sábado, 11 de julio de 2009

Elementos de planificación de la acción social a partir de la teoría estructuralista del conocimiento

Esquema básico de Observación de la Realidad social

Introducción metodológica y fundamentación

Elementos de planificación de la acción social a partir de la teoría estructuralista del conocimiento
Jesús ANDRÉS VELA s.j.

A. Presupuestos: Conocer la Realidad

1. Conocer

Cuando hablamos de “conocer”, no entendemos simplemente un acto de “contemplación” pasivo, sino la implicación en la realidad conocida para transformarla. Cuanto más nos impliquemos y esforcemos por transformarla, más la conoceremos.

Este conocimiento es, por tanto, un proceso en tres actos:

1. Determinamos conocer la realidad social, para adecuar mejor nuestra acción a esa realidad.
2. Actuamos sobre esa realidad
3. La realidad actúa sobre nosotros y nos dejamos cuestionar por ella.

Como primera consecuencia: Conocemos las posibilidades de la realidad y sus posibilidades de transformación.

1. Cambiamos la realidad
2. Mientras nos esforzamos por cambiarla, cambiamos nosotros mismos.

Como segunda consecuencia: Se establece una nueva relación entre nosotros cambiados y la realidad cambiada.

Todo esto desencadena una dinámica de un nuevo conocimiento de la realidad y de nuevas disposiciones para otros cambios.

Se trata, en definitiva, de un proceso dinámico e interactuante entre realidad y nosotros en una línea de cuestionamientos y modificaciones constantes. El hombre cambia y cambia la realidad. Cesa el conocimiento cuando se para el proceso. El hombre conocerá una realidad estática, no real. Sujeta la realidad a esquemas fijos, ajenos a ella, que es esencialmente cambiante e histórica.
Para la filosofía aristotélico-platónica, conocimiento equivalía a contemplación de realidades inmutables: Las ideas para Platón, las esencias para Aristóteles, revestidas de sus formas (lógos). Para el pensamiento judeo-cristiano, el conocer se realiza dentro de los acontecimientos históricos, y supone la voluntad de hacer de esta historia una Historia de Salvación (dabar).

La verdad es un fruto del proceso humano del conocimiento. La realidad es objetiva. Está ahí como yaciendo delante de nosotros.

2. Realidad (humana, social e histórica)
Entendemos la realidad como una realidad social de interrelaciones e interacciones humanas en un devenir histórico. Es lo humano en cuanto se desarrolla en la historia, con el juego de la libertad en sus posibilidades de bien y mal morales, de crecimiento y de decaimiento, pero con una tendencia constante hacia proyectos históricos cada vez más justos, libres y fraternos. Es lo que denominamos desarrollo de la realidad social.

La realidad histórica es el hecho de dominar con la ciencia y la técnica la naturaleza: civilización. Lleva consigo la organización social y de las diversas formas de producción. Pero también comporta crear relaciones entre los hombres para hacer una sociedad más humana, impulsar proyectos sociales históricos a partir de cosmovisiones, ideologías, políticas y organizaciones sociales, culturales, políticas y religiosas: Lo denominamos cultura. En el libro del Génesis (capítulos 1 – 11) ya podemos encontrar algunos elementos para comprender lo que hoy denominamos civilización y cultura y sus interrelaciones.

Hay que observar que la civilización condiciona el hecho de la cultura.

La realidad social es histórica y cambiante, siempre en desarrollo, pero dialéctica, esto es, conflictiva: con la posibilidad de mejorar o de deteriorarse.

3. Social

Al hablar de realidad social entendemos tres variables fundamentales:

 La variable de la comunicación o interrelación humana
 La variable de la acción o interacción humana
 La variable mundo vital social como el medio en el que se desarrollan todas nuestras relaciones.

Con estas variables se constituye una historia nueva, por las fuerzas de la civilización y de la cultura.

Se trata de una realidad estructural y social:

a. Realidad estructural




b. Realidad social

1° Las relaciones grupales o institucionales entre los hombres: relaciones de clases sociales, de división del trabajo, de grupos étnicos, culturales, religiosos... 2° Los condicionamientos estructurales, que acompañan e influyen en estas relaciones.

c. Realidad cultural

3° Los enfoques con los que miramos la realidad social e histórica y las cosmovisiones o antropologías, que fabricamos a través de esos enfoques.
4° El estilo y la calidad de vida, que es fruto de estas relaciones y condicionamientos.
5° El lenguaje, las cosmovisiones, simbología, representaciones culturales y religiosas que acompañan estas relaciones y condicionamientos.

