Ayuda pedagógica: La Exposición[1]
a. Definición y/o concepto de la técnica o estrategia “exposición”.
Los “temas-frontera”
son desarrollados en nuestro curso, generalmente, por medio de la técnica
didáctica denominada “exposición”. Pero a veces surgen dudas sobre lo que se
quiere o se pretende con ella. Las siguientes páginas pretenden aclarar el
punto y ofrecer ideas a mis estudiantes para que puedan hacer de “su”
exposición lo que aspiran el curso, el docente mismo y el propio estudiante.
Agradezco su comprensión y generosidad al querer leer y poner en práctica las
orientaciones contenidas en estas páginas… ¡para que las mejoren!
Básicamente de
lo que se trata es de dar acabada ejecución al tema que Usted y su (s)
compañero (a) (s) escogieron al comienzo del semestre de una lista
proporcionada por el docente. Esta lista ha sido confeccionada buscando
complementar y profundizar en los contenidos del curso. No se trata simplemente,
pues, de ocupar de cualquier manera el tiempo destinado a una clase, mediante
la repetición de ideas no asimiladas y monótonas. Por el contrario, la
exposición del tema-frontera – como, por lo demás, cualquier exposición que
Usted en el futuro tendrá que hacer – quiere ser la presentación de un argumento
hecha de una manera lógicamente estructurada en la que sus principales recursos
son, además de su propia voz, el lenguaje y, de pronto, un texto escrito. De un
material inicialmente desordenado, se pasa a una estructura y a una
organización del mismo; pero, también, esta ayuda podrá serle de utilidad
cuando quiera destacar algunos puntos importantes de en medio de una muy
diversa selección de información. Podrá emplearla en las diversas áreas del
conocimiento, y especialmente si quiere hacer énfasis en un aprendizaje en el
que los conceptos son importantes pero también los procedimientos.
Cuando Usted
utilice este método expositivo ha de tener en cuenta que con él no sólo se requiere
suficiente preparación del asunto a tratar, sino además cierta capacidad personal
para expresarse y captar la atención de los estudiantes. El expositor debe
estar informado del tipo de personas a quien se va a dirigir, pues de ello
dependerá en gran medida la forma en que habrá de expresarse. Con frecuencia no
será suficiente conocer anticipadamente las características del auditorio, pues
durante el desarrollo de la sesión, el expositor (el profesor o en su caso el estudiante)
podrá ser exigido a ser más explícito o más implícito. En estos casos el valor
de la exposición no radica en el simple lucimiento de las habilidades
personales, sino en el desarrollo de los aprendizajes de quien escucha.
Sin embargo,
para hacerse más eficiente, la exposición requiere el uso de otros recursos
didácticos, de buenos conocimientos sobre el asunto tratado y de una capacidad
de síntesis.
Entre los
inconvenientes que el expositor debe considerar para el uso de esta técnica, se
encuentran los siguientes: a) él mismo es, prácticamente, el único actor, y
como tal debe esforzarse para controlar todos los elementos que inciden o afectan
a su labor; b) la fijación del aprendizaje se hace más difícil cuando el
mensaje es sólo oral, por lo que siempre es conveniente utilizar otros medios
que ayuden a los estudiantes a procesar los datos del mensaje transmitido; c) la
motivación en general es más difícil cuando se limita al mensaje y acciones de
una sola persona; d) la expresión verbal y el uso de apoyos visuales requieren
de aceptables condiciones de espacio: una mala acústica y una deficiente
distribución del grupo no sólo repercute en un desgaste físico del expositor
sino en un pobre resultado del esfuerzo.
b. Procedimiento para que pueda ser implementada la exposición.
