. Según los estudios del XIX podían considerarse religiones a todo aquello que tuviese una mitología. Pero el contacto y estudio con tribus (que no tenían escritura) rompió todos estos esquemas europeos. Universalidad de la ideología Dos ramas: por un lado Durkheim, Weber, etc., que defienden que la religión es universal. Por otro lado Marx y Freud que no lo consideran universal sino simplemente estructura dominante del pensamiento que puede darse o no darse. Según Salá lo que es universal es la ideología, que toma distintas formas (entre ellas la religión como esquema del pensamiento colectivo de un grupo). Diferencias de las religiones La comparación externa (factores externos al desarrollo del pensamiento) (¡Como si la posición geográfica, los recursos naturales, el modo de producción etc., pudieran ser considerados externos!) Es fácil. La comparación interna implica por un lado el hecho de que mitos y rituales se correspondan con una interpretación del sistema creado.

Las religiones fueron calificadas en el siglo XIX de monoteístas y politeístas. Pritchard introdujo el nuevo calificativo de teístas, por representar religiones en lo que se puede adorar, tanto al dios superior como a los inferiores. De estos argumentos podemos deducir que las características de la religión dependerán de la estructura social, política o económica. Pero no hay que dejarse llevar porque la religión sea una expresión Únicamente del orden social. Las diferencias entre religiones pueden ser, por tanto:

- Aspecto funcional
- Aspecto semiótico

4. Estudio comparado de las religiones.

La comparación de religiones implica la comparación de sistemas completos de signos y significados. Los puntos principales desde los que han de ser analizados dichos sistemas para establecer la comparación son: filosófico, mitológico, ritual, Ético y organizacional.

Enfoque comparativo

Hay dos tipos de enfoques dentro de estas comparaciones: el "universal" y el "controlado"

Leyes universales de la religión comparada.

BELLAH distingue el hecho de que en las sociedades con modo de producción doméstico no existe una profesionalización de los sacerdotes mientras que en aquellas que tienen un modo de producción esclavista o comercial sí que existe este trabajo especializado. Bellah también distingue cinco estadios evolutivos de la religión. Los dos primeros son el "primitivo" y el "arcaico". En estos estados no hay enfrentamiento de las superestructuras. En los otros tres si hay una separación rey. Sacerdote. Las estructuras religiosas comportan estructuras ideológicas que sirven de plataforma a algunos cambios sociales. Así el tercer estadio es llamado Histórico, el cuarto es llamado "moderno-primitivo" y "moderno". El enfoque novedoso es la comparación entre la evolución social y la evolución religiosa. El problema que presenta es que no abarca todo el conjunto y que a pesar de su originalidad es difícil abarcar a todas las culturas, ya que considera arcaicas a todas las tribus polinesias por ejemplo. La religión arcaica se correspondería con la posesión cultural de dioses con forma y voluntad, que, además, exigen sacrificios.

Método comparativo estructural

Con el método anterior resulta imposible comparar culturas de raíces históricas, económicas o sociales comunes. El método para comparar este tipo de sociedades es el propuesto por Eggan. Es el de comparación controlada. El segundo elemento a tener en cuenta es la transformación cognitiva. Por ejemplo los Tikopia y los Tonga hacen un uso completamente ajeno de una bebida psicoactiva llamado Kava. Los primeros lo vierten sobre la tierra, puesto que es la bebida destinada a los dioses, pero los Tonga se la beben ellos. Lo más probable es que se tratase de un préstamo cultural. En los rituales religiosos los animales a sacrificar pueden ser sustituidos por otros e incluso por vegetales. Esto es realizable en la medida en que el dios lo acepta. Se puede hablar de transformación cuando un elemento es sustituido por otro o cuando hay una transferencia cultural. La explicación mitológica es la que justifica estas atribuciones a objetos tan distintos.

5. Transformaciones en los sistemas religiosos

Las valoraciones sobre la superioridad de la kava que sienten los tipioka frente a los tonga demuestra que el sistema de comunicación entre los distintos pueblos puede tener dos tipos de efectos: 1. Referencia o ignorancia 2. Cambios de los préstamos culturales.

Lévi-Strauss consiguió demostrar que los cambios extraculturales suceden de la misma forma que los intraculturales.

Las religiones mandan e hidatsa

Lévi-Strauss realizó un estudio comparativo sobre estas dos tribus de América del Norte cuyos modos de producción eran agricultores y recolectores respectivamente. Sus lenguas son distintas pero sus culturas no tanto. Lévi-Strauss se fijó en las pequeñas diferencias que había en sus mitos y rituales. Ambas tribus tenían diosas viudas de un mismo héroe, pero con distinto nombre la diosa mandan se llamaba Grano de Seda, y la de los hidatsa Búfalo Hembra. Cada uno relacionada con el tipo de nombre que llevan (agricultura y caza). Ambos pueblos tenían el mismo ritual para atraer el búfalo pero lo explicaban con mitos distintos. En los ritos invernales para los mandan era una diosa peligrosa (por su hija) pero no en verano. Sin embargo, para los hidatsa, que no comparte los ritos del verano, es una diosa benévola que atrae a los búfalo. Ambos grupos comparten ritos que tal vez se originen de un mismo medio económico pero se separan por diferencias de mito y de producción. Las diferencias se organizan en un sistema que empieza a construirse a partir de pequeñas diferencias. Según aumentaba la rivalidad entre ambas tribus la posibilidad de coordinarse era más difícil. Lévi- Strauss basa estas diferencias en los procesos creativos. En cierto modo estas dos formaciones sociales no pueden ser enemigas por la tradición cultural que les une, pero no tienen suficientes rasgos en común como para unirse. Sus mitos están cargados con referentes a su modo de producción (agrícolas y cazadores). Es posible, pues que una cultura evolucione por el juego de transformaciones en el que intervienen otras formaciones culturales de características similares o no.