B. Teoría del conocimiento estructural

Esta teoría se desarrolla en un triple momento: sensitivo, abstracto y lógico1. A cada momento del conocimiento corresponde otro de acción: modificar, al conocimiento sensitivo; renovar, al momento abstracto; y transformar, al momento lógico.

1 El Estructuralismo, como filosofía del conocimiento, tiene sus fuentes en el estructuralismo lingüístico de Saussure que distingue los fonemas – sonidos fonéticos - de los sintagmas – conjunto de fonemas con sentido: palabras – y de los paradigmas – el discurso lógico de palabras interconectadas: el párrafo -. Del Estructuralismo lingüístico se pasó al Estructuralismo antropológico de C. Levy-Strauss, al económico-social de Marx, al filosófico-social de Althuser. Cf. Boris ALEXIS L.: Contribución a la epistemología del trabajo social Ecro Buenos Aires 1976; AA. VV.: ¿Qué es el estructuralismo? Losada Buenos Aires 1971.

Análogamente, lo humano y estructural social con sus relaciones:

Interacciones e Interrelaciones
Campo de Fuerzas
Sincrónica (al mismo tiempo)
Cambiante e histórica:
En progreso
y decadente
Proyectos
Diacrónica (progresiva en el tiempo)

 Modificar: Se “modi-fican” las formas (los modos) de la realidad.
 Renovar: Se “re-nueva”, se re-hace, se hace nueva la realidad, pero dentro de los mismos horizontes y la propia lógica.
 Transformar: Se trasciende la forma de la realidad. Se pasa a una estructura nueva de la realidad con una nueva lógica interna y nuevas relaciones en su conformación.

Existe una ruptura entre una realidad u otra.

Momentos
Acciones
Sensitivo
Modificar
Abstracto
Renovar
Lógico
Transformar

Son momentos rotatorios: un conocimiento en el ámbito abstracto enfoca la realidad de tal manera que podemos tener un conocimiento perceptivo más profundo; y un conocimiento lógico – a nivel de lógica interna y estructura de la realidad – muestra más claramente sus núcleos (conocimiento abstracto). Con todo, el momento perceptivo – por ser el más cercano a la realidad, aunque sea el más caótico – debe ser un momento de confrontación continua con los datos de la realidad objetiva, a la que tendremos que recurrir continuamente.

Sin este recurso continuo a la percepción directa de los hechos, los conocimientos abstracto y lógico – con una carga mayor de subjetividad – pueden apartarnos de la realidad y conducirnos a la ideología.

En contraparte, un mero conocimiento perceptivo, sin la búsqueda de núcleos y de lógica interna de la realidad, se quedará en el campo de lo desconexo y caótico.

Tomando una comparación de la medicina, podemos afirmar que el momento perceptivo es como el “análisis” de diversas realidades del cuerpo humano: sangre, músculos, huesos...; el momento abstracto sería el relacionar los datos y hacer un “diagnóstico”; el momento lógico sería el “tratamiento” que seguimos para curarnos.

Observemos que Freud había hablado del “ego”, el “super-ego” y del “ello” como estructura de la personalidad. Marx, de “la base” (o infraestructura), la “estructura” y la “superestructura”. Son dos concepciones “estructuralistas” de la personalidad y de la realidad social. Por su parte, en la lógica formal, de la lógica de los “sentidos” pasamos a los “conceptos” y, finalmente, al “discurso lógico”. De una manera análoga y estructural, hablamos de “datos o hechos”, “núcleos en red” y de “situaciones críticas-límite”.

La estructura de la realidad es considerada como compuesta de datos, de núcleos de la realidad y de la lógica de sus relaciones.

Primer momento: Perceptivo o sensitivo

En el primer momento del conocimiento, percibimos la realidad a través de lo sensible. La realidad es objetiva. No la creamos nosotros. No la conocemos directamente. Está en nosotros como en código – codificada -. Es compleja. No la podemos penetrar directamente en toda la red de sus relaciones y condicionamientos estructurales.

Y esto vale también para la realidad física. Conocemos directamente lo sensible a través de los órganos de los sentidos; pero no su composición interna en átomos, moléculas y células, ni sus fuerzas de atracción o expansión. Después de la Teoría de la relatividad y el desarrollo de la energía atómica, se modificó totalmente la Física tradicional y se pasó a la Física cuántica...

La realidad social y humana

Nuestra primera “decodificación” consiste en encarnarnos en los hechos a través de la experiencia, e inmersos así en la experiencia directa de los hechos humanos y sociales, observarlos.