El método
expositivo que se vale del lenguaje oral es uno de los más antiguos. Incluso en
nuestra época se ha mantenido como una práctica común en los diferentes niveles
del sistema educativo, incluyendo la universidad. La exposición se asocia
directamente a una actividad realizada por el profesor; sin embargo, se debe tener
en cuenta que también puede ser empleada por los estudiantes o bien, por alguna
persona externa al grupo. En el caso de que un tema a desarrollar resulte tan
extenso que deba exceder el límite de una sesión de clase, es importante
mantener siempre la estructura de la exposición (introducción, desarrollo y
conclusiones). Por otra parte, no quiere decir que si un profesor elige la
exposición como la estrategia base para una sesión de 50 minutos, sea él quien
deba hablar durante todo el tiempo de la sesión.
En los últimos
años se ha venido haciendo mucho énfasis en la necesidad de alternar el uso de
la exposición con otras técnicas didácticas, incluso en una misma sesión de
clase. Es decir, se alude a la necesidad del manejo de “exposiciones
espaciadas” (Collins, 1997), donde la exposición se da en segmentos. Se hacen
pausas en puntos lógicos de la exposición, donde el profesor se dirige a los estudiantes
(haciendo alguna pregunta o solicitando que lleven a cabo alguna actividad),
para mantenerlos involucrados con el tema. De esta manera, la exposición puede
resultar más dinámica. Esto permite, además, que los estudiantes tengan tiempo
para procesar y comprender el contenido manejado durante la exposición. Los
profesores, por su parte, tienen oportunidad de darse cuenta si hay algo que no
esté quedando claro.
Etapa I: Preparación del tema
Previamente a
la sesión presencial en el salón de clase, el estudiante busca individualmente
en diversas fuentes bibliográficas (textos, direcciones de Internet o
situaciones de campo), el tema-frontera escogido al inicio del semestre y
relacionados con los contenidos del curso.
También previamente a la sesión
presencial se reúne con su equipo para conocer las aportaciones del resto de
sus compañeros (2 o 3) e integrar así un solo trabajo.
Al preparar la
exposición es importante que considere los siguientes aspectos:
- Delimite el tema o la parte del mismo que será manejado mediante esta técnica.
- Prepare un bosquejo que contenga 3 ó 4 ideas principales.
- Organice las ideas principales de tal manera que reflejen una secuencia lógica. Es importante que las ideas se organicen en torno a un criterio que ha de guiar el avance en el desarrollo de las mismas en el momento de la exposición.
Algunos tipos
de secuencia lógica y sus características son:
1) Causa - Efecto: Los eventos
son citados y explicados haciendo referencia a las situaciones que provocaron
su origen.
2) Tiempo: Las ideas se organizan cronológicamente.
3)
Problema-solución: Se problematiza una situación y enseguida se plantean
soluciones alternativas.
4) Ascendente-Descendente: Las ideas se presentan de
acuerdo con su importancia, familiaridad o complejidad.
5) Proceso: Se explican
las etapas del desarrollo de un proceso.
Elabore algunos cuestionamientos que le permitan como expositor clarificarse a sí mismo la naturaleza del tema. Es importante que
los estudiantes entiendan claramente la perspectiva teórica desde la cual es
abordado un tema, esto les permite dar sentido a la información que se está
exponiendo. La falta de entendimiento, o la malinterpretación de la naturaleza
del tema expuesto, provoca que los estudiantes se “pierdan” en la exposición.
Así pues, el planteamiento de algunos cuestionamientos sobre el tema, permite
al profesor clarificarse a sí mismo lo que pretende exponer a los estudiantes.
Estas repuestas constituyen los puntos importantes de su exposición.
Prepare un “organizador previo”. Un buen
recurso para organizar el material textual que será presentado a los estudiantes,
es ubicarlo en principios más generales o con los cuales pueda relacionarse o
incorporarse tal información (a manera de un esquema general). El “organizador
previo” (Ausubel, 1976) no debe ser confundido con una sinopsis de
introducción, pues éstas suelen tener el mismo grado de abstracción que el
material de aprendizaje. El organizador constituye una forma de colocar las
ideas a exponer en un marco conceptual estructurado de tal manera que permita a
los estudiantes visualizar la relación entre ellas.