La mayorìa de los textos incluidos aquí proviene originalmente de Documentos de trabajo tomados de Mesa Redonda y han sido reelaborados y complementados por el autor.

Agradezco y reconozco todas las fuentes empleadas para ilustrar este trabajo.




Iván Federico Mejía Álvarez, i.c.d., th.d.
imejia@javeriana.edu.co

imejia03@yahoo.es

Bogotá 2009.




Apéndice 1:
Noticias sobre algunas actividades relacionadas con el ecumenismo y el diálogo interreligioso: 


  1. Jornada de reflexión, diálogo y oración por la paz y la justicia en el mundo: "Peregrinos de la verdad, peregrinos de la paz" (Asís, Italia, 27 de octubre de 2011).Véase el enlace de la información previa (en italiano): http://press.catholica.va/news_services/bulletin/news/28229.php?index=28229&lang=sp
  2. La información en video sobre el desarrollo de este encuentro de 2011, con las intervenciones de los líderes de las religiones y del humanismo, puede encontrarse en: http://player.rv.va/vaticanplayer.asp?language=it&tic=VA_N2GDSIOH  
  3. Acto de clausura de 2011 en video puede observarse en: http://player.rv.va/vaticanplayer.asp?language=it&tic=VA_THDD99WN  
  4. PRESS RELEASE ON THE ISLAMIC-CATHOLIC LIAISON COMMITTEE (19TH MEETING IN ROME, JUNE 18 AND 19 2013): Comunicado de prensa sobre la XIX Reunión del Comité de Enlace Islamo-Católico (18 y 19 de junio de 2013) 
  5. Especial mención debe hacerse del Viaje Apostólico del Santo Padre Francisco a Irak, entre el 5 y el 8 de marzo de 2021, y de algunos de sus momentos principales: en Bagdad con las autoridades nacionales, diplomáticas y eclesiásticas; la Visita de cortesía al Gran Ayatolá Sayyid Ali Al-Husein Al-Sistani, en Nayaf; el Encuentro interreligioso en la llanura de Ur; la Santa Misa en la Catedral caldea de San José, en Bagdad; el Encuentro con el Presidente y con el Primer Ministro de la Región Autónoma en el aeropuerto de Erbil; la Oración de sufragio por las víctimas de la guerra en Hosh al-Bieaa (Plaza de la Iglesia) de Mosul; la Visita a la comunidad de Qaraqosh en la iglesia de La Inmaculada Concepción de Qaraqosh; y la Santa Misa en el estadio Franso Hariri de Erbil: 
http://www.vatican.va/content/francesco/es/travels/2021/outside/documents/papa-francesco-iraq-2021.html






Apéndice 2:

Actividades (algunas) en las que el ámbito religioso está siendo convocado (y convoca) a participar en forma "indispensable":


  1. Germán Roberto Mahecha Clavijo: "Ecología y religiones. Aportes para el diálogo", en: Anales de Teología de la Universidad Católica de la Santísima Concepción - Chile - 14/1 2012 163-210.
  2. News letter n. 39
    (27 novembre 2017)
    Sono on line i contributi di
    AA. VV. (Pierluigi Consorti più altri), The meaning of ‘Religion’ in Multicultural Societies Law
    Antonio Angelucci, Libertà religiosa e cittadinanza integrativa. Alcune note sul ‘vivere assieme’ in una società plurale
    Daniele Ferrari, Lo status di rifugiato religioso nelle fonti del diritto internazionale: le nuove frontiere delle libertà dello spirito


Apéndice 3:
El cristianismo católico y algunas problemáticas contemporáneas:


a) El monoteísmo cristiano y la violencia:
  1. COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL: “Dios Trinidad, unidad de los hombres. El monoteísmo cristiano contra la violencia”, aprobado el 6 de diciembre de 2013, cuya edición castellana realiza la BAC, pero que en italiano puede encontrarse en La Civiltà Cattolica n. 3926 del 18 gennaio 2014, 157-212 y en: http://www.laciviltacattolica.it/articoli_download/extra/DocumentoCTI.pdf



[Nota final i) El cristianismo católico en Colombia. Algunos enunciados y apreciaciones para justipreciar su existencia como hecho histórico y social.


Autor: Iván Federico Mejía Álvarez.

Anotación del 17 de julio de 2017:

