viernes, 15 de noviembre de 2024

Encuentros de los Papas con Empresarios

 Encuentros de los Papas con Empresarios, Industriales, Comerciantes



  1. Encuentro del S. P. Francisco con Representantes de la Confederación Nacional de Artesanía y de la Pequeña y Mediana Empresa (CNA) de Italia, 15.11.2024

 

Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días!

 

Con gusto les doy la bienvenida con ocasión de la Asamblea anual de la Confederación Nacional de la Artesanía y de la Pequeña y Mediana Empresa. Saludo al presidente y a todos los miembros de vuestra asociación profesional, tan extendida por toda Italia.

 

El artesanado es una actividad muy querida por mí porque expresa bien el valor del trabajo humano. Cuando creamos con las manos, al mismo tiempo activamos la cabeza y los pies: el hacer es siempre el resultado de un pensamiento y de un movimiento hacia los demás. La artesanía es un homenaje a la creatividad.  De hecho, el artesano debe ser capaz de ver en la materia inerte una forma particular que los demás no pueden reconocer. Y esto los hace colaboradores en la obra creadora de Dios. Necesitamos vuestro talento para devolver el sentido a la actividad humana y ponerla al servicio de los proyectos de promoción del bien común.

Quisiera volver con vosotros a un famoso pasaje evangélico: la parábola de los talentos (cf. Mt 25, 14-30). Un señor da a tres siervos talentos para que los aprovechen. El que recibió cinco demuestra ser emprendedor y gana otros cinco. El que ha recibido dos, hace lo mismo y se procura dos más. Ambos son alabados por el maestro de la misma manera. No es la cantidad lo que cuenta, sino el compromiso de hacer que los dones recibidos den sus frutos. Justo lo que le falta al tercer sirviente, que, por miedo y pereza, esconde su talento bajo tierra. Ha renunciado al ingenio porque no ha cultivado una relación de confianza con su amo, con la vida y con los demás, una relación de confianza con los demás.

Esta parábola es un canto a la confianza en Dios, y una invitación a una "complicidad" sana y positiva —quisiera decir esta palabra—, una "complicidad" con Dios, que nos hace partícipes de sus bienes y cuenta con nosotros, cuenta con nuestra responsabilidad. Si quieres crecer en la vida, debes abandonar el miedo y tener fe. A veces, especialmente cuando aumentan los desafíos, nos sentimos tentados a pensar que el Señor es un árbitro o controlador implacable en lugar de Aquel que nos anima a hacernos cargo de la vida. Pero el Evangelio siempre nos llama a tener una mirada de fe. No pensemos que lo que logramos es solo el resultado de nuestras habilidades o de nuestros méritos. También es el resultado de la historia de cada uno de nosotros, es el resultado de muchas personas que nos han enseñado a seguir adelante en la vida, empezando por nuestros padres. El trabajo que hago es el resultado de una historia que nos ha hecho capaces de hacer esto. También tú, si eres un apasionado de tu trabajo, y si a veces te quejas con razón porque no se te reconoce adecuadamente, es porque eres consciente del valor de lo que Dios ha puesto en tus manos, no solo para ti sino para todos.

Todos necesitamos dejar de lado el miedo que paraliza y destruye la creatividad. También podemos hacerlo en la forma en que vivimos nuestro trabajo diario, sintiéndonos partícipes del gran plan de Dios, capaces de sorprendernos con sus dones. Detrás de nuestras riquezas no solo hay habilidad, sino también una Providencia que nos lleva de la mano y nos conduce. La artesanía puede expresar bien todo esto, si se acompaña día a día de la conciencia de que Dios nunca nos abandona, de que somos obras maestras de sus manos, y por eso somos capaces de crear obras originales.

También me gustaría elogiar su trabajo porque embellece el mundo. Vivimos en tiempos de guerra, de violencia. Cuando en todas partes las noticias son así y parecen hacernos perder la fe en las capacidades del ser humano, la mirada a sus actividades nos consuela y nos da esperanza. Embellecer el mundo es construir la paz. Un economista me dijo que las inversiones que más ingresos dan hoy, en Italia, son las fábricas de armas. Esto no embellece el mundo, es feo. Si quieres ganar más, tienes que invertir para matar. Pensemos en esto. No olvidéis – repito – que embellecer el mundo es construir la paz. La encíclica Fratelli tutti definió a los constructores de paz como artesanos capaces de iniciar procesos de recuperación y de encuentro con el ingenio y la audacia (cf. n. 225). El mismo ingenio y la misma audacia que utilizas para crear las muchas obras destinadas a enriquecer el mundo.

Y Dios llama a todos los hombres y mujeres a trabajar de manera artesanal, como él, a trabajar en ese proyecto de paz que él tiene. Por eso distribuye sus talentos en abundancia, para que sean puestos al servicio de la vida y no sepultados en la esterilidad de la muerte y la destrucción, como hacen las guerras, fomentadas por el enemigo de Dios.

Queridos amigos, gracias por lo que saben lograr a través de su trabajo; Y gracias también por vuestro compromiso social: ¡este también es un trabajo que requiere paciencia y planificación! Que San José el artesano siempre os inspire a vivir vuestro trabajo con creatividad y pasión. Os bendigo de corazón a todos, bendigo a vuestras familias. Y por favor, no se olviden de rezar por mí. ¡Gracias!

Tomado el 15 de noviembre de 2024, de:

https://press.vatican.va/content/salastampa/it/bollettino/pubblico/2024/11/15/0894/01790.html