1° Experimentar la realidad.
Los hechos sociales y humanos no pueden ser “decodificados” si no formamos parte de ellos mediante su experiencia. Con todo, lo que nosotros podemos conocer directamente no es la realidad interna del hecho, sino sus formas. Son ellas las que aparecen (fenómenos) directamente como observables. Lo que nosotros podemos observar directamente de la realidad es lo fenomenológico. Es un nivel de forma de la realidad, pero en esos datos se encierra también lo más profundo de la realidad misma, aunque como en códice. Ahí está la realidad como dada y no creada por nosotros, como hecha, objetiva, algo fuera de nosotros, ante nosotros (ob – jectum), echada ante nosotros, independiente de nosotros mismos. Es el nivel morfológico de la realidad.

Al afirmar que la realidad social y humana está en código nos referimos a que no conocemos todas sus relaciones dinámicas, ni su significado histórico y cultural2, ni su proyección dinámica, o su sentido.

2° Observar la realidad.

Significa ver la realidad al nivel de lo sensible, sin pretender enmarcar los hechos o los datos en ningún esquema personal. Sin duda se presentarán dispersos, contradictorios. La única verificación posible es que sean reales. Aunque no sepamos cómo unirlos entre sí. Lo importante es dejarse empapar de ellos, verificando la materialidad de sus formas: dimensiones, cualidades, figura, acción... Se trata de conocer a nivel sensitivo lo fenomenológico. Lo concreto aparece primero...

Las investigaciones sistemáticas sobre la observación de la realidad, sobre las relaciones objetividad-subjetividad en la percepción3 y los factores que ejercen influencia sobre ella, han puesto en evidencia que observar no es tan sencillo como parece. No podemos percibir la realidad directamente, sino los estímulos que seleccionamos en una reacción inconsciente conforme a actitudes previas de la personalidad y a cosmovisiones y enfoques que provienen de la cultura a la que pertenecemos, precomprensiones que ya nos hemos formado de la misma realidad social. Es el primer obstáculo que se nos presenta a vencer.

Además, toda observación presupone la adopción de una metodología. Y toda metodología es ya un lenguaje, que condiciona nuestro pensamiento y nuestra manera de percibir. Toda metodología supone una teoría de la sociedad. El mismo lenguaje condiciona nuestro pensamiento y nuestra percepción4. Es un segundo obstáculo del que debemos también ser conscientes.

La dificultad se presenta, pues, por la simple razón de que experimentar y observar en las ciencias humanas y sociales es arriesgarse a introducir un doble riesgo:

 La Subjetividad del que observa
 La modificación del comportamiento del que es observado, influido por la misma observación, lo cual puede llevar a un comportamiento inducido provocado por la misma relación observante-observado.

Estas dos ópticas:

Observador-Subjetividad
Observado-Modificación de su Objetividad

crean a menudo disonancias y perturbaciones en la percepción.

Nuestra visión de lo real está condicionada por lo que queremos o esperamos ver y por lo que estamos habituados a ver.

¿Estamos encerrados en un círculo sin salida? La primera dificultad es la de que la persona, que observa, tome distancia del objeto o personas observadas. Pero, al situarnos en el campo de la experiencia social y humana, esta separación significaría perder la observación de los hechos humanos desde dentro. “La fuerza de la corriente se percibe dentro de la corriente y no desde el barco”, nos dice Kurt LEWIS.

Podríamos ir muy lejos en las relaciones de la estructura del lenguaje con el pensamiento: La lengua china ideográfica condiciona a volver hacia lo exterior y los objetos; las lenguas semánticas, con las consonantes, introducen la articulación entre el mundo exterior y el interior; las lenguas greco-latinas y anglo-germánicas del mundo occidental favorecen cierta introspección del YO; las lenguas eslavas se inclinan hacia lo posible o lo probable con sus diferentes formas de futuro (de intención y de acción)... Cf. C. Levy-Strauss: Psicología social Miller 1956.

Podemos marcar varias pautas de observación, aunque somos conscientes de que la verdadera solución se da sólo en la práctica:

1ª) Hay que tomar distancia entre observador y realidad social observada. Esto sirve desde el concepto de empatía y no-simpatía en el campo emotivo de la relación humana (como diría Karl ROGERS en la entrevista), hasta el hecho de la implicación sin radicalidades en los hechos de opresión y exclusión de la realidad social.

Es necesario ver claro, no dejarse arrastrar por la situación, ponderar las realidades y los valores que están en juego.

2ª) El observador debe estar ausente en la situación humana dentro de ella, para tener la posibilidad de la visión-con los que intervienen en ella y de la comprensión.