Los textos anteriormente presentados pueden permitir al lector hacerse una idea, al menos general e introductoria, de lo que los fieles cristianos que participamos de la comunidad católica creemos y consideramos, valoramos y tratamos de vivir, no sin dificultades y a veces con desaciertos, a lo largo de los siglos y en todos los lugares del planeta: así de extensa es nuestra presencia en la geografía planetaria y en la historia universal. 
Hasta el punto de que no es fácil quitar - sin destruirlos o deformarlos - hoy en día de la cultura y de las culturas - detectándolos primero - aquellos elementos que pertenecen a la "esencia" del cristianismo y han sido hechos parte de los modos de considerar, de las escalas de valores, de los sentimientos mismos, etc., que caracterizan a dichas culturas y a los pueblos que las portan y transmiten: ¡tan arraigados y enraizados han llegado a ser! Controvertidos y muchas veces desconocidos - por poco comprendidos - en en ese conjunto sistemático y armónico, inclusive jerárquico, que conforman dichos elementos articulados con la fe cristiana creída, reflexionada y vivida.
El caso europeo es bien diciente, cuando por dos mil años de presencia cristiana se ha llegado a lo que hoy en día se considera un hecho relevante de la civilización en todos sus ámbitos y en sus diversos matices: la Unión Europea, a partir de 1993 (y su actual proceso de "refundación" con la salida del Reino Unido). Y ello a pesar de los desencuentros, innumerables, a partir de los cuales se ha ido forjando dicha Unión - para mencionar sólo algunos pocos, pero protuberantes: la división del cristianismo a raíz de la Reforma Protestante, las invasiones napoleónicas, la I y la II Guerra Mundial, etc. -. (Ha de recordarse, por ejemplo, que la 
No menos se puede decir, con sus bemoles y con sus cortapisas, de la presencia del cristianismo en los últimos quinientos años en América, particularmente en América Latina, y especialmente en Colombia. Los cristianos - y no puede olvidarse que tan honroso nombre debe asociarse a los católicos, e incluirlos, sin ningún género de duda -, y no sólo nuestras ideas, formamos parte esencial de nuestras comunidades nacionales, aportando una manera de ser y de pensar a la identidad misma con la que se define y caracteriza un canadiense, un mejicano, un argentino, o un jamaiquino, un costarricense, o un venezolano, para citar algunos ciudadanos de nuestras naciones hermanas (por cierto, criterio "naturalmente" cristiano). Pero no sólo nuestras ideas y nuestra visión acerca de los bienes y de los sucesos, porque, cuando llega el momento de las elecciones, en los regímenes democráticos - pero también, inclusive, en los que eventual o frecuentemente no lo son - estos mismos cristianos- católicos, de cuya fe y de cuyos valores somos portadores, para bien o para mal, somos seres de carne y hueso, poseedores no sólo de dignidad sino de derechos y obligaciones, morales pero también constitucionales políticos, y votamos para elegir personas - sea que se reconozcan o no como cristianas - como dirigentes políticos o para pronunciarse sobre las cuestiones (económicas, sociales, medioambientales, etc.) que las afectan. ¿Quién que resulte elegido (hoy en día) no lo ha sido por personas que, al menos nominalmente o por puro tradicionalismo o por simplemente tener su partida de bautismo y haberse criado en un hogar en el que alguien compartía esos valores y esa identidad, han votado por él? ¿Qué partido, liberal o conservador, de derecha o de izquierda o de centro, puede presumir de que, en cierto modo, incluso sus ideas fundacionales son tan "originales" y "puras" que nada tienen qué ver, en sus orígenes o en su desarrollo, con principios y valores de genuina tradición cristiana? Para la muestra un botón: el lema nacional "libertad y orden" que se encuentra escrito en "una cinta ondeante de color oro asida al escudo y entrelazada en la corona" "sobre el jefe del escudo" de Colombia desde 1834, Así la Constitución de 1991 no lo haya afirmado, así no lo hubiera preferido afirmar... Los "implícitos" así como los "silencios" a veces son más dicientes que las palabras (explícitas).
Por eso, me asaltan dudas cuando leo que "mezclar política y religión no tiene otro objetivo que manipular" (cf. https://twitter.com/margaritarosadf). Denigrar de nuestra condición religiosa - y aún más, de fe - no es ya novedoso. Ya se ha vuelto insuficiente la crítica de que "somos el País del Sagrado Corazón (de Jesús)" - tan ennoblecedora, conveniente, lógica y razonable auto-designación que se hizo, sin embargo, en los momentos más críticos: cuando a Él se le atribuyó que ejércitos liberales y nacionalista-conservadores enfrentados llegaran a la paz en 1902 al término de la "Guerra de los mil días"; o , aún antes, cuando se hizo algo similar durante el Estado (Soberano) de Cundinamarca - en medio de la lucha Iglesia-Estado y de las Guerras Civiles (1861) y a pesar de la Constitución de Rionegro (1863) - , o, todavía antes, en la propia Bogotá colonial de la época del Estado Libre de Cundinamarca (1810) -. Tradiciones, pues, más que centenarias que hicieron frente al "respeto humano" (José María Cordovez Moure: Reminiscencias de Santafé y Bogotá, Librería Americana Bogotá, 1910, en: https://books.google.com.co/books?id=g5AbDsypRxsC&pg=PA469&dq=estado+de+cundinamarca+sagrado+coraz%C3%B3n+de+jes%C3%BAs&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwjoiqSq6JDVAhWEJiYKHchVDTYQ6AEIJTAA#v=onepage&q=estado%20de%20cundinamarca%20sagrado%20coraz%C3%B3n%20de%20jes%C3%BAs&f=false: página 469) ¡Pero somos hombres y mujeres de la "modernidad", del "estado laico" y laicizante!: cuando, precisamente, la raíz de toda seria y razonable "laicización" se encuentra, precisamente, en el Evangelio (cf. Mateo 22,21)! La autocrítica - ¡y desde la razonabilidad del corazón (cf. Salmo 95 -94-, 10-11a)! - sería, en mi concepto, más beneficiosa.
No podemos negar que somos cristianos al mismo tiempo que colombianos. Inseparablemente, indisolublemente, consustancialmente. A pesar de que reneguemos, de "pensamiento, palabra, obra u omisión", con alguna razón o sin ella, eventualmente, de cualquiera, ¡o de de una y otra!, de las dos condiciones. Más aún. Afirma el Código de Derecho canónico
"Canon 204 § 1. Son fieles cristianos quienes, incorporados a Cristo por el bautismo, se integran en el pueblo de Dios, y hechos partícipes a su modo por esta razón de la función sacerdotal, profética y real de Cristo, cada uno según su propia condición, son llamados a desempeñar la misión que Dios encomendó cumplir a la Iglesia en el mundo. § 2.  Esta Iglesia, constituida y ordenada como sociedad en este mundo, subsiste en la Iglesia católica, gobernada por el sucesor de Pedro y por los Obispos en comunión con él.
"Canon 205. Se encuentran en plena comunión con la Iglesia católica, en esta tierra, los bautizados que se unen a Cristo dentro de la estructura visible de aquélla, es decir, por los vínculos de la profesión de fe, de los sacramentos y del régimen eclesiástico."
O bien, para quienes prefieran esta otra formulación de la misma norma canónica:
"Canon  96. Por el bautismo, el hombre se incorpora a la Iglesia de Cristo y se constituye persona en ella, con los deberes y derechos que son propios de los cristianos, teniendo en cuenta la condición de cada uno, en cuanto estén en la comunión eclesiástica y no lo impida una sanción legítimamente impuesta".
La fuente y explicación de este "criterio" - eco evangélico - la encontramos en un texto apologético pero bello y elegante y todavía reciente, prácticamente "nuevo", ¡pues sólo tiene prácticamente la antigüedad del mismo cristianismo! (J. Quasten). Los expertos lo datan de finales del siglo II:

Los cristianos en el mundo "Los cristianos no se distinguen de los demás hombres, ni por el lugar en que viven, ni por su lenguaje, ni por sus costumbres. Ellos, en efecto, no tienen ciudades propias, ni utilizan un hablar insólito, ni llevan un género de vida distinto. Su sistema doctrinal no ha sido inventado gracias al talento y especulación de hombres estudiosos, ni profesan, como otros, una enseñanza basada en autoridad de hombres.
Viven en ciudades griegas y bárbaras, según les cupo en suerte, siguen las costumbres de los habitantes del país, tanto en el vestir como en todo su estilo de vida y, sin embargo, dan muestras de un tenor de vida admirable y, a juicio de todos, increíble. Habitan en su propia patria, pero como forasteros; toman parte en todo como ciudadanos, pero lo soportan todo como extranjeros; toda tierra extraña es patria para ellos, pero están en toda patria como en tierra extraña. Igual que todos, se casan y engendran hijos, pero no se deshacen de los hijos que conciben. Tienen la mesa en común, pero no el lecho.
Viven en la carne, pero no según la carne. Viven en la tierra, pero su ciudadanía está en el Cielo. Obedecen las leyes establecidas, y con su modo de vivir superan estas leyes. Aman a todos, y todos los persiguen. Se los condena sin conocerlos. Se les da muerte, y con ello reciben la vida.Son pobres, y enriquecen a muchos; carecen de todo, y abundan en todo.Sufren la deshonra, y ello les sirve de gloria; sufren detrimento en su fama, y ello atestigua su justicia. Son maldecidos, y bendicen; son tratados con ignominia, y ellos, a cambio, devuelven honor. Hacen el bien, y son castigados como malhechores; y, al ser castigados a muerte, se alegran como si se les diera la vida.Los.judíos los combaten como a extraños y los gentiles los persiguen, y, sin embargo, los mismos que los aborrecen no saben explicar el motivo de su enemistad.
Para decirlo en pocas palabras: los cristianos son en el mundo lo que el alma es en el cuerpo.El alma, en efecto, se halla esparcida por todos los miembros del cuerpo; así también los cristianos se encuentran dispersos por todas las ciudades del mundo. El alma habita en el cuerpo, pero no procede del cuerpo; los cristianos viven en el mundo, pero no son del mundo. El alma invisible está encerrada en la cárcel del cuerpo visible; los cristianos viven visiblemente en el mundo, pero su religión es invisible. La carne aborrece y combate al alma, sin haber recibido de ella agravio alguno, sólo porque le impide disfrutar de los placeres; también el mundo aborrece a los cristianos, sin haber recibido agravio de ellos, porque se oponen a sus placeres.
El alma ama al cuerpo y a sus miembros, a pesar de que éste la aborrece; también los cristianos aman a los que los odian. El alma está encerrada en el cuerpo, pero es ella la que mantiene unido el cuerpo; también los cristianos se hallan retenidos en el mundo como en una cárcel, pero ellos son los que mantienen la trabazón del mundo. El alma inmortal habita en una tienda mortal; también los cristianos viven como peregrinos en moradas corruptibles, mientras esperan la incorrupción celestial. El alma se perfecciona con la mortificación en el comer y beber; también los cristianos, constantemente mortificados, se multiplican más y más. Tan importante es el puesto que Dios les ha asignado, del que no les es lícito desertar."  

De la Carta a Diogneto (Caps. 5-6; Funk 1, 317-321). 

Ediciones: F. X. Funk (editor): Patres Apostolici vol. 1 Laupp Tübingen 1901. Johannes Quasten (QUASTEN): Patrología I, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1978. From Ante-Nicene FathersVol. 1. Edited by Alexander Roberts, James Donaldson, and A. Cleveland Coxe. (Buffalo, NY: Christian Literature Publishing Co., 1885) en: http://www.newadvent.org/fathers/0101.htm




Apéndice 4


M.E. TONKIN FDNSC. “Application of (Geertz') Definition of Religion to the basic Features of Australian aboriginal Religion. (With special attention to the Murinbata People)”. NELEN YUBU (consulta del 9 de septiembre de 2019)[1] http://chevaliercentre.org/documents/NY09.pdf


Synopsis of Paper[2]

Introduction

Justification for approach:
Stanner/Geertz - 'the same language.'