Identifique ejemplos que le sirvan
como apoyos verbales a la exposición. Los ejemplos han de ilustrar la
información presentada y ayudar a los estudiantes al logro de una mayor
comprensión de la misma.
Determine y
prepare los apoyos visuales (para video-beam, por ejemplo) que va a utilizar.
Etapa II: Exposición de un tema
El profesor
solicita a cada equipo que presente su trabajo al resto del grupo. A lo largo
de la exposición él interviene para clarificar o ampliar información cada vez
que lo juzga pertinente.
Requiere el
cuidado de los siguientes aspectos: las fases a partir de las cuales se
estructura la información presentada, el manejo que se hace de la forma de comunicarlo
y la selección y manejo de apoyos visuales.
La exposición
de un tema debe siempre incorporar las siguientes fases y generalmente las
siguientes proporciones o tiempo de dedicación: introducción (10%), desarrollo
del tema (65%) y cierre (25%).
1°) La introducción: la introducción
actúa como un “puente cognitivo” entre los conocimientos previos de los estudiantes
y la información contenida en la exposición. Es importante considerar que una
buena introducción propicia un ambiente adecuado para la exposición del
tema: permite captar la atención de los estudiantes, despierta su interés por
el contenido del tema, los motiva a “estar” realmente en clase (atendiendo y
participando) y, consecuentemente, permite asegurar mejores resultados de
aprendizaje.
¿Qué se
puede hacer? Revisión de material pasado; alusión a un asunto de
actualidad; anécdotas; analogías; alusión a un evento histórico; referencias
humorísticas; ejemplos; preguntas.
Se intercala con actividades cortas, que sean
dinámicas y que propicien la colaboración: 1. Agrupar a
los estudiantes en parejas. Concederles un espacio de dos a tres minutos para
realizar una actividad colaborativa en la que se desarrolle el conocimiento
previo del tema presentado. El propósito de esta actividad es propiciar el
inicio de una discusión. 2. Exponer los primeros 3 a 5 minutos.
2°) Desarrollo del tema: el desarrollo
del tema se refiere a la exposición gradual del contenido, lógicamente
ordenado, como forma de lograr un aseguramiento de la continuidad.
Una exposición
será más eficaz cuando esté organizada jerárquicamente, es decir, cuando
desarrolla una red conceptual cuyos elementos se ramifican progresivamente. El
aprendizaje que deriva de una exposición no depende sólo del significado lógico
del contenido, sino también de la coherencia e ilación con que está
estructurada la información expuesta. Así pues, es importante que las ideas
estén conectadas entre sí y no simplemente yuxtapuestas, que se perciba un hilo
conductor o argumental. Una exposición se comprende mejor cuando parte de las
ideas más generales para irse adentrando en los detalles.
Los estudiantes
reciben ya organizada la información conceptual a adquirir, a través de la
presentación oral que hace un expositor. Para incrementar las probabilidades de
éxito es conveniente asegurarse que la exposición active algunos conocimientos
que ya poseen los estudiantes, así como cuidar con esmero la organización o
estructura interna de la misma.
Que se facilite
al estudiante el seguimiento de la estructura argumental: uso adecuado de los
apartados del texto que se expone, presentación de esquemas, uso de recursos
formales (tipografía, subrayado, etc.). Y la voz: se suele recurrir a elementos
no verbales del lenguaje tales como el énfasis, la reiteración, la
clasificación o el uso de material gráfico, con el fin realzar la estructura y
organización interna de la exposición. Deben servir no sólo para destacar
cuáles son las ideas principales, sino también para hacer explícita la forma en
que se relacionan.