3ª) Es esencial el compromiso con el hombre y la situación observada. Pero no necesariamente y siempre el compromiso con las intenciones concretas de los que actúan en esa situación, que pueden resultar vanas o nocivas a largo plazo. Es como estar implicado en lo fundamental, evitando lo que consideramos negativo.

4ª) Para no deformar las observaciones, es preciso que no se proyecten sobre las situaciones problemas personales dramatizándolos en la realidad y convirtiendo las personas y situaciones en escenario para representar nuestros propios dramas. También hay que evitar angustiarse tanto con los problemas de la realidad, que se desintegra la personalidad y se lance a acciones desesperadas.

5ª) Se necesita una capacidad contemplativa: estar inmerso en la corriente pero comprenderla como desde fuera con una mirada profunda y lúcida.

Para observar es importante caer en la cuenta del lugar social desde donde observamos, desde qué intereses sociales o de clase. También es importante aquel apunte ignaciano de los Ejercicios Espirituales: en qué punto de indiferencia nos encontramos para no inclinarnos para un sitio u otro.

Quedan bien claras las contradicciones internas a la acción del observar: distancia y presencia en la situación, compromiso con ella y no-implicación en lo negativo, entrar en los dramas y no dramatizarlos con problemas personales, dejarse arrastrar por la corriente y capacidad contemplativa. Sólo la experiencia y la práctica serán capaces de resolver estas contradicciones al interior de la acción y no en la teoría.

C. Transición del primero al segundo momento

En la observación hemos destacado los datos más significativos. Aquí encontramos una primera racionalidad: La significación de los datos depende de tres factores:

 Lo que es más significativo al interior de la realidad observada. El dato significa la realidad porque es típico en esa realidad, porque con esos datos la realidad muestra su sentido, porque son muy repetidos o frecuentes en esa realidad.

 Los datos son significativos para la investigación que queremos hacer de la realidad. De ahí la necesidad de hacer una proposición (propuesta) sobre lo que nos interesa conocer de la realidad.

 Son significativos para la intencionalidad – lo que pretenden – de los agentes o planificadores que hacen la observación.

Lo específico de esta transición es la agrupación de todos los datos y hechos observados en el conocimiento sensitivo. Agrupar es poner en el mismo el mismo conjunto datos o hechos que tienen alguna semejanza al nivel externo de las formas. La semejanza se tiene que percibir a nivel sensible. La razón de la agrupación debe quedar a nivel de lo directamente observable, no de temas o ideas teóricas. Es, por lo tanto, una racionalidad fenomenológica de semejanza.
Podemos agrupar por razones de tiempo, lugar geográfico (bogotanos, caucanos...), sujetos de la acción (jóvenes, adultos...), cualidades (techos rojos, blancos...), efectos de la acción (producen alegría, tristeza...), calidad de vida (ricos, pobres...). Las razones de agrupación pueden ser múltiples. Se deben buscar aquellas que más corresponden con la finalidad de la acción social (pastoral).

Agrupar es un primer intento de organizar la realidad, de poner racionalidad en el caos de los datos o de los hechos observados. Es un intento por organizar lo fenomenológico para hacerlo inteligible. Se agrupa por lo más externo a la realidad de los datos: su semejanza sensible.

 Este primer conocimiento de la realidad nos suscita unos cuestionamientos. No se trata de responderles inmediatamente, sino de tener la valentía de formularlos y dejarse penetrar por ellos.

 Los cuestionamientos nos empujan a varias hipótesis sobre la conformación de la realidad misma, y sobre la manera como tendremos que reaccionar a ella. Necesitamos re-observar los hechos a la luz de estas hipótesis y re-elaborar las agrupaciones anteriormente efectuadas. Es una primera revisión del conocimiento perceptivo.

Agrupar es como cocinar los alimentos para que puedan ser digeridos.


Bibliografía y notas

2 La historia objetiva está compuesta de hechos, que al atribuirles significación se convierten en acontecimientos. Cuando los acontecimientos se encadenan hacia proyectos históricos, tenemos el sentido de la historia.
3 Cf. Petruelo TAGIMI 1958, citado por Anne SCUTZENBERGER en Introducción al Psicodrama.
5 Cf. Jesús ANDRÉS VELA s.j., Observar en: CIV n. ( ) 11-13.

El texto ha sido reproducido de: ANDRÉS VELA, JESÚS, “Planificación a partir de la teoría estructuralista del conocimiento”, en Revista CIV, No. 218, (marzo-abril), 2001. La Revista es publicación de la Casa de la Juventud, Cra. 17A No. 37-41, teléfono (571)340-0981, Bogotá, Colombia: casjuven@unete.com

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