Definition:

"Religion is. . .

l. "a system of symbols which acts to. . .
a) definition 'symbol' (after Langer)
b) aboriginal mind expressed in symbol
c) 'master-symbol': The Dreaming
d) symbols as 'model or, 'model for'
e) illustration : the Punj

2. "establish powerful, pervasive and long-lasting moods and motivations in men by . . .
a) defmition 'motivation', 'mood'
b) 'totemic Sacramentalism' - motivation
c) initiation - men
d) the Punj
e) celebration - mood /

3. "formulating conceptions of a general order of existence and. . .
a) in context of The Dreaming
b) religious quest: to come to grips with phenomena of ignorance, suffering and injustice
c) 'universal' conceptions/mu tuality
d) 'doctrines' life/time
e) assent to life (mythology)
f) celebration in ritual

4. "clothing these conceptions with such an aura of factuality that. . .
a) transformation of selftreality
b) symbols - vehicles of reality
c) 'effectiveness' of the f'unj as ceremony
d) in context of The Dreaming

5. "the moods and motivations seem uniquely realistic. "
a) religion shapes life
b) 'religion pure'/'religion applied'
c) proximate acts in ultimate contexts
d) Aboriginal landscape transformed
e) totemism/'tjurunga'/magic/taboo
f) the Punj -expression of 'suprasocial reality'

Conclusion
Stanner's 'totemic Sacramentalism'
Geertz' religion



W.E.H. STANNER, in the introduction to his work, On Aboriginal Religion, states that, in his view, definitions of, religion, such as would aim to comprehend all religions in all places and at all times, are doubtfully matter for anthropology. By religion, he would imply simply the content of a devotional life, as witnessed in the Murinbata culture: 'That kind of belief and conduct'. (1966: vii) Indeed, in that same work, Professor Stanner, examining social structure, writes:

The active search, of which we see many signs, for a set of conceptions to complement that of social structure is in one sense mistaken: not a complement is required, but something which will make it possible, logically sound and concretely persuasive. (1966: 18)

To transfer this comment into the realm of religion, we find a telling parallelism in (the now classic) definition of Clifford Geertz:

Religion is

1) a system of symbols which acts to
2) establish powerful, pervasive and long-lasting moods and motivations in men by
3) formulating conceptions of a general order of existence and
4) clothing these conceptions with such an aura of factuality that
5) the moods and motivations seem uniquely realistic. (1969:4)

 It would seem, then, that Stanner would not reject such a definition of religion. (Indeed, Geertz and he seem to speak the same kind of language.) And, so, it is within that framework of Geertz, and with special reference to (Stanner's) Murinbata, that I attempt some understanding of Australian Aboriginal religion.


l. Religion is a system of symbols

Understanding symbol (after Langer: 1951) to be any object, act, event, quality or relation which serves as a vehicle for a conception - the conception being the symbol's meaning -- we follow Geertz (1969:4). It is understood that the Aboriginal mind has expressed itself not in concepts but in symbols: myth, dance, song, art (Wilson 1979:62), as also in material objects and local sites, as conveyers/loci of meaning (Berndt 1964: 198). Hence, the necessity of understanding the process of symbolic expression in order to begin to appreciate Aboriginal religion/ life, so much of which is concerned with possession and dutiful use of efficacious signs (Stanner 1966:l5).

It would appear that Maddock's concept of symbol as a (poor) substitute for direct encounter, underrates the 'sacramental' nature of symbol (1974:114-5) as signs which are reminders of the past, of transformative efficacy for the present and a guarantee of what is to come (Stanner l966 :D).

Before actually turning to the concept of 'system' of symbols, it may be valid to claim for Aboriginal religion a unique 'master-symbol', viz., The Dreaming (Wilson 1979:44).[3] As such, it would be seen to embrace the multiplicity of the symbolic dimension of Aboriginal life, itself pre-eminently the vehicle for expression of religious (and other) concepts.

By definition, The Dreaming is understood, within the framework of Aboriginal cosmology, to mean that period, antecedent to both time and man, when enduring features of landscape were made, connections established between man and nature and repetitive cycles initiated. This is perpetuated in the 'eternal' dreamtime through the mythologically recorded events, which themselves find expression both ritualistically and in an actual plan of life. The world-and-life view is honoured by the very routines of daily life and commemorated periodically and dramatically in cult performances (Maddock 1974: 109).

Following Geertz, again, we may distinguish a 'system' of symbols as 'models of and 'models for' reality. By the former is understood that symbols are manipulated to parallel the pre-established non-symbolic structure, so that the system itself is the model. The latter would imply the inherent symbolic potential of human existence, in that the-preexlstent is to be revealed in tangible form where the theory itself is the model. It would seem that the 'model for' concept could be seen in the Aboriginal tendency to order what is; the 'model of, in extending the human social order to encompass other forms of life/powers within their very kinship system, and that within the framework of totemism[4], and, as Stanner would have it, 'totemic sacramentalism' (1966:28).

To illustrate this concept of a system of symbols as 'model for' reality . . .   The post-initiation rite of the Murinbata, the Punj (a term meaning 'secret') may be seen in one sense as functional, transitive, a 'model for' reality, in that through the process of withdrawal, transformation and return, accomplished in a pre-determined series of ritual actions, the young men are indeed made 'to understand' the mysteries, to be made 'Kadu Punj' (Stanner 1966:4-28). Maddock would claim that the Aborigines take no credit for the rites and ceremonies they enact, as they were 'laid down' in The Dreaming, as, indeed, was so much of their life (1 974: 129). In that sense, then, such symbolic action is understood to be of the 'model for' reality.

Yet, as 'model of reality, it would seem that, in pursuit of a goal which is itself intangible, viz., wisdom and mystical experience (in the sense of ‘mystery’[5]), the Punj transcends such 'model for' categories. Stanner comments:

Symbolic activities attract rather than depend on mystical beliefs, which express human longings and valuations, rather than an illusion of technical competence. (1966:19)

 Religion, then, is a system of symbols which acts to


2. Establish powerful, pervasive and long-lasting moods and motivations in men . . .

Motivation is seen to be a persisting tendance (a long-lasting thing), while a mood would seem to be a recurring thing. As far as Geertz' definition goes, then, perhaps we could interpret 'long-lasting' moods as those which are 'constantly recurring', dominant, given the required circumstances.