Observe si acaso su tema no tiene que ver con algo teórico, pero, al mismo tiempo, práctico. En efecto, el
aprendizaje procedimental se deriva directamente del aprendizaje conceptual: ¿cómo puede la exposición contribuir a la existencia de una
situación adecuada para la enseñanza de contenidos procedimentales? Una
actividad expositiva orientada a la adquisición de contenidos procedimentales
se ve favorecida a partir de la demostración que hace el expositor del
procedimiento objeto de aprendizaje.
La exposición,
especialmente cuando es prolongada, conviene que se intercale con actividades
cortas, que sean dinámicas y que propicien la colaboración: 3. Dar de
uno a tres minutos para que discutan acerca del material presentado. La
actividad de discusión debe dar una respuesta a la pregunta propuesta por el expositor,
ofrecer una reacción a la teoría, conceptos o información presentada y
relacionar el material nuevo con aprendizajes previos. Las parejas deben
responder de la siguiente manera: a) Cada estudiante formula su respuesta. b)
Comparte sus respuestas con su compañero. c) Todos escuchan detenidamente la
respuesta de su compañero. d) Forman una nueva respuesta, mejor que las respuestas
iniciales. 4. Seleccionar dos o tres estudiantes al azar, para que presenten
resúmenes de sus discusiones en 30 segundos. 5. Exponer los siguientes 3 a 5
minutos. 6. Presentar otra actividad de discusión acerca de la segunda parte de
la exposición, por uno a tres minutos. 7. Repetir esta secuencia
exposición-discusión hasta que el tema haya sido concluido.
3°) Cierre:
el cierre es algo más que un rápido resumen de los contenidos manejados en la
exposición. Aparte de unir los puntos más importantes y de actuar como eslabón
entre el conocimiento presente y el pasado, el cierre proporciona al estudiante
el sentimiento de haber logrado algo.
Un cierre es
adecuado cuando los propósitos y principios fundamentales de la clase, o parte
de ellos, se consideran aprendidos de manera tal que al estudiante le sea
posible relacionar el nuevo conocimiento con el que ya poseía. Permite la
consolidación de la estructura conceptual, mediante la relación explícita entre
las ideas previas del estudiante que han sido activadas y la organización
conceptual de los materiales de aprendizaje presentados en la fase del
desarrollo de la exposición.
8. Presentar
una actividad final de discusión que resuma lo que han aprendido del tema. Los
estudiantes deberán tener de dos a tres minutos para resumir y discutir el
material.
Algunas
observaciones cortas:
La comunicación no verbal proporciona dinámica a
la exposición: Variación en la voz; Gestos y movimientos corporales; Contacto
visual.
Selección y manejo de apoyos visuales: apoyan y facilitan la
comunicación entre el profesor y los estudiantes. Tener en cuenta: su
disponibilidad, las características físicas del lugar, el tamaño del grupo, el
tiempo disponible para su preparación y el uso apropiado de los mismos.
Pueden
ser: Escritos: Libro de texto, Fotocopias, Notas de clase; Escritos y
visuales: Pizarrón, Transparencias, Diapositivas, Páginas web; Audio-Visuales:
Video, Audiovisual; Computacionales: Paquetes computacionales (Power-Point, etc.).
c. Aprendizajes y/o competencias que esta técnica fomenta en el estudiante universitario.
Esta ayuda
didáctica puede contribuir enormemente a un proceso de enseñanza-aprendizaje
efectivo, especialmente en aquellos cursos en donde se requiere cubrir mucho
material.
Entre otras competencias o aprendizajes:
- Provoca la participación en la elaboración de síntesis acerca del tema revisado.
- Fomenta el aporte del estudiante en respuestas pertinentes a las preguntas elaboradas por el profesor o por otros compañeros.
- Anima a plantear dudas y cuestionamientos y a expresar puntos de vista en relación con la temática abordada.
- Examina los aspectos planteados en las actividades del profesor en aquellos casos en los que no sea él (ella) quien realice la exposición de un tema; o, cuando es él mismo quien lo hace, los estudiantes lo observan realizando una serie de acciones en las que va verbalizando el razonamiento de su actuación. De este modo, los estudiantes construyen un modelo mental adecuado de las actividades necesarias para ejecutar la tarea y adquirir la destreza que se tiene como meta de aprendizaje.