To give precision to the meaning of both terms: motives are seen to be liabilities to perform certain kinds of feelings. They are directional in cast, describing a particular overall course. Motives derive their meaning with reference to their ends, are interpreted in terms of their consummations. Moods, on the other hand, are states of mind springing from certain circumstances which vary in intensity. They are not directional; they follow no logic. When present, they are totalistic. Moods are validly interpreted in terms of their sources/causes. (Geertz 1969: 10-1 1)

Again, of 'totem sacramentalism', Stanner writes of the rites and institutions of totemism, characterised by

the use of external and visible signs betokening men's dependency on otherworldly powers for an endowment and flow of life-benefits. It is the set of relations which obtain between these elements which constitutes sacramentalism. Men act through signs towards the ground of dependency; the flow is accompanied - or is held to be - by external signs signifying that a solidary relation holds between that ground and men; and in this way, the acts, signs and flow not only interpenetrate each other but in a long established and involuted religious system compentrate each other, that is, pervade each other in every part. (1966:27)

It is clear that the concrete symbols involved both express and shape the fundamental life-view of the Aborigines, while achieving a sense of revelation, he stabilizes a sense of direction (Geertz l969:9).

It is a general feature of Aboriginal religion that the level of secrecy increases the further one penetrates into the core of the Aboriginal religious complex (Wilson 1979:25). And it is immediately evident that only the men of the tribe penetrate to the core of that secret knowledge, and then only through (progressive stages of) initiation. Initiation itself could be said to mark the entrance into a life henceforth motivated by hidden springs of conduct, faith, hope and a depth of thought attained through the discipline, pain and enlightenment of the rite. On the basis of their new understanding of their totemic (spiritual and emotional) kinship with nature (the land, and all living things) as laid down in The Dreaming, the initiated men assume their share of privilege/responsibility for maintaining this relationship, together with custodianship of sacred sites: the motive simply that of continuity with 'The Dreaming'. (Berndt 1964: 247)

The rite of Punj. itself, is designed to play upon fear and awe which, together with the dramatic abandonment of the ordinary circumstances of life, is effective in a 're-casting' character. Stanner describes the ceremony as a

high, joyful celebration . . . at one and the same time a fearful approach to mystery . . . (1966:56)

And, again, in our context, as further comment on the mood of celebration:

If it is a religious task - and, were there nothing else to go upon, the liturgical complexity and lavish symbolism would assure us that it is - here is one instance in which the old jest of the 'opus dei' and the 'onus diei' is meaningless. (1966:20)[6]

To recall our definition as we proceed: Religion is 1) a system of symbols which acts to 2) establish powerful, pervasive and long-lasting moods and motivations in men by


3. Formulating conceptions of a general order of existence. . .

Universally, for men, there would seem to be three areas where the 'chaos' of events threaten to defy interpretability. These areas: the failure of his analytic capacities, of his powers of endurance and of his moral insights, viz., the phenomena of ignorance, suffering and injustice demand some explanation/interpretation if he is to find completion/fullness of life.[7]

In view of this understanding of the domain of the religious quest, it is rightly claimed, again, that The Dreaming and the consequent panorama of life, either spelt out or inferred in myth and ritual provide all the 'formulation' of concepts/beliefs which the Aborigines possess. For these people, amongst whom there exists no class of scholars, no form of writing, where the questions of 'how' and 'why' are rarely asked, in face of vast and undifferentiation of entities and relations, symbolic construction alone must suffice to formulate reality (Stanner 1966:51). Thus myth/ritual uniquely convey 'doctrine'/'belief.

Life, too, takes on a more 'universal' dimension with reference to the High Beings, those known as 'All-Father' or 'All-Mother', whose creative acts are seen as transcending the more 'parochial' specialized areas of the totemic powers, and with whom the Aborigine is more intimately associated.

The real problem for the Aborigine is not with concepts of life but, rather, life in the sense of living. Rather than attempting to control the environment in which he lives, he welcomes it into an orderly relationship within his world. So, in Aboriginal totemism, the common life shared by man and nature, by mythology, becomes personal (or quasi-personal) (Elkin 1974: 251-2). Man is understood in relation to his natural environment and to his supernatural environment, within a broader horizon than the narrow span of a human life cycle (Berndt 1964:245-7). Thus, while individuals are born, develop and die, they belong to a scheme in which is inherent both continuity and comprehensiveness. The 'mutuality' of this system, too, lies in the harmonizing of natural and social rhythms, the sustaining effects of which are reciprocal. Since, if man co-operates in maintaining nature, natural plenty, in turn, nourishes him. Man is responsible for keeping the natural/social cycles in motion. Furthermore, on each clan there falls responsibility for the continuance/support of a part of nature. As a result of this cooperative effort, all nature is supported (Maddock 1974: 1324).

The 'doctrine' of life is seen to lie in the 'belief' that, as the spirit exists before birth, so will it survive after death (Maddock 197.4:158). Thus, polarity of body/spirit is seen, too, in the antithesis between the transitory and the permanent, the body's decay and the immortality of the spirit. And it is by 'sym-bol' (in the sense of 'hold together') that these concepts are affirmed/expressed (Maddock 1974:170) within the dichotomy which is fundamental to Aboriginal religion.

A unique quality of Aboriginal life is that there is no division between time and eternity (Wilson 1979:63, quoting Strehlow). The 'Dream Time' is not a succession of time periods but, rather, an ever-present immutable reality which underlies and is expressed in time (Elkin 1974:209). Hence, man's involvement in ritual is essential in so far as it is the occasion and means through which the Dreaming becomes effective in the sphere of space and time, the here and now (Elkin 1974:234).