- El manejo de la exposición por parte de los estudiantes para presentar información a sus compañeros y al profesor, incide directamente en el desarrollo de su habilidad de comunicación oral. Ello es así en la medida en que el profesor incorpora de manera intencionada el manejo de esta habilidad como objeto de aprendizaje.
- Finalmente, permite el desarrollo del pensamiento crítico en la medida en que el manejo que realice de la presentación de un tema lo conduzca a enjuiciar y valorar la información que se le presenta. Para ello el estudiante requiere aplicar un conjunto de procesos cognitivos superiores y complejos como analizar, sintetizar, evaluar, resolver problemas, tomar decisiones.
d. Evaluación de los aprendizajes
Para efectuarla
se tienen en cuenta principalmente:
1°) La observación
de la comunicación no verbal de los estudiantes: si toman notas, si contestan a
las preguntas, si miran atentamente, la forma en que se acomodan en sus
asientos, si responden a las bromas. En general, si están siguiendo al expositor.
2°) La utilización
del recurso de un examen rápido (o alguna otra técnica de evaluación) a partir
del cual pueda obtener información para saber si los estudiantes realmente han
comprendido el contenido previsto. Por ejemplo, se puede pedir a los estudiantes
que expliquen determinado concepto, que realicen algún paso de determinado
procedimiento, que apliquen parte del contenido expuesto a una situación
concreta, etc.
3°) El análisis
del tipo de preguntas que hacen los estudiantes en relación con el contenido expuesto.
Bibliografía de apoyo:
Ausubel,
D. (1976). Psicología educativa: un punto de vista cognoscitivo. México,Trillas.
CEA (1996). Manual de microenseñanza. Monterrey,
ITESM.
Coll, C.;
Pozo, J.; S., Bernabé; Valls, E. (1992). Los contenidos en la Reforma,
enseñanza y aprendizaje de conceptos, procedimientos y actitudes. Madrid,
Santillana.
Collins,
H. (1997). The spaced lecture (en línea). Disponible: http://biblioteca.itesm.mx/ (Biblioteca
digital del ITESM, base de datos ProQuest) (10 de febrero de 1999).
Dubelle, S. (1986). Effective teaching; critical skills. Pennsylvania,
Technomics Publishing.
Johnson, D.; Johnson, R. (1999). Learning Together and Alone: Cooperative,
Competitive, and Individualistic Learning. Massachusetts, Allyn &
Bacon.
Georgia State University. GSU Master Teacher Program: The Lecture (en
línea). Disponible: http://www.gsu.edu/~dschjb/wwwlect.html
(28 de enero
de 1999).
Eble K. (1977). The craft of teaching, a guide to mastering the
professors art. San Francisco, Jossey-Bass
Lowman, J. (1985). Mastering the techniques of reading. San Francisco, Jossey-Bass
Nérici,
I. (1980). Metodología de la enseñanza. México, Kapelusz.
Pregent, R. (1994). Charting your course. Wisconsin, Magna
Publications.
Stunkel, K. (1999). Using lecturing for intellectual liberation (en
línea). Disponible: http://biblioteca.itesm.mx/
(Biblioteca digital del ITESM, base de datos
ProQuest) (10 de febrero de 1999).
[1] El presente texto ha sido relaborado (2013) para
empleo en nuestros cursos a partir del documento “La exposición como técnica didáctica” creado y utilizado por la Dirección de Investigación y Desarrollo Educativo de la Vicerrectoría
Académica, INSTITUTO TECNOLÓGICO Y DE ESTUDIOS SUPERIORES DE MONTERREY y se puede encontrar en http://www.sistema.itesm.mx/va/dide/inf-doc/estrategias/
Se reconoce esta autoría y se agradece poder hacer uso de este material.
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