For the Aborigines too, it would seem that there never was a 'Golden Age' devoid of ignorance, suffering and injustice, for their mythology generally expresses the understanding that life was crooked at the core from the very beginning, e.g. the Murinbata myth of Mutjinga (class notes AS 107, 2)[8]. Stanner speaks of the buoyant, even high-spirited attitude to life of the Murinbata, in spite of its contingency. They give their 'assent to such life without morbidity' (1966:58)[9]. Indeed,

A prolonged exposure to the rites comes to suggest both a depth and a dignity of outlook which may lack formulation but not reality. (1966:44)

Religion is 1) a system of symbols which acts to 2) establish powerful, pervasive and long-lasting moods and motivations in men by 3) formulating conceptions of a general order of existence and


4) Clothing these conceptions with such an aura of factuality . . .

The religious perspective surpasses other modes of 'seeing' reality: beyond the common-sensical, the scientific, the aesthetic. It is in ritual and ceremony that the moods and motivations and the general conceptions of the order of existence which they formulate meet and reinforce one another. The world as lived and the world as conceived, expressed in a single set of symbolic forms, are perceived to be identical. Thus occurs the transformation in one's sense of reality. The metaphysic formulated by those symbols and the style of life they recommend are imbued with a persuasive authority. It is in the context of concrete acts of ritual/liturgy that religious conviction is strengthened. These enactments are seen to be not only 'models of' what man believes, but also 'models for' the believing. In these actual 'dramas', men attain their faith as they portray it (Geertz 1969:26-9).

In Aboriginal ritual, sacred objects never remain merely symbols; in ritual they become imbued with power, a power which is communicated. Thus, the initiate 'knows' that the 'tjurunga' is no mere stone but, rather, the material substance of the Ancestral Being with whom he himself has a compelling spiritual relationship (Berndt 1974:72-74). Strehlow recounts how a man explained, when handing a 'tjurunga' to his initiated son, 'This is your own body, from which you have been reborn' (Wilson 1979:40).

So. too, within this context, we turn to Stanner's assessment of the Punj:

a) the re-enactment of the primordial tragedy brings understanding;
b) the covenant duality is thus endorsed by and on the new generation;
c) each man is taken (so to speak) out of his empirical/social self, as though to meet his essential self;
d) touched by encounter with the transcendental: the 'All-Mother's' blood, symbol both of life and of suffering;
e) he is given a sign (bullroarer), perpetuating the new relationship;
f) within a logos which gives life and suffering a common source and a joint imperium (1966:56, tabulation original).

Within the 'master-symbol' of The Dreaming, participants in a ritual/ceremony, are not just commemorating/re-enacting the past. Whatever happened in the mystic past is happening now (Elkin 1974:210). Hence, the Punj is something to do, to celebrate, rather than to talk about (Stanner 1966: 14). It is essential to the function of symbol that the development of conceptions be along an aesthetic rather than an intellectual course. Through song, dance, mime and painting, symbolistical conceptions of mysteries are brought to mind by analogical speculation (Stanner 1966: 14).

And so, to the last stage of our definition: Religion is 1) a system of symbols which acts to 2) establish powerful, pervasive and long-lasting moods and motivations in men by 3) formulating conceptions of a general order of existence and 4) clothing those conceptions with such an aura of factuality that


5. The moods and motivations seem uniquely realistic.

The dispositions which religious rituals induce have their most important impact outside the boundaries of the ritual itself, to colour the individual's conception of the existing world Hence, religion is sociologically (and, consequently, anthropologically) interesting not because (as positivism would have it) it describes the social order, but because it shapes it.

Whereas religious belief has usually been presented as an homogeneous characteristic of an individual, it would be more accurate to distinguish between two modes of religious experience. Belief/experience, in the midst of ritual, engulfs the total person, transporting him into an encounter with the 'really real'. This belief/experience, a remembered reflection in the context of the living of everyday life, is hardly of the same order. Hence the qualitative difference between religion pure and religion applied (a qualitative difference, not a transcendental difference).

It is the placing of proximate acts in ultimate contexts which makes religion socially so powerful. By altering the entire landscape presented to common sense, through ritually inspired moods and motivations, there would seem to be only one response to the way things 'really' are. Having ritually 'leapt' (and, for the Aborigines, this term would be generally accurate enough) into the realm of meaning, defined thus by such 'belief’, and returning to the 'common-sense' world, a man is (or should be) changed. And so, too, is the very world he inhabits, for it is understood now to be but a partial form of a wider reality which corrects and complements it.

The nature of the bias religion gives to ordinary life varies with the religion involved, with the particular dispositions induced in the believer by the specific conceptions of cosmic order he has come to accept. (Geertz 1969:35-8)

Clearly, again appealing to the 'master-symbol' of The Dreaming, the entire landscape of Aboriginal life is transformed totemically so effectively! For ritual procedure is to be seen against the complex network of economic obligations, reciprocal duties, payments and receipts, teaching and learning which so readily provide a moral basis for action, a set of fundamental principles for the channeling and directing of conduct (Berndt 1964:250).

The function of 'totemism' is, indeed, extensive. In the social sphere (as also for the individual), it unites all the totemites/clan as one 'flesh', one 'meat', from the womb of a common ancestress the totem itself becoming mate, partner enough to set a person meditating (Elkin 1974: 173). After initiation, the possession of secret knowledge, won at a price, binds the tribe/clan together (Elkin 1974:200). The 'tjurunga', especially those of ancient significance, enable the people of today to communicate with the great ancestral heroes. Such 'tjurunga', too, mediate strength and life: rubbed on the sick, carried when out hunting (the catch, in consequence, sacred) and lent in friendship. In some societies, each initiated male possesses his own sacred object (Elkin l974:209-I 1).

It is beyond the scope of this paper to treat the many ways in which the sacred infuses the whole of Aboriginal life. Hart and Pilling, speaking of the Tiwi of Bathurst/Melville Islands, describe them as "magic-free' but 'pukamunil/taboo-ridden" (1960:88). Other Aboriginal societies could be said to be 'magico-religious' ridden, not necessarily sorcery-ridden (Berndt 1964:254). Indeed, a dying medicine man may leave his totem (familiar) to someone else in doing so. he bequeathes part of himself (Elkin 1974: 187).

And from Stanner, we may understand that the myth attached to the Punj appears 'as an elementary attempt to make an identity between a social reality and a new intuition of a suprasocial reality' (1966: 51).

In the Punj as assessed by Stanner

the symbol-functions are indeed carried out with high efficiency by the choice of symbol-vehicles: truly brilliant combinations of mime, song, dance and stylized movements make what seems to be an indelible impression on those who experience them . . . [and] responses to given stimuli have become so deeply settled that an Aborigine finds true interest, spiritual ease and intellectual satisfaction only in that system of life which the stimuli connote. (1 966: 19-20)


Conclusion: Correlation of Geertz and Stanner

So, having claimed to somehow equate Geertz' definition of religion with Stanner's understanding of the term, and attempted to apply that definition to Aboriginal religion (and Murinbata) in particular, perhaps we could turn to Stanner's understanding of Aboriginal religious 'economy' (within the 'master symbol' of The Dreaming) as our final word of comparison and appeal.

The Murinbata religion, he claims, is 'sacramentalist' through and through. In order to understand this 'totemic sacramentalism', it is necessary to recognize

1. the nature and principal of endowment (the totemic function) [corresponding to phrases 1 and 3 of definition];
2. the exchange of signs (the rite) [corresponding to phrases 2 and 41 and
3. the plan of dispensing or distributing the 'flow' among men (the social institutions) [corresponding to phrase 51. (Stanner 1966:28. Tabulating and association original).



BIBLIOGRAPHY

BERNDT, R.M. & C.B. 1964 The World of the First Australians. Sydney: Ure Smith. 1974 The First Australians. Sydney: Ure Smith. (Third edition)
ELKIN, A.P. 1974 The Australian Aborigines. Sydney: Angus and Robertson. (Fifth edition)
GEERTZ, C. 1969 'Religion as a Cultural System', Anthropological Approaches to the Study of Religion, ASA Monographs 3 (ed. Banton, Michael), Tavistock.
HART, C.W.N. & PILLING, A.R. 1960 The Tiwi of North Australia. New York: Holt, Rinehart and Winston. (Case Studies in Cultural Anthropology, Stanford University)
MADDOCK, K. 1974 The Australian Aborigines: a portrait of their society. Pelican Books.
STANNER, W.E.H. 1966 On Aboriginal Religion. Oceania Monograph No. 11, University of Sydney. (Reprint of series of articles Oceania, December, 1959-September 1963)
WILSON, M.J. 1979 New, Old and Timeless: pointers toward




FOOTNOTES


[1] NYMU (the Nelen Yubu Missiological Unit) began in 1977 in the Northern Territory with the aim of working at the interface between Aboriginal society on the one hand and modern Australian evangelisation on the other. In the Ngangikurrungur language of the Daly River area nelen means 'way' and yubu means 'good' - a good way to travel. Martin J Wilson msc, PhD (Gregorian University, Rome), MA (social anthropology, UPNG).
[2] Essay presented as an assignment in the 1980 Aboriginal Studies course at Yana Theological Union, the lecturer being the Nelen Yubu editor. Sr Margaret Tonkin (BTheol) is working now in the Catholic Education Office, Sydney, as RE Consultant for the Eastern Region.

[3] *I am only reporting a suggestion of Stanner's made in the course of his Charles Strong Memorial lecture (1976:23), 'Some Aspects of Aboriginal Religion'. - ED.
[4] Elkin 1974:165: 'Totemism is a view of nature and life, of the universe and man, which colours and influences the Aborigine's social groupings and mythologies, inspires their rituals and links them to the past. It unites them with nature's activities and species in a bond of mutual life-giving, and imparts confidence amidst the vicissitudes of life.'

[5] As Murinbata expresses it, 'It is a thing we do not understand'.

[6] A comment on Maddock's statement (1974:lll) about powers which burden men with a weight of dead Custom.
[7] Geertz 196924: 'The effort is not to deny the undeniable - that there are unexplained events, that life hurts, or that rain falls upon the just - but to deny that there are inexplicable events, that life is unendurable and that justice is a mirage.' It is a matter '. . . of affirming, or at least recognizing, the inescapability of ignorance, pain and injustice on the human plane, while simultaneously denying that these irrationalities are characteristic of the world as a whole.' In terms of religious symbolism, it consists in '. . . relating man's sphere of existence toa wider sphere within which it is conceived to rest where both the affirmation and the denial are made.'
[8] Stanner 1966:31: 'Murinbata religion might well be described as the celebrations of a dependent life which is conceived as having taken a wrongful turn in the beginning, a turn such that the good of life is now inseparably connected with suffering.'
[9] And, to quote him further of the relationship of concept and life: 'To argue that the Murinbata act as they do because they have the conception of life sketched out in the myths would be absurd. To argue that the facts of life are the reason why they have the conception would be an undue simplification. It seems nearer the truth to say that actuality and conception are variables which have developed together with others.' (1966:44)